ᴘʀɪᴍᴇʀ ᴇɴᴄᴜᴇɴᴛʀᴏ
- ¿se encuentra alguien aquí? - volvió a preguntar aquella angelical voz -
El Pilar trago duró.
Se supone que ningún mortal va a ese jardín.
- no tengas miedo - espeto relajado - no vine aquí para hacerte daño
Sabito revoloteaba a su alrededor.
Esta situación lo estaba estresando de sobremanera.
Estaba optando por salir corriendo.
- ¡oh! - exclamó aquella voz - mucho gusto señor, lamento haberle espantado
Quedó estático, ya era demasiado tarde.
- señor... ¿Se encuentra usted bien? -
Suspiro derrotado.
Con calma, se giro para ver al dueño de aquella voz.
Nunca se espero encontrar aquel ser de belleza.
Era un mortal masculino con finos rasgos infantiles en su redondo rostro.
Poseía un par de orbes carmínes, una piel ligeramente acanelada, y finos cabellos burdeos.
Sumándole a ello, en su frente tenía una profunda cicatriz... Pensaran que se vería feo, pero sólo lo hacia ver más angelical a los ojos del Pilar.
- ¿señor? - preguntó ante el silencio contrario -
- no deberías estar aquí - respondió finalmente saliendo de su trance -
- bueno, no había ningún letrero que indique eso señor - respondió sonriendo -
- ¿necesitas de un letrero para saber que este lugar es peligroso? - pregunto incrédulo -
- ¿este lugar es peligroso para usted? -
El Pilar tan solo se quedó callado, realmente un jardín de por sí no emanaba ni una pizca de riesgo.
- tomaré eso como un no - dijo mientras se acercaba al pilar - Mi nombre es Tanjiro Kamado, ¿cual es el suyo?
- se limita a volverse a sentar ignorando a su acompañante -
- supongo que eres tímido - dijo ya rendido el muchacho -
Pará el joven mortal, aquel señor le parecía extrañamente interesante.
Pero su falta de palabras le hacía difícil el poder interactuar con el.
Sin más preámbulos, Tanjiro opta por sentarse al lado del misterioso señor de cabellos azabaches.
- ¿piensas quedarte a mi lado cuando ni siquiera nos conocemos? - pregunto un tanto incómodo -
- me gusta ver el atardecer - respondió tranquilo - además, nunca lo había visto en este lugar
Y de nuevo, ambos se sumergieron en un silencio sepulcral.
Y cómo ninguno se animaba a romperlo, Sabito hizo nuevamente su aparición.
- ¡que lindo pajarito! - chilló emocionado al ver aquel ave -
- ¿es necesario que grites? - preguntó un tanto irritado -
- lo siento señor, pero su compañero es una especie exótica - explicó emocionado -
Sabito al escuchar semejante halago, se dirigió a las manos contrarias buscando atención del mortal.
El joven Kamado aceptó gustoso, dándole pequeñas caricias a su plumada nuca.
- tienes un plumaje sin igual pequeñito - dijo alegre - te pareces a un pequeño melocoton
- su nombre es Sabito - interrumpió el pilar -
- si este pequeño es Sabito, ¿cuál es su nombre señor? - preguntó nuevamente -
- no necesitas saberlo - respondió mirando el cielo -
Tomioka no quería decirle su nombre, porque sabía que sí se lo decía, aquel mortal descubriría su rango como pilar.
Técnicamente no quería ilusionarse con un amigo, sabiendo que no puede revelarle su verdadera identidad.
- pero que tosco es usted señor - se quejó mientras seguía acariciando al pajaro -
- deja de decirme señor, se siente extraño - respondió toscamente -
-lo haré si usted me dice su nombre - dijo sonriendo -
Y entonces, cuando el pilar estaba perdiendo su paciencia, el atardecer hizo su acto de presencia, captando la atención de ambos individuos.
- creí que el atardecer era magnífico desde mi casa - comentó el joven mortal - pero este lugar lo vuelve más mágico
Tomioka se quedó en silencio, y sin embargo, se sintio levemente feliz de concordar con los pensamientos ajenos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro