Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

ᴍᴇʟᴀɴᴄᴏʟÍᴀ

"Las lágrimas nacen del corazón, no del cerebro."































































Vacío.

Tanjiro se sentía muy vacío.

Tanto asi que la poca alimentación más lo poco que el sol había tocado su morena piel ya le estaban pagando factura.

Estaba demacrado.

Estaba exahusto.

Estaba herido.

Pero no culpaba a Tomioka.

No claro que no.

Se culpaba a si mismo por ser tan débil, por ser tan ingenuo, por ser tan mortal.

- Tanjiro - escuchó la suave y preocupada voz de su madre llamarlo por décima vez - por favor te lo suplico. Comete una fruta al menos, no me importa si es pequeña pero come algo

- Por culpa de comer una fruta "cualquiera" es que estoy así, mamá - respondió tajante -

No era su intención tratar mal a su madre, de verdad que no pero su mente era un completo caos.

Y ni hablar de su corazón.

Ese órgano vital que en su interior estaba llorando a gritos, gritando por su amor que hace más de un mes ya no veía.

Ni siquiera esas cartas con apenas monosílabas de su amado azabache lo pudieron dejar tranquilo.

- Por su puesto que no Tanjiro - regaño la mayor - ¡estás así porque tú mismo no has querido meterte un alimento en la boca!

- ¡No quiero alimentarme! - gritó sobreexaltando a la contraria - no lo vale mamá, al menos ya no más para mi

Nezuko, que se encontraba preparando la cena, no pudo evitar soltar unas lágrimas al escuchar aquella declaración por parte de su adorado hermano.

No podía creer que su radiante hermano mayor estaba muriendo lentamente.

No quería creerlo.

Nadie estaba listo para ello.

Ni siquiera sus amigos que varias veces habían intentado subirle los ánimos sin éxito.

Tanjiro estaba irreconocible.

Ningún alma que haya conocido en vida al joven Kamado estaba listo para presenciar esa oscura y fría etapa del mismo.

- ¿Si sabes que Tomioka se fue para que no murieras verdad? - le recordó su madre tratando de no romper en llanto otra vez - ¿Enserio crees que el estaría feliz de ver–

- ¡Él ya no está aquí! - nasalmente artículo, destrozando lo poco de voz que tenía por lo físicamente agotado que se sentía - ¡Él se fue! Y todo es por mi culpa.... ¡ÉL SE FUE Y TODO ES MI CULPA!

- ¡Tanjiro! - su madre estaba más que destrozada - No digas esas cosas ¡No son ciertas!

- ¡Si lo son! - levantándose del suelo encaró - si Tomika no me hubiera conocido... ¡Si yo no hubiese sido un curioso en primer lugar! ÉL PODRIA VIVIR TRANQUILAMENTE

Con aquel arranque de adrenalina recorrer por su cuerpo, el de cabellos burdeos se encerró en su cuarto.

Dejando nuevamente a su madre y hermana plenamente preocupadas por él.


























- Él está muriendo por tu ausencia, Tomioka-san

Ni siquiera se molestó en mirarle.

- No es verdad - negó apretando la tela de su pantalón haciendo que sus piernas se pegaran de manera sobrenatural a su cuerpo - no voy a caer otra vez, Muzan debió haberte mandado para que yo vaya y así pueda matar a Tanjiro

Sabito, su fiel compañero y amigo, se encontraba derramando lágrimas a su lado.

Por su parte, el ojiazul se sentía tan cansado que ya ni eso podía expulsar de su materializado y malgastado cuerpo.

Aunque si podía decir con claridad que le comenzaba a irritar la presencia ajena en sus apocentos.

- Yo ya no estoy con Muzan - volvió a insistir Kokushibou - quizás no me creas pero yo ayude a qué el joven Tanjiro te recordara a través de–

La enorme mano del aguoso pilar estaba firmemente enroscada en su diminuto cuello, impidiéndole terminar la frase por la notable furia que emanaba el dueño del lugar.

- No tienes derecho - expresó apretando más el agarre haciendo que Kokushibou se retorciera de dolor - NO TIENES DERECHO DE PRONUNCIAR SU NOMBRE, NO AQUÍ

El de tres pares de ojos ya se sentía desfallecer.

Con su último aliento se iba a resignar a morir en manos de su hermano. Sabia de antemano que había hecho cosas imperdonables y se sentía merecedor de aquel castigo.

Sin embargo, su emplumado camarada le infringio un fuerte y profundo dolor a su brazo logrando que soltará al de menor estatura.

Lo había lastimado con sus enormes garras.

- AGHH - amargamente se quejó - ¡Y a ti que demonios te pasa!

Firme y elegante, como solo Sabito sabía ser, el ave le dió frente.

- ¡No te rebajes al nivel de Muzan, tarado! - le respondió el de plumas anaranjadas sorprendiendole ligeramente -

Eran muy contadas las veces en las que su emplumado amigo le dedicaba palabras.

- El pájaro tiene razón - afirmó 
Shinobu apareciendo de la nada -

El que se esconde en las nubes se sintió realmente bendecido al verla.

- A ti no te incumbe lo que haga o no haga, Kocho - nuevamente se sentó para curar su herida sin mirar a nadie específicamente -

- Desgraciadamente Giyu, soy tu hermana. Y te guste o no, es normal que me desvele por tu bienestar así como tú lo harías por los demás y viceversa - cruzándose de brazos bramó -

Normalmente Giyu comenzaría una discusión con la fémina, esa vez no fue el caso.

Ni para eso tenía ganas actualmente.

La de ojos morados suspiro.

- Tanjiro-kun realmente está muriendo  - afirmó mirando al tembloroso Kokushibou - todos sus familiares, amigos y nuestros hermanos lo han podido confirmar, Giyu tienes que verlo

- No puedo - apenas pudo articular volviendo a su anterior semblante serio - me niego a ver cómo lo matan por mi culpa

- ¿Entonces prefieres que el mismo se mate por inhibición de cualquier alimento?

Por fin, Giyu se digno a cruzar miradas con su notablemente preocupada hermana.

El también se encontraba preocupado ¡Por todos los cielos,  era su solecito de quién hablaban!

Pero también se había rendido de luchar por ello que más amaba en su mundo.

- Estará bien - terminando de tratar su herida balbuceó - me pudo olvidar una vez, lo podrá volver a hacer

Que lógica tan errónea mi querido pilar del agua.


























Cómo ya era costumbre para él desde lo sucedido, Tanjiro se encontraba llorandole a la luna.

Suplicándole una y otra vez que le devolviera la felicidad que Tomioka se merecía.

Rogándole a la callada blanquecina que se apiadará de él.

Desde que Muzan logro salirse con la suya, aquel hermoso jardín que solía frecuentar con Giyu ya no se sentía igual.

Ya no era lo mismo.

Ya no estaba completo.

- ¡Lo siento mucho Giyu-san! - gritó desgarradoramente para que solo las estrellas pudieran oírle -

Y aún así quedarse sin ningúna respuesta coherente.

Sin ninguna esperanza que anteriormente su mirada habría podido transmitir.

...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro