- ya dije que usted siempre será bienvenido a esta casa Señor Tomioka

- aun así lamento las molestias Señora Kie

Había dormido mejor que nunca.

Eso fue gracias a su adorada  compañia.

Al despertar lo primero que notó fue que ambos fueron arropados con sábanas gruesas.

Debía estar soñando, o eso pensó hasta que sintió una mirada particular en su persona.

Cómo pudo, Tomioka dejó al mortal durmiendo sólo.

Ahí fue cuando conoció a la mamá de los Kamado.

Hubiera preferído conocerla más decentemente, pero no tubo de otra más que saludarla cortésmente.

- Señor Tomioka, no es ninguna molestia su presencia aquí - explicó - le estoy plenamente agradecida por cómo ha tratado a mis niños

- no me agradezca, sus niños son muy buenas personas - comentó restándole importancia -

- Tomioka-San, deberías darte un baño - musitó mientras entraba a la casa -

- Shinobu, ¿estas consciente de que estamos en casa ajena?

Tomioka desde siempre ha sido muy respetuoso, por ello aveces las actitudes relajadas de su hermana lo sacaban de sus casillas.

- Claro que si, pero la señora Kie me dijo que podía entrar sin necesidad de tocar la puerta

Tomioka dirigió su vista hacia la mortal, ella asintió con su cabeza dando a entender que Shinobu no mentía.

El de azabaches cabellos suspiro derrotado.

- gracias por su hospitalidad - agradecío - me iré a bañar en el río por si alguien me necesita

Y sin más salió de la humilde casa.

- Señorita Shinobu ¿Podrías enseñarme ha realizar tu té de Manzanilla?

- por supuesto

Despertó por la sensación de soledad.

Observó a su alrededor buscando a su mayor.

Al no encontrarlo se estiró tristemente; quería despertar junto a él, por muy raro que sonara.

- Nii-chan, Buenos días - saludó Nezuko - ¿dormiste bien?

- Buenos días Nezuko - respondió terminandose de estirar - dormí como no tienes idea

- bueno, no me extraña por la almohada que utilizaste Nii-chan - admitió -

Tanjiro se sonrojo por el comentario.

Su hermana lo estaba poniendo nervioso.

- b-bueno e-es que yo... Amm

- Tanjiro-kun - saludó Shinobu - gracias por hacer que Tomioka-San descansará

Y con un guiño de parte de la de ojos morados Tanjiro salió corriendo avergonzada mente de la sala.

- Ara ara ¿dije algo malo?

- Nii-chan es algo tímido en temas romanticos - explicó -

- ¿nunca ha tenido pareja? - volvió a preguntar -

- a sus cortos 18 años de edad no - respondió Kie uniéndose a la conversación -

- ya veo - respondió -

Realmente a shinobu le sorprendía eso, hasta ella admite que Tanjiro poseía una belleza indescriptible.

Recibir la cascada en su blanquecina espalda era relajante.

Sus ojos se encontraban cerrados, disfrutando de su relajante baño.

Sus ropas estaban finamente dobladas en el césped.

Relajado y feliz lo describían en ese momento.

Hasta que unos fuertes jadeos llamaron su atención.

- ¿Tanjiro?

- ¡T-Tomioka-San! - exclamó - ¡Lo siento en seguida me iré!

- esta bien, no pasa nada - afirmó -

Tanjiro estaba avergonzado, sus burdeos ojos no pudieron evitar pasear por el esculpido cuerpo contrario.

Y es que aquellas quemaduras y ampollas habían bajado bastante, sólo se veían pequeñas cicatrizes en su blanquecina piel.

Se sentía un completo pervertido al ver el cuerpo desnudo de su mayor.

Sin mencionar que es un dios al que estába (según el) profanando.

- ¿quieres bañarte? - preguntó el Pilar -

Y asi terminaron en un relajante baño en el río.

Aunque claro, ambos estaban de espaldas para evitar ver la desnudez contraria.

- Tomioka-San, se que ya lo dije pero gracias por todo lo que has hecho por mí - balbuceó tratando de romper el hielo -

- no es nada

Entonces en la cabeza del Pilar iluminó una idea.

- Tanjiro ¿te gustaría aprender a nadar? - propusó aún sin mirar al joven mortal -

- ¿se tomaría la molestia de enseñarme? - preguntó sorprendido -

- claro que si

Necesitaba suplir la necesidad de estar a mano con el joven mortal por haberlo curado.

- no es necesario la molestia

Tanjiro por el contrario estaba seguro de que Tomioka ya había hecho demasiado por el.

No quería seguirle molestando.

- Tanjiro, tu hermana puede volverse a caer ¿crees que yo estaría de nuevo a tiempo? - preguntó incrédulo -

Tanjiro lo pensó detenidamente.

Tenia razón, no podía resguardarse por siempre en las habilidades de su mayor.

- esta bien, estoy a tu cuidado entonces - acepto rendido -

Desde ahí, su cercanía se fortalecía cada vez más.

Hasta el punto de ya no tener pena en ver la desnudez contraria.