Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝐀𝐜𝐭𝐨 𝐕𝐈𝐈

Estaría contigo cuando el día esté amaneciendo,
cuando la luna haya iluminado el mar solitario,
cuando una nota despreocupada despierte en las multitudes.
Háblale a tu corazón en mi memoria.
En la alegría o en el dolor, por mar y tierra,
estaría contigo para siempre.

El amanecer descubrió a la pareja dormida sobre aquella improvisada cama, tapados con la capa de Antípatro, dormidos abrazos mientras Leah dejaba reposar su cabeza sobre el pecho desnudo de Antípatro escuchando los latidos de su corazón, el tacto de sus pieles desnudas una contra la otra, húmeda del sudor de la noche y del rocío de la mañana perlaba las pieles de ambos. Él fue quien despertó primero acostumbrado a una vida de duros entrenamientos militares como soldado era ya instintivo despertarse a horas tempranas, cuando sus ojos se abrieron lo primero que vio fue el  cielo empezando a teñirse de tonos suaves y cálidos. Los primeros rayos del sol pintaban pinceladas de naranja, rosa y violeta en el horizonte. Las nubes adquirían una delicada luminosidad, creando un espectáculo celestial que anuncia el inicio de un nuevo día lleno de posibilidades. Miró a la mujer que reposaba con la cabeza en su pecho y una leve sonrisa se dibujó sobre sus labios, llevando su mano al rostro de Leah acariciando con delicadeza su mejilla.

—Leah, tenemos que volver— la meció suavemente buscando despertarla obteniendo un leve “Mmmm” como toda respuesta —Venga tenemos que irnos de aquí.

—No quiero....estoy a gusto así....— musitó Leah aún medio dormida, abriendo los ojos perezosamente apoyando la barbilla en el pecho de Antípatro —Hola.

—Hola— se inclinó un poco pegando su frente contra la de Leah mientras sus dedos acariciaban delicadamente la espalda desnuda de Leah sintiendo aquellas cicatrices que la marcarían de por vida y que aún debían de dolerle a Leah por el leve siseó que escuchó de sus labios —Como nos vea algún pastor con el rebaño o algo....

—Oh ¿el príncipe no quiere que lo vean desnudo?— bromeó la joven haciendo reir a Antípatro, era la primera vez que le oía reír —Mira sabes reírte.

—Venga, perezosa, tenemos que volver, sobretodo tenemos que darnos un baño— cuando apartó la capa de ellos para levantarse y que empezasen a vestirse pudo ver por unos segundos las leves líneas de sangre seca que confirmaba que había tomado la castidad de Leah, había dejado su simiente en el interior de la muchacha y por unos segundos pensó que quizás habría germinado en su interior.

—Estas serio.

—Estaba pensando...Leah no quiero que pienses o que sientas que esto ha sido solo sexo...me haré responsable...— sin embargo la mirada de Leah se iluminó como la fogata que había sido testigo de su amor.

—No tienes ninguna responsabilidad conmigo. Si me acosté contigo fue porque quise no porque te tengas que hacer responsable de mi— el príncipe se llevó dos dedos al puente de la nariz presionando está bufando.

—Deja de buscar provocación para una pelea, queria decirte que eres especial para mí, no quiero a otra— alargó su mano acariciando el rostro de Leah quien a su vez ladeó la cabeza contra su mano cerrando los ojos disfrutando de aquella caricia en su mejilla.

—Eres de lo que no hay—  sonrió.

Tras vestirse amparados aún en lo temprano que era no se cruzaron con muchas personas de camino al palacio, de todas maneras iban con las capuchas por lo que la discreción estaba funcionando para volver sin problemas. Llegaron al palacio por el mismo pasadizo por donde salieron, discreto y aunque se cruzaron con algún sirviente de camino a la alcoba no sería raro que el príncipe hubiese pasado la noche con su concubina.

—Dile a Zohara que te prepare un baño, luego te veo— se acercó a ella dejando un pequeño beso en los labios de Leah, gesto correspondido por ella.

—Luego te veo—susurró contra los labios de él, observándole alejarse antes de dirigirse ella a las estancias que apenas usaba porque pasaba las noches en la de Antípatro, aunque hasta esa noche no habían hecho nada. La joven bruja volvió a sus habitaciones con una pequeña sonrisa en sus labios ¿qué tenía aquel chico que había que su corazón latiese tanto? ¿Por qué se sentía así con él? Pero una vez a solas a su mente volvieron los pensamientos sobre el amor que había conocido desde su existencia:

El amor no existía.

Lilith no necesitó amor para hacerse poderosa, ella misma huyó del Paraíso para no someterse a un hombre bajo la excusa del amor. Eso al menos es lo que Sarah le había inculcado de siempre a ella y a Ilai, su hermano mayor, Sarah siempre les había inculcado el culto a lo oscuro y a renegar de Dios en privado entregándose a la magia negra, sabía de plantas que podían matar, podía lanzar males de ojo, usar velas para rituales....si madre les instruyó bien en la brujeria y en saberes prohibidos pero siempre les dejó en claro que jamás se casó con su padre por amor sino por obligación y fue ella quien decidió parir hijos pero no para hacer una familia sino para transmitir el saber oscuro.

Leah sólo conocía del amor todo lo que le habían dicho y ahora estaba experimentaba un sentimiento extraño hacía el príncipe, un amor que sabía que era vedado porque jamás sería algo más allá que una amante, si esa noche hubiese quedado embarazada de él si hijo sería un bastardo.

Hundió la cabeza en el agua del baño que Zohara le había preparado, pensando en que debía de acabar, de volver a su aldea y olvidarse de él...pero aún recordaba el tacto de sus manos por su cuerpo, sus besos calientes y suaves, sus respiraciones mezcladas y sentirle en su interior llenando sus vacíos, haciendose uno bajo la luz de la luna.

───── ❁ ❁ ─────


Estaba feliz.
Por primera vez en mucho tiempo podía haber dejado la coraza y su deber de lado y compartir sus emociones y sentimientos con alguien, además de Antígono, su capitán y fiel amigo, pero la conexión que sentía con Leah era.... simplemente única, aquellos besos no sólo le habían besado la piel sino el alma, hacer el amor con Leah había devuelto la ilusión que hacia mucho que no sentía, no había sido su primera vez, de hecho en Roma habia tenido alguna noche loca con alguna mujer pero con Leah fue....especial.

Tras haberse daño un baño y cambiado de ropa iba a ir a cumplir con sus obligaciones cuando Antígono le paro en seco.

—Antípatro.

—Ah Tigo, Tigo— tomó los hombros del soldado y los apretó sin poder contener una sonrisa — Creo que estoy enamorado.

—Ah ¿ya la viste?

—¿A quien?

—Mariamne...para eso venia a buscarte, el rey te reclama en la sala del trono— sintió que se le helaba la sangre en las venas.

—No hablaba de ella....sino de Leah

—¡¿La rebelde?! Antípatro, si tu padre se entera....

—Prométeme que no dirás nada...tengo que acabar con esto.



Esperando frente al rey, con algunos sirvientes que habían venido acompañándola y un hombre mayor ricamente vestido se encontraba una chica muy hermosa, eso sí, vestida como toda una princesa y un rostro dulce que cuando vio entrar a Antípatro sus ojos se iluminaron.

—Antípatro, mi hijo—dijo Herodes con cierto aire jovial al hombre que acompañaba a Mariamne, sería su padre, ella hizo una leve inclinación de cabeza ante el príncipe gesto correspondido por él.

—Padre, tenemos que hablar...

—Más tarde, está noche vamos a tener la celebración de vuestro compromiso y de la próxima boda.

—Padre...— Herodes una vez más ignoró a su hijo para centrar su atención en el padre de Mariamne, quién miraba a Antípatro como un inocente corderito.





Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro