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La semana siguiente, casi todos los alumnos de quinto y cuarto año estaban a full con los exámenes de cierre del segundo trimestre. Te podías encontrar con algunos estudiando en la biblioteca, en el patio, durante el almuerzo hasta en los baños. Y ni hablemos de los del último año. Esos se la pasan estudiando en vez de vivir.

Seguimos con Ryan Ross, quien acompañado de su grupo de ineptos se sentaron en una de las mesas de la biblioteca para estudiar inglés.

—Ew. Alguien dejó un moco en esta mesa— se quejó Ross.—Pete, papu, préstame tu chamarra.

—¿Cuál? ¿Está?— y Ryan la agarro para limpiar el moco de la mesa y se la devolvió a su dueño.

—Gracias. Sos un buen amigo.

Pete tiró asqueado su chamarra a Nate Novarro, que lamentablemente pasaba caminando y con libros en mano, dejándolo totalmente ciego.

Y siguiendo la leyes de Murphy, el chico se chocó contra una estantería y la estantería cayó sobre él.

Pero sobrevivió de algún modo.

—Te juro que no entiendo ni una verga de lo que dice ahí—confesó Pete al leer el texto que tenía enfrente suyo.—Creo que tendré que ir al recuperatorio…De nuevo.

—Si. Te conviene y mucho.—dijo Ross mientras sacaba su cuaderno y un libro de inglés.

—¿Y si mejor hacemos un ritual para que la profe no venga ese día? Digo, nos funcionó el año pasado con el profe de química, por qué no intentarlo de nuevo.

—Porque lo que sucedió esa vez no fue gracias a una macumba hecha por el pelotudo de Gabe, sinó que yo le envié un paquete lleno de zorrillos con rabia a la casa del profe  y casi me descubren.

Frankito se quedó calladito por un buen ratito.

En eso llega Bob con cara de felicidad que relucía en todas sus facciones. Las ratas alzaron una ceja a la vez.

—No saben lo fácil que estuvo el exámen de Biología.—dijo al sentarse junto a ellos.

—Hola Bobby, nos alegra que te haya ido bien en el examen.—lo saludó Iero

—Si, había oído que estaba bien difícil.

—Lo estaba al principio pero como que de la nada las respuestas aparecieron en mí mente y mí mano no se detuvo en escribirlas…Fue extraño, pero valió la pena.

—Nos alegra oír eso ¿Quieres ayuda para inglés?—le ofreció Ross.

—No gracias Ry. Aunque muy amable de tu parte, por más que estés loco.

A Ryan no le importó y siguió con su lectura.

—Oh. Así que la explicación de mí hermano te sirvió ¿Eh?

—Sip. Es muy bueno enseñando ¿No entiendo por qué siempre te quejas de él?

—Yo nunca me quejo de que me enseñe.

—¿Entonces?

—Es que no me tiene paciencia.

De la nada sonaron unas risas grabadas.

—¿Y eso?

—Se supone que le pone humor al momento.

—O sea, Si golpeo a Pete ¿Sonarán más risas?

—Supongo que sí.

Frank puso a prueba su hipótesis y con una regla le pegó varias veces a Pete en la cabeza.

—Al parecer no sucedió nada.—y Pete lo golpeó en la cara con su cartuchera.—Okey, ahí si las oí.

Los tres volvieron a lo suyo, aunque dos de ellos no lograban concentrarse con sus estudios ya que sus mentes querían concentrarse en boludear por un buen rato.

Y cuando me refiero a un buen rato, es todo el maldito día.

Pete miró de reojo a su derecha. El típico grupito de cuarto año al que siempre él y sus amigos molestaban, pasó por su campo de visión y dejaron a simple viste al grupito de las Divas a tres mesas alejadas de ellos. Y al parecer, intentando estudiar con sus inútiles cerebros de nuez.

O bueno, eso veía de Brend y Gee.

Patrick andaba con una computadora.

—Che Frank.—este levantó la vista de su cel oculto en el libro de inglés.—Mirá quien está allá

El de ojos avellanas se dio la vuelta al lugar donde le apuntaba el emo y vió a los insoportables, pero más en específico, vio a Patrick concentrado en la computadora y escribiendo algo en ella.

Sentía curiosidad al ver a Trick así. Se veía muy diferente a lo común de todos los días. Como menos “falso”, pensaba él.

—Si, son Las Divas ¿Y que? ¿Te las querés cojer acaso?—dijo mirando a Pete.

—Sip. A una en específico.

—¿A quien?

—A Patrick. Está re bueno.

—Ah…woah

Ryan levantó una ceja sin dejar apartar la vista de su libro. Y Bob en ese momento, se puso sus auriculares para evitar escuchar las homosexualidades de Pete.

—Woah si, Frankie ¿Es que quien no quisiera tener un buen polvo con él?

—¿Casi todos?

—Exacto.

—Oh

—Y además que siempre me gustó su forma de coquetear o sus ojos con esas pestañas o su andar o sus nalgas redondas o…—Pete se quedó mirando a la nada con cara de pendejo, mientras babeaba.

—¿T-te gusta?

—¿Eh?—tragó su baba.—¿Que si me gusta? No…Me encanta.

—Oh, vaya.

—Si, pero tengo que buscar alguna  manera para acercarme a él sin espantarlo en el proceso.

—No hay forma, Pete. Siempre espantas con tu carota de simio.—comentó Ross, cambiando de página.—Por algo te dicen “El Espantaviejas del curso. Y Patrick jamás daría toda su atención en un pendejo como vos.

—Auch. Que honestidad.

—Es la realidad mijo, no estes chingando.

Pete soltó un bufido, haciendo mover su flequillo emo.

—Tú lo lograste.

—¿Disculpa?

—Que tú lo lograste, Ryan. O también es otra de tus mentiras de ardilla.

—Pete, fue jugando “7 minutos en el cielo” y yo me tuve que emborrachar lo suficiente para besarlo. Hasta Joe te lo puede confirmar.

—Y…¿No pasó nada más…?—preguntó Frank algo interesado en el tema.

El castaño cerró su libro y lo miró con cara de “¿Que no te parece obvio?”

—Oh…Entonces sí tuvieron sexo.

Ryan iba a corregirlo, pero en ese momento sonó la alarma de su reloj de bolsillo y se levantó de la silla.

—Disculpenme señores, pero el deber llama.—anunció mientras agarraba su mochila y guardaba sus cosas.—Hay un montón de pendejos esperándome para que les de “ayuditas” en sus estudios. Nos vemos.

—Adiós Ryancito. Que te vaya bien, papi.

Ryan lo golpeó con la mochila y se largó.

—¿Adónde se fue Ryan?—preguntó Bob al quitarse sus auriculares.

[...]

Finalizó el día escolar y por la puerta salían una variedad de estudiantes exhaustos, después de duros exámenes tras otro.

En términos más comunes, los re cogieron.

Frank ya no podía pensar en caminar, menos los seis metros hasta la parada de colectivo/autobús. Por lo que Cody lo cargaba como saco de papas mal puesto.

Veía el mundo al revés y le daba gracia. El cielo se volvió el suelo y el suelo en el cielo, y pareciera que todos estaban volando sin necesidad de alas. Estaba peor que la vez cuando lo drogaron con brownies en la fiesta de Gabe Saporta, sin saber que tenían marihuana.

Entre su nube de pedo, vió a Patrick viniendo en la misma dirección que ellos y andaba en medio de una llamada que tenía pinta de ser importante para él, porque sonaba igual de presumido por teléfono.

—Pero mamá, se van tres semanas a Milán y la criada renunció ayer ¿Quién se quedará conmigo?

Este esquivo apurado a los frikis y con un desodorante de bolsillo.

—Tampoco pienses en pagar a una niñera. Yo ya no soy un niño pequeño y frágil…Bueno frágil siempre lo fui, pero ese no es el punto. Yo–

—Hola Patrick.—lo saludó con una sonrisa y moviendo una de sus manos.

Trick lo miró de reojo por un segundo y volvió a su llamada ignorándolo, pasando a lado de Carson, y por qué no, ignorándolo de paso.

—«Tal vez lo saludé en un mal momento»— pensó y sintió que el mundo se detuvo. Cody dejó de caminar.

—¿Saludaste a Patrick?—le interrogó.

—...No.

—Mientes, escuche tú voz. Se que lo saludaste.

—¿Y hay algún problema que lo saludé? ¿O está de moda no saludar a las personas?

Frank no escuchó respuesta alguna de su hermano y este siguió caminando hasta dar con la parada. Allí los esperaban sus amigos y también los amigos de la rata.

—No sabía que eras el viejo del costal—se burló Zach DeWall al verlo.

—¿Escuchaste eso, Frankie? Te llamaron costal—dijo con una risita.

—Ja ja ja, si. Ya bájame twink.

Cody lo soltó de una.

—El único twink que conozco, se come mis cereales y usa mis boxers.

—No es mí culpa que tus preciados cereales sean tan ricos y tus boxers tan cómodos.—dijo limpiándose la ropa.

—Porque los tuyos parecen de indigente.

—¡Eso no es cierto! Yo si cuido mí ropa interior, hasta los lavo tres veces a la semana.

—Y está bien, Frankie. Yo los lavo diariamente.

—Ay aja...presumido.—murmuro, sentándose en el piso a lado de Pete.

—¿Quién lava su ropa interior?

Todos los presentes miraron inquisitivamente a Wentz.

—En fin, que asco Pete.

—Yo no le respondo a los adictos al LoL. Lo siento.

—Y yo no hablo con africanos.

—¡Hey!

—Tú no, Dan. Eres mí negro amigo favorito. Mí papu color cartón, el carbón de mí chimenea, el Yang de mí Ying, el…

—Ya ya mijo. Esta vez me lo tomo de halago. La siguiente te reviento a piñas, panzudo.

—”Eso es gordofobia".—se burló, imitando la voz de Brendon y causando algunas risas.

El autobús por fin llegó y toda la manada de adolescentes hormonales se amontonaron en la entrada, subiendo de a poco y pagándole al chófer Ben con monedas o dólares o lo primero que tengan en el bolsillo.

—¿Un botón?

—Si, señor McKee. Era el botón favorito de mí abuela. Pertenecía a su saco de salir.—Explicó Mikey con timidez.

Detrás de él, ya varios le gritaban que se apurara o lo insultaban.

—Guardate ese botón, hijo. No debes ir regalando cosas con valor importante por ahí.—y dejó que Mikey se sentara sin cobrar el pasaje.

Este se sentó junto a Maxx.

—Es lindo saber que aún existen buenas personas en el mundo.—le habló con una pequeña sonrisa.

Maxx le iba a responder, pero fueron interrumpidos por la presencia autoritaria de Ryan Ross y sus monos mayordomos.

—¿Ahora que quieres, Ratan?—le preguntó molesto

—¿Saben qué día es hoy?

—Miércoles ¿Por?

Ryan se acercó al asiento de ellos, dejándolos sin salida alguna de un posible escape.

—Hoy tienen que pagarme su cuota mensual de cero bromas. ¿Recuerdan?

Maxx enmudeció y Mikey se puso blanco como un fantasma o más que un fantasma.

—Como lo suponía, se olvidaron del trato justo que les dí, chicos. ¿Cómo puede ser? Se supone que son los mejores de su clase y también son nerds. ¡Los nerds tienen buena memoria para recordar!

Los dos estaban dispuestos a estar contra la ventana por cada acercamiento de Ryan hacia ellos. Era imposible sacárselo de encima.

La ardilla esperaba con su cara de psicótico alguna respuesta de los menores, así que retrocedió un poco y enderezó su postura.

—O no me dan la plata ahora o haré que Pete les haga calzochino enfrente de todos como lección de la semana ¿Que les parece?

—Me parece mejor que te alejes de ellos y los dejas en paz.—alguien habló por detrás de él y giró sobre sus talones.

—¿Ahora que te venís a hacerte el héroe?

Ray cruzó sus brazos y lo miró con ceño enojado.

—Alejate de ellos, Ry.

A pesar de la diferencia de altura, el orgullo de Ryan media el doble de su propia estatura, y hasta se puede decir que el triple.

—¿Y por qué? ¿Por qué me lo pedís vos, aftoman?

Casi todas las miradas estaban puestas en la escena, y habían algunos que andaban apostando a quién ganaría la futura pelea de puños.

—Porque ya tuviste suficiente en molestarlos todo el maldito año. ¡Déjalos en paz, por favor!

—Tsk. Las súplicas no hacen efecto en mí. Yo molesto a cualquiera; pasandome por los huevos su edad, sexo, color de piel, preferencias, religión, ideología política y su economía. Soy como lo dicen en el mundo libre: “Igualitario”

—No, eres un abuso.

—...También eso.

Maxx le hizo pequeñas señas a Mikey para que se movieran a otro lugar, pero este se negaba. Quería ver qué haría Ray Toro con la molesta plaga, llamada Ryan.

—Ya vete a tu asiento, Ross.

—Ni que me obligues, cabeza de virulana.

—¡Ryan!

—¿Si?

Ray gruñó e inmediatamente tomó con fuerza los brazos de Ryan, asustando su expresión. Hace que camine hasta el fondo y lo sienta en un asiento vacío, dándole palmaditas en la cabeza y luego se fue.

Brendon, quien estaba bien adelante, lanzó una carcajada que desató varias más.

Ray Toro humilló a su manera al pendejo de Ross.

Y eso impresionó a Mikey.

Entre el millar de risas, saltó la risa particular de Frank, quien no paraba de reírse, pero de un sopapo lo pusieron en su lugar.

—¡Auch! ¿¡Qué te pasa!?

—Vos también ibas a golpearlos.

—Ay, pero ni lo iba hacer y además no sos mamá para andar a los sopapos conmigo.

—No, pero debería por las cagadas que te mandas afuera de la casa.

—Ña ña ña ña ña, pendejo.

Cody lo ignoró epicamente al ponerse sus auriculares y subirle el volumen a la música, mientras que Frank simplemente se quejaba de él en sus pensamientos.

Personajes del día de hoy (y también de importancia):

Zach DeWall: Uno de los tantos amigos de Cody. Gamer de primera. Posiblemente pública memes de la Grasa en Facebook. Siempre anda pegado a una pantalla o te dice un dato de x videojuego. No sabemos si conoce el agua y el jabón:


Dan Clermont: Mejor amigo de Cody y Zach. Siempre está ahí en las buenas y en las malas.Muy bien jugador de las escondidas.Le gusta grabar y sacar fotos a las peleas o fiestas. No se salva del bullying y ya sabrás porqué:


Ben McKee: El chófer buena onda del colectivo y siempre pone música o algún partido de fútbol en la radio. De los pocos adultos que es respetado y al que no le juegan una pesada broma:




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Holis, como estan? ^^

Hoy no hubo capitulo largo, pero es lo mejor que pude para ustedes

¡Espero que les guste!

~Midnight fuera

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