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Three: "Quiero que firmes"

El sol irradiaba una luz bastante inusual para esa temporada fresca, lluviosa y gris. Nayeon parpadeó varias veces para acostumbrarse al brillo que iluminaba su habitación, mientras respiraba con dificultad. Pesadillas, otra vez pesadillas.

—Maldición... —Murmuró la omega, intentando ubicarse en tiempo y espacio mientras veía en donde se hallaba.

Tan ahogada se despertó esa mañana, dos días después de su conversación con Jeongyeon y de la que con Jihyo, después, que por un instante creyó que aún seguía entre sueños.

—¿Qué rayos sucede conmigo? —Se tapó el rostro con las manos, divisando la horrible expresión de decepción en los oscuros ojos de Jeongyeon, que se reproducía en su mente una y otra vez a causa de esos malos sueños.

—Ya basta Jeongyeonnie , apártate de mi mente un momento, por favor... —Musitó con preocupación.

Lanzó un largo suspiro de frustración cuando su loba le obligaba a reflexionar nuevamente esa distancia que generaba con la cobarde idea de volverse imperceptible ante ella. Ya no estaba funcionando, ya se había vuelto insano.

La furia que ardía en sus ojos creyó que la atravesaría, el rubor que empeñaba su rostro le helaba la sangre, lo grave y rencorosa que se oía su voz tardaría en irse de su mente, la frigidez que endurecía su cuerpo se veía muy incómodo y pronunciaba la sensación de angustia que oprimía en su pecho cuando la veía reaccionar a la verdad. Todo se sentía tan real, que estaba segura que no quería recordar ese sueño otra vez y esperaba ansiosamente que el tiempo se ocupara de sepultarlo en alguna parte de su inconsciente, como sucedió con los demás que ya no recordaba. 

Aunque Nayeon no estaba segura de cuál sería su suerte cuando se decida a enfrentar a su alfa, no quitaba que lo que sucedió en ese sueño no fuera una posibilidad.

Jeongyeon era una alfa de temperamento fuerte y cuando se molestaba podía ser totalmente explosiva. Aunque también era más que claro que especular sobre su reacción, era lo único que la omega sabía hacer y aquello no ayudaba en lo absoluto a su carga de conciencia. 

Como si verdaderamente hubiera estado con ella y su enojo le hubiera cargado de toda esa energía tan cruda y negativa, se liberó de las cobijas para buscar un poco de libertad a toda esa opresión. Entonces las palabras de la conversación que había tenido con Jihyo, llegaron a su mente. La única solución a todo ese suplicio que la atormentaba se hallaba en su poder, debía aclararle la verdad a su alfa y debía hacerlo cuanto antes. 

Pero ¿Como? ¿Cómo se garantizaba a sí misma que la alfa no reaccionaría del peor modo? Sabía que estaba siendo una maldita cobarde y Im Nayeon era una omega muy valiente cuando de cualquier alfa se trataba, de cualquiera menos de ella, de su alfa.

Estaba apenada por haber llegado a ese extremo de impotencia y se sentía realmente desesperada, porque por más de que hubiera pensado mil y una alternativas, sabía que el único modo era diciendo la verdad de frente y estar preparada para lo que sea, pero simplemente estaba siendo cobarde y egoísta...

*Flash

—Lo sé, pero quiero oírlo de tu boca porque ya no quiero confundir más las cosas... —Habló la alfa con los ojos entrecerrados.

Nayeon pensó que podría palpar la tensión en el aire de tanta incomodidad que sentía. ¿Negarse a decir la verdad aún era una opción?

—No seas cobarde, se supone que soy tu mejor amiga Nayeon y me conoces ¿qué sucede contigo? Te ves como si esperaras lo peor de mi... —Habló en su tono de reproche.

Era verdad que se estaba dejando llevar por el temor, Nayeon sabía cuán comprensiva podía ser su amiga y, luego de un suspiro, dio un asentamiento antes de hablar. Lo haría, al fin.

—Soy... soy una omega. —Admitió al fin y su voz se oyó entrecortada mediante esa verdad.

Jihyo, quien esperaba esas palabras desde hacía siglos, asintió aceptándolas.

—¿Y por qué lo ocultaste durante todo este tiempo? —Cuestionó entonces la alfa, a la vez que tomó una de las manos de la omega y presionó, como muestra de apoyo. 

—No lo sé... créeme que realmente no lo sé... —Murmuró sin poder verla a los ojos, la omega se sintió avergonzada ante la inminente mirada de la alfa —Para por favor, me estás intimidando Jihyo... —Musitó con la voz demasiado baja.

—Oh, lo siento. —Sonrió de lado dejando que su cuerpo se relajara —Eso suele suceder cuando estoy muy concentrada o me rodeo de tensión... —Comentó con relajo.

Nayeon respiró el fresco aroma que desprendieron las feromonas de la alfa, entonces una duda llegó a ella.

—¿Tu... acaso puedes sentir mi aroma? —preguntó ansiosa.

Jihyo le miró confundida, pero luego negó.

—No. Supongo que es a causa de los supresores, pero no lo he sentido directamente de ti aún. —Analizó, ganándose una afirmación de Nayeon —Sentí un fuerte e impregnante aroma dulce que no era de Chewy alguna vez, cuando regresaba de trabajar aquí antes de que la tomen en la agencia de modelaje... —Señaló y los ojos de la mayor se extendieron con asombro. —No fue adrede, ella... se puso nerviosa y no supo ver mi juego de palabras, lo siento... —Alzó los hombros como señal de que por más de que le juzgara ya estaba hecho. 

—¿Hace cuanto lo sabes? —Cuestionó Nayeon, ansiosa.

—Pues... fue como al inicio de nuestra relación, cuando llevábamos como seis meses saliendo. Chewi y yo habíamos comenzado a pasar más tiempo juntas y yo estaba pensando en marcarla, entonces comenzamos a hablar de nuestras relaciones anteriores, pero ya venía sintiendo tu aroma en ella, entonces busqué una respuesta...

Nayeon podía ver la honestidad en cada palabra de su amiga. 

—¿Y qué pensaste cuando lo descubriste? —Insistió la omega, intentando hallar la respuesta de Jeongyeon en su amiga.

Más ella sabía muy bien que el parecido con Jihyo era tan absurdo como que el cielo se pusiera de color verde neón.

—Supuse que tendrías tus motivos Nayeon, la verdad no me puse a pensar demasiado sobre el tema. Siempre me pareciste bastante honesta, agradable y confiable, supuse que solo querías preservar tu amistad con este par de alfas infantiles... —Musitó con una sonrisa divertida.

—Oh no, claro que no. Yo... lo siento Hyo, no fue planeado, todo fue una gran torpeza de mi parte. El día que las conocí, yo esperaba a mis proveedores. Algunos de ellos se ponen bastante intensos al percibir mi aroma y he tenido cierto antagonismo con alfas por esta misma causa. Si tan solo hubiera sabido que ese día las conocería también, hubiera descartado la idea de...

—¿Jeongyeon lo sabe? —Interrumpió la alfa, restando importancia a sus motivos, los cuales serían bastante inútil de lamentar.

Nayeon bajó la mirada ante esa pregunta y sus mejillas relucieron de color escarlata. Jihyo chasqueó la lengua en desapruebo.

—Ella te gusta, ¿verdad? —Hizo esa pregunta que había estado analizando durante largo tiempo y lo hizo con tanta tranquilidad, que jamás se hubiera esperado esa respuesta de parte de la mayor.

—Ella... —Tragó mediante, como muestra de nerviosismo —Ella es mi alfa, Jihyo. —Acentuó la información.

Su amiga frente a ella extendió sus grandes ojos pues, aquello comenzaba a cerrar en la mente de la menor.

—Rayos... —Musitó perpleja y sus labios también se extendieron ante el asombro —¿Te has estado ocultando de ella desde que lo supiste? Yo sabía que había algo raro entre ustedes pero... —Musitó entre dientes mientras reproducía en su memoria cada uno de los instantes repletos de tensión sin sentido, el extraño flirteo poco común entre amigas, las discusiones infantiles, esa química inquebrantable y la lista de observaciones seguía.

—Yo-no lo habría podido imaginar, pero algo me decía que ese día no sería común, mi omega me lo advirtió pero no hubiera creído que se trataba de que me encontraría con ella ese día tan común para mi... —Murmuró una Nayeon completamente afligida.

Jihyo le miró casi que sin expresión.

—Estas en verdaderos problemas, ¿lo sabes verdad? —Musitó con los mismos pensamientos que abordaban a la omega desde hace días.

¿Cómo tomaría aquello Yoo Jeongyeon? Que Nayeon se hubiera estado ocultando no era un problema, pero esa confesión lo cambiaba absolutamente todo.

Jihyo hubiera querido no ser tan brusca con ella, pero algo le decía que Jeongyeon estaría muy molesta, después de todo, no podía ignorar esa fijación de su antigua amiga por encontrar esa extraña conexión universal con su omega predestinado.

—Por favor Jihyo, no me lo recuerdes con tanta rudeza porque estoy a punto de echarme a llorar aquí... —Murmuró con la misma preocupación que su amiga.

Jihyo quiso golpearse por haber sido tan poco empática. Al intentar proteger los sentimientos de Jeongyeon, olvidó que Nayeon también era su amiga y que de seguro debía de haber sido muy difícil ese escenario de simulación.

—Me insinué a ella, para intentar acercarme... 

—¡Tú te le...! —Jihyo se tapó los labios, sin poder creerlo —¿Y ella qué dijo? —Cuestionó sin poder cambiar su expresión.

—Ha estado evitándome desde entonces. Sabes como es Jeongyeon, ella evita todo lo que la haga sentir incómoda, no conoce de tintas medias... —La omega agachó la cabeza mientras la mecía —Arruiné nuestra relación Hyo, ella... ella ya no puede verme sin que el ambiente se vuelva tenso e incómodo. Y la entiendo, entiendo todo lo que provoqué pero ya no puedo detener a mi omega, ya no puedo detenerme, la necesito... —Musitó con la voz demasiado baja.

—Definitivamente estas en problemas, cariño. —Le miró sin saber cómo reaccionar al respecto.

Nayeon hizo un mohín y su labio superior tembló y Jihyo sintió su tremulidad.

—Pero si quieres llorar tampoco pierdes nada Nayeon-ah... —Aprobó sabiendo que de todos modos no habría cómo detenerla. —¿Desde cuándo lo sabes? 

—¿El que...? —Preguntó intentando detener las lágrimas que se desbordaban caprichosamente de sus ojos.

Jihyo extendió su mano para tomar su mano nuevamente.

—Que ella es tu predestinada... —Indagó suavemente mientras le acariciaba el antebrazo, intentando aplacar su profunda desesperación. 

—Desde el primer momento. La sentí apenas ingresó aquí por primera vez...

Jihyo no podía dejar de seguir cada una de sus palabras.

—Su aroma me envolvió como si me poseyera y sentí que me elevaría ante esa  extraña sensación tan intensa que casi me quitó el aire... —Musitó cayendo en el recuerdo —Mi omega enloqueció, creí que el corazón me atravesaría el pecho. Entonces, cuando quise darme cuenta estaba casi corriendo en su búsqueda y cuando la vi discutir con Chewi, tu ya conoces esa historia —La alfa asintió deteniendo una lágrima que caía junto a su mejilla —Busqué su atención de inmediato, pero ella no me percibió... —Murmuró bajando la cabeza y las lágrimas volvieron a caer.

La omega estaba dejando salir esa historia la cual jamás había comentado con nadie antes, además de Tzuyu.

—Me sentí tan apenada, mi loba se avergonzó tanto de mi, que simplemente no tuve el valor para retractarme en ese momento. —Sorbió la nariz negándose a ver a su amiga de la pena —Simplemente estuve fingiendo ser beta porque me dio pena haber sido tan torpe, luego comenzaron a pasar los días, me acostumbré a su amistad... 

—Y dejaste el tiempo pasar. —Completó la alfa y la castaña asintió sin poder mirarla. 

—Cuando quise retractarme ya era demasiado tarde... —Sollozó y Jihyo la abrazó de inmediato. —¿Qué rayos voy a hacer ahora, Hyo? ¿Y si ella me rechaza? ¿Y si cree que yo la rechacé? —Preguntó cuando la alfa dejó el abrazo —Mi omega me exige redimirme ante ella, su aroma... —Ronroneó sin pretenderlo, mientras parecía saborearlo —... es tan intenso que me mareo de solo tenerla cerca y no poder hundir mi nariz en su cuello para sentirla me enloquece. Puedo percibir cuando está cerca aún por sobre los muros. Ya estoy a punto de colapsar, fueron los años más largos y frustrantes de toda mi vida. —Expresó tan de prisa que Jihyo le miró sin saber muy bien qué responder ante su evidente frustración.

—Cielos, estás enamorada de ella, Nayeon... —Musitó la alfa entreabriendo sus labios luego de su afirmación, no hallando qué responder.

Nayeon dejó caer algunas lágrimas y ladeó la mirada, aún avergonzada.

—¿Y como rayos Jeongyeon no se dió cuenta de todo esto? ¿Qué tiene en los ojos esa alfa tonta? —Exclamó Jihyo, con incredulidad.

Nayeon tragó algo incómoda con sus palabras tan directas. 

—No lo digas en voz alta, porque me haces sentir más patética, sabes que ella no tiene la culpa... —Masculló aunque con la voz baja.

—Ya no llores Nayeon-ah. Mira allá viene Tzuyu... —Señaló reluciendo una sonrisa al ver llegar a su omega y sus grandes ojos brillaron de espontánea emoción.

Nayeon alzó la mirada con alegría al ver llegar a la menor de piernas largas.

—Mi pequeña Tzuyu... —Musitó la omega mayor, con un mohín pronunciado.

La expresión de alegría de la joven omega se ensombreció al ver las lágrimas de su ex jefa y actual amiga.

—Nayeon unnie, ¿porque estás llorando, huh? —Preguntó preocupada por su mayor —¿Es porque estás felíz de verme? —Preguntó Tzuyu, con una sonrisa radiante.

Jihyo sonrió al ver la alegría en la mirada brillosa de su omega, sabía cuán a gusto se sentía de estar de regreso de su largo viaje por Japón.

—Lo estoy, pero es por otro motivo... —Murmuró limpiándose el borde de esas traviesas lágrimas que se escapaban sin su permiso para abrazar a la más alta como saludo.

—Oh, ¿acaso es por Jeongyeon unnie? —Preguntó mientras correspondía a su abrazo.

Nayeon miró a su pequeña amiga y luego a Jihyo, con seriedad.

—Lamento haber sido quien te pusiera en evidencia, unnie... —Musitó apenada y Jihyo se sonrió cuando alzó las cejas con travesura hacia Nayeon. —Lo siento unnie...

—Tranquila Chewy, yo sé que no eres para nada chismosa y conozco muy bien los alcances de Jihyo. Simplemente me preocupa que llegue información incorrecta a Jeongyeon... —Musitó mirando a la alfa con seriedad. 

—Oye, si hubiera querido ya lo hubiera hecho, sabes muy bien que no sería capaz. Pero Jeongyeon merece saber que no está loca... —Con aquella última frase se ganó una expresión de confusión de su mayor —Sigue sintiendo ese aroma dulce y si lo percibe aún con los neutralizadores, es porque naturalmente tus feromonas exponen tu aroma en su presencia... —Señaló la alfa.

Nayeon se tapó el rostro apenada. ¿Cómo iba a creer que sería tan sencillo ocultarse de su alfa?

—Ella lleva tiempo sintiéndote, Nayeon-ah... —Le informó sutilmente lo que sabía.

Nayeon supo que era verdad, pero no supo más del asunto pues, siempre que Jeongyeon lo tocaba, ella lo cancelaba para desviar la conversación y así protegerse de la inminente verdad.

—Que tonta soy... —Murmuró tomándose el pecho con una mano sintiendo esa insoportable culpa en su interior.

—No eres tonta y ya no importa realmente qué es lo que te llevó a huir de ella, pero tienes que terminar con esto Nayeon, ella ha pasado muchísimo tiempo buscando una conexión con su omega y tu lo sabes, merece saber que a quien busca es a ti... —Insistió Jihyo con suavidad y Nayeon sorbió la nariz antes de asentir.

—Debes hablar con ella unnie, pero con la verdad, ambas merecen tener esta oportunidad... —Musitó Tzuyu, compartiéndole buenos ánimos.

—Lo haré Chewy... —Le tomó sus manos y se dejó rodear por el largo brazo de la menor. —Oye ¿cómo te fue en Japón...? ¡Un momento! —Les miró de pronto entrecerrando los ojos. —¿Hay algún motivo del porqué están aquí ustedes dos? —Señaló la mayor con alarmante emoción. 

—¡Oh sí! —Musitó Tzuyu con alegría en sus bellos ojos oscuros, una vez metía una mano dentro de su bolsa y sacaba una hermosa y elegante tarjeta de invitación. —Estamos aquí, para invitarte a nuestra boda, en persona. —Señaló con una sonrisa brillante.

Jihyo sostuvo un hombro de la omega al instante en el que está extendía la invitación a su mayor. 

—Oh my god... —Musitó Nayeon con emoción, tomando el sobre que le entregaba Tzuyu y abriendo el delicado papel para leer su contenido, encantada.

Back*

"Usted se encuentra cordialmente invitado a presenciar el enlace de Chou Tzuyu y Park Jihyo en sagrado matrimonio..." 

Leyó la mujer de cabello corto y extendió los ojos en su asombro al ver la fecha del evento. ¿Quién en su sano juicio informaba a sus invitados de una boda que se celebraría en poco menos de una semana? 

—Pero esto está a la vuelta de la esquina... —Expresó Jeongyeon su descontento alzando una ceja.

La alfa menor asintió sonriente, sin soltar la mano de su omega.

—Cumpliremos tres años ese mismo día y ya no puedo esperar para desposar a mi hermosa Chewi. —Musitó sin abandonar la sonrisa —Tuvimos que aplazar por largo rato nuestros planes debido a su agenda. Mi hermosa modelo viajó mucho, estuvo muy solicitada. Entonces, queremos a aprovechar la temporada para tomarnos unas largas vacaciones de todo —Le confió sus planes, con emoción.

Jeongyeon arrugó la nariz ante el semblante empalagoso de su amiga con la omega que tenía aferrada a su brazo desde que habían llegado a su oficina.

—Es demasiado temprano para recibir este tipo de noticias... pero felicidades. Aunque no esperen verme especialmente elegante si me dan menos de una semana para alistarme. —Se oyó como un reproche.

Jihyo volteó los ojos ante las palabras de su amiga. Tzuyu sonrió divertida, dejando ver esos hermosos y particulares hoyuelos que se marcaban en sus mejillas. 

—Con que esté ahí será más que suficiente, Jeongyeon unnie, la ceremonia será muy discreta... —Señaló la omega con verdadera amabilidad quitándole una sonrisa a la alfa mayor. 

—Estoy muy felíz por ustedes. Al parecer ese día en el que te grité dejó algo bueno después de todo... vaya, qué pena contigo Tzuyu, discúlpame por enésima vez. —Musitó con un mohín en sus labios rosados.

La omega acentuó su sonrisa al oír sus palabras.

—Oh no se preocupe unnie, ha pasado mucho desde ese día. No olvidaré jamás que gracias a ese episodio pude ver la hermosa persona que es mi alfa, volvería a repetir ese día mil veces más si fuera necesario... —Musitó la joven viendo a su alfa con amor.

Jihyo le respondió depositando un besó sobre la mano de su omega, allí en donde descansaba el anillo de compromiso y en donde pronto habría uno de matrimonio.

Jeongyeon sonrió ahora enternecida ante esa oportunidad de poder admirar al amor tan de cerca.

—La fortuna fue mía de haber puesto mis ojos en ti, mi hermosa Tzuyu. Todo el amor que me brindas, me hace la envidia de todo el mundo... —Susurró dejando un beso sobre su mejilla haciendo sonreír tiernamente a la omega.

—Puedo irme y darles un momento si así lo desean... —señaló Jeongyeon hacia la puerta de su oficina con humor, haciendo gruñir a Jihyo ante el chiste que interrumpió el dulce momento.

—Unnie... —Le reclamó Tzuyu apenada, ganándose una nueva carcajada de la alfa mayor.

—De acuerdo. Si esperan que confirme, ya está hecho. De todos modos soy un testigo legal ¿o no? —Señaló con verdadera alegría. Jihyo asintió ante sus palabras. 

—Tu de mi parte y Nayeon de parte de Tzuyu, ya que sus padres no saben si podrán estar presentes por  compromisos laborales. —Señaló el nombre de esa mujer que había sido la dueña de toda su mente sin descanso. 

Jeongyeon se tensó de inmediato al oír su nombre. Nayeon también estaría ahí, ¿cómo no lo había pensado antes? Bueno, tampoco es que pudiera huír de ese evento tan especial para su amiga. Se sintió ahogada por un instante al imaginar reencontrarse nuevamente con Nayeon luego de todo lo que se había empeñado en evitarla.

Luego de la propuesta y de su notable cobardía por admitir cuánto le gustaba su amiga, todo había tenido el suficiente tiempo para hacerse muy grande en su cabeza. Al saber que tendría que volver a verla sí o sí, sabía que una semana lo haría aún peor y más universal. Se le hizo irónico que hubieran compartido tanto tiempo en un corto pasado.

—Nayeon también estará ahí... —Musitó en voz alta y fue muy tarde para arrepentirse de ello. Presionó la mandíbula al notarlo.

—¿Algún problema? —Canturreó Jihyo con evidente picardía en su voz.

Solo Tzuyu pudo identificar la diversión de su alfa, y por el mismo motivo, le dió un pellizco en el brazo, ganándose una mirada de reproche de la misma.

—Ese aroma... —Señaló y miró a Tzuyu —¿Tzuyu, tu no sabes a quién pertenece ese aroma a uva dulce que siempre trae Nayeon? —Musitó de pronto y la omega se ruborizó de inmediato bajo su exigente mirada ansiosa.

—Alfa... —Musitó una nerviosa Tzuyu en dirección a Jihyo, quien supo que debía responder por ella, pues la joven no era la mejor opción para mentir ni ocultar.

—Habla con Nayeon, Jeongyeon-ah. Deben dejar de evitarse y aclarar ciertas cosas de una buena y bendita vez. —Musitó, dejando aún más confundida a la alfa. 

—¿Pero sí saben? —Preguntó aumentando  el tono en su voz —¡Tienen que decirme!, Yo-yo, ¡Tengo que saber! —Expresó con demasiada ansiedad.

Jihyo se vio obligada a cortar la tensión del silencio que se armó luego de ese arrebato de su amiga, despegando su maravilloso aroma. Jeongyeon suspiró obligándose a mantener la calma.

—Tu solo, habla con ella amiga, hazme caso. —Le incentivó ganándose una expresión de fastidio de parte de la alfa. 

¿Qué rayos significaba todo ese misterio? Le miró con los ojos entrecerrados y Jihyo besó la mejilla de su amiga antes de salir por la puerta, luego de que Tzuyu se despidiera de su unnie. Sea lo que sea, la había dejado más enredada que la conversación con Nayeon. No claro que no, nada la dejaría más enredada que la intensa mirada de su Nayeonnie... 

Dos días después... 

Se apoyó contra el mesón, mientras bebía la taza de té verde con sus pensamientos rondando en ese aterrador sueño el cual no había dejado de recordar en detalle, aún podía sentir la sensación de desesperación y dejó la taza a un lado por temor a dejarla caer con tremulidad. 

Se habían ido los días y Nayeon se sentía cada vez más a la expectativa por el silencio de Jeongyeon. Aunque la alfa había prometido que le llamaría, jamás lo hizo, pero no podía quejarse, no cuando había estado respondiendo uno que otro de sus mensajes, ninguno era muy largo ni muy explicativo, pero era mejor que el silencio absoluto y sepulcral de la primera vez. ¿Acaso era eso diferente al pasado en donde eran amigas? Se preguntó una paranoica Nayeon. Pues no es que hubieran tenido largas conversaciones por texto, debido a que preferían verse en persona y lo hacían cada semana ¿lo harían esa semana también? Se preguntó confundida. ¿Qué día era? ¡Miércoles!

>Hola Jeongyeonnie ¿Te veré hoy?
No dejes de ir...
06:33 a.m

<Hola Nayeonnie... 
07:00 a.m

(Escribiendo...)

—Escribe... —Musitó Nayeon caminando de un lado al otro por la cocina, dispuesta a comenzar el día, aún veía a su amiga intentando enviar un mensaje —Vamos... ¿Qué tanto escribes Jeongyeon-ah? —Musitó luego de varios minutos mientras se volvía a sentar en la silla junto al desayunador para esperar una respuesta. 

¿Y si estaba intentando decirle algo? ¿Y si Jihyo había abierto la boca? No. Si estuviera molesta no le habría dicho su apodo y menos estaría enviando mensajes, ya la hubiera llamado para reclamarle ¿o no? Nayeon tragó luego de reírse de sí misma por lo ridícula que se veía, definitivamente estaba más que paranoica. 

<No dejaré de ir, lo prometo :)
07:04 a.m

¿Eso era todo el mensaje? Nayeon volteó los ojos luego de releer el mensaje con incredulidad. ¿Y se había tardado casi cinco minutos en escribir esas pocas palabras? Eso se veía raro.

Lo bueno era que la vería. Luego de todos esos días en los que su estrecha relación de amistad, por la que había luchado tanto y la cual ya creía que se había ido al demonio, la vería allí en su cita semanal.

Debía verla para fingir que todo estaba bien y que no se moría por asaltar sus labios muy humectados, de fundir su lengua con la suya, de inmiscuir sus manos sobre la pálida piel de su cuello que siempre se veía tan suave y apetitosa, ni de perderse en las finas hebras de su cabello corto. Nayeon se sintió agitada mientras se decía a sí misma que mantuviera la calma y esos pensamientos en raya, pero ¡Cielos! Ya no sabía cómo mantener el control de sí misma, cuando la venía soñando desde hacía días, si no llegaba totalmente agotada hasta para soñar, definitivamente sería un día muy largo.

Jeongyeon sintió el aroma del café que tenía entre manos y se perdió en los recuerdos que le regalaban ese aroma, últimamente. 

—Gracias Sana.

La omega le respondió con un guiño amable mientras le devolvía su tarjeta de débito.

Jeongyeon detalló el lugar con ansiedad y la muchacha debió de haberse dado cuenta, pues respondió a esa actitud casi de inmediato. 

—Ella no está, unnie... —Informó la japonesa, ganándose así la atención de la alfa —Nayeon unnie tuvo un llamado del banco esta mañana, al parecer hubo un problema con su cuenta personal...

Jeongyeon se sintió algo avergonzada de verse tan evidente. 

—Oh claro, me imagino que debe de ser muy ocupado para ella ser su propio jefe y estar al pendiente de todo a la vez. —Parloteó para no incomodar a la curiosa chica de cabellos rubios, con sus pocas palabras.

La joven frunció los hombros mientras se apoyaba sobre el mostrador algo risueña mientras armaba un mohín que se le vió muy tierno.

—Pues, sí lo es, ella hace que se vea muy sencillo. Unnie es siempre tan relajada y positiva, aunque... —Con aquella pausa se ganó nuevamente una mirada de la alfa —Este último tiempo ha estado muy dispersa, la veo bastante intranquila. Nayeon unnie puede parecer distraída a veces, pero es muy atenta y últimamente ha estado algo ida, como si estuviera triste... —Comentó la omega con los ojos llenos de preocupación.

¿Triste? Se preguntó Jeongyeon con preocupación, mientras le daba un sorbo a su café.

—¿Usted no sabe porque, unnie? —Curioseó la joven con aquellas mejillas redonditas.

Jeongyeon simplemente no supo qué responder. 

—¿Sana chan?

Se oyó aquella suave voz desde atrás y Sana se volteó para atender a su compañera, asomando la cabeza desde la puerta de la cocina. La alfa llegó segundos después con expresión de duda. 

—¿Aún no llega Nayeon unnie? —Sana meció la cabeza como respuesta —Ya no hay canela... —Musitó presionando los labios.

Jeongyeon sonrió de lado, sin poder evitarlo, al oír esa frase.

—Creo que el imbécil ese que se le queda viendo el trasero, se olvidó de dejarlo otra vez. —Espetó con desagrado —¡Oh! ¡Hola Jeongyeon unnie! —Saludó la joven con aquellos lunares tan bonitos salpicando su rostro y esos cabellos tan oscuros como la noche, con el movimiento de su mano, al notar a la amiga de su jefa allí.

Jeongyeon le sonrió como respuesta. 

—Hola Mina. —Musitó como respuesta, aunque sus pensamientos hubieran estado volando en el motivo por el cual Nayeon pudiera estar triste.

¿Acaso ella había provocado que su amiga se sintiera así con la distancia que había dispuesto? Presionó los labios ante ese pensamiento.

Un cliente llegó y la alfa decidió que era mejor dejar de entretener a las chicas de su trabajo y luego de dedicarles un saludo amistoso, salió del lugar muy pensativa. 

Al mediodía, cuando estaba lista para ir a almorzar con sus amigas, se encontraba ansiosa por ver a Nayeon.

Después de que había estado toda la mañana pensando en ella, la sola idea de haberla hecho sentir mal la tenía muy preocupada, así que estaba ansiosa por verla y cerciorarse de que estuviera bien. Nadie había hablado para cancelar y no había motivo para creer que ella faltaría ¿o no?

Había tomado una decisión respecto a su propuesta, y ya estaba más que segura. Si bien se había tardado algunos días, había estado segura de que este día llegaría y, confiando en que Jihyo se iría primero como lo hacía en cada cita por su apretada agenda, sabía que tendría al menos unos segundos para decirle a Nayeon lo que había estado pensando respecto a la propuesta que tenían pendiente. El que no arriesga, no gana ¿verdad? Sabía que nada malo podría salir de una atracción tan evidente como la que había entre ambas y la cual se había estado negando a sí misma hasta el cansancio.

Su móvil llamó su atención de entre sus pensamientos sin fin.

The powerpuff Girls 💙❤💚

GodHyo <Chicas, no podré ir a nuestro almuerzo hoy.
Estoy muy ocupada con la boda y organizando todo en la firma para poder tomar mis vacaciones sin interrupciones.
Pero por si acaso no nos llegamos a ver, no se olviden de la cena de ensayo del próximo viernes, sean puntuales por favor.
11:32 a.m

>Si mamá. 
11:32 a.m

Nayeonnie <Sabes que estaré ahí así se forme un huracán, pero me parece de muy mal gusto que nos canceles a estas horas BadHyo...
11:34 a.m

>¿Por qué rayos sigo odiando el nombre de este grupo?
11:34 a.m

GodHyo <Porque eres nuestra jodida Bellota, tu odias todo...
Vamos @Nayeon-ah, ¿cuando he faltado a nuestra cita?
Chewi está aquí, no quiero separarme de ella un segundo y últimamente dispongo de muy poco tiempo libre...
11:35 a.m

Nayeonnie >Ow, que tierna eres Park, enhorabuena vas a casarte con ella
De acuerdo te perdono.
Pero regresando a la jodida Bellota, solo no la hagas molestar, porque con una Tzuyu traumatizada tenemos suficiente... XD
11:35 a.m

>¡Oye! Ya le he pedido disculpas a Tzuyu en muchas oportunidades, jodida Bombón...
11:35 a.m

GodHyo <JAJAJA soy testigo de que sí lo ha hecho...
11:35 a.m

Nayeonnie <@Jeongyeonnie Tu Bombón, guapa ;)
11:35 a.m

GodHyo <¿No que yo era la jodida Bombón? No tengo nada de Burbuja... ;-;
11:36 a.m

>Cielos, si es cierto, lo siento jodida Bombón...
Entonces tú jodida Burbuja, deja de levantarme falsos.
11:36 a.m

Nayeonnie <¡Pero yo soy la mayor! >:/
11:37 a.m

GodHyo <Pero no eres para nada puntual y tampoco eres la que soluciona rápido un conflicto...
11:37 a.m

>En cambio tienes muchas similitudes con Burbuja, eres tan insoportable, tierna y caprichosa... 
Mucho de ese último.
11:37 a.m

Nayeonnie <¡Pues tú si te pareces íntegramente a la jodida Bellota, @Jeongyeonnie! >:/
11:37 a.m

GodHyo <¿Ves que si somos, @Jeongyeon-ah? Si hasta se pelean sin parar como Burbuja y Bellota... 
11:37 a.m

>Ella comenzó, acusándome de que traumaticé a Chewi... 
11:38 a.m

Nayeonnie >Y casi lo haces con Chaeng, pero supe detenerte a tiempo... 
11:38 a.m

>¡Oye eso no es cierto! Me llevo genial con todas las chicas que trabajan en tu cafetería.
Sana hizo mi café esta mañana y hasta hablamos un momento con Mina.
Jodida Burbuja mentirosa...
11:38 a.m

Nayeonnie <¿Estuviste aquí por la mañana? ¿PORQUE RAYOS VIENES CUANDO NO ESTOY @JEONGYEONNIE? :O
11:39 a.m

>¡ESTOY DICIÉNDOLO AHORA @NAYEONNIE! Oye no me grites. -.-'
11:39 a.m

Nayeonnie <¿Por qué eres así jodida Bellota?
¿Sabes cuánto tiene ignorando mis llamados @GodHyo? ¡Tres días! ¡TRES! 
11:39 a.m

GodHyo <Que mala amiga @Jeongyeon-ah... u-u
11:39 a.m

Nayeonnie <Además Chae dice que le das miedo, varias veces me pidió que intente estar a tiempo para atenderte yo misma, hasta me suplicó de rodillas...
11:39 a.m

>¡Estás mintiendo jodida Burbuja! 
11:39 a.m

Nayeonnie <Jajajajaja jodida Bellota... 
11:40 a.m

GodHyo <¡Ya basta niñas! Ash.
11:40 a.m

>No te molestes jodida Bombón... 
11:42 a.m

Nayeonnie <Te amamos jodida Bombón. 
11:42 a.m

GodHyo <¿Que rayos estaba pensando cuando las elegí como amigas? ¡Ustedes jamás van a madurar!
11:43 a.m

>Ya jodida Bombón, estaremos en tu jodida cena de ensayo... 
11:43 a.m

Nayeonnie <Estaremos, aunque no te prometo que no quiera estrangular a @Jeongyeonnie allí mismo por seguir ignorando mis jodidos mensajes... 
11:43 a.m

GodHyo <¡Oh vamos! ¿Es enserio?
11:43 a.m

>¡Ya nos expusistes jodida Burbuja! 
11:43 a.m

GodHyo <Solucionen sus problemas lejos de la cena de ensayo de mi boda, o les prometo que no quieren verme molesta.
(Y SI ES UNA JODIDA AMENAZA)
11:43 a.m

Nayeonnie <De acuerdo jodida Bombón
11:44 a.m

>Ah ok. 
11:45 a.m

GodHyo <Confío en ustedes...
Como que "jodido" ha sido la palabra del día.
11:45 a.m

>Me gusta esa palabra.
11:46 a.m

Nayeonnie <A mi me gustas tu... 
11:47 a.m

¿Cómo podía ser posible? Hacía tan solo una semana, había estado apenada consigo misma por sufrir una nueva ruptura amorosa. Apenada porque la habían dejado a poco tiempo de su celo, incluso renunciando a una suma de dinero interesante y en medio de esa desagradable situación, se había replanteado los motivos de su existencia durante lo que simuló ser un siglo y que sólo habían sido un par de horas. En ese mismo corto lapso intentó reconstruirse, buscó entenderse a sí misma y perdonarse, mientras buscaba la razón por la que parecía no ser apta para tener una relación y aceptar su destino dramáticamente.

¿Porqué todo aquello parecía haberse ido al demonio en tan poco tiempo? Se veía tan lejano desde el instante en el que Im Nayeon había abierto la boca y lo había desquiciado todo, sacudiendo su mundo por completo con la frescura que dijo ese par de palabras.

Y ahora estaba allí, ruborizada hasta las raíces de su cabello, por unas tontas palabras adolescentes que podría haber dicho en cualquier momento, pero que no tendrían el mismo efecto si no eran después de esa propuesta. "¿No es acaso lo que tu querías?" Reclamó su loba y Jeongyeon gruñó como respuesta. ¡Por supuesto que no! No quería que todo se alborote de ese modo ¿O sí? 

Sostuvo la bolsa entre sus manos, mientras se preguntaba si era buena idea estar frente a ella nuevamente sin haber pensado bien qué diría. Estaba tan avergonzada de haberse dejado llevar por sus instintos más impulsivos, pero era más fuerte que ella, cualquier oportunidad era válida y eso la asombraba pues simplemente, no podía detenerse.

Las dudas llegaron a ella cuando hizo unos pasos dentro del restaurante.

¿Y si no iba y tenía que almorzar sola? Bueno, no es que le molestara, de hecho lo hacía casi todos los días y disfrutaba mucho de ese tipo de momentos en silencio, pero era sencillo cuando realmente no estaba esperando a alguien.

Imaginar que podría recibir un plantón de parte de Nayeon le hacía sentir extrañamente enferma.

Tragó cuando le trajeron el menú y prepararon la mesa para tres. Ella señaló que Jihyo no llegaría ese día y retiraron el servicio de ese extremo de la mesa. Ahora solo eran dos, faltaba que Nayeon decidiera llegar para que ella pudiera darle una respuesta a su propuesta.

Esperar... si había algo que Yoo Jeongyeon no tenía, eso era paciencia.

Los nervios y la ansiedad se notaban en ella, decidió la omega mientras la recorría con su mirada atenta, la conocía tan bien que podía describirla fácilmente. Se notaba en su incesante aroma que se distribuía en todo el lugar sin que ella tan siquiera lo notara, en el modo en el que movía la rodilla intranquila, se removía inquieta de cuando en cuando sobre su asiento, observaba la hora en su reloj de mano por milésima vez y se mordisqueaba el labio inferior impaciente cuando veía en dirección hacia la entrada incontables veces. 

Nayeon, quien se encontraba detrás sentada junto a la barra de cócteles, bebía una copa de vino blanco cuando la vió estirar ese delicado cuello en su búsqueda y se sonrió de lado al percibir la intensidad que la poseía cuando tenía sentimientos que no podía controlar. Ella olía delicioso, el chocolate se percibía tan amargo que las avellanas se perdían en él y Nayeon se dejó embriagar por su aroma durante un momento.

Justo a tiempo. Siempre era tan puntual, se recordó la omega con halago hacia su alfa, verla llegar tarde siempre era alarmante, no tanto así de su parte, se recriminó.

Cuando estuvo sobre sus pies, le dio el último sorbo a la copa que la acompañó durante la última media hora de espera y suspiró armándose de valor para enfrentarse a ella.

"Hubiera sido más sencillo sin neutralizadores" Su omega gruñó. Nayeon se ruborizó mientras dirigía sus pasos hacia ella.

El sonido de la firmeza en sus pasos llamaron la atención de Jeongyeon quien dirigió su mirada hacia ella rápidamente. Nayeon notó de inmediato lo que había estado ignorando sin querer, era muy perceptible para su alfa y se había tardado todo ese tiempo en notarlo.

Su mirada oscura e intensa se posó sobre ella mientras la estudiaba y Nayeon tembló involuntariamente, aunque supo disimularlo muy bien, pues Jeongyeon no dio indicio de notarlo, ella solo le dirigió una hermosa sonrisa alegre con la que la recibió.

—¿Estabas aquí? —preguntó notablemente a gusto de verla.

—Siempre estaré aquí, para ti. —Respondió con toda intención.

Jeongyeon le dirigió una sonrisa condenadamente irresistible como respuesta. 

Varios minutos después de que se saludaran con un beso de mejilla, en donde Jeongyeon respiró ese dulce aroma en ella, como si lo trajera pegado de alguien más y el cual le sentaba tan bien y le atraía inmensamente, presionó la mandíbula con frustración. 

—¿Por qué haces eso? —Murmuró la alfa, una vez estuvieron una frente a la otra.

—¿A qué te refieres? —Nayeon le miró con genuina confusión. 

La alfa no bajó la mirada que la estudiaba.

—Eso que haces... decir cosas que sabes que me pondrán incomoda...

Nayeon se sonrió de lado antes de mecer la cabeza. 

—Siempre fue así, desde el primer momento. Quizás antes no parecías notarlo o era sencillo para ti ignorarlo fácilmente. Pero lamento incomodarte, no era mi intención Jeongyeonnie... —Musitó bajando la cabeza, aunque viéndole en el proceso con esa mirada atractiva y calculadora.

Jeongyeon abrió la boca para responder más se perdió en la belleza de esa expresión. Se veía tan atractiva que últimamente no podía parar de verla.

—Cierto, tienes razón. —Musitó corriendo la mirada de la suya la cual la había atrapado agresivamente.

Siempre había sido atrevida y directa con sus palabras, eso no era ninguna novedad, pero era obvio que después de esa propuesta y de esos sueños ya no se sintiera como antes, absolutamente nada de parte de ella.

—Nayeon... —Regresó la mirada hacia ella con valentía.

—Dime —Musitó algunos segundos después de haber hecho su pedido. —Dime lo que necesitas para dejar esta distancia que has puesto entre nosotras, por favor. 

—No he puesto una distancia entre nosotras... —Se defendió rápidamente.

—¿No lo has hecho? —Alzó una ceja incrédula, mientras se cruzaba de brazos.

Jeongyeon removió la cabeza y apoyó los codos sobre la mesa para mirarle analítica.

—Firma mi acuerdo. —Musitó entonces con las manos entrelazadas.

Fue Nayeon quien le miró con los ojos muy abiertos, casi que atónita.

—¿Qui-quieres que... lo firme? —Tartamudeó.

—Quiero que firmes... —Jeongyeon retuvo la sonrisa, para mantenerse serena, admirando su bella expresión confundida.

—Perfecto —Musitó con la voz algo ronca, al notar la expresión de duda en la alfa. —¿Ya te arrepentiste de haberlo dicho, verdad? —Se sonrió con diversión. 

—Si... pero lo vale. —admitió frunciendo los hombros.

Nayeon carcajeó con esa respuesta.

—Ay Jeongyeonnie... —Lamentó meciendo la cabeza mientras reía.

Jeongyeon le miró con una sonrisa de lado.

—¿De qué rayos te ríes, huh? —Cuestionó antes de tomarse el labio inferior.

Acción que no pasó desapercibida para Nayeon, quien se detuvo para detallarla con minuciosa atracción.

—Eres tan enojona jodida Bellota... —Musitó por lo bajo sacándole una sonrisa seca y ridícula.

—Y tu eres un problema, jodida Burbuja... —Respondió, admirando cuan buena era su amistad —¿Estás segura que quieres hacer esto Nayeonnie? Si no funciona, ya no habrá vuelta atrás, ¿lo sabes? —Consultó aún con dudas, pero Nayeon asintió sin ellas.

—Lo sé... —Admitió sosteniendo su mirada —Pero no hablemos de esto ahora, dejemos que suceda ¿de acuerdo? No es necesario que lo hablemos ahora. Mejor, háblame de ti, de tu semana, ¿acaso no me haz extrañado? —Musitó tomando una pieza de sushi en la boca. 

—¿Y en qué momento? Si no has dejado de acosarme Im... —Le acusó con una sonrisa divertida, ganándose así una expresión de desafío de la mayor.

—¡Oye! ¡No te... 

—Si lo has hecho, ¿quieres ver todos los mensajes que lo confirman? —Señaló a su móvil.

—Oye... —Nayeon le miró con diversión al perseguir la hermosa sonrisa en sus labios, sin saber muy bien qué decir.

—¿Sí...? —preguntó la alfa con esa sonrisa seductora.

—Pues perdóname por preocuparme por ti, Yoo... —Se recordó seguir con aquel incesante juego que les gustaba jugar.

—Tienes razón, algunos hablaban por la Nayeon preocupada, pero otros por una Nayeon muy acosadora... —Prosiguió con aquella absurda discusión.

—Yo no soy... —Intentó hablar con las mejillas llenas  y le fulminó con la mirada.

—¿Acostumbras a acosar a todas tus amigas? —preguntó la pelicorta, viéndole por sobre sus lentes.

Nayeon la encontró condenadamente sexy.

—¿Estás jugando conmigo, Yoo Jeongyeon? —Señaló la mayor entrecerrando los ojos mediante su respuesta, haciendo reír a Jeongyeon. 

—Hablo con la verdad y lo sabes. —Expresó regresando su atención a la comida que ahora tenía frente a ella.

—Jeongyeon... —Le reclamó entre dientes. 

—¿Si, Nayeon? —preguntó con aparente inocencia. 

—¿Que te hizo perder esa expresión de tonta atormentada? —preguntó entonces, conforme con la compañía.  

—Por un remoto instante recordé cuánto disfrutaba de tus insinuaciones... —Admitió la alfa con aquella sofisticada expresión de suficiencia.

Nayeon asintió conforme con aquella respuesta. 

—Oh bueno, eso es un buen indicio... —Señaló con un dedo índice.

Nayeon se extendió sobre la mesa y una de sus manos deparó junto al bolsillo de su saco, para tomar su bolígrafo y presionar con determinación.

—¿Dónde firmo? —Insistió con esa sonrisa que desequilibraría a cualquiera.

Jeongyeon correspondió esa expresión.

—De hecho... —Murmuró y no supo que perdió la voz hasta que se oyó, ridículamente —No lo traigo aquí, pero te invito a cenar esta noche, ¿que dices? Y podemos tratarlo con más... 

—¿Estás segura que quieres esto? —preguntó ella, ahora con seriedad.

—Estoy muy segura, Nayeon. Confío en ti... —Musitó —¿Tú a qué le temes? —Preguntó como si pudiera leer en su mirada.

—A ti... —admitió.

Jeongyeon supo que creía que lo estaba pensando, sobre todo por sus mejillas sonrosadas.

—¿A mi? —preguntó con ese tono de voz que simulaba ser inocente.

—A ti... —admitió la omega con más seguridad.

—Pues haces muy bien...  —Musitó con diversión.

—Esta noche será, entonces. —Cerró el bolígrafo pero esta vez lo dejó dentro de su bolsa. —Me quedaré con mi garantía. 

—¿Un bolígrafo? —Se rió mediante.

—Siempre puedes retractarte... —Habló antes de pronunciar un mohín.

—No lo haré, Nayeon... 

—Eso espero, Jeongyeon...

Buenas ¿que hay? ¿me extrañaste?
Estoy aquí, hice banners o separadores de capítulo ¿los notaste? A mi me gustaron mucho la verdad, ya los coloqué en los otros capítulos también.

¿Te gustó el capítulo? ¿Crees que Nayeon seguirá ocultándose de Jeongyeon o le dirá la verdad al fin? ¿Como crees que vaya a reaccionar Jeongyeon cuando sepa la verdad de Nayeon?

Déjame aquí tus comentarios, muero por saber tu opinión, sabes que estoy aquí para responder todas tus dudas siempre.

Un beso infinito como el océano, tu JazUnnie 🌻

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