ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴜ́ɴɪᴄᴏ
En la sala principal de la casa de "Las fuerzas", estaba Torunawa hablando y bromeando con Harupeno sobre algo random que pasó con sus hermanos por la mañana.
Al otro lado de la habitación, Saruzatsu estaba tratando de convencer a cierto chico peliverde para acercarse al castaño.
Vamos Tagu-chan, no seas un cobarde bro. - Dijo el moreno, tratando de calmar a su amigo (casi hermano), quien estaba algo nervioso por acercarse a su pareja.
¡Cállate! Tú como no tienes problemas para decirle a tus parejas cuánto los amas. - Dice en un tono molesto el peliverde, mientras mira al otro chico - "Ay preciosa o precioso, te daría hasta las estrellas por tener tu amor~"
El mayor hizo ese comentario con la intención de querer molestar a Saruzatsu, haciendo que el moreno se sonroje y le de un golpesito en el brazo.
Hablo enserio Taguken, sólo dile lo que tienes que decirle. Después de eso, nos vamos a jugar videojuegos con Toru-chan. - Dice Saruzatsu, mientras empuja a su amigo para que fuera hacia su novio.
Saru sabía que si fuera por él, nunca iría y saldría de la habitación.
Pero-... - Taguken estaba dudando.
¡Sólo ve! - Exclamó el moreno, quien estaba algo cansado por el nerviosismo que tenía su amigo. El moreno se caracterizaba por ser algo impaciente.
Taguken, con la sangre helada y con un rostro pálido, se acerca de manera cuidadosa a su novio, no sin antes dedicarle una mirada asesina a su mejor amigo.
Torunawa rápidamente nota la actitud nerviosa de su pareja, viendo cómo se acercaba hacia él de manera algo lenta.
La mirada de Torunawa sólo causó que Taguken se pusiera más nervioso, al ver cómo su pareja estaba atento a lo que hacía.
Haru, ¿nos puedes dejar solos? - Pregunta el castaño alto al pelirrojo de la habitación.
Harupeno, quien no era nada tonto, se percató de la situación y decidió dejarlos a solas.
Está bien, iré a ver a Sukuwasa-san. - Dijo el pelirrojo. - Nos vemos al rato bro.
El de cabello bicolor decide retirarse, no sin antes llevarse a Saruzatsu, arrastrándolo del lugar, para no molestar a la parejita con su momento privado.
Una vez solos, los dos se miran mutuamente, esperando respuestas del contrario.
Nawa...- Taguken llama la atención de su novio, mientras se comienza a sonrojar.
¿Sí Taguken? - Pregunta el más alto.
El peliverde y el castaño alto se quedan viendo por unos segundos en silencio, cada uno presenciando a su pareja. Hasta que el peliverde habla:
- Yo te amo.
Concluye el chico del cubrebocas, mientras que se sonroja demasiado por haber dicho algo muy cursi y "estúpido" a su pareja.
Torunawa ya sabía que lo amaba, ¿cuál era la necesidad de que le dijera eso? Ni siquiera el peliverde lo sabía.
El más alto no dice nada por unos minutos, sin embargo, éste se acerca lentamente hacia su novio y le da un beso en la frente.
Taguken, llevamos más de un año siendo pareja. - Habla el castaño, viendo algo enternecido la reacción de su novio - ¿Por qué te pones tan nervioso?
Nawa acerca a su pareja para abrazarlo. Le parecía algo tierno cuando su novio se avergonzaba por dar muestras de afecto.
Sabes que me cuesta trabajo expresarme. - Dice Taguken, correspondiendo al abrazo. - Además, me da miedo que me dejes sólo algún día...
Continúa hablando el peliverde, ahora con un tono algo triste en su voz, mientras abraza más fuerte a su pareja.
Si crees que te dejaré sólo, estás muy equivocado. - Dice Nawa; después le da un beso corto en los labios a su novio. - Yo también te amo mucho.
Taguken agradece mentalmente el hecho de que Torunawa no sea tan frío y cerrado con sus seres queridos. Si ese hubiera sido el caso, sería algo más complicado.
Torunawa amaba al Taguken enamorado y tierno...
Y Taguken amaba a Torunawa, más que a su propia vida.
(Mientras tanto, en la cocina de la casa...)
¿Quién diría que esos plebes saldrían tan atrevidos? - Dice Haru, con un tono de burla en su voz. - Aún recuerdo cuando se mentaban la madre cuando eran morros.
La gente cambia Haru-san, quizá se volvieron así por culpa del amor. - Respondió Padori, quien también estaba metido en el chisme junto a Saruzatsu.
Tal vez. - Dice Saruzatsu, mientras le da una mordida a su emparedado.
... ¿Sabes Dori? Me agrada el nuevo Taguken, y el hecho de que mi bro sea tan feliz como antes. - Responde Harupeno, quien se sirve un vaso de jugo de naranja mientras ve a la parejita. - Sólo espero que no haya problemas en su relación.
Y que el señor Sukuwasa tampoco se entere. - Añadió Saruzatsu.
Cierto. - Dice Harupeno. - Por lo mientras, hay que mantener esto en secreto... Mientras tanto, dejemos al par de jotos disfrutar de su amor.
- ℛℴ𝓈ℯ𝓏ℴ𝓃ℯ𝓈.
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