Cuando Park Yoon dejo el ultimo azote en el débil cuerpo de su hijo, se acomodó el cinturón que tenía rastros de sangre y limpio el sudor de su frente.

-para que la próxima vez aprendas a defenderte- dijo toscamente y abandonó la habitación dando un portazo.

Jimin sollozo y siguió inmóvil en su cama, boca abajo ya que su padre lo había golpeado en la espalda, siempre lo hacía allí, para que la gente no se percatara de que lo maltrataba.

Su espalda le ardía y estaba seguro de que las heridas de la golpiza anterior se habían abierto, pues al no haber pasado mucho tiempo y no haber sido curadas correctamente, no habían cicatrizado por completo y posiblemente ahora iban a infectarse nuevamente.

La razón por la que lo habían golpeado esta vez no podía ser más estúpida que la anterior, hace tres días que fue que lo golpeo, su hermana había llegado a casa presumiendo su nota exelente en uno de sus exámenes de la universidad, Jimin en cambio no había obtenido más que un miserable 14 (la nota máxima es 20) no era una nota mala, pero si era una excusa perfecta para que su padre lo golpeara, lo peor fue que su hermana solo se rio y su mama hizo oídos sordos como siempre. Además de que si tomaban en cuenta el hecho de que no comía, no dormía por su problema de insomnio, las constantes burlas, amenazas y golpes de sus compañeros y sobre todo que estaba adolorido por sus heridas, un 14 era una notasa.

Esta vez lo habían golpeado porque nuevamente su hermana, había llegado con el chisme de que lo habían golpeado en la universidad y Jimin no se había defendido, como hacerlo si hasta caminar le costaba, su padre había enfurecido como todas las veces, con la estúpida escusa de siempre, no soporto tener un hijo tan débil o mariquita, como él lo llamaba, Le había destrozado la espalda con su cinturón. Para todo lo que Jimin estaba soportando, era todo menos un débil.

Desde que jungkook había desaparecido, su vida se había convertido en un infierno. 5 años habían pasado desde aquella noche, donde Jimin no supo más de su novio, simplemente había desparecido, fue cuando comprendió su comportamiento esa última vez que se vieron, las palabras, cada frase fue cobrando sentido, se sintió destrozado, abandonado, lloro todas las noches recordándolo y oliendo el aroma del abrigo que le había dejado, contemplaba la hermosa pulsera que le había regalado y tal como se lo prometió, jamás se la quito, pero Jimin no solo tuvo que soportar el abandono de su pareja, también desde eso momento empezaron los castigos, primero era con no dejarlo salir, una que otra cachetada, gritos y dejarlo sin comer.

Pero con el tiempo, su padre por alguna razón que el no comprendía, empezó a pegarle, no eran simplemente cachetadas, muchas veces le dejo el rostro morado e hinchado de tanto golpe, la gente comenzó a sospechar y preguntarse ¿Porque siempre llevaba la cara y partes del cuerpo con moretones? Su padre se enteró, pero lejos de parar sus agresiones, ahora para no dejar visibles las heridas, le daba con el cinturón en la espalda hasta casi dejarlo inconsciente y sangrando.

Nadie hacía nada para ayudarlo, su melliza Park Rose era la que llegaba con su padre diciendo cosas contra él y el único perjudicado allí era Jimin, su madre casi ni le hablaba y como siempre solo escuchaba el llanto, los gritos y súplicas de su hijo para que pararan de golpearlo.

Jimin no entendía porque el odio de su familia, jamás hizo nada en contra de ellos, es más siempre intento tener la aprobación de su padre, incluso entro a estudiar leyes, justo lo que odiaba, pero por su padre lo hizo, intento llevarse bien con su hermana, él la quería, pero cada vez que intentaba hacer algo para mejorar su relación, ella enloquecía, le gritaba y luego iba con su padre y le inventaba una sarta de estupideces, terminado con Jimin adolorido en su cama, sangrando y sin nadie que lo ayudara.

Los quiso porque eran su familia, pero con todo lo que le estaban haciendo, el odio se iba acumulando cada vez más en su lastimado corazón.

Hay veces en las que las personas no necesitan razones para odiarte, simplemente te condenan y te utilizan como su juguete, te tratan como la basura misma y solo los más fuertes sobreviven a tanto maltrato, Jimin era fuerte porque tenía por quien luchar, aunque la razón le desía que Jungkook jamás volvería por él y que ahora era feliz, muy en el fondo de su corazón tenía la esperanza de que volverían a estar juntos, que Jungkook volvería por él.

Fue hace poco que supo de él, causando que la poca esperanza que le quedaba se fuera apagando, el rostro del gran Jeon Jungkook aparecía en todos los noticieros y periódicos del país, Jimin tenía 18 y estaba proximo a cumplir los 19, iba en su segundo año en la universidad (cuarto siclo), él no había querido asistir y mucho menos estudiar para abogado, pero por su padre lo hizo.

Muchas veces había intentado suicidarse, pero el recuero de las últimas palabras de Jungkook lo detenía, prometo regresar. Y el aun después de todo ese tiempo, lo seguía esperando, Jungkook le dijo que confiara en él, Jimin seguía confiando, por ello no hizo caso a las constantes noticias que salían, como que Jungkook cuando cumplió los 22 y termino sus estudios universitarios, se hizo cargo de la empresa familiar, sustituyendo a su abuelo como el nuevo Ceo, en esas fotos Jungkook le sonreía a la cámara, pero Jimin no lo veía feliz, había algo distinto en su mirada, como si tuviera un vasio esperando ser llenado, algo más oscuro, Jimin seguía aferrado a su recuerdo y a sus palabras, pero no creía poder soportar mucho más, estaba al límite y la gota que derramaría el vaso no tardaría en caer.

Como pudo se puso de pie y camino al baño, necesitaba ducharse, aun con el ardor de su espalda, se quito todas sus prendas y entro en la tibia agua.

-hijo e puta-maldijo a su padre cuando su espalda toco el agua, ardía y dolía como el infierno, con lagrimas en los ojos observo la sangre mesclada con agua desaparecer por el agujero en el piso de la ducha, era innumerables las veces en las que había estado en esa situación, tratando de curar solo sus heridas y ahogándose en su propio dolor, estaba solo.

Como todas las veces, termino su ducha y con cuidado camino de vuelta a su habitación, allí se seco con dificultas la espalda, guiándose en el espejo, lo que lo hacía sentirse más miserable, pues había perdido mucho peso debido a su mala alimentación, podía ver resaltar sus costillas, no quedaba nada del regordete Jimin, solo sus mejilla seguían algo rellenitas, no como antes, pero allí estaban, tenía ojeras por la falta de sueño, su cabello negro estaba descuidado y algo largo, tenía moretones en el rostro debido a los golpes en la universidad, sus labios estaban sin color, resecos y partidos, su piel estaba pálida, su espalda con las marcas recientes del cinturón y unas que otras antiguas cicatrices, todo aquello era el resultado de esos 5 años de constante maltrato.

Unto crema en los moretones de su rostro y se puso el desgastado abrigo de Jungkook, mas sus pantalones de pijama, no podía curar su espalda por que no alcanzaba la zona y nadie en su casa quería ayudarlo, por lo que siempre las dejaba así y esperaba llegar a la universidad para pedirle a la enfermera que lo ayude a cuaralas, muchas veces se habían infectado, y Mía era la que le ayudaba a curarlas y aplicaba medicamento, ella quiso ayudarlo para que denuncien a su padre, pero Jimin la detuvo porque solo empeoraría las cosas y le traería problemas a ella.

Lo único que le quedaba era soportar el dolor de su cuerpo y su corazón, soportaría todo lo que pudiera.

Con cuidado de acomodo en su cama, observo la pulsera en su mano, la acaricio y dejo que nuevamente las lágrimas bañaran su rostro.

-apresúrate- susurro.

Estaba cansado, adolorido, con hambre y sin fuerzas, quería dormir pero como siempre no podía. Jimin sufría de insomnio y por alguna extraña razón que nadie comprendía, ni el medicamento podía ayudarlo a dormir como era debido, solo cuando conoció a Jungkook y se hicieron novios extrañamente podía dormir en su compañía, como si sintiera que era el lugar más seguro del mundo, cuando descubrió aquello, siempre que estaban juntos aprovechaba para dormir las horas que no había podido hacerlo en la noche. Pero ¿como hacerlo ahora si Jungkook ya no estaba a su lado?

Al menos hace años las pastillas le funcionaban por 3 o 4 horas, pero dejaron de hacer efecto y hubo un punto dónde casi termino entoxicado y estuvo a punto de perder la vida por tomar tantas y ni así poder dormir.

Suspirando cerro los ojos y trato de consiliar el sueño, pero como ya era de costumbre amaneció y aunque él tuviera los ojos cerrados, la realidad era que gracias al cansancio solo había dormido como máximo media hora.

El Jimin sonriente de hace años había desaparecido de una forma muy dolorosa.

Esta es la continuación de el nuevo, los que ya lo han leído saben mas o menos como será la trama, pero are muchos, muchoooss cambios para que tenga sentido.

Lo dias que quedan de esta semana actualizare cada noche un capitulo, ya desde el lunes o martes de la siguiente semana, puede que actualize 2 capitulos por noche o 4 cada tres dias, tengo mas tiempo libre y calculo que sera asi mas o menos.

Nos leemos mañana con el siguiente capitulo.
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