ꜰᴇᴍ ʀᴇᴀᴅᴇʀ x Dabi.

ᴡᴏʀᴅ ᴄᴏᴜɴᴛᴇʀ⇢ 1775.
ᴘʟᴏᴛ⇢ eres la primera fan de Dabi, pero el no esta acostumbrado a eso.
ᴡᴀʀɴɪɴɢ⇢ dubcon, kind of hate sex.

Llevaba quince minutos siendo perseguido por alguien que aún no lograba identificar, sospechaba que podría ser la policía o algún héroe que quería ubicar el escondite de la Liga de Villanos. Sintió un fastidió inmenso y la paciencia se le esfumó, ya quería matar a quien fuera que se atreviera a meterse con él.

Una adrenalina asesina comenzó a correr por su sangre al ver que había llegado al callejón donde atraparía a ese imbécil. Dio vuelta fingiendo tranquilidad y se apoyó en la pared, sacó un cigarrillo y lo prendió con su quirk. En un par de segundos estaría cara a cara con su nueva víctima.

El callejón era bastante ancho, daba a la parte lateral de un departamento abandonado, cuya ventana estaba expuesta y sin vidrio, solía ser el hogar temporal de vagabundos pero cuando lo vieron ir a él allí quedó desolado.

Sonrió al escuchar suaves e imperceptibles pasos acercarse, denotaban nervios e inseguridad, «si mandaron a un novato voy a quemar todas las agencias de héroes por faltarme el respeto» pensó. Odiaba ser subestimado, que lo consideraran una amenaza menor lo indignaba, él tenía que ser el mejor en cualquier cosa que se propusiera. Por desgracia el título de amenaza mayor llevaba grabado el nombre de su líder, Shigaraki, temido por héroes y amado por cualquier corrupto existente. Recordó con asco todas las fanáticas enfermas que tenía detrás de él.

Por el rabillo del ojos vio unos mechones castaños asomarse, sin esforzarse mucho tomó con brusquedad al desconocido del cuello y lo estrelló contra la pared con fuerza.

-¡Ah!-el chillido fue agudo y, para su sorpresa, femenino.

Dabi frunció el ceño y observó a la chica frente a él, tenía una apariencia frágil, su mano rodeaba casi completamente su delgado cuello, su piel suave le daban ganas de ahorcarla mientras la incineraba sin piedad.

Ella lo miró asombrada, sus ojos lo contemplaban de manera insana, como si estuviera loca.

-Sí eres tú-dijo con tono enamoradizo-, eres el de la Liga de Villanos.

Dabi soltó un profundo gruñido de enfado y apretó su garganta decidido a estrangularla completamente falto de consciencia o remordimiento.

-Otra fan de Shigaraki, ¿eh?-sus ojos celestes se volvieron azul oscuro mientras la miraba fijamente con un odio descomunal.

La chica frunció el ceño mientras trataba de respirar y su cuerpo se retorcía por aire. «No puedo morirme sin decirle cuánto lo amo» ese recordatorio logró darle un poco más de valor para evitar que la matara.

Sujetó el brazo de Dabi y consiguió una suave bocanada de aire.

-N-no, t-t-tu-tartamudeó, Dabi creyó comprender el mensaje cuando vio sus ojos repletos de anhelo. La soltó, dejándola caer al suelo, ____ respiró desesperadamente.-Y-yo... yo no te seguí por él, lo hice por ti. Lamento no saber tú nombre, sólo te vi una vez y no hay información tuya por ningún lado.

Dabi la jaló furioso de brazo obligándola a ponerse de pie y la dio nuevamente contra la pared.

-¡No mientas!-gritó de manera violenta, repleto de ira.

____ negó velozmente. ¿Cómo podía ser eso cierto? ¿Cómo lo conocía si jamás fue presentado en las noticias? Aún así... una chispa de orgullo surgió dentro de su pecho.

La tomó de las mejillas con su mano derecha, obligándola a mirarlo.

-¿Estás diciendo la verdad?- ____ asintió sin poder pronunciar palabras-Porque si me mientes vas a estar en grandes problemas-advirtió con voz grave y una mirada rígida. Ella negó nuevamente.-¿Cómo me conoces?

Liberó ligeramente su agarre para que fuera capaz de contestar.

-Yo era alumna de la UA cuando la Liga de Villanos atacó el campamento de entrenamiento-él la escuchaba con atención, analizando cada palabra que decía, buscando cualquier signo de falsedad o mentira en su explicación. ____ se sonrojó un poco y bajó la mirada, cuando tomó valor para seguirlo no pensó en lo bochornoso que sería-, allí te vi y no pude parar de pensar en tí.

«Una caprichosa de la UA, qué emoción, nunca me toca una normal».

-Entonces solamente eres otra idiota que idealiza los romances con asesinos-aclaró con desinterés.

-En realidad mi deseo es que me mates.

El ambiente se contaminó por la tensión y Dabi trató de contener fervientemente el fuego que parecía incendiar su interior. Pero, a pesar de su esfuerzo, no pudo y la besó violentamente repleto de ira. Quería que ella sintiera lo mismo, que estuviera en llamas y su piel hirviera por el deseo de ser cogida por él.

A ella se le llenó el vientre de mariposas al sentir sus ásperos labios devorar los suyos. Creyó estar en las nubes por un momento, porque hacía meses que fantaseaba con una situación así juntos. Él reclamándola como su propiedad, solo suya, estaba dispuesta a ser su juguete, anhelaba que la rompiera en mil pedazos para volver a unir las piezas.

Pero, de la nada, una punzada corrió por todo su cuerpo y la obligó a abrir los ojos. Sus pies estaban a un metro sobre el suelo, los pulmones le exigían desesperadamente aire. La adrenalina la poseía, y la sensación era como la de un rayo partiéndola en dos.

Hasta que fué arrojada sobre un colchón, y ya un poco más cuerda logró analizar los hechos, al parecer luego del beso la llevó a la cama ahorcándola. ____ se acarició la garganta atontada.

Podía percibir ciertos movimientos inflingidos en su cuerpo que no llegaba a interpretar.

-¡Ah!- no pudo evitar gemir al sentir dos largos y anchos dedos deslizarse dentro de ella sin previo aviso.

Las cosas estaban pasando más rápido de lo que su cerebro podía procesar.

Desde otro punto de vista, Dabi observaba satisfecho a la chica retorcerse frente a él. La imagen era sugestivamente lasciva, su falda enrrollada de manera desprolija en su cintura, con las bragas movidas hacia un lado para poder profanarla con sus dedos... porque eso parecía con sus mejillas enrojecidas y sus chilliditos desesperados, una niña profanada.

«Y yo fui quien la profanó» esa idea tan placentera lo hizo ponerse duro, y también le dieron ganas de ver más. Así que con su mano izquierda tomó el top rosa pastel que traía puesto y lo quemó lo suficiente para que la tela cediera. Sus prominentes pechos se desplazaron con un leve rebote.

Cada vez le dolía más el pantalón por lo erótico que era su juguete personal, podía sentir sus viscosos jugos derramarse sobre las llemas de los dedos, era tan cálida por dentro.

-Bueno, ya es hora de probar qué tan deliciosa eres.

____ dejó de gemir al sentirse vacía, sus dedos habían abandonado su interior dejando un rastro leve y frustrante de satisfacción. Logró abrir los ojos para mirarlo, Dabi tenía su vista clavada en ella intimidatoriamente, mientras se desprendía los pantalones y los bajaba lo justo y necesario para que su miembro se liberara.

Él tomó sus piernas con una sola mano y las levantó para ponerlas sobre su hombro izquierdo, quedando en la posición más cómoda para embestirla.

-¡Espera...! -exclamó desesperada al recobrar algo de raciocinio.

Pero ya era tarde, él de una embestida tosca entró completamente en ella quitándole el aire. Dolía muchísimo y se había quedado sin voz, un par de lágrimas cayeron de sus ojos.

-Estás tan estrecha... -suspiró con alivio y luego bajó la mirada hacia donde ambos estaban unidos. Miró asombrado la sangre que cubría parte de su masculinidad y que goteaba en las viejas sábanas blancas.-Eres virgen... -sonrió mirándola directamente a sus ojos aterrados-¡Eres mía!-comenzó a reír como un demente.

Entonces otra violenta estocada la hizo retorcerse, luego otra y otra y otra, hasta tomar un ritmo desenfrenado que puso en alerta todo su cuerpo. El dolor era intenso y la sangre no paraba de brotas, sus gritos llenaban el cuarto, pero la hacía sentirse genial.

Los espasmos recorrían su anatomía de extremo a extremo, y le faltaba muy poco para correrse, le costaba respirar y no podía evitar gemir.

-¡Para! ¡Vas a par... tirme en dos!

Dabi se colocó sobre ella para ver cada expresión de placer que le brindaba ese rostro de porcelana. Interiormente seguía sin creer que una chica tan hermosa se hubiera interesado en él con su aspecto actual.

-Eso es lo que intento-susurró con voz grave en su oído y salió casi completamente de ella para volver a introducirla con violencia haciéndola venirse.

Su cuerpo comenzó a temblar por los intensos espasmos y estaba al borde del colapso tanto mental como corporal. Sentía que flotaba en una nube de hormonas satisfechas que por fin la dejarían morir en paz, y eso en parte era cierto, ellas la dejaban... pero Dabi no.

Él salió y la volteó haciéndola poner en cuatro, para así poder escabullirse nuevamente por sus paredes estrechas y cálidas que lo volvían aún más desquiciado. Soltó un gruñido de placer, era tan intenso que no se percató del calor que desprendía de sus manos, por lo que ____ dejó escapar un leve quejido. Al darse cuenta quitó sus manos.

-Me gusta, sigue... -dijo con timidez, hasta para ella era extraño tal gusto, pero el hecho de imaginarse marcas que la identificaran como suya le atraía de sobremanera.

Al escuchar tal motivo de regocijo, Dabi la tomó fuertemente del cuello y pegó su espalda a su pecho. Comenzó a embestirla desesperadamente, mientras dejaba salir suavemente su quirk. La temperatura que transmitía iba subiendo a medida que se acercaba al orgasmo, sus respiraciones y gemidos eran cada vez más desproporcionados y fuertes.

-¡Mátame!-suplicó ella a medida que sentía el clímax apropiarse de su cuerpo placenteramente-Por favor, Dabi, te lo ruego.

Por segunda vez los temblores se esparcieron por todo su ser hasta hacerla perder la razón, fue mucho más intenso que el primer orgasmo, sintió el semen llenarla hasta rebalsarla y recorrerle los muslos húmedos por sus propios fluidos.

-Como desees, mí amor-contestó agitado y dejó fluir su quirk sobre su garganta hasta desintegrarla.

[...]

Dabi colapsó y cayó desmayado en la cama junto a ella después de tal acto. Al despertar se sintió mal por asesinarla, ella era perfecta para él y si no hubiese sido un impulsivo podría tenerla aún. «Que desperdicio».

Un suspiro suave lo sacó de sus pensamientos y lo hizo mirar a su costado completamente asombrado. Allí estaba ella, dormida y acurrucada en él como un gatito, no tenía rastros de quemaduras ni ninguna marca.

-Que quirk tan conveniente-comentó.

Sonrió satisfecho y quizás algo feliz «al parecer podremos repetir esto siempre sin perderte».

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Perdón por tardar, me llevó unos días hacer este one shot y que quedara tal cual me lo imaginaba, pero creo que valió la pena. Comenten qué le pareció si quieren.