El alfa de cabello rubio bostezo, el sueño lo invadía, anteriormente hizo horas extras en su trabajo, pero no se quejaba, ya que eso era ingreso más, además, el dinero le serviría para consentir a sus dos grandes amores. No importaba lo muy cansado que estuviera, porque sabía que al llegar a casa sería recibido de una forma linda y cálida.

Jimin marcó la clave en la puerta, al adentrarse no escuchó nada, dejó sus zapatos y bolsa en la entrada, pero no dio ni siquiera tres pasos cuando un pequeño y delgado cuerpo lo abrazo con fuerza.

—Bienvenido a casa Jiminnie... —el omega de cabello celeste dejó un besito en la piel expuesta del cuello del alfa.

—Hola cariño, estoy en casa. —Jimin cargo a su esposo, este inmediatamente enredo las piernas en la cintura. —Yoonie, aun no me has dado mi besito. —hizo un tierno puchero.

—Ahora mismo te daré muchos besitos... —Yoongi salió de su escondite, tomando con sus dos manos el rostro del alfa, junto sus labios en un suave y dulce beso. — ¿Mochi, está feliz? —preguntó al separarse del beso.

—Estoy muy, muy feliz... —aun con Yoongi aferrado a su cuerpo, se dirigió a uno de los sofás, sentándose en este y dejando al peliceleste sentado en su regazo. — ¿Y Youngjae? —

—Está dormido en su habitación... —el omega suspiro contento, amaba estar entre los brazos de su alfa, rodeado de aquel delicioso aroma a manzana. —Hoy fui a la cafetería de Hobi Hyung, Tae dijo que eras un mal amigo, que lo tenías abandonado, deberías de ir a visitarlo algún día, Jiminnie. —

—Pero hace tres días fui a visitarlo. —El alfa sonrió de forma burlona. —Iré mañana, Tae es muy dramático. Ahora solo quiero pasar tiempo con mi hermoso esposo y llenarlo de muchos mimos. —Jimin empezó a dejar besitos en todo el sonrojado rostro del omega, bajando al pálido cuello, dejando suaves y pequeñas mordidas, las risitas tiernas de Yoon se escuchaba en aquel lugar, disfrutando de los mimos que le eran dados.

Pero un llanto interrumpió su dulce momento.

—Creo que Jae se levantó de mal humor, Jiminnie ¿puedes ir a ver al bebé? iré a calentar la cena. —

—Claro... —el pelinegro dejó un último beso en los delgados labios de su omega y se levantó dirigiéndose a la habitación de su hijo. Entró y sonrió al ver a su pequeño llorón. —Hola cachorro, papá está aquí. —el bebé levantó sus dos bracitos, balbuceando, tratando de llamar la atención de su padre, Jimin lo tomó y al instante dejó de llorar. —No llores mi amor, vamos a ver a Papi Yoon. —dejó un beso en la abultada y suave mejillita.

Jae tenía un año y medio, su cabello era negro, sus ojitos color miel, mejillas gorditas y rosadas, era un bebé muy lindo y consentido, era el mayor tesoro de Jimin y Yoongi. Era su pequeño milagro, ya que el omega tuvo un embarazo delicado, muchas veces estuvo a punto de perder a su cachorro, pero al final todo salió bien.

Park junto a su hijo salió de la habitación, encontrándose con Yoongi en la entrada.

—Papi... —el pequeño estiró sus dos bracitos hacia donde estaba el omega.

—Jae te quiere más a ti, que a mí... —Jimin puchereo.

—Claro que no, también te quiere mucho, cuando no estás en casa, él te llama ¿Verdad que si, Jae Jae? —Yoon junto su nariz con la de su hijo, dejando un beso esquimal.

— ¿En serio? —El omega asintió. —Así que mi cachorro también me extraña. —Empezó a dejar besos por toda la carita del bebé, este daba pequeñas carcajadas.

Yoongi sonrió con ternura, lo que más amaba era ver a su esposo compartiendo tiempo con su pequeño cachorro, los dos sonreían y sus mejillas se abultaban viéndose muy tiernos. Era muy afortunado por tener a su lindo Mochi junto a él. Jimin en el pasado lo había salvado de su pequeño infierno, lo hizo olvidar todo lo malo, ya que a su lado solo había mimos y felicidad.

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