Los rayos de sol entraban por la ventana, el leve aire hacia que la cortinas se movieran un poco, la habitación estaba silenciosa, solo se escuchaban los pequeños suspiros de cierto alfa. El omega se encontraba con su vista fija en el rostro del mayor.

Yoongi amaba ver cada mañana el rostro de Jimin, con la yema de sus dedos acariciaba las cálidas mejillas del alfa, plasmaba en su memoria cada detalle. El omega sonrió con ternura y dejó un beso en la nariz de su esposo.

—Gatito, me haces cosquillas... —se escucho la voz adormilada del alfa. Este abrió los ojos lentamente encontrándose con un sonriente Yoongi. —Buenos días, precioso. —

—Buenos días, mochi... —Yoon ya no siguió hablando ya que su esposo lo había tomado del brazo y lo rodeó en un fuerte abrazo, la naricita del omega se restregaba en aquel fuerte y cálido pecho.

—Me gusta tenerte así, junto a mí. —restregó su nariz en el perfumado cabello celeste, disfrutando del aroma a frambuesa. —Te amo Yoonie... —

—Yo también te amo, mochi. —con su bracito rodeó la cintura del alfa.

¿Cómo conoció Yoongi a Jimin?

Los dos eran vecinos desde que tenía memoria, el omega era un año menor que el alfa, los dos desde pequeños eran muy unidos, iban a la escuela juntos tomados de la mano y sonriendo, esa costumbre se mantuvo, siempre que iba a algún lugar mantenían sus manos unidas por eso muchas personas pensaban que eran pareja.

Todo iba bien hasta que se presentaron. Jimin se presentó como alfa y Yoongi como un precioso omega.

Pero los padres de Yoongi no aceptaron eso, todos en la familia Min eran alfas y cuando se enteraron que su hijo menor era un omega todos enloquecieron, el menor pensaba que su familia estaba loca, su infierno había comenzado, lo ignoraban en casa, lo insultaban, bajaban su autoestima, le decían que era un asqueroso omega que no servía para nada, su padre muchas veces lo golpeó.

Jimin algunas veces fue testigo de cómo maltrataban a su amigo, se odiaba por no hacer nada, estaba rodeado por alfas de rango mayor, aunque él también era uno, pero aquellos lo superaban en número.

Un día Jimin le conto todo a sus padres, los Park querían mucho a Yoongi, así que cuando su hijo les dijo su plan de inmediato aceptaron. Esa misma tarde el alfa fue a la casa de su amigo, aprovechó que los Min no estaban, el pequeño omega estaba confundido, ya que el rubio había entrado a su habitación, tomando su ropa, empacándola en una maleta.

—H-hyung... ¿Que hace? —

—Yoon toma todo lo que es importante para ti y ponlo en la maleta, te sacaré de aquí. —

—P-pero hyung, mis padres... —la vocecita del omega salió un poco temblorosa. Pero obedeció, metiendo sus cosas importantes en la maleta.

—Tus padres no importan en este momento, no dejaré que te lastimen de nuevo, nos iremos a Seúl. —Jimin cerró la maleta. —Yoon, mi corazón duele mucho cuando lloras a causa de tus padres, mi alfa ya no aguanta más, a los dos nos duele demasiado cuando te vemos lastimado. —

—H-hyung... —

—Yoonie, tú eres mi omega... —los ojitos del pálido se abrieron en demasía, al escuchar aquello. —Cuando nos presentamos me di cuenta de eso... —

—Jiminnie Hyung, ya sabía que usted era mi alfa, pero tenía miedo de decirlo. —

— ¿Por qué? —

—Pensé que usted se enojaría y me dejaría de hablar, yo no aguantaría eso, lo quiero mucho. — Los ojitos color miel del omega estaban acuosos. —Pero ¿le gustaría tener un omega como yo? Afuera hay omegas mas lindos... —las palabras fueron interrumpidas ya que Jimin acuno el pequeño rostro del menor, acercándose lentamente, acortando la distancia, sus labios se conocieron por primera vez, solo fue un suave toque, pero eso basto para que sus corazones conectaran y sus lobos en su interior se removieran con felicidad.

Los ojitos de Yoongi estaban cerrados con fuerza sintiendo su pechito burbujear, al separarse se vieron a los ojos y sonrieron sintiendo un poco de timidez, era el primer beso de ambos.

—Tú eres mi omega, el más precioso que mis ojos hayan visto, te conozco desde hace mucho, no quiero a nadie más. Te quiero solo a ti, así que déjame amarte y protegerte, por favor. —abrazo con fuerza el delgado cuerpo, temiendo a que Yoongi lo rechazará. —No tengas miedo, confía en mí... —

—Confío en usted Hyung... —le regalo una sonrisa sincera, aquella que dejaba ver sus pequeños dientes y sus ojos desaparecían en una tierna línea.

—Uh... Salgamos de aquí Yoon, en mi casa te explicaré todo... —Jimin extendió su mano, el omega de inmediato entrelazo su manita con la del alfa.

Esa misma tarde los dos partieron a Seúl, seguirían sus estudios universitarios ahí, los padres de Jimin se habían encargado de conseguirles un departamento, así fue como empezaron a vivir juntos, los dos estudiaban y tenían trabajo de medio tiempo, pero también el amor entre ellos crecía día con día.

Jimin le pidió matrimonio a Yoongi el día de su graduación, ahí empezaba su nueva vida. Ahora vivían en un departamento más grande, felizmente casados y con un pequeño cachorro.

— ¿En qué piensas? —la voz de su alfa lo saco de sus pensamientos.

—En lo mucho que te amo. —Definitivamente Jimin era su destino, ,su dulce y tierno alfa, el amor de su vida, su todo.

—Eres tan dulce, mi bello gatito... —Yoongi se aferró más al cuerpo de su esposo, pero eso duro poco porque el pequeño Youngjae había empezado a llorar, con pereza se levantó escapando de los brazos de Jimin, dirigiéndose a la habitación de su pequeño.