♡4♡
Minho se encontraba en su trabajo, revisando algunas firmas y pilas de documentos. Era encargado de una gran inmobiliaria así que tenia mucho por hacer. Entonces por su puerta entro una mujer.
―¿Lee Minho? ―hablo.
Minho levanto el rostro, encontrándose con una mujer pelinegra, de cabello corto, portando un vestido escotado negro con blanco muy elegante el cual se pegaba a su bonita figura.― Sí, soy yo. ―dijo con un gesto curioso.
―Mucho gusto señor Lee, soy Park Jihyo. ―estrecho su mano con una mirada coqueta al hombre.
―En qué pudo ayudarla, señorita Park, adelante. ―señalo el asiento frente a su escritorio.
―Me designaron como su nueva mano derecha. ―tomo asiento cruzando sus piernas, provocando que el vestido se le levantara solo un poco, lo cual no paso desapercibido por Minho.
El castaño asintio volviendo la mirada a sus papeles.― Sera un gusto trabajar con usted, me llego el currículum hace unos días y es realmente impresionante.
―Que honor que le haya gustado, soy buena en muchas cosas. ―dijo enclinandose al frente, esperando captar la atención de Minho.
―Sera de gran ayuda, todo se hace desde la oficina, imagino que ya le designaron la suya. ―ni siquiera habia vuelto a mirar a la mujer.
―Sí... ―carraspeo, viendo que no estaba funcionando lo que tenia planeado― Creó que nos volveremos muy cercanos debido a esto. Espero llevarnos bien. ―consciente, empezo a soltar un aroma a Vainilla y canela.
Minho la miro y asintio.― Igualmente. ―dijo y luego volvio a lo suyo. El aroma de esas feromonas lo estaba empalagando, y realmente le disgustaba un poco.
Jihyo no dijo nada, necesitaba pensar en algo más.
―¿Eso seria todo, cierto? Si no le molesta, tengo un poco de trabajo pendiente.
―Ah... yo-
El telefono de oficina sono y Minho le pidio con una seña esperar momento para responder.
―Lee Minho. ―dijo.
―Se-señor Lee, lamento molestarlo. ―hablo Solar, una de las empleadas de la casa Lee, algo angustiada.
―¿Pasó algo? ―solto el lapicero en su mano.
―La niñera que encontro de ultimo momento hoy en la mañana... Acaba de renunciar. ―anuncio con verguenza.
Minho tallo su sien.― Voy de regreso, ¿están todos ahí?
―Sí...
El Alfa fruncio el ceño.― ¿Incluso Chan y Yeji?
―... Chan dijo que tenia que trabajar algo en casa y Yeji menciono que se sentia mal, así que ninguno fue a la universidad. ―dijo despacio.
Minho suspiro.― Voy en camino, no se lo menciones a ninguno y no dejes que salgan de casa, los quiero ahi a todos cuando llegue.
―Esta bien señor Lee, lo veo en un rato. ―y la llamada termino.
Minho cerro las carpetas con papeles y tomo su saco.
―¿Todo bien? ―pregunto Jihyo.
―No mucho cuando se trata de siete malévolos ángeles. ―dijo.
―Oh, ¿tiene siete hijos? ―pregunto con fingida sorpresa. Jihyo ya sabia quien era Lee Minho desde antes y sabía que el Alfa se encargaba solo de sus hijos.
―Sí, ¿increíble, no? ―volviendo a suspirar salio de la oficina― Bienvenida y siéntase cómoda en su nuevo empleo, por hoy no hay nada mas que hacer.
―Pero-
―Un gusto señorita Park. ―se despidio subiendo a su auto en dirección a casa.
Jihyo maldijo pero luego respiro adecuadamente. En cierto punto habia captado la atención de Minho y eso ya era algo, se propuso a que no seria la primera ni ultima vez.
Joshua, el Alfa mayordomo de Minho, llamo a los siete hijos del castaño cuando noto que el auto se estaba estacionando frente a la mansión, se acomodaron todos en fila, Solar cargando a la pequeña Yuna de un año.
Cuando Minho entro todos quedaron firmes como estatuas, sabiendo lo que les esperaba.
―Bienvenido, señor Lee. ―Joshua le abrio la puerta incliandose levemente.
Minho entro con seriedad mirando ya a todos sus hijos en fila en la sala. Camino directo a Solar y tomo a Yuna en sus brazos, notando que la pequeña tenia pintura verde en sus manos, pies y ropa. El Alfa conto hasta diez mentalmente.
―Baba ―rio la menor mostrando sus manitos verdes.
―Papá-
Minho levanto el dedo para callar a uno de sus hijos. Solar y Joshua se quedaron detras del hombre castaño.
―¿Qué le paso a Yuna? ―pregunto con voz firme― ¿Y dónde esta la niñera que contrate hace solo tres horas?
Ninguno respondió y eso enfado a Minho, miro a Solar y le entrego a la niña.
―Dale un baño y ropa limpia, subiré con ella en unos minutos.
―Si señor Lee. ―asintio tomando a la niña en brazos.
―Joshua, prepara mi estudio, no termine el trabajo en la oficina.
―Por supuesto señor Lee.
Cuando solo quedaron Minho y sus hijos, les miro y solo suspiro tocando el puente de su nariz.
―¿Saben lo dificil que fue encontrar a alguien que los cuidara hoy? ¿Lo dificil que es encontrar quien me ayude con ustedes? Solar trabaja aqui para cocinarles y Joshua me ayuda con los pendientes de mi trabajo. Ninguno de ellos tiene experiencia en niños. ―regañó.
―Papá... ―hablo el mayor de sus hijos.
―Silencio. ―dijo con rudeza― deberías estar en la universidad estudiando y no encerrado en tu habitación con esa estúpida música. Si se te dio todo eso fue para que lo usaras de pasatiempo y no como un remplazo de la universidad. Debes prepararte para tu futuro, Chan.
―... Lo siento. ―se disculpo bajando la cabeza.
―Y tu, Yeji. ―miro a su hija mayor quien tenia la vista gacha― No creo que te sientas mal porque en la mañana estabas muy contenta hablando por telefono en el desayuno.
―Pero eso-
―Si uno de ustedes vuelve a faltar un día a la universidad, yo dejare de pagar sus estudios y se haran cargo de eso, solos. ¿Entendido?
―Entendido. ―dijeron los hermanos mayores al mismo tiempo.
―Ahora, ustedes. ―miro al resto de sus hijos quienes tenian posición de soltados― ¿De quien fue la idea con la pintura verde?
Ninguno respondio.
―Quiero la mano de todos al frente, ahora. ―demando.
Despacio todos les mostraron sus manos a su padre. Las de Chan y NingNing estaban limpias, sin embargo las del resto tenian rastro de pintura verde.
Minho suspiro por tercera vez en el día.― Diganme que no le tiraron pintura encima con plumas.
―No lo hicimos. ―hablo su hijo menor.
―¿En serio? ―le miro Minho― No mientas, Sunoo.
El niño nego.― No miento, tu dijiste que te dijeramos que no lo hicimos. ―se encogio de hombros.
El Alfa cerro los ojos, contando hasta quince.
―No aguantó nada, las anteriores lo hicieron, ninguna se había ido el mismo día que la contrataron. ―solto Jeongin.
Minho miro a Yeji.― Estas lo suficientemente grande como para rebajarte en esas cosas. ―luego miro a Chan― Y tu como el mayor debes controlar aunque sea un poco la situación.
―Les dije que no lo hicieran pero ninguno me escuchó. ―dijo Chan mirando a Yeji quien solo volteo los ojos.
―A esto me refiero. ―hablo Minho― Dicen no necesitar niñera que los cuide pero hacen este tipo de cosas, necesito que me ayuden, no puedo con todo y-
―Tu siempre estas en el trabajo. ―hablo Yeji sin muchos animos― Y los unicos días que estas en casa son los fines de semana pero no sales de tu estudio, por lo mismo, tu trabajo. Nunca tuviste vacaciones, crees que convivir con Yuna, NingNing, Jeongin y Sunoo por las noches es suficiente pero no es así.
―Yeji eso no es-
―Hyunjin tiene diecisiete años y tu ya preparaste a lo que se dedicara cuando no es lo que el quiere, lo mismo que hiciste con Chan y conmigo.
Minho miro a su hijo, el castaño nunca le había causado problemas, siempre cumplio en la escuela y jamas le pidio nada, solo se ocupaba de estar en su habitación tranquilo, como ahora.
―No queremos una niñera papá, te lo habíamos dicho antes. ―finalizo Yeji con lagrimas en sus ojos.
―Comprendo, pero mi trabajo a veces me consume el tiempo....
Sintio como sus hijos menores agachaban la mirada, y como los mayores negaban con lentitud.
―Realmente no lo entiendes, papá. ―Chan se coloco sus audifonos de casco y subio las escaleras en dirección a su cuarto.
―¡Chan! ―exclamo Minho― ¡No les he dicho que se fueran! ―pero fue inutil ya que escucho como el mas grande de sus hijos cerraba la puerta de su cuarto.
―Hablar no parece funcionar. ―murmuro Hyunjin― Ire a mi a mi cuarto para terminar la tarea. ―aviso para luego irse.
―Hyunjin. ―le llamo Minho.
―Vamos NingNing, tenemos que limpiarnos. ―Yeji cargo a su hermanita y subieron.
―Yeji... ―Minho le hablo con tristeza pero la chica lo ignoro.
―Iremos a limpiarnos tambien. ―Jeongin tomo a Sunoo de la mano, el cual tenia sus ojitos con lagrimas y no dijo nada, dejandose llevar por su hermano.
Minho tomo asiento en el sillón, tallo su frente sintiendo dolor de cabeza repentino. No sabia que hacer ahora.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro