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Primer viaje [2]

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Maratón 4/6

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Gulf sonrío completamente emocionado cuando la chiquilla término de entrar a la casa. La niña se miraba un poco tímida, y no se movió de su lugar hasta que Gulf corrió hasta ella dándole un fuerte abrazo. Mew sonrío enternecido. De repente la imagen le parecía completamente hermosa. Con su chiquillo enormemente feliz al lado de esa chiquilla. Terminando por escuchar las indicaciones de la encargada del hogar cerró la puerta, haciendo que de esa forma la chiquilla se girará a verlo y Gulf lo mirará con sus ojos llenos de amor.

----- ¿Te gusta el lugar? ----- Mew se recriminó mentalmente por semejante pregunta. A pesar de que quería parecer relajado no podía. La niña lo miró con sus enormes ojos grises y luego le sonrío, asintiendo tímidamente y apretujando la mano de Gulf aún más fuerte.

----- Sí, muchas gracias ----- Caminando hasta ella, Mew sonrío al tenerla frente a él. Se arrodilló frente a ella y con toda la delicadeza que pudo encontrar acarició sus caballitos, haciendo sonreír más a la niña, y sintiendo una hermosa calidez llenar su interior.

----- Está es tú casa, así que puedes andar por ella con toda libertad ----- Con un tanto de temor, Sammy se atrevió a buscar su mirada, y con cautela preguntó:

----- ¿Puedo hacer eso? ----- Gulf sonrío, acariciando sus manitas.

----- Por supuesto. No tienes que pedir permiso para nada ----- Poco a poco, la sonrisa de la niña fue creciendo sobre sus labios, para después soltarse del agarre de Gulf, y lanzarse completamente emocionada hacía los brazos del hombre más grande, haciendo que diera un tras pie y cayera sentado con la niña entre sus brazos, completamente sorprendido.

----- Gracias... ----- Se quedó mirándolo durante unos segundos, y tras sonreír Mew contestó:

----- Por el momento puedes decirme Mew ----- Sonriendo, Sammy asintió.

----- De acuerdo ----- Gulf les ayudó a ponerse de pie, y tomando a la niña señaló hacia unas enormes bolsas que yacían sobre los sillones. Sammy observó completamente curiosa.

----- ¿Qué te parece si tú y yo ponemos el árbol de navidad? ----- Los ojillos de la niña brillaron entusiasmados, y aplaudiendo con sus manitas asintió, corriendo hacía las cosas.

Gulf la miró con ternura, y girando hacía Mew se encontró con la sonrisa del hombre mientras miraba a la chiquilla. Mordiendo sus labios, Gulf se abrazó a su cuello, consiguiendo la atención del alto y un dulce beso sobre sus labios.

----- Es una ternura ----- Comentó anonadado. Gulf rió, besando sus labios varias veces.

----- Lo sé amor. Y por eso gracias ----- Mew lo miró a los ojos, y acariciando sus mejillas dijo todo eso que no podía expresar con palabras, haciendo sonreír aún más a Gulf.

Muchas veces nuestros sentimientos pueden ser contradictorios, y a la vez escurridizos, pero si de algo se está seguro es de que cuando llegan, es muy difícil el que puedan volver a desaparecer. El sentimiento de protección y de cariño que esos hombres le regalaban a cada minuto que pasaban juntos hacía que su corazón brincara emocionado dentro de su pecho. Aún sabiendo el error que eso podría significar. Sammy miró completamente anonadada a los hombres, sonriendo cuando Mew acarició la mejilla de Gulf mientras esté le daba los últimos toques a la comida.

Desde el momento en que lo había conocido, un bonito sentimiento creció su interior, instalándose ahí y negándose a salir, lo que la llevaba a un estado de nerviosismo. ¿Qué pasaría si luego de ese tiempo juntos los hombres decidían no volverla a ver? Y en todo caso ¿No adoptarla? Sammy se sentía triste ante la tan sola idea. Se había ilusionado mucho como para que todos sus sueños se desvanecieran en un abrir y cerrar de ojos.

Colocando los platos sobre la mesa, Mew sonrío a la chiquilla cuando está lo miro un tanto cohibida, y sonriendole trato de tranquilizarla, tomándola en sus brazos y colocándola en una de las sillas para poder así ingerir los alimentos. Gulf sonrío, dando unos suaves aplausos cuando la comida estuvo sobre la mesa, pero el sonido del timbre le obligó a girarse y mirar con curiosidad hacia la puerta. No tenía ni la más remota idea de quién podría ser. Dejando el pequeño mandil sobre el pilar de la cocina, dejo a Mew y a la niña mientras corría para abrir la puerta, llevándose una enorme sorpresa cuando Up lo miró en completo silencio.

----- ¿Qué haces aquí? ----- El tono que utilizo para formular la pregunta descolocó al chico, haciendo que se arrepintiera de su llegada.

----- Yo... ----- La respuesta se vió interrumpida por la presencia de Mew, enfureciendo a Gulf cuando invitó al chico a pasar.

----- Lo invité yo. Creo que es tan parte de la familia como lo eres tú ----- Gulf le regalo una fría y dura mirada al hombre, y sin esperar otro comentario regreso a la cocina, ignorando por completo al par de personas que lo seguían.

Up se quedó con la boca completamente abierta debido a la impresión al ver a la pequeña que se encontraba sentada frente a la mesa, y jugando con uno de los cubiertos. ¿Qué rayos significaba todo eso? Mirando a Mew pidió una respuesta, y suspirando el hombre lo invitó a sentarse, comenzando a servir los alimentos para luego hablar.

----- Ella es Sammy, una amiguita de Gulf ----- Girándose hacía la nueva invitada, Sammy le sonrío abiertamente. Pero lo único que Up pudo conseguir que saliera de su boca fue un simple susurró.

Durante el resto de la comida ninguno de los presentes se atrevió a decir palabra alguna, o a romper el tenso ambiente que se hacía presente en ese momento. Era como estar entre personas totalmente desconocidas. Sin dirigirse la palabra y mirándose molestós y con indiferencia. Dejando los platos sobre el lavavajillas Gulf bajo a la pequeña Sammy y la en camino hacía la sala a preparar las cosas para el viaje, mientras él se quedaba limpiando los restos del que había sido el almuerzo.

Mientras Up ayudaba a la pequeña niña en la sala, Mew caminó furioso hasta Gulf, tomándolo por el codo para así ganar su atención. Gulf lo miró furioso cuando se encontró con la mirada del hombre, y dejando el trapo de cocina con tal fuerza que salpico las orillas de cerámica. Mew miró el camino de gotas y luego a los furiosos ojos del mocoso, y cruzándose de brazos se preparó para retarlo.

----- ¿Podrías dejar de actuar como un mocoso malcriado? ----- Gulf bufó completamente molesto.

----- ¿Mocoso malcriado? ¡No me hagas reír! ----- Sintiéndose a punto de explotar, Mew masajeo su frente, en busca de poder alejar la migraña que comenzaba a molestarlo.

----- ¡Por el amor de Dios Gulf! Déjate de niñerías ----- Soltándose del agarre del hombre, Gulf lo señaló con el índice, haciendo que Mew retrocediera un paso debido a la impresión.

----- ¡No son niñerías! ¡Ni siquiera te dignaste en preguntarme, si estaba de acuerdo! ¡Está también es mi casa! Y yo decido si es bien bienvenido o no. ¡Y él ya no lo es!

----- ¡Basta! ----- Gulf retrocedió asustado ante el gritó, parpadeando con temor ante la actitud molesta y furiosa de la que hacía alarde Mew en ese momento ----- Ese chico es tú amigo, o más que amigo ¡Es tu hermano! No se merece el trato que le estás dando ----- Sintiéndose un completo idiota, Gulf susurró:

----- No grites, Sammy está escuchando ----- Mew bufó, empujándolo contra la pared y obligándolo a mirarlo directamente.

----- ¿En verdad te importa esa chiquilla? ----- Gulf lo miró estupefacto ¿Qué rayos quería decir?

----- ¿A qué quieres llegar? ----- Mirando de reojo hacía la puerta que daba hacía la salida, Mew suspiró, relajando su mandíbula.

----- Actúas como un adolescente, incapaz de perdonar los errores de una persona, que lo único que hizo fue tratar de protegerte. ¿Cómo piensas criar a una niña, si actúas así? Creo que necesitas pensar muy bien antes de actuar. Esa niña se merece una familia estable, con padres que sepan inculcarle valores. No un mocoso caprichoso y disfuncional ----- Al terminar de escuchar la frase, los brazos de Gulf cayeron sobre su cuerpo.

Por más que doliera, y que lo hiciera sentir miserable Mew tenía razón. Tal vez la actitud de Up no había sido la correcta al ocultar la verdad sobre Davika, pero cómo el hombre había dicho él era más que un amigo. Alguien realmente especial, y no se merecía un mal trato. Observando al chico jugar con Sammy se sintió culpable. Un maldito niño malcriado, como Mew había dicho, y las inmensas ganas de llorar lo invadieron. ¡Era tan idiota que no pensaba!

Terminando de subir las maletas al auto, Mew dio un suspiro de alivio. Si hacía la cuenta, en total con las de Gulf, las suyas, las de Sammy que, aunque fueran pequeñas pesaban un jodido demonio, y las de Up; había subido un total de 15 maletas, sin ayuda de nadie. ¡Era exasperante! Subiendo a Sammy al auto, y colocándole el cinturón de seguridad indicó al par de tercos chicos que era hora de partir al viaje, y subiendo al auto se dedicó a esperar a que alguno de los dos dejará el maldito orgullo y hablaran de una buena vez.

Gulf no sabía por dónde empezar. Temía que al abrir la boca terminara diciendo una tontería en lugar de decir lo que necesitaba. Había pensado una y mil veces en que decir, pero ahora no tenía ni la más remota idea. Observando como Up se alejaba rumbo al carro, no pudo más que detenerlo rápidamente por el brazo, maldiciendo sus impulsos. Up lo miró en silencio, y Gulf pensó que el tiempo parecía horas en lugar de segundos.

----- Yo... lo lamento ----- Up lo miró asombrado, sin saber que decir ----- No debí de actuar de esa forma. Tú solo querías protegerme y yo sólo actúe como el imbécil que soy. De verdad lo siento ----- Parpadeando un poco confundido, la sonrisa en los labios de Up fue creciendo poco a poco, terminando por lanzarse a los brazos del mocoso, haciéndolos reír a ambos.

----- Perdóname tú a mí. Era mi deber como tú amigo el decirte la verdad y solo actúe a tus espaldas y en silencio ----- Sintiendo las lágrimas a punto de escapar, Gulf se tiró a sus brazos, sonriendo ante el sentimiento de calidez que ahora embargaba su corazón.

----- Nunca más peleemos entre nosotros ----- Up sonrió ----- ¡Nunca más!

El sentimiento y el espíritu navideño pueden deslumbrar a cualquiera, más a un inocente y dulce corazoncito como el de la pequeña Sammy. Los enormes campos nevados eran completamente fascinantes ante el trío de ojos dentro del auto. Mew no podía evitar el sonreír ante la tierna imagen. Sammy en los brazos de Gulf, y Up desde atrás riendo ante la hermosura del paisaje. Él los entendía perfectamente. Desde pequeño él había amado el visitar a sus abuelos en Dakota del Sur. Un lugar que a pesar de ser enorme tenía una calidez hogareña que muchos de los de su clase envidiarían. Con enormes y libres campos para correr por doquiera, caballos para poder galopar y olvidarse de los problemas, y la más divertida compañía de todas. Sus abuelos.

El tan solo pensamiento de que ellos ahora ya no habitaban ese lugar le traía cierto sentimiento de melancolía al recordar su muerte, pero luego el pensar en los bellos momentos que habían vivido juntos le hacía sonreír y sentirse agradecido por haber convivido tanto tiempo con ellos. Cruzando una de las curvas, Gulf se giró hacía él, sonriéndole enormemente cuando se encontró con sus ojos. Mirándolos detenidamente, Sammy preguntó:

----- ¿Falta mucho para que lleguemos? ----- Mirando los enormes prados nevados a lo lejos, Mew negó, aumentando la velocidad.

----- No. Solo unas cuantas villas más y llegaremos. Los demás empleados ya estarán allí cuando lleguemos ----- Up frunció el ceño.

----- ¿Los demás? ----- Limpiando el vaho del vidrio, Mew asintió.

----- Así es. Se considera una tradición que se célebre la cena navideña de los empleados en nuestra villa en el Sur de Dakota. Sólo que está vez, Joss decidió adelantarla un poco. Creo que no quería volver a estar solo ----- Gulf rió ante la imagen deprimida del hombre en cuestión. Sabía perfectamente a lo que Mew se refería.

----- ¡Ah! Ya veo ----- Nadie dijo ni una palabra más en lo que restó del camino, y cuando el auto por fin se detuvo, la primera que bajó corriendo rumbo a la nieve fue Sammy, seguida de Gulf y Up.

----- Mira Gulf ¡Hay mucha nieve!

Gulf se rió ante las ocurrencias de la chiquilla, y corriendo comenzaron una inevitable guerra de nieve, hasta que una de las bolas cayó sobre el rostro de Mew, haciendo que esté parpadeara confundido. Tras unos minutos en dónde asimiló lo que estaba sucediendo, tomó un buen poco de nieve y tras mirar a Gulf depredadoramente corrió tras él con la única finalidad de lanzarle la enorme bola de nieve.

El lugar era simplemente hermoso. Para nada sencillo, pero con un toque de humildad por cada lado en que se mirase.

La enorme casa de ladrillo no parece adecuada para un lugar en el campo, pero esa era completamente perfecta. Con sus enormes ventanas de cristal pulido y perfectamente preparadas para cualquier helada que pudiera visitar el sector. Las enormes escaleras de madera le daban un toque vanguardista, combinadas perfectamente con el azul de las paredes y el contraste de la nieve blanca.

El porche del frente alumbrado perfectamente por la luz del sol, protegido también de los enormes mantos de nieve. Todo era maravilloso, y Gulf bien se imaginó una romántica historia de amor en ese lugar. Con las montañas de nieve alrededor y una pareja de enamorados besándose a la luz del atardecer. El repentino agarré de Mew le hizo dar un grito de sobresalto, y hacer que el hombre lo girará y lo pegará contra su pecho, mirándolo seductoramente. Gulf sonrío, tratando de evitar los labios del hombre que buscaban los suyos sin control.

----- ¡Ya! Sammy nos está viendo ----- Mew sonrío, besando delicadamente una de sus mejillas, y deslizando sus dedos por todo en contorno de su cuello, invitándolo a buscar más.

----- Que vea. No me importa ----- Riendo, Gulf giró el rostro en busca de sus besos, pero en el momento en que sus ojos se encontraron con la gente que empezaba a salir por la puerta de la casa, el rostro de esa chica lo hizo gruñir y alejarse del hombre por completo, girándose para mirarlo completamente furioso.

----- ¿Qué mierdas hace esa zorra aquí? ----- A Mew le costó un poco asimilar el rechazo por parte de Gulf, suspirando exasperado cuando localizó la silueta de Amanda mirarlos detenidamente y con molestia.

----- Gulf, sabes perfectamente que sus padres son accionistas de la empresa ----- Trató de excusarse ----- De verdad que no sabía que vendría ----- Apretando los dientes, Gulf lo alejó.

----- ¡Jódete Mew! ----- Y caminando furioso se alejó lo más rápido posible, tomó la manita de una confundida Sammy y se alejó completamente molesto.

Mirando todo con atención Up siguió a Gulf, corriendo cuando el chico se alejaba cada vez más. Llegando a una distancia prudencial de la casa, Gulf por fin explotó. Dio un fuerte gritó y golpeando la nieve con sus pies lanzó la pesada masa de agua contra el aire, haciendo que Up se alejará ante la posibilidad de terminar completamente lleno de nieve.

----- ¿Se puede saber que te sucede? ----- Soltando un gruñido, Gulf señaló hacia la casa.

----- Esa mustía está aquí ----- Up lo miró sin comprender.

----- ¿Mustía? ¿Cuál?

----- ¡Esa! La perra de Amanda. Y yo que creí que ya me había desecho de ella ----- Girándose hacía la silueta de la chica pelirroja Up la miró detenidamente, terminando por fruncir el ceño al terminar en el cortísimo vestido que llevaba. Ahora entendía a Gulf, esa tipa si era una zorra.

----- ¿Y? ----- Gulf lo miró sin entender ----- Piensas dejar que se salga con la suya. Porque yo la veo muy bien dispuesta a no alejarse de tú marido por un buen tiempo ----- Fijando sus verdes ojos en la imagen sonriente de la chica, a Gulf le pareció completamente asqueable, así que tomando la mano de Sammy y seguido tras Up regresó casi corriendo hasta la casa, terminando por tomar la mano de Mew fuertemente entre las suyas, y mirar con suficiencia a la tipa.

Amanda lo miró con molestia para nada fingida, pero cuando sus ojos se encontraron con la pequeña niña que se agarraba del mocoso con fuerza, no pude evitar la sorpresa y mirar completamente estupefacta a Mew ¿Qué rayos hacía esa niña con ellos? Sonriendo, Gulf apretujó más a Sammy contra sí, disfrutando la cara de espanto de la chica.

----- Nos vemos de nuevo Amanda ----- La chica asintió un poco perturbada ----- Ella es Sammy, nuestra hija ----- Al escuchar la palabra, dos pares de ojos se clavaron rápidamente en su rostro. Unos estupefactos y otros claramente pidiendo una explicación. Aún tratando de asimilarlo, Amanda preguntó:

----- ¿Hija? ----- Gulf asintió.

----- Así es. Vamos a adoptarla ----- Y tras mirarla con despreció desapareció de su vista, entrando a la vivienda como un felino acostumbrado a modelar frente a su presa, y sonriendo cuando los ojos de Mew se clavaron en los suyos advirtiendo un regaño. ¡Una cucharada de su propio chocolate! Pensó.

Sin importarle las interrogantes de Amanda, Mew subió corriendo las escaleras tras Gulf. Sentía unas inmensas ganas por darle una buena regañiza, pero también unas buenas ganas de lanzarlo contra el colchón y follarlo hasta el amanecer. Amaba cuando el mocoso se ponía celoso y posesivo; sin embargo, esta vez había cruzado la línea al asegurar algo de lo que todavía no habían decidido. Llegando hasta la que era su habitación en ese lugar, dio un fuerte suspiro y abrió la puerta dispuesto a regañarlo, pero dando un traspiés cuando se encontró con la imagen dentro de la habitación.

Sammy sonreía completamente emocionada mientras Gulf dibujaba un pequeño paisaje para ella. De pronto las ganas por dejar de ver a Gulf su error se fueron al caño. Esa niña era feliz a su lado, y Gulf con ella. Los recuerdos de un triste Gulf embargaron su mente, haciendo que escuchara a la perfección aquellas palabras que había susurrado con tanto dolor y a la vez Anhelo.

《Quiero darte un hijo...》

Tal ves no fuera de la manera que Gulf más anhelaba, pero la oportunidad que se le presentaba en ese momento no la desaprovecharía, cumpliría los deseos de su chiquillo, y los suyos a la misma vez. Porque, aunque tratara de negarlo, deseaba con todas sus fuerzas el ser padre. Y ahora... podría hacerlo.

Gulf corrió con todas sus fuerzas cuando se vio atacado por Up y Sammy que corrían dispuestos a lanzarle un par de bolas de nieve. El trío parecía no tener fin ni cansancio para la diversión, y mientras Mew charlaba alegremente con un par de empleados y Joss asaba sus tan aclamados dulces en el fuego, Amanda miraba la escena completamente furiosa.

De pronto la imagen de una familia le hizo levantarse y salir del lugar. Odiaba a ese chico, y más aún al ver lo feliz que era, y la alegría que traía a Mew. Sacando su móvil, y tecleando el número al que había decidido acudir cada vez que lo necesitará, escribió lo que tanta repulsión le causaba, y que a cada instante acababa con sus expectativas.

Mew y ese mocoso... piensan adoptar.

Lo releyó una vez más y le dió enviar, mirando por última vez hacía la ventana.

El resto de la tarde se la habían pasado jugando. Y esta vez Joss y Mew se les habían unido, proponiendoles una carrera de trineos, en la que Gulf, Up y Joss habían ganado, burlándose después de la mala suerte de Mew y de Sammy por escogerlo a él. Gulf podía decir que era completamente feliz, excepto por el hecho de que un extraño sentimiento en su interior le hacía estar alerta.

Había algo que no lo dejaba tranquilo. Y no podía decir con exactitud que era, haciendo que la frustración creciera a tal punto de ponerlo nervioso. Up había tratado de calmarlo, y tras dormir a Sammy lo acompañó hasta el cuarto, sacando una pequeña caja y pidiéndole que se relajara y disfrutara de su viaje.

Mirándose al espejo Gulf se mordió el labio con duda. ¿De dónde diablos había sacado su amigo ese tipo de ropa? Acomodando un poco la tanga de encaje se giró hacía él, mirándolo detenidamente y frunciendo el ceño cuando esté se echó a reír al verlo al completo. Llevaba una delgada camiseta de tirantes que mientras más trataba de arreglarla más se caía de sus hombros. Luego estaba la dichosa tanga, que apesar de verse incomoda no lo era para nada. La diminuta tela se encargaba de cubrir sus partes nobles y parte de su trasero, lo que no era mucho la verdad, formando una línea en zigzag sobre su pubis que en tan solo un pequeño movimiento podría caerse.

El cabello le caía lacio sobre los ojos que el chico se había dedicado a delinear cuidadosamente, logrando de esa forma que el verde de sus ojos resaltará lo suficiente como para hechizar a cualquiera, y por último un par de medias de malla que adornaban descaradamente a su par de torneadas piernas.

Dando vueltas alrededor del chico, Up estudio su creación, entrecerrando sus ojos al llegar a las caderas. Si lo miraba detenidamente, había un cambio en ellas. Tocándose la nariz una y otra vez trató de pensar que era. Dando un aplauso de emoción cuando lo hubo descubierto. Ahora más estrechas y curvadas, y el trasero se la había hecho más voluminoso.

----- ¿Has estado haciendo ejercicio? ----- Gulf lo miró confundido.

----- ¿De qué cojones hablas? ----- Negando, Up siguió con su escrutinio.

----- Es que tienes más trasero ----- Dijo dibujando el contorno de sus nalgas ----- Y las caderas se te han definido más. ¿De verdad no has ido al gimnasio? ----- Mirándose en el espejo Gulf negó.

Era verdad lo que Up decía. Sus caderas, que no siempre habían sido tan toscas o planas, ahora eran más delicadas y definidas, o más bien más femeninas. Negando Gulf se rió. ¡Era imposible! Era un hombre joder. De seguro solo eran imaginaciones suyas, y de... su amigo ¿También?

Terminando por restarle importancia se despidió de su amigo, y apagando la luz de la recámara se recostó sobre el sofá. Esperando a la luz de la Luna a que su esposo llegará.

Tras dejar al borracho de su amigo, Mew por fin subió a su habitación. Gulf y los chicos habían subido al terminar la cena, y lo más seguro era de que ahora durmieran profundamente. Cerrando la puerta Mew se deshizo de su camiseta, quedando solamente con el pantalón a medio cerrar. Dio un bostezo cuando divisó la enorme y cómoda cama, y dispuesto estuvo a echarse de un salto sobre ella, cuando la suave sombra de un delgado cuerpo le hizo girarse hacía el sofá, soltando un suave gemido cuando la imagen de su Gulf con una diminuta tanga se acercó hasta él. Toda la tarde no había podido ni darle un pequeño beso, y ahora su chiquillo se acercaba a él con clara invitación pintada en su rostro.

Mientras la sonrisa crecía en sus labios, una parte más abajo también crecía, y a niveles inimaginables. Llegando hasta el hombre, Gulf lo arrojó sobre la cama, sentándose a horcajadas sobre sus piernas y gimiendo cuando algo duro golpeó contra su vientre.

----- Al fin llegas ----- Susurró ----- Te he estado esperando ----- Aferrándose a las caderas, Mew sonrío.

----- Eso es bueno ----- Con delicadeza tomó las cintas de la tanga, y la tela cedió mostrando un suave pubis depilado ----- Muy bueno...

Y tras unas suaves y sugerentes risas se lanzó en busca de sus labios, prometiendo los más prohibidos deseos carnales.

Un mes después...

Gulf se levantó esa mañana con un extraño deseo de comer mariscos. Lo que era demasiado extraño a semejantes horas de la mañana. Estirándose sobre las sábanas observó de reojo el reloj, arrugando la nariz al ver la hora. Eran exactamente las 11 de la mañana, lo que indicaba que había dormido 14 horas exactas. Y no era la primera vez, pues últimamente padecía de mucho sueño.

Tallándose los ojos por fin se levantó de la cama, y mientras caminaba hacía la cocina en busca de algo que comer, un extraño burbujeo en el estómago le hizo detenerse abruptamente. Sintió como la bilis se le revolvía y entonces comenzaba a subir por su garganta. La sensación de asco y náuseas le hicieron dar un traspié, y ponerse la mano sobre los labios.

¿Qué rayos le estaba pasando? Trató de respirar para calmarse, pero las náuseas lo invadieron de nuevo, haciendo que corriera al baño, y levantando la tapa escupiera todo lo que se había cenado la noche anterior, terminando por dejar su estómago vacío, y una extraña sensación de asco.



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