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Decisiones

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Maratón 2/6

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Jioyob

El ser madre a temprana edad puede llegar a ser muy aterrador, más aún si eres una chica sin el apoyo de tus padres y de la persona amada, y si esa criatura que llevas dentro de ti no es una como tú creías, sino dos. Todo se vuelve confuso y aterrador.

A tan solo 18 años de edad, Anong se había enamorado perdidamente de su compañero de instituto. El chico popular y guapo de la escuela, ese que con tan solo su mirada podría colocar tu mundo de cabeza, había caído bajo los encantos de la pelinegra chica, esa que lo miraba avergonzada cada que pasaba por las canchas de la escuela. Hasta que un día, su relación también se volvió física.

Como un buen par de adolescentes enamorados el uno del otro, el consumar su relación los llevo a un nivel jamás esperado. Un embarazo. Anong había estado atemorizada de sus padres, y pronto ellos se enteraron la terminaron por echar de casa, sola, con un bebé en camino y sin nada más que la tristeza. Aunque aún le quedará la ilusión de estar con su primer amor, todo era muy difícil.

Al principio había conseguido un trabajo, pero tan pronto como el parto llegó algo que nunca se hubiera esperado la sorprendió.

Diecinueve años atrás...

Los médicos observaban completamente asombrados como a través de la pantalla, algo que no había sido detectado meses atrás peleaba por salir al mundo real. Dos productos se movían dentro del vientre de Anong, preparados para poder salir del vientre de su madre. Y eso, a Anong la sorprendió. Si con un bebé iba a ser difícil, con dos sería el doble de responsabilidad, y gastos.

Dando un fuerte grito y agarrándose a las sábanas que la cubría miro asustada a los doctores. ¿Qué pasaría ahora? El tiempo había acabado, y pronto sería madre de dos pequeñas criaturas. Dando un nuevo gritó cuando su vientre brincó pudo distinguir como las enfermeras preparaban todo para el parto.

El miedo que sentía la estaba consumiendo por dentro. Necesitaba al padre de sus hijos a su lado, pero este no había querido entrar. Cerrando sus ojos ante las lágrimas que amenazaban con escaparsele contó hasta 10 como el médico le indicó, y cuando sintió como su espalda baja se adormilada dio el primer gritó. Algo dentro de ella se rasgó ante el dolor, y pudo sentir como su cuerpo se abrió cada vez más. Un gritó más y algo empujando hacia afuera le hicieron contener el aire.

----- Vamos chiquilla, un poco más ----- La enfermera la miró tranquilizadoramente y apretando su mano le instó a seguir.

Pero tan pronto como el gritó retumbó en la habitación todo quedó en completo silencio. Los médicos y los especialistas comenzaron a moverse desenfrenados por la habitación, alertando a sus sentidos. Algo no estaba bien, el cansancio debido al dolor le Inpedía el ver con claridad, y el dolor poco a poco la iba cegando. Tratando con todas sus fuerzas de mantener los ojos abiertos, solo pudo escuchar como el médico gritaba:

----- El segundo bebé no lo dejará salir. Necesitamos actuar rápidamente ----- Asustada, negó frenéticamente y luego todo se volvió negro.

Cuando sus ojos volvieron a abrirse el frío aire de la habitación se coló hasta lo más profundo de sus huesos, mareándola durante un instante. El dolor había disminuido un poco, pero no por eso se tornaba pasable. No pasaron muchos minutos cuando la puerta se abrió y una de las enfermeras entraba con dos pequeños bultos en sus brazos. Acomodándose para mirar mejor, Anong observó como la mujer depositaba los dos pequeños bebés en cada uno de sus brazos.

----- Eres una chica con demasiada suerte ----- Anong la miró ----- Pudieron haber muerto, al parecer él quería ser el primero ----- Comentó divertida mirando al pequeño que yacía muy cómodamente sobre su brazo izquierdo ----- Ahora alimentalos.

Observando cómo la mujer desaparecía tras la puerta, Anong los miró sin saber que hacer. Los pequeños comenzaron a moverse con desesperación dentro de su regazo, y de pronto uno de ellos comenzó a hurgar dentro de su camisón encontrando muy pronto el pecho y comenzando a succionar con emoción. Aún no terminaba de asimilar lo que estaba sucediendo, cuando la puerta se abrió y el padre de los pequeños entró por la puerta.

El chico observó con detenimiento la imagen, y cuando Anong pensó que iba a sonreír, una mueca de enfado se posó en sus labios, alertandola de inmediato.

----- ¿Son dos? ¡¿Me estás jodiendo?! ----- Anong negó.

----- Yo... no lo sabía. Solo ----- Dando un fuerte gritó, el hombre negó.

----- ¿Me estás queriendo ver la cara? ----- Bufó ----- acepte hacerme cargo del maldito mocoso, fue porque pensé que era eso, solo uno. Y ahora resulta que son dos ----- Con lágrimas en los ojos Anong negó sin saber que responder.

Su garganta se encontraba seca y un nudo se formaba en ella impidiéndole el hablar. De pronto sintió como su corazón se quebraba en mil pedazos, y aunque intento ponerse de pie y tratar de alcanzar al chico cuando esté se en camino hacia la puerta, los pequeños sobre su regazo se lo impidieron.

----- Por favor... amor ----- Mirando de reojo, ni siquiera retrocedió, negó con la cabeza y abriendo la puerta susurró:

----- Lo siento, Anong. Pero si uno es demasiado para mí, con dos es imposible para mí. Tengo toda una vida por delante ----- Y salió sin mirar atrás.

Anong miró sin poder hacer nada, como el hombre que había imaginado sería su futuro desaparecía y se llevaba con él su corazón. Mirando como el pequeño que comía frenéticamente sonreía, apretó los puños. ¿Qué iba a hacer con dos bebés? Trató de no pensar en ello, pero tan pronto el otro de los bebés comenzó a llorar lo miró con desesperación.

----- ¿Qué quieres? ----- Gritó. Con molestia se sacó el otro pecho, pero aún así el bebé no dejó de llorar ----- ¡Ya cállate joder! ----- Llorando aún más fuerte, el bebé pataleo con desesperación, haciendo que su hermano llorará también. Abriéndole la boca, Anong logró que volviera a comer, y con una pequeña sonrisa acarició su cabeza. Sin embargo, a su lado, el otro bebé lloró aún con más fuerza, haciendo que Anong se girará y lo mirará con odio, y luego lo dejará sobre la cama sin hacerle caso ----- Eso es mi bebé. Mi pequeñito Type ----- El bebé sonrío, y minutos después quedó profundamente dormido.

Mientras en la cama, el pequeñito que no había dejado de llorar miraba con ojos anhelantes a su madre. Y cuando empezaba a quedarse sin aire Anong se giró hacia él. Lo miró con detenimiento, y con los puños fuertemente cerrados lo miró con odio, hablando entre dientes.

----- No eres más que un maldito bastardo que arruino mí vida. De no haber sido por ti él estaría conmigo. Pero tuviste que nacer y arruinar todo. ¡Maldito mocoso! ----- El bebé aumento su llanto, haciendo que minutos después la enfermera entrará y lo tomará entre sus brazos.

----- ¿Qué es lo que pasa? ¿No le has dado de comer? ----- Mirando al otro bebé, Anong contestó.

----- No quiso ni siquiera tocar mí pecho. ¡Más no puedo hacer! ----- La enfermera la miró sin poder creer lo que escuchaba ----- ¿No es así Type? ----- Negando, la mujer dejó al chiquillo dentro de la pequeña cuna improvisada, preparó un biberón y tras dárselo a la pequeña personita succiono con afán haciendo sonreír a la mujer.

----- ¿Cómo le pondrás a él? ----- Anong se encogió de hombros ante la pregunta ----- ¿Qué te parece Gulf? ----- Anong la miró durante unos segundos, y luego regreso su atención a Type.

----- Da igual ----- Mirándola con furia, la mujer negó ante la frialdad de Anong, acariciando la cabecita rubia del tierno bebé que la miraba con sus enormes ojos verdes, cautivándola al instante ante el pestañeo de sus abundantes y húmedas pestañas.

----- No te preocupes pequeñito ----- Susurró ----- Gulf.

Terminando con los recuerdos, Anong abrió los ojos y clavo sufría mirada en la silueta de su marido. Hacía tanto tiempo que no había vuelto a revivir esos momentos, y ahora que lo hacía no provocaban nada en ella. El hombre la miraba en silencio sin saber que decir o cómo actuar ante la actitud de su mujer. Le resultaba completamente inaceptable y sin sentido su actitud hacia su hijo menor. No la comprendía ¿Por qué una madre podía ser así con su hijo? No lo entendía.

Cuando la había conocido pensó que solo era el rencor por su mala suerte, pero al pasar los años simple y sencillamente llego a la conclusión de que lo odiaba, pero... ¿Por qué? Mirando a la elegante mujer se acercó hasta ella, y cuando por fin sus oscuros ojos se posaron en los suyos, preguntó:

----- ¿Por qué lo odias? ¿Cómo puedes tratarlo de esa manera? ¿Decir que arruino tú vida? ----- Mirando hacía la nada, Anong rió, negando con su cabeza.

----- El arruino mí vida, ¿Por qué habría de tratarlo de mejor forma? No fue más que un estorbo para mí, el culpable de que el amor de mi vida se alejará de mi lado, el que incluso robó el amor de mí marido ----- Mirándola con molestia, el mayor bufó.

----- ¿Cómo puedes decir eso? Si has perdido mi amor, ha sido por tus acciones ----- Poniéndose de pie, Anong lo miró fijamente.

----- Jamás voy a quererlo. Incluso estuvo a punto de matar a su hermano al nacer ----- Saelim gritó.

----- ¡Por el amor de Dios Anong! Era tan solo un bebé, solo fue una complicación ----- Mirándola fijamente, espero a que dijera algo, pero nada sucedió. Sin emoción alguna en su rostro, la mujer se giró, ignorando de esa forma la presencia de su marido y clavándo su dura mirada en la fotografía de su hijo muerto, ese que era su adoración susurró:

Arruino vida.

El estruendo de las cosas caer al suelo hizo que Mew abriera sus ojos y se separará un poco del cuerpo del chiquillo. El cuerpo del chico no dejaba de refregarse contra el suyo, despertando de esa manera su hombría, y dejando un camino de besos por todo su cuello. Gulf parecía completamente fuera de sí, dispuesto nada más que disfrutar del sexo, y lanzar de esa manera los dolorosos sentimientos que le estaban partiendo el corazón y estrujando el alma.

Sus manos viajaron directamente al generoso bulto entre las piernas de Mew, y gimiendo desabrochó con dificultad el cierre, sonriendo cuando su mano encontró la caliente piel y la palpante longitud golpeó contra su mano. Su cuerpo estaba pasando por un torbellino de sensaciones, haciendo que las caricias lo llevarán a un nivel desconocido, al límite de sus sentimientos.

Alejándolo un poco de su boca, Mew lo miró a los ojos. La mirada del chico parecía perdida, un vacío se reflejaba en sus verdes iris y cada vez que buscaba encontrar sus sentimientos no encontraba nada más que una pared que le impedía el saber que era lo que estaba sucediendo. A pesar de que su cuerpo respondía con entusiasmo a sus caricias, no podía concentrarse por completo en el acto. Terminando por apresar sus manos, Mew consiguió que por fin el chico saliera de su trance, y lo mirará bajo sus húmedas pestañas.

Besando cada una de sus palmas, Mew preguntó.

----- ¿Qué es lo que está sucediendo? ¡Por favor! Habla conmigo ----- Mirando el par de orbes grises, Gulf se vió navegando en esas turbias aguas, sin ningún camino y completamente perdido. Reiterando sus caricias al duro miembro se lanzó de nuevo a sus labios, y tomando la lengua ajena logró articular.

----- Solo... solo hazme olvidar ----- Y mordiendo sus labios bajó por completo los pantalones.

La tela cedió ante su desesperación y la carne dura salto con emoción. Gulf cayó de rodillas ante la erótica imagen. La cabeza redonda brillaba ante la tenue luz de la habitación, haciendo una deliciosa invitación a probarla. Nunca en su vida lo había hecho, pero en lugar de molestarle o incomodarle lo único que provocaba en su cuerpo era deseo, y que sus papilas salivaran en busca de su sabor. Tomándolo con las dos manos admiró su tamaño, y levantando la vista la clavó en la de Mew. El hombre lo miraba completamente agitado desde arriba, su piel se mantenía alerta ante la anticipación porque esa delicada boca engullera su miembro dentro de ella.

Gulf se lamió los labios un par de veces, y entonces se atrevió a probarlo. Sus labios acapararon la esponjosa cabeza, mojándolos con el delicioso pre seminal y dándole una probada del sabroso manjar que se hinchaba entre sus labios, y sin poder esperar lo engulló por completo dentro de su boca.

El duro pene se deslizó a través de su garganta. Sintiendo su dureza, su grosor y cada una de las venas rebosantes que parecían cobrar vida dentro de su caliente cavidad. Gulf movió su lengua alrededor del eje, saboreando su sabor, haciendo que Mew apretara los puños contra la madera del escritorio. Esa condenada boca lo estaba llevando al paraíso con tan solo una suave caricia.

Enredando sus dedos entre la sedosa cabellera, Mew guió la boca de Gulf hacía afuera, haciendo que el chico lamiera toda su extensión en el acto, y luego empujó con fuerza hacía dentro, penetrando la desquiciante boca con rudeza. Gulf no se apartó, rodando sus dedos entre los turgentes testículos se dedicó a darle placer a Mew. Sus labios jugaron alrededor del pene como si tuviera la suficiente experiencia en la felación y no fuera su primera vez experimentándolo.

Con extrema lentitud movió su cabeza hacia afuera, sacando la dura extensión con una deliciosa succión que hizo que los dedos de Mew se aferraran con más fuerza a su cabello. Dejando de lado el húmedo pene, Gulf llevó su labios hacia la tensa ingle, mojando con su lengua la vena que ahí se remarcaba.

Mew lo observó con los ojos entrecerrados y sintiendo como su garganta se secaba y le impedía gemir con toda soltura; sentía que podría venirse en cualquier momento, y cuando los dedos de Gulf se cerraron alrededor de su glande dio un fuerte gemido, separando rápidamente al chiquillo y levantándolo como una delgada pluma entre sus brazos.

Jadeando Gulf se aferró a su cuello, entrelazando sus piernas alrededor de las caderas del hombre, y sacando con dificultad su camiseta, quedando expuesto de su torso. Llegando hasta el sofá Mew lo dejó caer en un rápido movimiento, haciendo rebotar al chico encontra de los cojines esponjosos. Desabrochando sus pantalones, Gulf quedó completamente desnudo ante el hombre, dejando expuesto el deseo que hervía en su cuerpo con su llorosa polla completamente erecta.

Mew lo miró mientras comenzaba a deshacerse de su camiseta, quedando de esa manera en iguales condiciones con el chiquillo. Arrodillándose entre sus piernas, mew se inclinó sobre los labios del mocoso, saboreando el aliento que escapaba de estos, para después succinarlos delicadamente entre sus dientes, sacando una entre cortada respiración de sus colorados labios. Lentamente lo acomodó sobre el sofá, quedando entre sus piernas, y juntándo de esa forma sus miembros.

Gulf suspiró, y con extrema lentitud abrió los ojos, topándose con la acerada mirada que llenó lo más profundo de su alma. Mew lo miró, como si de esa forma quisiera fundirse entre su piel, uniendo de esa forma sus almas. Con el dedo tembloroso acarició su rostro, las falanges dibujaron la delicada extensión de su rostro, llenando de regocijo a su corazón ante la reacción del chico. Gulf abrió las piernas cuando los dedos empujaron dentro de su boca, y sacando su lengua la envolvió alrededor de los firmes dedos, lamiendolos como minutos atrás habían hecho con la hombría del hombre.

Mew apreso sus labios, su lengua se adentro dentro de esa humedad y caliente cavidad, mientras su miembro encontraba el camino al cuerpo del chiquillo. Encorvándose, Gulf jadeo cuando el duro pene golpeó entre sus piernas, e impulsandose logró que la cabeza penetrara su dolorida cavidad.

Todo dentro de él era un volcán en erupción. Y la necesidad por sentir ese miembro llenarlo le hizo bajar la mano y guiar el pene hasta su cuerpo, haciendo que traspasará el primer anillo y un quejido escapara de sus labios. Acunando el rostro entre sus manos, Mew lo besó, sintiendo como su palpitante erección se adentraba dentro de ese adorado cuerpo.

El delicioso cosquilleo que embargo su cuerpo al encontrarse completamente dentro de su cuerpo lo éxito en demasía. Haciendo que se moviera al instante y su pene saliera por completo, volviendo a entrar de una sola estocada. Gulf gimió quedito, clavando su dedo alrededor de la fuerte cintura de Mew. Podía sentir como sus paredes ardían contrayéndose, sin embargo, se movió junto a Mew. Su cuerpo entero vibró ante las embestidas erráticas que Mew le propinaba, y gritando sintió como todo su ser se quemaba cuando la cabeza golpeó contra su próstata.

El sonido de los gemidos y los jadeos vibraban através de las paredes, y las sombras de la noche los acompañaron en su búsqueda por alcanzar el clímax. Enredandose como un koala, Gulf consiguió que Mew lo levantara, sentandolo con dificultad sobre sus piernas, haciendo que de ese modo las embestidas fueran más profundas y el placer incrementará. Todo alrededor de Gulf comenzó a dar vueltas, haciendo que de sus labios salieran los más eróticos gemidos. El placer al que estaba siendo sometido había logrado que todo se borrara de su mente, y solamente quedarán las sensaciones de su cuerpo y el sentimiento que hervía en su corazón.

Sus cuerpos que ahora se mantenían unidos gritaban la necesidad del otro, llevándolo a un estado de placer mutuo que los obligó a aferrarse fuertemente en los brazos del otro. Sintiendo el final golpear su cuerpo, Mew buscó sus labios. Los sentimientos que se derramaron en el beso obligaron a Gulf a soltar la primera lágrima, y morder fuertemente su labio al punto de hacerlo sangrar. Mew apretó sus manos alrededor de las caderas de Gulf, saboreando la sangre que se derramaba de sus labios y el dulce sabor de su chiquillo, y cuando los ojos de Gulf se quedaron en blanco, su miembro entró hasta lo más profundo, explotando de esa manera en su interior, y llenándolo con su esencia.

Gulf tembló entre sus brazos, sintiendo como su cuerpo convulsionaba y se vaciaba entre sus vientres, llevándolo al más extremo y placentero orgasmo en toda su vida, llevándose con el todas sus fuerzas. Sus cuerpos permanecieron unidos, y pronto cayeron exhaustos sobre el cómodo sofá. Mew sonrío, besando delicadamente la curvatura de su cuello, y jugando con la yema de sus dedos sobre la piel de los glúteos de Gulf.

El chico gimió. Retorciéndose sobre su cuerpo, haciendo que el aún duro miembro se adentrará más en él, humedeciendo su interior. Mew suspiró contra su oído, apretando el par de esponjosas nalgas con deseo. Era increíble como después de semejante acto sus cuerpos reaccionarán de esa forma, sintiéndose insatisfechos y en busca de más.

Mirándolo a los ojos, Mew acarició sus mejillas, haciendo que Gulf lamiera sus labios y comenzará a moverse de nuevo. El cuerpo de Mew reaccionó inmediatamente, llenándose rápidamente y volviéndose duro y caliente, disfrutando del estrechó interior, lleno de su semilla. Sin embargo, a pesar de que no quisiera parar Mew lo detuvo, mirándolo directamente a los ojos. Gulf gimió.

----- Debemos volver a casa ----- Negando, Gulf reanudó sus movimientos, arqueando su espalda cuando su próstata fue de nuevo golpeada.

Una vez más gruñendo, Mew lo giró, quedando nuevamente sobre su delgaducho cuerpo y aumentando las embestidas, jadeando cuando Gulf apretó su culo, haciendo que se adentrará más dentro en su cuerpo.

El reloj marcaba las 3 de la mañana cuando Mew dejó a un muy dormido Gulf sobre su mullida cama. Luego de una intensa y agradable sesión de sexo de 4 horas por fin había llegado a casa. Desnudando el mercado cuerpo del chiquillo Mew lo arropó muy bien, y luego se dirigió al baño. Necesitaba una ducha. Todo su cuerpo estaba completamente exhausto, aunque satisfecho. Quitándose la ropa pudo sentir el olor a sexo impregnado dentro de su piel, y metiéndose dentro del agua sonrío cuando mojó su magullado cuerpo.

A pesar de todo no dejaba de pensar en la actitud del mocoso. Algo realmente grande debía de haber pasado para que lo hubiera buscado en su oficina, y en ese estado. Pero... ¿Qué? No estaba seguro, pero algo dentro de él le decía que la llegada de esta chica tenía mucho que ver. Mientras lavaba su cuerpo no pudo evitar el sentirse molesto ante la idea de que Gulf lo había ido a buscar para olvidarse de ella. Lo ponía furioso.

Ante la arruga en su frente a la hora de dormir. Con delicadeza masajeó el área para deshacerse de la arruga, terminando por deslizar su dedo por toda la extensión de su varonil rostro.

Mew era guapísimo. Tanto que lo dejaba embelesado hasta durmiendo. Sonriendo como bobo pegó sus labios contra los del hombre. Saboreando su textura para después pasar su lengua por ellos. Un pequeño jadeo se escapó de sus labios, haciendo que se separará a regañadientes y se encontrará con la hermosa mirada gris, mirándolo con clara interrogante.

----- Buenos días ----- Susurró, jugando con sus dedos alrededor de la desnuda clavícula del hombre. Mew sonrío, tosiendo cuando el dedo encontró el redondo pezon entre su pecho.

----- ¿Qué haces? ----- Preguntó con dificultad, Gulf sonrío con milicia, lamiendo sus labios cuando el botoncito se endureció entre sus dedos.

Alejando las sábanas del musculoso cuerpo, Gulf se monto a horcajadas sobre él, sonriendo cuando algo comenzó a golpear entre sus piernas. Mew vió venir las caricias que pronto se posaron en su matutina erección, y con algo de dificultad logró alejar las traviesas manos de su cuerpo, mirando seriamente a Gulf.

----- Necesitamos hablar ----- Mordiendo sus labios, Gulf se negó a hablar, recibiendo de castigo la frialdad del hombre ----- Déjate de tus jueguitos, Gulf Kanawut ¡Hablaremos lo quieras o no! ----- Esquivando la dura mirada del hombre, Gulf no respondió, siendo obligado por Mew cuando tomó su barbilla obligándolo de esa forma a mirarlo ----- ¿Qué sucede? ----- Con algo de temor, Gulf susurró:

----- Ella... ella no se fue porque no me quería. Todo era mentira ----- Soltando su agarre, Mew lo miró, entendiendo de esa forma lo que seguiría ----- Mi madre nos engaño. Haciendo de esa forma que nos odiáramos y terminaramos separados.

Mew terminó por alejarse del chico. Lo que tanto había temido sucedió después de todo. Poniéndose de pie, miró al chiquillo, dándose cuenta del torbellino de sentimientos que ardían en su interior con tan solo una mirada. Gulf miró con temor a Mew, no quería que el hombre pensará lo peor de él, pero ¿Cómo no hacerlo? Después de lo sucedido la noche anterior. Era algo ilógico. Masajeando el puente de su nariz, Mew lo miró.

----- ¿Qué piensas hacer ahora que sabes la verdad? ----- Gulf se sorprendió ante la pregunta, y mordiendo su labio negó sin saber que decir.

----- Yo... no lo sé ----- Mew lo miró ----- Ella... ella cree que yo voy a volver.

----- ¿Y no es así? ----- Mirándolo a los ojos, Gulf observó la rudeza con que el hombre lo miraba, y no muy convencido contestó.

----- No... ----- Tomando un par de pantalones Mew se encaminó hacía la puerta del baño, y antes de abrirla contestó:

----- Debes de aclarar tus sentimientos. Porque el sexo no solucionara los problemas todo el tiempo ----- Y sin siquiera mirarlo entró al baño, dejando al confuso Gulf aferrándose contra las sábanas.

No siempre debes culparte del pasado.

Porque tarde o temprano esté destruirá tú futuro...



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