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Algo en mi cambió

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Maratón 1/6

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Existen sentimientos demasiado dolorosos como para soportarlos una segunda o tercera vez, y más cuando piensas que éstos desaparecen o simple y sencillamente acabaron; sin embargo, no todo es tan sencillo. El dolor siempre te seguirá, y aunque parezca demasiado duro el vivirlo, es necesario. Porque el dolor hace la fuerza, y también... el amor.

4 años atrás...

Conforme el tiempo avanzaba, la ansiedad crecía en el interior de Gulf, y con ella el dolor y la frustración de los recuerdos. Elevando los ojos hacia el firmamento la imagen de esa chica le pegó en el alma, y la necesidad por alcanzarla y tenerla entre sus brazos lo abrumó.

"Nunca quise que todo llegará hasta este punto, y tal vez fue mi error el haber dejado que esto creciera y que tus sentimientos por mí se hicieran más sólidos. Pero creó que necesitas saber que yo nunca fui, ni seré feliz a tu lado."

El auto se detuvo cuando el sonido y la silueta de los aviones se posaron sobre su cabeza. Con el cuerpo tembloroso, Gulf logró bajar; y en el momento en que sus pies tocaron el suelo suplicó porque las fuerzas lo llenarán. Atravesó la infinidad de personas a su alrededor y cuando creyó que nunca lo encontraría la vio. Su cuerpo se paralizó y cuando sus ojos se encontraron solamente bastó una gélida mirada para que desapareciera, y el dolor de la realidad le atravesará el alma.

Presente...

A tan solo una semana para las festividades navideñas, Mew suspiró aliviado. Esa era una de las épocas más movidas de todo el año, y por lo tanto la más exhausta. Terminando para archivar los últimos documentos sonrío satisfecho observando la hora, y tras dejar todo muy bien organizado salió de la oficina, y bajó al estacionamiento.

En el camino se encontró con varios de los empleados y tras una calurosa despedida subió a su coche. Gulf lo estaría esperando en el supermercado, harían las compras y después comerían algo en algún restaurante y tal vez darían una vuelta para distraerse. Deteniéndose en un semáforo en rojo sacó su móvil para poder enviar un mensaje a Gulf, y luego volvió a ponerse en marcha. Tras unos 15 minutos más de trayecto llegó a su destino. Se aseguró de poner la alarma al auto y entonces subió en busca del chico.

El supermercado estaba abarrotado de las familias que hacían sus compras navideñas, de niños corriendo emocionados al lado de sus padres, poniéndolo de muy buen humor. Llegando a la puerta del supermercado observó la silueta de Gulf a lo lejos, le sonrío emocionado y cuando el chico se encaminaba hacía él una chica con varias bolsas de compras en sus manos interpuso en su camino, haciendo que sus cuerpos chocarán y las bolsas cayeran al suelo.

Mew aumentó sus paso para poder ayudar a Gulf, pero cuando estaba a tan solo unos cuantos pasos de su cuerpo, el nombre que escucho de los labios del mocoso lo dejó congelado.

----- ¡Davika!

Gulf sintió como todo a su alrededor comenzaba a dar vueltas y el aire comenzaba a escasear de sus pulmones. El rostro de esa chica volvía a grabarse en su interior y a revolver sus memorias; y todo el odio que jamás creyó imaginar surgió desde lo más profundo de su corazón; poniéndose de pie lo más rápido posible se dedicó a recoger sus cosas en completo silencio, tratando de ignorar a la chica que no le quitaba la vista de encima.

Mew permanecía en silencio a tan solo un poco de distancia, y cuando Gulf se disponía a abandonar el lugar, una mano sobre su brazo le hizo apretar los dientes y sentir la rabia burbujear en su interior.

----- Por favor... hablemos ----- La voz de Davika fue tan solo un susurró, enfureciendo más a Gulf, y cuando rompió el contacto no pudo articular nada más.

Gulf se alejó de su lado, y con lágrimas en los ojos Davika observó como se iba al lado de ese hombre. Un hombre guapo, alto y que la miraba con despreció puro a través de sus grises ojos; su marido.

El chico no supo cómo reaccionar cuando los ojos del hombre se enfocaron en los suyos, y busco una explicación de lo sucedido, así que solamente negó, afianzó las compras en sus manos y con todo el cuerpo temblándole se encaminó hacía el auto, tratando de alejarse lo más antes posible de ese lugar. Sentía que sus sentimientos eran un lío total. Su mente no sabía nada coherente que pensar, y su corazón latía desbocado contra su pecho.

Mew observó por última vez a la chica, sintiendo como todo su interior se revolvía de los celos ante la insistencia de ésta porque Gulf se girara hacía ella. Dedicándole una fría mirada por última vez se giró y siguió a Gulf. El chico ya había desaparecido de su vista, y corriendo logró alcanzarlo cuando estaba apunto de subir al auto.

Gulf guardaba las cosas en la cajuela del auto a toda velocidad, y de pronto todo se derrumbó. Sus ojos Se cerraron y la primera lágrima se derramó. Siempre se había imaginado que al volver a encontrarla la terminaría por mandar al demonio y le demostraría que no le había importado el que lo hubiera utilizado y se hubiera largado así nada más. Pero al ver sus ojos de nuevo supo que no podría.

Algo dentro de él se había despertado, algo que jamás pensó volver a sentir. había pasado muchos años de ansiedad por volver a verla, y todo eso mezclado con la situación en la que la había encontrado lo llevaban a un estado de desesperación. De pronto todo se había vuelto tan confuso, tan extraño y doloroso. Y no sabía qué hacer.

Mew subió al auto y se dedicó a mirarlo en silencio. Abrió la boca dispuesto a preguntar, pero la mirada perdida del chico se lo impidió. Así que poniendo el auto en marcha se dedicó a manejar en completo silencio. El tenso ambiente podía sentirse a la perfección. Y miles de pensamientos flotaban dentro de su cabeza. Mew no sabía cómo abordar el tema de ese encuentro. Desde un principio sabía que tarde o temprano pasaría, Up se lo había advertido, pero nunca se había puesto a pensar en ello.

En cambio, Gulf era un torbellino de pensamientos,  recuerdos y sentimientos del pasado que volvía a revivir la heterosexualidad de Gulf. Y todo se volvía cada vez más confuso. Podía tener sus sentimientos por Mew muy claros, pero el regreso de Davika todo lo complicada, más al saber que todavía existía algo por ella dentro, muy dentro de su corazón.

Al llegar a casa, Gulf se dedicó a guardar las cosas automáticamente, sin mirar ningún punto en específico o siquiera pensar en alguna cosa. Estaba agotado tanto mental como físicamente, así que Mew no pudo hacer nada cuando el chico subió a la habitación y cayó profundamente dormido.

Suspirando se metió a la cama, y mientras más pasaba el tiempo menos podía dormir. Terminando por levantarse y caminar hasta la ventana Mew lo miró. Algo dentro de él parecía agitarse ante cada respiración que daba el chiquillo. ¿Qué iba a hacer ahora? ¿Seguirían tan bién como hasta ahora? ¿Sentiría Gulf aún algo por ella?

La posibilidad de que eso sucediera lo llevaba a un estado de ansiedad inimaginable. ¿Qué iba a hacer si eso pasaba? No podría hacer nada si Gulf al final decidía que sus sentimientos por la chica eran más fuertes. Todo parecía desmoronarse en tan solo segundos.

Gulf se despertó agitado a mitad de la noche. La necesidad por sentirse querido y protegido lo obligó a abrir los ojos y buscar el cuerpo de Mew, pero no lo encontró. Se levantó en busca de un vaso con agua, y en su camino se encontró con la silueta de New a través de la ventana, observando la oscuridad de la noche y las pocas luces que iluminaban la ciudad. Caminando lentamente hacia él dudó en alertarlo de su presencia, pero al verse envuelto en su sombra no dudó en abrazarlo fuertemente por la espalda.

Mew dio un respingo sorprendido, terminando por girar al chico y pegarlo contra su pecho. Su delgado cuerpecillo tembló ante la cercanía y no pudo evitar sonreír ante el pensamiento de que todavía lo ponía nervioso. Acarició con delicadeza sus cabellos, y mientras miraban a través del cristal susurró suavemente:

----- ¿Qué va a pasar ahora? ----- Gulf se separó para poder mirarlo a los ojos, y cuando se encontró con los del hombre negó suavemente, aferrándose más fuerte, como si temiera que todo desapareciera en un instante.

----- Ahora no.

Ninguno de los dos dijo nada más y minutos después Mew lo llevó en sus brazos hacía la cama, lo arropó contra su pecho y tras unos minutos pudo escuchar su respiración acompasada, terminando por dormirse segundos después, deseando que todo fuera un mal sueño.

A la mañana siguiente Gulf se levantó muy temprano, Mew todavía dormía tranquilamente, y sin hacer ningún ruido bajo de la habitación. Se dió un rápido baño y tras tomar un jugo de naranja salió de la casa. No se veía con la fuerza necesaria para enfrentar a Mew y la situación en la que se encontraba. Así que salió lo más rápido posible.

Durante su camino se dedicó a pensar en lo que haría, que no se dió cuenta de como llegó a la universidad. Las instalaciones todavía se encontraban lo suficientemente vacías pues eran tan solo las 6:30 de la mañana. Algunos que otros estudiantes llegaban para sus clases matutinas, sin embargo, ninguno de sus compañeros había llegado aún, lo que agradeció en gran manera, no se veía con ganas de responder a su decaído humor.

Sacando su libreta de dibujos personales comenzó a formar pequeños trazos, y cerrando los ojos viajo hasta sus más profundos recuerdos, sintiendo la nostalgia dentro de su corazón ante las imágenes que llegaban a su mente. Habían sido unos bonitos recuerdos, llenos de lo que él creía amor, y que con tan solo unas cuantas palabras se había esfumado como un espejismo en el desierto.

El sonido de su celular lo obligó a abrir de nuevo los ojos. Sin embargo, no contestó. Dejó que las llamadas cayeran y que mensajes de parte de Mew preguntando si se encontraba bien siguieran llegando. Y lo único que pudo hacer fue continuar con su dibujo y tratar de fingir que se encontraba bien, aunque no lo estaba.

Gulf no dio señales de vida en todo el día. Y al salir de la universidad se encaminó sin rumbo fijo, terminando en uno de los parques de la ciudad en el que se quedó el resto de la tarde. Mientras caminaba la imagen de una pequeña niña jugando con su perro le hizo sonreír, y acercando hacía ella se acomodó a su lado, sonriendo cuando la pequeña lo miró con una enorme sonrisa en sus bonitos labios.

----- Hola ----- La chiquilla le sonrío angelicalmente, señalando a su perro ----- Su nombre es Kaiser, y yo soy Sammy ----- Gulf sonrío, tomando la pata que el perro juguetón levantó al verlo.

----- Mucho gusto Sammy, Kaiser ----- El perro le movió la cola emocionado y luego comenzó a dar vueltas a su alrededor. La chica sólo rió. A Gulf le parecía extraño que ningún adulto estuviera a su alrededor, y  acercándose más a la chiquilla le preguntó:

----- ¿Estás tú sola? ¿En dónde están tus padres? ----- Sonriendo tímidamente, la niña negó.

----- No tengo padres, vengo del hogar para niños huérfanos de la otra calle ----- Gulf la miró sorprendido ante la claridad con que la chiquilla lo había dicho.

----- ¿Niños huérfanos? ----- La niña asintió.

----- Sí, vivo allí desde que tengo memoria ----- Gulf parpadeó confundido.

----- ¿Pero cómo llegaste aquí? ----- Riendo, Sammy se abrazó al perro.

----- Las hermanas me dejan salir todos los días al terminar mis tareas. ¿Y tú? Nunca te había por aquí ----- Gulf sonrío.

----- Vivo a unas cuadras de aquí ----- Abriendo la boca con asombro, la chica asintió.

Conforme pasó el tiempo, a Gulf le parecía fascinante la facilidad con que la chiquilla de tan solo cinco años solía afrontar los problemas, y entonces se vió envuelto en la necesidad de poder protegerla. La chiquilla era hermosísima, con unos ojillos grandes de color gris que por más que tratara de negarlo le recordaban a Mew, con una hermosa sonrisa que le hacía querer sonreír a pesar de los problemas, y una alegría que no cualquier niño de cinco años y huérfano tendría. Y solo así lo entendió.

Entendió ese sentimiento que había estado en su interior y que anhelaba con todo su corazón. Quería ser padre. Formar una familia al lado de ese hombre que tanto lo amaba, ese que se había ganado su corazón y que sabía comprenderlo muy bien. Sonriendo a la chiquilla de coletas rubias, acarició su cabecita. Sintiendo como algo se calentaba en su interior, y todas sus dudas y sentimientos terminaban por aclararse.

Se despidió de la chiquilla después de una tarde de juegos, prometiéndole que el día siguiente la vería, y entonces regresó a casa lo más rápido que pudo. Necesitaba ver a Mew, abrazarlo, decirle que lo amaba y que a pesar de todos los problemas que estaba seguro que vendrían no se iría de su lado, pero cuando Davika salió de la casa de Up todos sus pensamientos desaparecieron y las dudas lo embargaron.

La chica lo miró asombrada y con lágrimas en los ojos debido a la emoción, se acercó a su lado. Gulf retrocedió confundido, mirando con furia cuando su amigo salió segundos después y lo miraba aterrado.

----- Gulf. Yo... ----- Up lo miró preocupado, y luego a la chica rubia que lo miraba suplicante.

----- ¿Qué cojones significa ésto Up? ¿Por qué ella está aquí? ----- Sintiéndose en un callejón sin salida, Up lo miró.

----- Gulf, por favor. Iba a decírtelo, pero... ----- Gulf lo cortó.

----- ¿Pero qué? ¿Tú sabías qué ella estaba aquí? ----- Sin saber que más decir, Up asintió, sintiéndose completamente destrozado cuando el chico lo miró con odio y se alejó.

----- Yo solo quería protegerte ----- Gulf escuchó como su amigo gritaba, pero no se giro. Apretó los puños con rabia y corriendo se alejó lo más rápido que pudo.

Davika reaccionó al ver como el chico se alejaba,  y corriendo llegó hasta él, y tomandolo del brazo intentó detenerlo. Gulf la alejó bruscamente, girándose para mirarla con la furia palpable en sus pupilas, y cuando está lo miró suplicante por fin explotó.

----- ¿Qué mierdas quieres maldita loca? ----- Davika retrocedió asustada, pero no sé movió.

----- Necesitamos hablar.

----- Tú y yo no tenemos nada de que hablar. Lo dejaste todo muy claro en esa maldita carta ----- Davika lo miró sin entender.

----- ¿De qué carta estás hablando? ¡Por Dios! ----- Gulf sentía que podría derrumbarse en cualquier momento, sin embargo, se dio fuerzas para poder mirarla con despreció, y bufar con ironía.

----- Ahora resulta que la persona que escribió la carta no sabe de qué habló ¡Déjate de todas esas mierdas! ----- Davika lo miró furiosa.

----- ¡Tú déjate de esas mierdas! Si tú mismo fuiste el que me rompió el corazón al acostarse con una maldita zorra.

----- ¿De qué cojones estás hablando? Tú fuiste la que se largó dejándome solo esa maldita carta ¡Burlándote de mí, y de mis sentimientos! ----- Davika no entendía nada de lo que ese chico estaba diciendo, lo único que podía comprender, era el odió que Gulf le tenía ahora, y de que era la culpaba por algo que nunca había hecho. Gritando, Davika le golpeó el pecho con el dedo, especificando de esa manera sus palabras.

----- ¡Escúchame bien Gulf Kanawut! Tú fuiste el que le dijo claramente a su madre, de que lo único que querías era que yo estuviera en tu cama. Que nunca sentiste nada por mí ----- Con lágrimas en los ojos, susurró con furia ----- Que solo jugaste conmigo ----- Terminando de escucharla, Gulf retrocedió confundido.

Nada de eso tenía pies ni cabeza, ni tampoco ningún sentido. Davika había sido la que se había burlado de él, entonces ¿Por qué decía no saber nada? ¿Por qué lloraba con tanto dolor? Negando, se alejó todo lo que pudo de la chica, revolviendo sus cabellos y gritando con frustración al verse descubierto en una mentira, una mentira que lo había lastimado tantos años.

----- ¡Pero la carta joder! ----- Acercándose a Gulf, Davika acarició sus mejillas, sintiendo como su corazón brincaba de emoción.

----- Escúchame bien, no sé de qué carta me hablas. Lo único que sé es que regrese por ti. Para estar a tú lado a pesar de los problemas ----- Negando, Gulf la alejó de su cuerpo, sintiendo como algo dentro de él quemaba como el infierno, y conteniendo las lágrimas susurró:

----- No lo entiendes Davika. No puedo estar a tú lado. No voy a estar a tú lado ----- Apretando los puños, Davika negó.

----- ¡No! El que no parece entender eres tú. Me hablas de una carta que yo no escribí. Dices no ser tú el que hablaba con su madre ¡Todo esta muy claro! ¡Nos mintieron Gulf! ¡Nos alejaron el uno del otro! ----- Gulf negó.

----- ¡Estoy casado joder! ----- Volviéndose hacía él, Davika negó.

----- Eso no importa. Porque tú me amas. ¡Porque nos amamos! ¿Recuerdas? ----- Alejándose de Davika, Gulf negó.

La chica lo miraba atentamente y con lágrimas en los ojos, haciendo que miles de dudas embargaran su cabeza. Si lo que la chica decía era verdad, habían caído en un engaño, un engaño que se había llevado 4 años de dolor y sufrimiento, pero todo eso... ¿Ahora que importaba? Tenía una vida, un esposo, y la oportunidad de formar una familia y ser feliz, pero a pesar de todo, Davika no estaba en ella. Negando con lástima, susurro:

----- Lo siento... pero yo.... yo... lo amo ----- Negándose a creer las palabras del chico, Davika limpió con furia las lágrimas de sus ojos y sonriendo lo miró, respondiendo con seguridad.

----- No es verdad. Porque tú me amas a mí, y siempre va a ser de esa forma. Y aunque te niegues a aceptarlo vas a volver a mí lado, y te estaré esperando. Porque yo también te amo ----- Y con una sonrisa en sus labios se alejó del chiquillo, dejándolo con las dudas carcomiéndole el alma.

Al llegar a casa, Gulf subió corriendo las escaleras rumbo a la habitación, no se detuvo a ver si había alguien o no, lo único que necesitaba era saber la verdad, y corroborar todo con sus propios ojos. Abriendo el cajón del clóset, en la esquina escondida a la vista humana la encontró. Una pequeña caja de cristal negra con candado.

Con manos temblorosas le quitó el seguro, revelando de esa forma sus recuerdos más dolorosos y los cuales imagino no volver a ver. El papel arrugado, y partido en varios pedazos cayó al suelo como una pluma empujada con el viento, y leyéndola con lágrimas en los ojos Gulf se derrumbó.

"Lamento mucho el haberte hecho pasar por todo esto, pero ya no te necesito a mí lado. Guarda todo ese amor y tus estupideces para alguien que realmente las quiera, y a mí déjame volar con toda libertad."

Porque por más rabia y dolor que sintiera, esa no era la letra de Davika, y ahora se daba cuenta de que era la letra de alguien más. Alguien que conocía muy bien y a la perfección, alguien que parecía odiarlo con su tan sola existencia. Terminando por romper el papel guardo la caja en su lugar. Se limpió las lágrimas de los ojos y salió en su búsqueda.

El sol comenzaba a ocultarse y el frío a golpear la ciudad cuando llegó a su destino. No tuvo que llamar a la puerta, está sola cedió al abrirla y con pasos decididos subió a la habitación. Dentro de está arreglándose las uñas. Anong lo miró un tanto sorprendida  y sin poder contener la rabia Gulf corrió a su lado, dejando caer una fuerte cachetada que la hizo caer al suelo, y alertó la llegada asombrada de su padre.

Anong se tocó el área afectada,  y furiosa se giró a mirarlo. Gulf mantenía los puños fuertemente apretados, sin embargo, las lágrimas de odio corrían por sus mejillas. Y cuando Anong se puso de pie y trató de corresponderle el golpe, el brazo de su padre lo protegió.

----- ¿Qué te pasa maldito engendro? ----- Revolviendose entre los brazos de su padre, Gulf trato de llegar hasta ella, y entonces gritó.

----- ¡Eres una maldita sin corazón! ¿Cómo te atreviste? ¿Por qué lo hiciste? ----- Anong observó a su hijo sin entender ni una palabra.

----- ¿De qué putas me estás hablando? ----- Soltándose del agarre de su padre, Gulf le arrojó los pedazos de papel contra la cara, haciendo que la mujer abriera los ojos asustada al ver su contenido.

----- ¿Creíste que nunca me iba a enterar? ¿Por qué me odias? ¿Qué te he hecho yo para que me odies tanto? ----- Sintiendo como la furia explotaba en su interior Anong lo señaló, mirándolo con odio y asombrando a su marido.

----- ¡Nacer! ¡Eso me hiciste! ----- Alejándose de la mujer, Gulf negó ----- ¡Arruinaste mi vida con tan sólo nacer! ¿Qué no lo entiendes? ----- Soltando una lúgubre risa, Gulf asintió, le dirigió una última mirada y salió corriendo del lugar sin importarle los gritos de su padre, solamente escuchando esa palabras que habían terminado por romper su corazón.

Arruinaste mi vida con tan solo nacer.

Corriendo con todas sus fuerzas, Gulf se negó a seguir escuchando a su corazón y tras varios minutos el enorme edificio de las empresas Suppasit se presentó ante sus ojos. Con el cuerpo tembloroso debido a la carrera y al dolor de su corazón se encaminó hasta él. Las personas lo miraban un tanto preocupadas ante su aspecto, sin embargo, continuó su camino.

Llegó a la oficina de Mew cuando su cuerpo y su alma ya no podían más, y abriendo la puerta de un solo golpe entró. Mew observó completamente asombrado cuando el chiquillo abrió, y poniéndose de pie se encaminó hacia él, sorprendiéndose cuando Gulf se lanzó a sus brazos en busca de sus labios.

----- ¡Gulf! ¿Qué...?

----- ¡Hazme el amor! ----- Mew observó horrorizado el aspecto del chico, pero sin poder refutar no pudo más que corresponder a las caricias cuando el chico se tiró a sus brazos, soltando toda su desesperación ----- Por favor... hazme el amor.

"Hay que escuchar a la cabeza, pero dejar hablar al corazón..."

Marguerite Yourcenar.

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