CONNER aparecía en las noticias y no de una buena forma.
Tampoco había vuelto a la Torre.
Y Dick no cogía el teléfono.
Mientras le dejaba otro mensaje de voz, Krypto apareció pero estaba solo.
Lo bueno es que supo guiarnos sobre la localización de Conner.
Qué bien, más tonto y no nace -se queja el azabache mirando a la mascota-
Sabe tocar el timbre con el morro -replica Gar con un media sonrisa- los he visto más tontos
No os acerquéis a mi -pide Conner comenzando a caminar-
Conner, la has cagado, lo admito. Pero tampoco puedes dejarnos sin respuestas. ¿Qué pasó? -le pregunto caminando a uno de sus lados-
Le dije a Gar lo que soy cuando me propuso ser un Titán -responde Conner mirando a este- pero no me escuchaste porque no era lo que querías oír
Bueno, él es idiota pero no podemos hacer nada -me pongo delante de él viendo la cara ofendida de Gar- ninguno de los Titanes somos perfectos, Conner. Todos hemos hecho cosas...
Yo maté a un tío -confiesa Gar en voz baja- lo hice trizas
O sea, deberían encerrarnos a los dos -contesta Conner-
La gente cuenta con nuestra ayuda -le dice el de pelo verde-
Y aunque no nos guste, a veces tenemos que dañar a gente mala para evitar más peligros -añado apoyando una mano en su hombro como apoyo. Los tres nos giramos cuando Krypto comenzó a ladrar-
Marchaos de aquí -nos pide Conner comenzando a caminar-
¿Seguro que quieres lastimar a más? -le pregunta Gar poniéndose delante para parar sus pasos-
Venga -le pido tomando las manos de los dos para empezar a correr-

¿TIENES hambre? ¿Quieres comer algo? -le ofrece Gar tras llegar a casa-
Sí -pide él haciendo que vaya a la cocina- sabéis que no van a parar de perseguirme, ¿no?
Y nosotros no pararemos de ayudarte -respondo lanzándole un paquete de galletas-
Es mi problema, no el vuestro -nos recuerda Conner-
Eso es lo que hacemos los Titanes, velar unos por otros -le explica Gar colocándose a mi lado-
¿Y dónde están? Los otros Titanes -repite Conner-
A lo mejor debería hacer lo que Dick quería que hiciera. Sacar la artillería -nos dice Gar sacando su teléfono-
¿Vamos a usar artillería? -pregunta Conner confundido-
Es una metáfora -respondo para calmarlo-
Voy a llamar a Bruce Wayne -finaliza Gar. Antes de poder decir algo más, la alarma de seguridad sonó indicando que extraños venían- la zona seis es la azotea
Conner, atrás -le pido tomando su brazo cuando los cristales se rompieron. Llegaron personas vestidas de negro y con armas de todos los lugares hasta acorralarnos en el salón-
¡Haz callar al chucho! -pide uno de ellos apuntándonos. Krypto se lanza sobre él tirándolo al suelo pero otro lo apresa en una red enfadando a Conner. Comenzamos a pelear junto a él aprovechando la distracción-
¡A tu derecha! -advierto a Gar agachando su cabeza para lanzar un halo de luz a un hombre. Gar comienza a convertirse en tigre para poder pelear mejor y yo salgo de mi escondite para empezar a cegar a los demás. Veo como le tiran unos dardos en el estómago por lo que me pongo frente al tigre y creo una cúpula brillante para mantenernos a salvo. Pero ya era muy tarde, el tigre había caído. Solo quedábamos Conner y yo-
Parad. No vengo a haceros daño -aparece una chica-
¿Quién eres? -le pregunto conteniendo mis poderes aún de pie junto a Gar-
Me llamo Mercy Graves. Trabajo con Eve Watson -nos explica la mujer-
¿Con Eve? -repite Conner- ¿Está aquí?
No. Me ha enviado a mi -responde la tal Mercy. Me agacho en el suelo tan solo para ponerle una chaqueta por encima a Gar- tranquilos. Está sedado por los tranquilizantes. He venido a ayudarte
Pues no lo parece -replica Conner de pie frente a la mujer-
¿Quieres hacerme daño? -le pregunta Mercy-
Yo sí, siendo sinceros -contesto mirando preocupada a Gar- ¿Lo dije muy alto? Lo siento
No queremos haceros daño -repite la mujer- solo queremos ayudar a Conner. Al fin y al cabo, le creamos nosotros. También podemos curarle
¿Curarme? -repite Conner-
Lo que te pasa es culpa nuestra -responde Mercy- un desequilibrio que...
¿Estás bien? -le pregunto en voz baja a Gar comenzando a acariciar su pelo para mantenerlo despierto- sigue conmigo, ¿vale?
Estoy cansado -me susurra Gar. Yo asiento con la cabeza en respuesta y tomo una de sus manos-
Todo irá bien. Tranquilo -añado viendo su cabeza caer lentamente en mi hombros. Paso mis brazos por estos y comienzo a acariciar su espalda girándome para escuchar la decisión que tomaría Conner-

SEÑORITA Williams, soy Mercy Graves. Es un honor conocerte -me dice ella entrando a la habitación que me habían dejado- ¿Le apetece otra cosa de comer? No has tocado el plato
¿Puedo ver a mis amigos? -respondo cerrando el libro que leía con aburrimiento para mirarla- ¿O decirme si están bien? ¿Qué le han hecho a Conner?
Lo que él quería. No le obligamos a volver, fue su decisión -me explica Mercy-
Claro, decisión propia -me burlo mostrando los guantes de mis manos- si queréis “curarme” a mi también, creo que ya sabes la respuesta.
No, pero podemos ayudarte. Y a tu amigo también -me dice ella- puedo ofreceros lo que Niles Caulder no podía. El Doctor Caulder e Industrias Cadmus han coincidido varias veces. Es inteligente. Aunque no tan altruista como le gusta aparentar. Eso ya lo sabes, ¿verdad? Él te acogió, ¿pero te preguntó si eso es lo que querías? No, mejor, ¿te lo ha preguntado alguien?
No me importa, tengo amigos y tengo una familia, me da igual a dónde me lleven -respondo comenzando a jugar nerviosa con mis propios dedos-
Nosotros podríamos ayudarles más que ellos. Enseñaros todo vuestro poder y controlarlo. Podríais ser lo que queráis -trata de convencerme Mercy-
¿Podría hablar con mis amigos para tomar una decisión? -le pido a pesar de saber perfectamente la respuesta que le iba a dar-

¡GAR! -le llamo al llegar a su cuarto. Voy a pasos rápidos hacia él y lo abrazo con fuerza-
Cass, ¿estás bien? ¿Te han hecho algo? -me pregunta tomando mi cara entre sus manos para verme. Yo niego con la cabeza y dejo un largo beso en sus labios. Me tenía muy preocupada- estoy bien, salvo este incómodo traje
Lo siento -respondo en voz baja aún abrazada a él- si te consuela, yo tengo estos guantes horribles
Saldremos de aquí, Cassie -me dice Gar bajando sus manos a mi cintura- no dejaré que te hagan daño, ¿vale?
No pues decir eso, lo harán. No me fío de ellos, Gar -replico sacando una mueca- saben que tenemos estas... habilidades. Las querrán utilizar para algo. No nos han traído aquí para preguntarnos que queremos
No dejaré que te hagan nada -repite Gar convencido-
Ya se acabó el tiempo -dice un hombre en la puerta-
Te quiero -le susurro besando sus labios de nuevo-
Y yo a ti -contesta soltándome lentamente. Le vuelvo a mirar por un momento y luego voy a mi habitación. Algo malo está apunto de pasarnos...-