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𝐭𝐡𝐚𝐭 𝐜𝐨𝐮𝐩𝐥𝐞 𝐨𝐯𝐞𝐫 𝐭𝐡𝐞𝐫𝐞

2020

El sol apenas comenzaba a asomarse por el horizonte, filtrándose suavemente a través de las cortinas de lino blanco. La habitación estaba inmersa en una calma cálida, rota solo por el suave susurro de la respiración acompasada de Somi y Jun Ho. Enredados entre las sábanas, sus cuerpos parecían haber encontrado un lenguaje propio, hecho de caricias suaves y una cercanía que no requería palabras.

Jun Ho fue el primero en despertarse. Sus ojos entreabiertos se detuvieron en Somi, quien dormía plácidamente, su cabello desordenado cayendo en mechones sobre su rostro. Su pecho subía y bajaba con un ritmo que le parecía hipnótico, y no pudo evitar sonreír. Con cuidado, se inclinó hacia ella y depositó un beso ligero en su frente.

Somi murmuró algo incomprensible, girándose ligeramente hacia él mientras abría los ojos lentamente. Su mirada somnolienta se encontró con la de Jun Ho, y una sonrisa perezosa apareció en sus labios.

-Buenos días, dormilona -dijo él en un tono suave, acariciando la línea de su mandíbula con la punta de sus dedos.

-Mmm... buenos días -respondió ella, su voz ronca por el sueño, mientras estiraba un brazo para envolverlo alrededor de su cintura y acercarse aún más a él.

Jun Ho dejó que sus labios se encontraran con los de ella, un beso lento que parecía detener el tiempo. Sus manos se enredaron en su cabello mientras ella respondía con la misma ternura. Cuando se separaron, Somi dejó escapar un suspiro satisfecho.

-Podría acostumbrarme a esto -murmuró ella, enterrando su rostro en el hueco de su cuello.

-¿Despertarte conmigo o besarme? -preguntó él, divertido.

-Ambas cosas -respondió, sin moverse.

La mañana avanzaba con calma, y ninguno de los dos parecía tener prisa por levantarse. Somi comenzó a trazar pequeños círculos en el pecho de Jun Ho con la punta de sus dedos, mientras él jugaba con un mechón de su cabello y tocaba su collar. Era un momento de tranquilidad pura, donde el mundo exterior parecía lejano y sin importancia.

-¿Sabes qué estaba soñando? -preguntó Somi de repente, rompiendo el silencio.

-¿Conmigo? -bromeó él, levantando una ceja.

-De hecho, sí -respondió ella, sonriendo-. Estábamos en la playa, viendo el atardecer. Era perfecto. Bueno, excepto porque te olvidaste de traer la manta y terminé llena de arena.

Jun Ho soltó una carcajada.

-Eso suena como algo que haría.

Después de unos minutos más enredados en las sábanas, ambos finalmente decidieron levantarse. La luz que se colaba por las ventanas llenaba la habitación de un brillo cálido, prometiendo un día tranquilo. Somi buscó una sudadera mientras Jun Ho se estiraba, lanzándole una mirada divertida.

-¿Crepas? -preguntó él con una sonrisa, sabiendo que era la forma ideal de tentarla a salir de casa.

-Solo si el café viene incluido -respondió ella, fingiendo seriedad antes de reír suavemente.

Cuando llegaron al lugar donde siempre desayunaban, pidieron sus crepas y café, disfrutando del cálido ambiente y de la compañía mutua. Las crepas llegaron rápidamente, y Somi no pudo evitar robar un bocado del plato de Jun Ho, como hacía siempre.

-No sé por qué insistes en pedirme saladas cuando sabes que no me gustan -dijo él, fingiendo estar molesto.

-Porque sé que no te importa compartir -respondió ella, guiñándole un ojo. El sonido de sus radios los interrumpió haciendo que ambos se levantaran

-¿Café para el camino?- cuestiono el

-Siempre - ambos tomaron sus manos y salieron listos

Cuando llegaron de atrapar a un señor borracho se dirigieron hacia la comisaría se dieron un beso

-Si quieren me puedo ir bajando -Hablo incomodo el de atrás

Los que se estaban besando sonrieron burlones rodando los ojos ya que era costumbre que lo atraparan a esa hora

-Ya, ya vamos- Hablo ella levantándose para sacar al de atrás del coche

La verdad es que Somi se había vuelto aun más relajada con lo de Jun-Ho y ella obvio no había bajado la guardia con lo de su trabajo pero sabía que esa chispita de amor siempre estaba presente en ambos, su relación era como un refugio para el otro desde que la hermana de Somi falleció y el hermano de Jun-Ho había desaparecido solo quedaban ellos para cuidar a la madre de los hermanos Hwang

Ambos entraron a la comisaría haciendo contacto visual con un señor que se veía preocupado y como si intentará que le creyeran lo que decía el señor vio como la pareja entraba para tomarle la declaracion a alguien

-¿Qué le paso? ¿estaba ebrio?- cuestiono Jun-Ho

-No estaba loco ese señor, hoy fue un día muy pesado- explicó el comandante haciendo una pausa -Oye tu seguirás viniendo aquí

La pareja se quedó viendo una tarjeta en el escritorio qué tenía tres figuras un cuadrado, un triangulo y un circulo ambos compartiendo una mirada extrañados

-Ya nos vamos, buen día - se despidio su novio

-Nos vemos - despidio ella dejando un café sobre la mesa mientras les habrían la puerta para salir con el preso

Esa misma noche Jun-Ho le había pedido si podrían ir a visitar a In-Ho ya que después de la muerte de su hermana parecía que había desaparecido de la tierra

Por lo que ahí iban la noche fría ambos sosteniendo sus manos mientras el conducía algo tenso con su usual carácter serio hablaba con su madre por lo que ella permanecía en silencio

-Si mamá, vamos de camino a verlo - contestó el - estoy seguro de que esta bien, sabes que le gusta ignorar las llamadas de vez en cuando - otro silencio - Si voy a llamar a todos los que puedan saber donde se metió, si no puedo localizarlo mañana lo reportaremos como desaparecido - ella le dio una sonrisa -Somos policías no lo olvides, lo encontraremos - dijo el correspondiendo su sonrisa - Si mamá no te preocupes

Cuando finalizó la llamada la volteo a ver buscando su mirada que ella lo miraba atento, le gustaba cuando manejaba le daba algo. Sexy

Ambos se dieron un beso tranquilo cuando aparcaron frente a los apartamentos

-¿Segura que prefieres quedarte aquí?- cuestiono el besando su mano

-Es mejor que tu hables primero con el, pero si algo pasa no dudaré en entrar- el asintió sin querer separarse de ella

-Te amo Somi Park - Hablo el viéndola con ese brillo en sus ojos

-Suena como si me pidieras que me casara contigo, pero yo también te amo Hwang Jun-Ho

La idea del matrimonio era algo que tenían en mente sin embargo Jun-Ho quería pedírselo de una manera especial además de no querer presionarla ni asustarla sabia que estaba concentrada en su trabajo y le gustaba hacer eso pero siempre soñaba con ella vestida de blanco

-Ahora vete o te obligare a quedarte aquí - el río dándole esa sonrisa que tanto amaba ella

-Bien volvere rápido -el presiono un beso en su mejilla saliendo del auto dejándola ahí suspirando como si estar sin el fuera lo más difícil

La mañana siguiente Jun-Ho había despertado más temprano dejando el desayuno preparado para ella confundida leyó una pequeña nota que decía que había encontrado una pista sobre su hermano pero que se verían más tarde

Se alistó y desayuno rápidamente para ir a patrullar un poco cuando a lo lejos vio una cara familiar, una que no había visto en muchos años. Bajo rápidamente del auto y se acercó a ella parecía estar buscando algo en su bolsa

-¿Yuri?- la chica alzó la mirada como si verla fuera una sorpresa

-Oh dios mio esto debe ser una broma- Ambas se estrecharon en un abrazo

-Pareciera que hace años que no te veo - dijo con una sonrisa

-La última vez fue en el funeral de tu hermana- menciono ella intentando no hacerla sentirla mal - lo lamento

Somi solo sintió una presión en el pecho ante la mención de su hermana pero la ignoro rápidamente

-Descuida, todo esta bien, ¿que te parece si te invito un café?- sugirió ella cambiando se tema

-Me vendría bien un poco de cafeína

Ambas conversaron un poco llendo al usual café que visitaba con Jun-Ho lo había extrañado pero sabía que lo vería más tarde
Sin embargo percato algo raro en ella tenía un golpe en la mejilla un golpe el silencio se hizo presente en el lugar algo que Yuri rompió como si tuviera que decircelo a alguien

-Somi, ¿reconoces estas tarjetas?-preguntó ella inclinando las tarjetas hacia ella era la misma al día anterior que había traído ese señor loco de la comisaría

-La he visto antes -menciono ella observándola con curiosidad

-Bueno es que es muy raro, son unos juegos para niños simplemente jugamos luz verde y luz roja con una muñeca robot extraña pero si te movías te disparaban se acumula el dinero mientras mas judores mueran- esas palabras pareciera que las había escuchado era como había actuado el señor de la comisaría- ¿Somi?

-Si la he visto antes, ¿te dieron dos- cuestiono ella

-Me dijeron que si quería volver podría llevar a alguien - la mirada de Somi era de asombro - Somi, debo dinero

-¿Porque no me lo dijiste antes Yuri?

-Ya no me trates como una niña- espeto ella molesta - Pero pienso volver, necesito el dinero tal vez podrías acompañarme, aun no sabemos si volveremos a jugar pero estoy segura de que si

La sugerencia sonaba tentadora no lo haría por el dinero lo haría para descubrir que estaba pasando ahí podría ayudar y cuidaría de Yuri su charla fue interrumpida por el teléfono de Yuri

-Tengo que irme, pero te avisaré si los juegos vuelven a comenzar - Yuri tomo sus cosas y salió de ahí dejando a Somi en una confusión enorme

El día había llegado a su fin, y la oscuridad envolvía la ciudad mientras Somi y Jun Ho regresaban a casa después de sus respectivas jornadas de trabajo. Las luces cálidas de los edificios contrastaban con el aire frío de la noche. Aunque ambos habían tenido días largos, sus miradas intercambiadas revelaban el consuelo que encontraban el uno en el otro.

Cuando llegaron al apartamento, Somi dejó caer su bolso sobre el sofá y suspiró profundamente. Jun Ho, siempre atento, se acercó por detrás y le envolvió la cintura con sus brazos, apoyando la barbilla en su hombro.

—Largo día, ¿eh? —murmuró él, dejando un beso suave en su mejilla.

—Larguísimo —respondió ella, girando ligeramente para mirarlo a los ojos—. Pero ahora estoy en casa.

Jun Ho sonrió, complacido con su respuesta, y la soltó para dejar que se acomodara. Mientras Somi se dirigía a la cocina para preparar algo caliente, él se quitó la chaqueta y la colgó en el perchero. En su bolsillo, su mano rozó un objeto metálico que había estado cargando todo el día: un anillo de compromiso que había encontrado mientras investigaba sobre los Juegos.

Somi, por su parte, también llevaba consigo algo que había guardado con cuidado. En el fondo de su bolso, estaba la tarjetaque Yurile habíadado. Cada vez que lo miraba, un nudo se formaba en su estómago. Sabía que tarde o temprano tendría que hablar con Jun Ho sobre ello, pero no esa noche. No quería arruinar el momento.

Cuando regresó al salón con dos tazas de té, lo encontró sentado en el sofá, con la mirada perdida en un punto indefinido. Ella dejó las tazas sobre la mesa y se sentó a su lado, colocando una mano en su rodilla.

—¿En qué piensas? —preguntó suavemente.

Jun Ho sacudió la cabeza, como si quisiera despejarse de sus pensamientos, y le dedicó una sonrisa.

—En lo afortunado que soy de estar aquí contigo —respondió, tomando su mano y entrelazando sus dedos.

Somi lo observó por un momento, buscando algo más allá de sus palabras, pero decidió no presionar. En lugar de eso, se recostó contra él, dejando que su cabeza descansara en su hombro.

—¿Sabes? A veces pienso que podría quedarme así para siempre —dijo ella en voz baja.

Jun Ho dejó escapar una risa suave y giró ligeramente para rodearla con un brazo.

—No suena tan mal —respondió, dejando un beso en la coronilla de su cabeza.

El silencio entre ellos era cómodo, lleno de entendimiento. Somi jugueteaba su colgante. Al notarlo, Jun Ho sonrió y tomó el colgante entre sus dedos.

—¿Todavía lo usas? —preguntó, con una mezcla de ternura y sorpresa.

—Siempre —respondió ella, mirándolo con una sonrisa suave—. Es un recordatorio de ti, de nosotros.

Jun Ho se inclinó y presionó sus labios contra los de ella en un beso lento y lleno de cariño. Cuando se separaron, ambos permanecieron en silencio por unos momentos, simplemente disfrutando de la cercanía.

Sin embargo, a pesar de la calma exterior, ambos guardaban secretos que pesaban en sus mentes. Somi desvió la mirada hacia la mesa, donde había dejado su bolso, y pensó en la tarjeta. Jun Ho, por su parte, recordó el anillo en su chaqueta. Pero esa noche, ninguno de los dos estaba dispuesto a hablar. Preferían aferrarse a la tranquilidad de ese momento, a la ilusión de que todo estaba bien.

—¿Tienes hambre? —preguntó Somi, intentando desviar sus propios pensamientos.

—No mucho, pero puedo comer algo si tú quieres —respondió Jun Ho.

Ella asintió y se levantó, caminando hacia la cocina. Desde el sofá, Jun Ho la observó, una mezcla de amor y preocupación reflejándose en sus ojos. Sabía que eventualmente tendrían que enfrentar lo que cada uno estaba ocultando, pero esa noche, decidió permitirles un respiro.

Cuando Somi regresó con un plato de frutas, se sentaron juntos y comenzaron a comer en silencio, compartiendo sonrisas ocasionales. La noche avanzó, y el peso de sus días parecía desvanecerse con cada momento que pasaban juntos. Aunque los secretos permanecían, su amor era un refugio, un lugar donde podían encontrar consuelo, al menos por un rato más.

La fría mañana la despertó intentando no hacer ruido pero de nuevo Jun-Ho no se encontraba en casa por lo que ese día no tenía guardia y había decidido investigar en unos casos pero la silenciosa presencia de la tarjeta la atormentaba por lo que se levantó y marco al número pero nadie contesto solo se escuchaba el silencio por lo que había decidido hacer unas compras para el apartamento cuando vio a Yuri

—Vaya vaya, mira quien decidió aparecer— dijo Yuri divertidamente

—No vine por eso Yuri— Hablo ella firmemente

—Oh vamos eras más divertida cuando no creías en el amor— Sus miradas ya no eran amigables — lo note por tu collarcito

—¿Aun crees que el amor es tonto?—cuestiono ella tocando si collar como si le diera seguridad

—Mi lógica desde niña siempre a sido la misma— espeto ella molesta pero la conversación no pudo continuar cuando una la luz camioneta las deslumbró

—El amor es tonto y se que no me dejaras ir sola porque te ablandaste — Hablo ella antes de entrar al vehículo

El amor no era una debilidad ¿o si?

—Si te mueres en este juego juro que te revivo y te meto a la cárcel —Hablo ella acercándose

—Lo que digas policía, ahora entra—dijo Yuri mientras la ayudaba a subir

Dentro del vehículo se encontraba gente inconsciente,  no tenía ni idea de adonde iría, ni siquiera sabia si volvería a ver a Jun-Ho o si volvería a comer una crepa pero sabía que debía cuidar de Yuri algo dentro de ella sabía que siempre tendría que cuidar de aquella chica que todavía veía como esa niña pequeña que conoció en la boda de su hermana. Antes de que el humo la durmiera toco su collar era como una forma de tener a Jun-Ho más cerca de su corazón

Jun-Ho quien intento comunicar a Somi por horas estaba demasiado preocupado mientras tomaba en sus manos el anillo qué le pensaba dar esa noche pero había descubierto más de los juegos y quería encontrar a su hermano por lo que con el dolor de su corazón bajo del auto dispuesto a infiltrarse en aquellos juegos

—Volveré a casa Somi es una promesa — murmuró él metiendo el anillo en su bolso dispuesto a su misión

ᵃᵘᵗᵒʳˢ ⁿᵒᵗᵉ
Hola babys ahhh!! Tuvimos aparición de Yuri y este es el comienzo del caos, espero que les haya gustado tanto como a mi, no olviden votar y comentar
No olviden que los amoo !!

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