Una fiesta de bodas era el evento más esperado para criticar a la novia, para burlarse de su vestimenta o para criticar a su esposo.

Isis entro de la mano con Max, su toque era terrible, ambos estaban tensos y sudorosos.

—En hora buena alteza, la princesa herdera es muy hermosa y ahora tendrán un bebé. - el duque Helio se acercó, Isis sonrió un poco y tomo asiento.

Todo tipo de saludos y felicitaciones escucharía, algunas cargadas de burlas y otras con indirectas.

Al final todo aquello la hacía sentir mal.

—Deberían de bailar. - el emperador les miró —Háganlo.

Maximilliam se acercó a Isis y la tomó de la mano, ambos se acercaron a la pista y comenzaron a bailar ante la atenta mirada de todos.

—Estoy cansada...

—Luego de esto puedes irte, te llevarán a tu habitación, no pienses que dormiremos juntos.

—Lo se Maximilliam, prefiero dormir con lobos que contigo - Isis se reverencio y se alejo de la pista de baile.

Isis retiro sus joyas y se deshizo del incomodo vestido, sus pies estaban inchados y sentía náuseas, todo el día había pasado incomoda pero más cuando Maximilliam la llevo a bailar.

—Su cama esta lista - Hana se acercó —Venga a descansar.

Isis se levanto y se acercó lentamente a la cama, día a día su vientre creía más, pronto ni si quiera podría salir y le preocupaba, estar encerrada en el palacio era peligroso.

—Puedes irte a descansar - Hana se reverencio y salió.

En la oscuridad de la noche un olor peculiar se instalo en sus aposentos, el aroma del vino se podía sentir en cada centímetro del cuarto.

—Vete a tu habitación Maximilliam  - el joven príncipe se desnudo y se acostó en la cama.

—Eres mi esposa - arrastraba las palabras, estaba borracho y lo que hacía no era nada consciente, Isis sabía que a la mañana siguiente Maximilliam le recriminaria. —Mía.

Maximilliam la abrazo por la espalda y le acaricio el vientre, Isis soltó algunas lágrimas, anteriormente Max había sido amoroso con ella, y sólo estando borracho lo era nuevamente.

A la mañana siguiente Maximilliam se despertó antes que Isis, al mirarla pudo notar que estaba incomoda y que le costaba respirar por la posición en la que dormía.

—Entra y acomodala  - abrió la puerta y salió, Hana ingreso rápidamente y despertó a su ama.

Su primer tarea como princesa heredera era ir a saludar a la emperatriz, aunque detestaba a la mujer debía hacerlo para no generar más odio hacia ella.

Sabía que tarde o temprano aquella mujer le haría algo a su bebé o a ella, por lo cual debía de estar prevenida.

—Espero este bien majestad. - Isabel bebió de su taza y la observo.

—¿Como estuvo tu noche? Me enteré de que el príncipe fue a verte.

—Es normal entre esposos majestad - Isabel sonrió y asintió

—Bien, vete, debes descansar  - Isis se reverencio y salió —Comienza con el plan, que nada salga mal. - su doncella asintió.

Isis paseo por el jardín, atrás de ella Hana le informaba sobre Maximilliam y lo que había ocurrido en la mañana, sobre los periódicos y los chismes sobre ellos.

—¿Haz sabido algo de la princesa?

—Ha estado encerrada, el duque no ha venido a ver a su majestad.

—Me siento mal por ella, fue engañada...

—No debe de preocuparse por nadie más que por usted - Hana se acercó —Es más importante que cualquiera, usted tampoco la está pasando bien, así que no piense en otros.

—Tienes razón, pero aun así me siento mal por ella, ninguna merecía un final así.

—¿Qué tal si enamora al príncipe?

—Prefiero morir.

—Entonces no será feliz nunca.

—Gracias por tu ayuda Hana, callate - al doncella soltó a reír y se acercó.

—La princesa es hija de emperadores, debe de ser respetada incluso por su majestad - Isis se acercó al lago.

—Déjalo ser, el tiempo nos dirá que hacer.

Hana cerró sus ojos y negó

—Ve por dulces, quiero comer galletas y pastel... o traer aquel té delicioso que preparaba mi tía, es muy delicioso.

—Ya regreso, no se mueva de aquí. - Hana ingreso al palacio.

Isis observo las flores que adoraban el lago y sonrió al ver sus hermosos colores.

Sin percatarse alguien detrás de ella la empujó.

Isis lucho con todas sus fuerzas para salir a la superficie, pero un enredadera tomó su tobillo y la comenzó a jalar.

Una figura borrosa apareció entre el revuelo, tomó su mano, sus ojos demostraban temor.

Isis abrió sus ojos horas despues, Hana lucia preocupada y sus ojos estaban rojos, a su lado estaban el doctor y una figura que no lograba reconocer por la oscuridad de la habitación.

—¿Le duele algo princesa? - Hana tomaba su mano con fuerza —Fue mi culpa.

—¿Qué sucedió?

—La princesa cayó al lago, por suerte el duque Ploen pasaba y la salvo - Isis lo miró, su salvador estaba ahí.

—Gracias señor...

—No fue nada alteza, por suerte logré ver la cinta de su vestido.

—¿Mi bebé esta bien?

—Lo esta, esta muy bien y esta sana alteza, debe de quedarse en cama unos días - Isis asintió —Me retiro.

—Señor Ploen  - Isis le ordenó con la mirada a Hana salir —Quiero agradecerle...

—No debería princesa, no la odio a usted, no debería, nada fue su culpa, también es una víctima y por algún motivo me recuerda a mi hija... ambas sufren.

—Gracias nuevamente... es muy amable al decirme eso, pero la culpa jamás me dejará, su hija sufre por mi.

—No es su culpa, es de ese idiota - Isis asintió. —Debería de descansar, lo necesita.

—Esta bien señor, hasta luego - Regis se reverencio y salió.

Isis cerró sus ojos y tocó su vientre con tristeza, podía haber pensado que Max quería deshacerse de su hijo, pero no era tan cruel, sabía perfectamente quién había sido, Isabel Rusty Ashet, la emperatriz.

Quería hacerle daño para que Maximilliam se viera implicado.

—Es un idiota que ni si quiera vino.

—¿Le avisaste?

—Le avise a Victor, pero no estaba.

—Entonces déjalo así, estamos bien ahora - Isis le dio una sonrisa, buscaría las pruebas para hacer que Isabel pagará por aquello.

La emperatriz hizo su primer movimiento ¿que pasará ahora?

Mis redes.