𝑮𝒐𝒐𝒅 𝒍𝒐𝒔𝒆𝒓 | ᴺᵃᵍⁱ ˢᵉⁱˢʰⁱʳᵒ
𝗙𝗲𝗺 𝗥𝗲𝗮𝗱𝗲𝗿 𝘅 Nagi.
ᴡᴏʀᴅ ᴄᴏᴜɴᴛᴇʀ⇢ 1200.
ᴘʟᴏᴛ⇢ Nagi pierde un partido, y va por su premio de consolación.
ᴡᴀʀɴɪɴɢ⇢ softdom Nagi, relación estable.
[ READER ]
Las personas son complejas, la atracción aún más, sumada a la atracción tenemos la monogamia, que queremos hacerla independentista también. Porque cogernos a otro es símbolo de poco compromiso, pero la separación de bienes es lógica.
La toxicidad abunda bastante estos días, o eso veo recorriendo los pasillos de la universidad. Peleas entre chicos por alguna tonta con buen culo, situación de primates; aliados hippies filosofando para follarse a su "amiga", plot twist ella se va a coger al más idiota de todos. Porque, reitero, el instinto elige.
Y, por desgracia, me encontraba en la misma situación. Mis ojos se iban a un chico en particular, Nagi Seishiro, mi reciente novio. Cinco meses de relación, gracias a mis ganas de dormir en una fiesta y que él jugaba videojuegos en el mismo cuarto cuando desperté.
Para una criticona prejuiciosa como yo, no descifrarlo me generó el interés de conocerlo. Nagi era tan raro. A primera vista perezoso y desganado, pero perder de alguna forma resaltaba un fuego pasional en sus ojos que me hacía mojarme.
Como en este instante, que acababa de perder contra Ryusei Shidou por penales, y se dirigía hacia mi lugar en las gradas, con sus ojos grises enfocados en mí, sudoroso y frustrado, desesperado por reclamarme como premio de consolación, sabiendo lo mucho que me gusta serlo.
Sobresalía en la multitud, su imponencia al caminar provocaba que la gente se apartara del camino. Bastante gracioso, siendo que es la persona más gentil que conozco.
—Te quiero, ahora.
Asentí como tonta, hipnotizada por esa aura de bestia enjaulada que desprendían sus poros. El calor en mi vientre se extendió al interior de mis piernas, despertando el deseo por la anticipación. Las palabras que acababa de soltar significaban una cosa... me iba a coger en el primer recoveco solitario que viera. Así que bajé las gradas, tomándolo de su angosta muñeca y desaparecimos por las puertas de los dormitorios principales.
Al cerrarse la puerta, no pude seguir mi camino, Nagi me tomó del muslo izquierdo, y me cargó tan solo con la fuerza de una mano. Nuestras narices se rozaron, y sus parpados ya no se entrecerraban de pereza, sino de deseo. Se me hacía agua la boca por besarlo.
Con cada paso los besos se tornaban más intensos, el tacto tenía objetivo meramente carnal. Mi mano bajo su camiseta, sintiendo la tersa piel esculpida sobre sus abdominales, mientras él restregaba en seco su erección contra mí. Suspiros y respiraciones entrecortados, intercalados entre labios y lenguas.
El cuarto de lavandería no tenía llave, así que Nagi no tardó en azotar la puerta para encerrarnos dentro. Mis pies se reencontraron con el suelo, mientras sus manos acariciaban mis glúteos en búsqueda del condón que siempre traigo a sus partidos.
Arrojé mi blusa hacia algún lugar del cuarto, desabrochando la bragueta de mis pantalones a posterior. Con la impaciencia consumiéndolo, Seishiro me levantó de la cintura y sentó sobre una de las lavadoras, terminando el trabajo de los jeans.
Ya con completa libertad de mis articulaciones, me acomodó como a una muñeca de trapo alrededor de sus caderas, pegándome a su pecho, la calidez que desprendía su piel me quitó el frío de ese cuarto húmedo.
Abrió el condón de un leve tirón entre los dientes. Y desparramó besos desesperados por mi cuello y clavículas, mientras extendía el látex a lo largo de su pene. Mis dedos tironearon un poco su cabello blanco, arrancándole unos cuantos jadeos.
Bastó con apartar un poco las bragas para que se deslizara entre mis gomosas paredes, tan lubricadas que ni siquiera necesitaron estiramiento previo. Claro que, con o sin juegos, siempre es difícil tomar a Nagi, si no fuera por su naturaleza softdom, es probable que no podría con él.
Sus estocadas eran profundas, al igual que sus labios devorando los míos. Mi cuerpo era reprimido contra su inmensa figura, mientras mis piernas eran mantenidas en el lugar por esas grandes manos.
Los gemidos no tardaron en derramarse en la oscuridad, nuestras miradas se conectaron, expresando la lujuria saciada por el otro. Podía sentir su corazón desenfrenado retumbar en mi pecho.
El momento era tan intimo que se dificultaba no correrse del placer, Nagi enceguecía mis sentidos, la química entre ambos volvía pasional la situación más ridícula, como ahora, cogiendo sobre una lavadora. Pero en este instante, con su miembro estimulando cada zona erógena en mi interior, parecía escena digna de novela shackesperiana.
Nagi se contrajo entre mis paredes, dando entender que estaba cerca. Solté un gritito de sorpresa cuando volví a estar en el aire, sujetándome con fuerza de los hombros de Sei, quien, tan solo con la fuerza de sus brazos, comenzó a follarme con fervor otra vez.
Mis gemidos se convirtieron en una especia de hipo entre salto y salto que me hacían dar sus manos en mi trasero. Anonadada por las acciones de mi novio, busqué sus ojos, para encontrar esa mirada obsesa, que solo aparecen en la cancha, puesta en mí... tss y pensé que no me podía calentar más.
Mis pulmones estaban sofocados, y me lloraban los ojos del placer, creo que mi labio inferior sangraba de lo fuerte que lo mordí, intentando reducir los gritos. Casi imposible cuando su robusta punta golpeaba tan profundo, y su grosor me estiraba tan bien.
—Sei... —jadee desesperada, arrugando con fuerza el cuello de su chomba. —Voy... me corro.
Él besó mis labios por última vez, antes que las convulsiones destrozaran mi estabilidad y el placer estallara a lo largo del cuerpo. Los parpados se me cerraron, y las olas de calor parecían eternas, junto a sus embestidas contra mi centro.
Estaba tan sensible que pude sentir el condón rellenarse en mi interior. Ya quietos, Nagi me sostuvo mientras recobrábamos el aliento, aún azotados por la intensidad del orgasmo. Uno o dos minutos después, me colocó sobre la lavadora otra vez.
Y, con la cabeza algo más fría, logramos hablar.
—Lamento que perdieran, ¿estás bien?
Acaricié sus mejillas con delicadeza, mientras él replicaba la acción en mis muslos. Me dedicó una de sus taciturnas sonrisas, Nagi es de esas personas que sonríe con la mirada y a penas mueve la comisura de los labios. Un detalle adorable desde mi perspectiva.
—¿Bien? No podría estar mejor.
Sei impulsó su peso hacia delante, dispuesto a besarme. Al parecer durante nuestro rato intimo oprimimos varios botones por accidente, porque la maquina debajo de mi comenzó a moverse, dándome un susto de muerte.
Nagi soltó una carcajada al verme aferrada a su pecho, cual un gatito aterrado. Le golpeé el hombre, fingiendo ofensa, pero él siguió riéndose... así que no tuve otra opción que besarlo entre risas.
¿Qué decirles? Las demás parejas son una mierda al lado nuestro.
One shot bien corto, estuve de viaje y no tuve tiempo. Pero quería publicar algo esta semana sí o sí, y no podía darme el lujo de algo muy largo. Espero disfruten esta mini historia, como yo disfruté crearle una novia media excéntrica a Nagi. Creo que quedó una pareja bastante buena para desarrollar a futuro, ¿qué opinan?
El próximo one shot va a ser más largo, lo juuro.
—SinnerDolly 💕
22 / 01 / 23
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