🎄εรρεcเαℓ αղ̃օ ղմҽѵօ🌟
La pareja se encentraba sentada en la cómoda y afelpada alfombra, Shiber estaba junto a ellos jugando con su nuevo juguete, el gran árbol lleno de luces y adorno de colores estaba frente a ellos, los papeles de regalos esparcidos debajo de este.
—San, ¿era necesario que me dieras un traje extraño y una diadema con orejas de gato? —el ojiverde asintió contento. — ¿Para qué me sirve esto? —
—No te hagas el inocente fresita, sabes muy bien para qué sirve. —le regalo una sonrisa coqueta a su esposo. —Te verías muy sexy, más de lo que eres. —
— ¡Choi San! Yo te regale un peluche de Shiber que tanto querías y tú me das esto, creo que nunca se te quitara lo pervertido... —puchereo.
—Fresita, abre la otra caja... —hablo nuevamente San y el rubio asintió.
—Espero no sea nada raro. —el rubio empezó a romper el papel, en esta habían dos cajas una pequeña y otra mediana, así que decido abrir la más pequeña, al abrirla sus ojitos brillaron y encontró un collar de oro con un dije de media Luna. —Es preciosa. —también había una pequeña tarjeta color rosa en donde habían una nota.
"Con amor para el chico más hermoso, mi bello esposo.
Siempre tuyo.
San. "
— ¿Te gustó? —pregunto el alfa con curiosidad.
—Me encanto, muchas gracias mi bello gatito... —
—Ahora abre la otra caja... —en el instante, San tuvo que cubrir sus oídos por el agudo gritó de su esposo.
— ¡Es el rompecabezas que quería! —los ojitos del rubio brillaban y su voz se escuchaba emocionada. —Gracias, Sani... —con felicidad abrazo a su esposo, dejando besitos en las pálidas mejillas.
—Estás muy cariñoso. —Rio con ternura. —Te amo mucho cachorro. —San reforzó el abrazo. —Yo tengo la otra mitad de la Luna. —
— ¿En serio? —el mayor asintió, mostrándole la cadena. —Eres un cursi, pero así te amo. —se unieron en un cálido y dulce beso.
—Yo te amo mas, cariño.. —
— ¡Papi, Sani! —Soojin con su pijama puesta bajaba con velocidad las escaleras. — ¿El hada de la Navidad, trajo mi regalo? —pregunto con ojitos ilusionados.
—Duraznito, el hada de la Navidad no existe. —San sintió la profunda mirada de su esposo, cuando giro a verlo sintió miedo, Wooyoung lo veía de forma seria.
—P-pero papi dijo que si existía y que traería mi regalo ¿en verdad, no existe? —los ojitos verdes de la pequeña rubia se volvieron acuosos.
—Mi duraznito, no le hagas caso al tonto de Sani, te prometí que vendría el hada de la Navidad, así que tu papi Woonie cumplirá su promesa. —
— ¿En serio? Dijiste que eres amigo del hada de la Navidad—Wooyoung asintió.
—Claro que soy su amigo, él te dará tu regalo... —
—Cachorro ¿de dónde sacaras una hada de la Navidad? —San susurro cerca del oído de su omega.
—Le pedí a alguien que me ayudará... —sonrió orgulloso. —Le pedí amablemente a la autora que trajera a la pequeña hadita a nuestra historia. —
—Amenazaste a Hope para que trajera a los chicos de Beautiful Fairy ¿verdad? — San entrecerró sus ojos, viendo de forma acusadora a su esposo.
—Solo la amenace un poquito... —sonrió con inocencia. —Lo que importa ahora es hacer realidad el sueño de nuestro Duraznito. —se levantó de suelo y tomó la manito de su hija. —Soojinie, vamos, el hada de la Navidad nos espera, trajo a su amigo el lobo. —
—¿Un lobo? —Wooyoung asintió a la vez que le sonreía a su hija. —Eso es genial,ya quiero verlos, démonos prisa, Papi... —Soojin estaba demasiado emocionada
El hada traía puesto un traje rojo que le quedaba muy bien, debajo del saco una camisa blanca, su cabello morado tenía pequeñas ondas y en su cabeza una corona hecha de pequeñas flores de pascuas rojas, sus mejillas tenían brillitos y en su espalda reposaban sus hermosas alas extendidas.
—Hyungie, solo será un momento, luego podrá volver a la normalidad. —habló Wooyoung. —Sea un Lobito bueno... —giro y acarició las orejas del gran lobo blanco.
"Está bien, te ves muy hermoso, Woonie" —San habló por medio del lazo.
—Solo cumplamos el deseo de Soojinie, luego iremos a casa, le prometo darle muchos mimitos. —Wooyoung sonrió.
"Quiero darte muchos besitos, pero de esta forma no puedo" —el lobo gimoteo.
—Hyungie, solo será un ratito... —dejó un beso en el suave pelaje blanco del lobo y este ronroneo en el instante.
Pero la puerta siendo abierta los alarmó, volviendo a sus lugares, unas voces de escuchaban al otro lado del pedazo de madera, cuando se abrió se dejo ver al omega rubio junto a su hija.
—Soojin, abre tus ojitos... —el rubio habló y sonrió orgulloso al ver el rostro sorprendido de su hija.
— ¡Es el hada de la Navidad! —la pequeña rubia grito emocionada y corrió abrazando al pelimorado, este se inclinó dejando caricias en los suaves cabellos rubios y ondulados. — ¿Eres real? —el hada asintió.
—Hola Soojinie, leímos tu carta y hemos traído tu regalo... —el hada sonrió cuando vio los ojitos brillosos de la pequeña. —Este año fuiste una buena niña. —
—Hadita de la Navidad, te pareces mucho a papi... —Soojin acarició la mejilla del mayor, luego giro a ver sus padres. —Papi ¿porque se parece a ti? —
—No preguntes nada Duraznito, solo disfruta el tiempo con el hada. —habló el Wooyoung rubio.
— ¡Ahhh, es un lobo! —Soojin gritó nuevamente con emoción y fue directo hacia el lobo. —Eres muy grande y lindo, tus ojitos son muy bonitos. —abrazo el cuello del lobo, al separarse sintió una pequeña lamida en su rostro, el canino ronroneaba con las caricias que dejaba la menor. — ¿Me lo puedo quedar? —le pregunto a sus padres.
—Lo siento, Duraznito, pero ese lobo es del hada de la Navidad, ellos dos no pueden separarse, si no, se pondrían muy tristes... —el San de cabello gris contestó, tratando de convencer a su hija.
—Está bien, no quiero que ellos estén tristes. —la menor sonrió con ternura.
—Pequeña, aquí están tus regalos, feliz Navidad Soojinie... —el hada entregó un paquete pequeño y el otro estaba en el suelo ya que era muy grande.
— ¡Mi bicicleta y mi rompecabezas! —emocionada empezó a romper el papel, sonriendo al ver que le habían dado lo que quería. — ¡Gracias! estoy muy feliz! pero... aun falta algo... —
— ¿Que falta Duraznito? —el peligris estaba confundido, el había comprado todo lo que sus hija quería.
—Mi hermanito... —
—Soojinie, se paciente, tal vez muy pronto tendrás un hermanito. —el hada le sonrió a la pequeña rubia. —Cuando menos te lo esperes tus papis te darán un pequeño hermanito, al cual tendrás que cuidar mucho. —
—Seré la mejor hermana del mundo. —su voz sonó feliz. —Gracias por traer mis regalos hadita, tus alas son muy bellas. —
—Woonie, lo siento mi transformación no duro mucho tiempo. —todos giraron a ver hacia un lado, por la otra puerta venía entrando en chico con mechas rojas y con orejas blancas adornado su cabeza. Todos estaban metidos en su mundo que no se dieron cuenta en qué momento el lobo se fue del lugar.
— ¿Sani? —Soojin abrió su boca sorprendida. — ¿Porque te ves diferente? También tienes orejitas. —
—Duraznito, yo soy Sani... —la pequeña giro en dirección a sus padres. — ¿Recuerdas al lobo blanco de hace un momento? —la pequeña asintió. —Él puede transformarse en lobo, es magia... —
—Magia... —los ojitos de Soojin brillaron. — ¡Es la mejor Navidad! —
gritó nuevamente, dirigiéndose hacia donde estaba el alfa de mechas rojas. —Sani número dos ¿puedo tocar tu orejitas? —
—Uhm, claro... —cargo a la pequeña y esta empezó a dejar suaves caricias en sus orejas, sentía muchas cosquillas, pero ver la sonrisa de la rubia lo reconforto.
—Son suaves y lindas. —pero en el instante el alfa menor se sorprendió al sentir las manitas de Soojin acariciando sus mejillas. —Eres más lindo y tierno que Sani. —
El hada sonrió, se imagino a su Hyungie, cargando a su propia hija.
—Durazno del Demonio, deja de hablar mal de tu padre, estoy escuchando todo. —al fondo de escucho la voz indignada del alfa peligris.
—Cállate, San... —el omega rubio reprendió a su esposo. El otro solo asintió y siguieron escuchando la conversación.
—La hadita de la Navidad y tú ¿son esposos? —
—Si, Sannie es mi lindo esposo. —El hada respondió, regalándole una sonrisa a su pareja.
— ¿Tienen hijos? —
—A-aun no... —el pelimorado contestó mientras jugaba con sus deditos.
Soojin bajo de los brazos del San de mechas rojas y se dirigió hacia donde estaba el pelimorado, tomando sus manos. —Si quieres puedo ayudarte a encontrar una Florecita, así se la entregas a tu Sani... —
— ¡San! —el alfa menor estaba con mejillas rojas y caminó hacia donde estaba el peligris. — ¿porque tu hija sabe lo de la Florecita? —
—No te enojes, pequeño alfa inocente, ella no sabe todo, solo le dije que su papi me tenía que entregar una Florecita para que le diéramos un hermanito. —el alfa mayor puchereo.
—Está bien... —
—Tú también le deberías de pedir una Florecita a tu Woonie... —el peligris quiso molestar un poco al menor, sonriendo triunfante al ver el sonrojo en las mejillas del otro.
—D-deja de decir eso... —pero alguien jalo su camisa, cuando giro se encontró con su lindo esposo. — ¿pasa algo, mi hadita bonita! —
—Y-yo... Uhm... Hyungie, extienda sus manos. —el alfa obedeció. —E-es para usted... —el hada dejó una linda y pequeña flor rosada en las manos del alfa. —Soojinie me la dio, dijo que si se la daba íbamos a tener un cachorrito. —las mejillas del pelimorado estaban rojas.
—Y-yo, Woonie, gracias... —sonrió con ternura, dejando un beso en la frente de su pequeño esposo.
—Esto es muy divertido... —el alfa peligris dio una fuerte carcajada.
—San, deja de reír... —el rubio reprendió a su alfa.
—Pero cachorro, ve lo tiernos e inocentes que son, Soojin hizo un gran trabajo. —Habló orgulloso.
—Soojin y tú son un caso perdido, los dos se prestan para hacer tonterías. —
—No te enojes mi Fresita preciosa. —tomó por la cintura a su esposo dejando un beso en la sien.
Las dos parejas y Soojin pasaron más tiempo juntos, el San de Beautiful Fairy reprendía al San de Strawberry Boy cada vez que este decía alguna cosa pervertida delante de su hadita.
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—Hola algodones, aquí fresita. —el rubio sonrió. —Nos juntamos nuevamente para desearles unas felices fiestas... —
—Esperamos que la pasen bien junto a su familia. — San de cabello gris envolvió un brazo en la cintura de su omega.
—En este año tuvieron momento difíciles, pero sonrían se que un gran futuro les espera. —el Wooyoung de cabello morado habló. —Hadita les envía muchos besitos. —
—Les deseamos un feliz año nuevo y espero que el siguiente año sea mejor para todos. —el de mechas rojas sonrió. —les envió un gran y fuerte abrazo... —
Las dos parejas se despidieron moviendo sus manos y con sonrisas en sus labios.
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Holi, aquí les dejo un pequeño regalito, lo iba a publicar para Navidad, pero me quedé sin Internet, espero les guste... 💜🌸
Les deseo un lindo año nuevo, esperando que este sea mejor, no olviden que lxs amo mucho 😚❤✨
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