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012- We're golden.

❝To' el mundo arriba de la silla
Esto parece el carnaval de Barranquilla
La cosa es sencilla
Si Juanes tenía la camisa negra, pues yo la tengo amarilla❞



































Viajábamos directamente hacia Santa Clara, California para presenciar el último juego de la fase de grupos de la Copa América contra Brasil. Evie y yo estábamos emocionadas porque siempre habíamos querido presenciar un juego de Brasil y Colombia, finalmente se nos estaba dando. Bajamos del avión directamente a buscar nuestras maletas, Evie estaba algo achantada por lo que pasó con James y mi hermano estaba igual que ella. No podía hacer nada marica, no podía meterme en eso porque la verdad era algo ajeno a mi relación con ambos.

Eso sí, tenía que aconsejar a mi mejor amiga, no podía dejar que mi hermano le hiciera daño, porque yo jamás permitiría que eso pasara, no me lo perdonaría.

Llegamos al hotel después de media hora, Evie no quería separarse de mi así que fue y dejó sus maletas en su cuarto pa venirse al mío. Nos arrunchamos para ver una película, pero ni siquiera la puse cuando ya la niña estaba chillando.

Lo que hace el amor, ¿Si o que?

—Eeh, pero deje de chillar amor, ya vemos cómo resolvemos eso.—Dije intentando animarla, pero no sirvió de nada.

—Es que tú no lo entiendes Sienna, tu de vaina y te estás conociendo con Ríos, yo estoy enamora, traga, encoña de ese hijueputa.

—Bueno, bueno, Evie María, escucháme pues.—Me alejé de ella e hice que me mirara.—Mi hermano no es tan bobo como parece, dejá que llegue a Santa Clara, Richard lo está ayudando pa que avance con vos.

—Marica lo extraño...—Murmuró la rizada, que ahora tenía su cabello liso debido a la plancha.

—Salgamos, hacele.—Le di un beso en la frente.—Hacele pues Evie.

Ella negó con la cabeza y volvió a hundirse en la almohada de mi cama. Esta chimbada estaba empezando a desesperarme marica, no sabía cuándo putas llegaba mi gente, porque nea, Evie está es que se tira del balcón. El estrés de verla así me estaba consumiendo, no me gustaba para nada y menos por mi hermano, porque sentía que estaba traicionandolos a ambos. Salí de la habitación dejando la puerta entre abierta y me alejé un poquito, llamé a Richard esperando que me contestara pa saber si todo lo que habíamos planeado estaba ya listo y sobre todo si ya estaban acá.

Pillen pues que por fin James se puso las guevas donde iban y le va a decir a Evie lo que ella tanto quiso escuchar. Nos pidió ayuda a Daniel, Richard y a mí para planear lo que íbamos a hacer en Santa Clara, porque sabemos que es aguevado y las neuronas le sirven de vez en cuando. Nosotros tres íbamos a estar de mal tercio porque planeamos esa chimbada y porque si, gonorrea.

El tono sonó tres veces y Richard contestó, sacándome un suspiro de alivio.

—Oe Richi, ¿Cómo está? ¿Ya llegaron?—Pregunté con nerviosismo.

—¿Que más pues, princesa? Estoy bien y si, ya llegamos, pero todavía nos falta terminar unas cositas para llegar al hotel.—Dijo a través de la línea, escuché bulla detrás de su voz, así que imaginé que estaba con el resto del seleccionado colombiano.

—Marica, me estoy muriendo de los hijueputas nervios, Evie está que se tira del balcón y no sé que más decirle pa que se arregle.—Confesé pasando mis manos por mi cabello.—Esa pelada está tragadisima de James.

—Usted es la mejor amiga, yo sé que puede con esa bestia.—Respondió dándome ánimos.—Ya me tengo que ir, besos pues.

Suspiré, bajé mi teléfono para volver a entrar a la habitación, ahí estaba ella, sus ojitos hinchados y su cara libre de maquillaje debido a las lágrimas que soltaba.

Me acerqué a ella, sentándome a su lado, su cabello estaba hecho una maraña de pelos, menos mal y lo tenía planchado porque el cepillo le iba a quedar bonitico en la cabeza. Le sonreí en busca de confortarla, provocando que bajase la mirada.

—Vea Evie, yo le quiero decir una cosa.—Murmuré llamando su atención.—Usted es mucha mujer para estar llorando, ¿Oyó? No me gusta para nada verla así, me duele a mi en lo más profundo.

Ella se pasó las manos por la cara, aclaró su voz para contestar.

—Es que me duele Sienna, me duele.—Contestó, su voz se rompió al instante.—He dejado muchas cosas atrás por él, porque lo amo demasiado marica y me siento tan culpable por gritarle y por haberle dicho las cosas que le dije, si solo no hubiera abierto mi bocota...

—Eeeh, no mija, así no, vos no tenés la culpa de que mi hermano sea un atrasado hijueputa y no sepa decir las cosas.—La abracé fuertemente.—Vos simplemente expresaste lo que sentías reina, no tenés la culpa de nada.

Sorbió su nariz y se limpió con su sudadera.

—¿Aún está en pie lo de salir?—La escuché decir.

Bingo, gonorrea.

—Aún está en pie.—Sonreí levantandome para extender mi mano.—Ve a lavarte el cabello, para volverlo a planchar, ¿Si?

Ella asintió, entrando al baño.

Gracias Dios, porque si no, tocaba a las malas.

Mientras Evie se bañaba yo me ocupaba de mis propias cosas. Pensé en Richard y La Suprema, tenía un sentimiento raro sobre ellos, el sexto sentido de una mujer no falla o no suele fallar. Revisé nuevamente el instagram de la pelada, había subido una historia justamente en Santa Clara, marica esa vieja estaba aquí.

Respiré profundamente evitando las ganas de llamar a Richard nuevamente y preguntarle sobre ella, no tenía derecho, lo sabía, pero no quitaba que quería marcar territorio y no dejarme gusanear.

Me preocupé porque había pasado mucho tiempo y Evie no había salido del baño, así que entré notando que se había quedado mirando a un punto fijo mientras el agua quitaba el resto de shampoo dejando ver sus rizos.

Ay, mi niña.

—Evie, princesa.—Hablé, haciéndola reaccionar.

Inmediatamente se soltó a llorar, cerró la ducha y salió, cubriéndose con la toalla. Entre nosotras había esa confianza, ya nos habíamos visto de mil y una formas, así que eso ya no contaba. La abracé fuertemente dejándola desahogarse nuevamente, no sabía que Evie estaba tan hijueputamente tragada de James, tampoco sabía la culpa y el dolor que mi mejor amiga estaba sintiendo por haberle dicho todo lo que le dijo a James David.

Si no fuera por ese cacorro, en este momento Evie no estuviese así.

—Mi amor, dejá de llorar pues.—Murmuré acariciando su cabello.—Yo te prometo que todo va a estar bien.

—Es que me arrepiento tanto Sienna, si yo no hubiera dicho nada quizás ahora estuviésemos aún juntos.

—Vos no tuviste la culpa de nada amor, vos dijiste lo que pensás, no es tu culpa.—Me separé y puse mis manos en sus hombros.—¿Sabés que? Vamos a definirte ese cabello, pa que quedés más linda de lo que sos.

Ella sorbió su nariz y asintió, caminando fuera del baño junto a mi. Miré la hora en mi reloj, teníamos aún bastante tiempo para arreglarnos ambas.

Solo espero que todo esto salga bien, de buena.

—¡James quédese quieto ome!—Grité estresado.

Eran más o menos las ocho de la noche, estaba con James y Daniel en el restaurante del hotel esperando a Evie y a Sienna.

Pillen pues que James tenía su vacile con la mejor amiga de Sienna, por esa razón era que ella estaba llorando la otra vez en Glendale, porque había discutido con James y habían terminado lo que sea que tenían porque la pelada quería que fuesen novios, o sea, algo oficial. En lo personal, jamás me demoraría tanto pa cuadrarme con una pelada, si me gusta y yo veo que es recíproco con el paso del tiempo, la hago mi novia y ya está.

Pero James es como bobo, todos lo sabemos, mero atrasado hijueputa.

Y aquí nos tienen, como meras guevas esperando a las mujeres porque según Sienna, Evie estuvo con una chilladera ni la hijueputa todo el día, así que le fue difícil arreglarla a ella y arreglarse ella.

Jm, yo no sé qué tanto se arregla esa mujer, si ella es hermosa tal y como es.

Con respecto al marica de James, ese no deja de moverse ni por el putas nea, los nervios lo están traicionando de la manera más hijueputa del mundo porque creía que Evie lo iba a mandar a comer mierda por todo el tiempo que había pasado sin hacer esto.

La decoración fue un problema conseguirla porque estábamos apenas llegando y como no somos de acá, pues fue complicado conseguirlo. Pero ahí es donde entra Daniel, que después de casi caerme a traques por andar con Sienna, nos ayudó a buscar la triple malparida decoración.

Escuché el ruido de unos tacones tintinear al fondo, callando a James y a Daniel, porque sabía que nuestras chicas ya estaban aquí. Por la cara que traía James, sabía que estaba cagandose ahí mismo, así que solamente le di dos palmadas en el hombro y me acerqué a la puerta para abrirla.

Ahí estaban ambas, más hermosas que nunca, Evie llevaba su cabello al natural y Sienna se lo había planchado. Ish, pero Dios mío, ¿Quien pidió pollo?

Evie me miró confundida, porque pensaba que nosotros aún estábamos viajando o en Glendale, luego miró a Sienna pensando que irían a otro lugar.

—No preguntés y dejáte llevar.—Fue lo único que Sienna le dijo antes de entrar.

La soltó, quedándose detrás conmigo, la abracé por la cintura y le di un piquito sin que nadie se diera cuenta, antes de ponerle cuidado a la reacción de Evie. Vio a James y puso una cara de aguevada, la que siempre pone.

Sienna y yo nos miramos para luego reírnos y ahí James empezó con esa hijueputa parla pa que la pelada le dijera que si al cuadre pues. Le entregó un ramo de rosas blancas, las favoritas de Evie, pero también las favoritas de Sienna, noté que ella tenía una hermosa sonrisa de orgullo cuando Evie le dijo que si a James.

Los antes mencionados se dieron mero beso, uy nea, comiendo frente a los pobres.

James nos hizo señas para que nos acercaramos a ellos y eso hicimos, Sienna por su parte abrazó a Evie, felicitandola.

—Pa que deje la chilladera, ¿Oyó?—Sonreí al escuchar a Sienna decirle eso a Evie.

—Pa que se ponga las guevas donde van, mijo.—Le dije yo a James, haciéndolo reír.

Daniel ya no estaba, pues nos dijo que se sentía muy mal tercio así que él se iba, además que mañana teníamos entrenamiento. Sienna se acercó a su hermano y lo abrazó, advirtiéndole un par de cositas sobre Evie, esa es mi princesa. 

Se veía tan hermosa sonriendo, con su cabello super largo liso, haciéndome extrañar sus ondas, en ella todo es lindo, no me podía resistir a besarla aquí mismo, pero debía hacerlo. Cuando la veía, todo dentro de mi se removía, suena esa melodía que me llenaba de inspiración para hacerlo bien todos los días, me salía todo lo que tenía dentro del corazón y sentía por ella.

Su magia me hechizaba, ella era la sirena que hechizaba con su sonrisa, su mirada, su ser. Todo de ella era hermoso ante mis ojos y cuando la veía sentía que todo estaba bien, a su lado todo estaba bien. Ella se merece todo, se merece el mundo entero y que yo esté con ella todo el tiempo, cambió todo el mundo a mi alrededor cuando la vi por primera vez, su desastrosa presentación, los nervios al verme y la forma en la que me reparaba mientras estaba en la habitación de James.

Dios mío.

Sin darme cuenta, una de las canciones favoritas que teníamos en común James y yo había empezado a sonar.

Nuqui de Choquibtown había empezado a sonar.

—¿Te la sabés, verdad?—Le pregunté a mi hermano mientras me empezaba a mover.

Yo conocí una linda persona
El otro día en la capital
Caímos bien a primera vista
De esas cosas que suelen pasar

La sonrisa de Evie, quien estaba bailando con Richard se notaba, porque James y ella se conocieron en Bogotá, la capital. James se movió a un lado y yo al otro y así sucesivamente mientras la canción proseguía.

Y conversamos un largo rato
Sobre su vida y cositas más
Quien creería que esa sonrisa
Tan pronto me podía enamorar

James puso sus manos en mis hombros, moviéndose al mismo ritmo conmigo. Sonreí ante la mención de que una linda sonrisa podía enamorar, porque así estaba yo con Richard. Entre boba y tonta.

Desde el día en que me hablo, me gusto su voz
Y cuando lo mire, también me miró
Me acerqué un poquito a él, también se acercó
Y comencé a perderme en tu mirada

Evie y yo comenzamos a avanzar hacia la otra al ritmo de la canción, como si fuese una coreografía ya ensayada, pasamos por el lado de la otra con una sonrisa hacia nuestras personas favoritas: Richard y James.

Ambas empezamos a bailarles de frente en sincronía, de verdad parecía una coreografía aunque no lo fuese. Puse mis manos en los hombros de Richard, cruzandolas, teniendo la mano derecha en el hombro izquierdo y la mano izquierda en el hombro derecho, luego las subí por arriba de mi cabeza, acercándome más a él. Me di la vuelta y bailé de espaldas con Richard, Evie hacia los mismos pasos que yo con James.

Por que yo, te quiero para mí y solo para mí
Pues como tú no hay, that's right
Por que yo, te quiero para mí y solo para mí
Pues como tu no hay, that's right

Se sentía una linda atmósfera, los cuatro estábamos siendo felices bailando allí, con las tenues luces, la decoración roja y blanca. Sabía que no había nadie como Richi, no había nadie que me hiciera sonreír así como ese moreno lo hacía, que me hiciera sonrojar de la forma en la que él lo hacía y yo solo lo quería pa mi.

Todo este amor que yo le ofrezco
Es muy real y natural
Quizás aún no tenga nombre
Pero a su lado yo quiero estar

Evie y yo seguimos bailando de espaldas, moviéndonos de lado a lado al igual que ellos, si nosotras dos íbamos hacia la derecha, ellos hacia la izquierda, justamente coordinados. Las sonrisas desvelaban complicidad, amor y amistad. Con ellos tres las noches sabían mejor, se sentían mejor, se vivían mejor.

Desde el día en que me hablo, me gusto su voz
Y cuando lo miré, también me miró
Me acerque un poquito a él, también se acercó
Y no he encontrado a nadie como tú

Volví a avanzar hacia Evie, haciendo el mismo paso de antes, pasándole por el lado a la otra con una sonrisa cómplice, ambas sabíamos que no solamente estábamos bailando, si no que estábamos conectando con esa cara de nosotras que nunca habíamos visto. Crucé mis brazos en los hombros de James, pegandome más a él, haciendo el mismo paso que hice con Richard, James tomó mi mano y me dió la vuelta, Richi hizo lo mismo con Evie.

Seguimos bailando con nuestra pareja, mi hermano era la única persona en la que sabía que podía confiar, que no iba a dejarme caer. Sabía que mi hermano me amaba como yo a él y estaba agradecida por tenerlo conmigo.

Por que yo, te quiero para mí y solo para mí
Pues como tú no hay, that's right
Por que yo, te quiero para mi y solo para mi
Pues como tú no hay, that's right

James y yo habíamos tenido nuestros altos y bajos, pero sabíamos que podíamos contar con el otro por siempre, porque siempre sería un honor ser la hermana de tremendo jugador, de tremendo ser humano. Sabía que él podía cagarla, porque al fin y al cabo todos lo hacemos, pero sabía que de cualquier manera buscaría la forma de arreglar sus errores.

Estaba orgullosa de él por todo lo que había hecho y estaba haciendo, él lo sabía.

De esos amores, que cada día crecen
Son especiales en el momento en que aparecen
Quiero llevarte a la playa y conocer el mar
Que visitemos juntos cada lugar

Evie se separó de Richard, hice lo mismo con James acercándome a ella, costeña y paisa, bailando al ritmo de una canción chocoana. Esa conexión de mejores amigas que ambas teníamos lograba que lo que estábamos haciendo pareciera una verdadera coreografía hecha por alguien profesional. Evie y yo sabíamos bailar, de hecho, ella me había enseñado todas aquellas cosas del baile que yo no sabía y por ella era que sabía bailar tan bien cualquier cosa que me pusieran. Los aplausos de nuestros chicos se hicieron esperar, sin siquiera acabarse la canción, James fue a abrazar a Evie y Richard vino a abrazarme a mi, sacándome una sonrisa.

—Ish, como baila de lindo usted.—Murmuró Richi mientras me abrazaba.

—Vos no te quedás atrás.—Sonreí al ver a James y a Evie tan acaramelados.—Vamos a darles su tiempito juntos.

Él asintió y salimos del restaurante, miré la hora en mi reloj y todo aquello solamente había tomado dos horas, eran las diez. Miré a Richard, su perfil era resaltado por las tenues luces, sus tatuajes en su cuello y Dios mío, sus mechitas. Definitivamente ese hombre parecía una pintura.

Me acompañó a mi habitación, porque sabía que mañana tenía entrenamiento y debía descansar, todo esto que estábamos haciendo estaba fuera del horario y por ende de las reglas.

Llegamos y abrí la puerta, arrastrándolo conmigo hacia dentro. Él ingresó con esa sonrisa tan hermosa que tiene, a pesar de que sabía bien que estábamos rompiendo las reglas.

Nos sentamos en la cama de mi habitación y nos miramos con una sonrisa. De repente, la duda volvió a invadirme, quería conocer más de él, de su vida, del porque está aquí y de porque quiere luchar por el honor de tener esa copa más que nadie.

—Richi, ¿Cual es tu motivación pa estar aquí?—Pregunté, tomando su mano.

—Mi familia.—Respondió aclarando su garganta y con ello, sus pensamientos.—Este es mi sueño desde que era un culicagado Sienna, vos conocés los sueños de tu hermano y lo viste jugar desde que tenías la edad de dos años, yo crecí viéndolo jugar. Él es mi ídolo y es un honor jugar con él, ser compañero de él e intentar ganar esta copa con todas nuestras fuerzas.

Apreté mis labios conteniendo las lágrimas que me provocó escucharlo hablar.

—Quiero marcar un gol o los que pueda en esta copa, quiero ser recordado por muchos y ser el ídolo de muchos porque se la emoción que se siente al ver a tu ídolo, quiero llevar la gloria a ese lindo país que me vió crecer.—Bajó la mirada, pero volvió a mirarme segundos después.—Quiero que vos sientas orgullo al hablar de mi, Sienna, quiero que conozcás al Richard más allá del jugador de fútbol.

Lo abracé con una sonrisa, refugiandome en su cuello. Ambos jamás habíamos tenido una conversación así de profunda, aunque siempre había querido preguntar sobre sus sueños, jamás había tenido la oportunidad. Su historia como la mayoría de los jugadores es una historia de superación personal, de jamás rendirse para poder lograr lo que ellos quieren y se que Richard logrará tener un triunfo con esta hermosa selección, porque confío en él y en ellos.

—Sabés que contás con todo mi apoyo, Richi, sos luz.—Murmuré en su oído mientras acariciaba su cabello.

Se separó de mi, su mirada decía muchas cosas, entre ambos había esos momentos donde las palabras sobraban y este era uno de ellos.

Aunque me diese miedo aceptarlo, quería mucho a ese moreno, lo quería demasiado.

Author's Note 💕

Holis bebés, yo again, actualizando por el partido de colombia hoy
Por favor denle apoyo, estrellita y comenten que tal les va pareciendo el libro y si quizás les gustaría que cuando esté acabe, haya otro libro siguiendo la historia de Sienna y Richard pero en el mundial
Besos.

-With love, Danna Kim 💗

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