𝟎𝟏𝟓
Percy
Estábamos en una cafetería comiendo mientras escuchábamos como los dioses estaban furiosos.
—Solo falta una perla, ¿a dónde tenemos que ir? —preguntó Annabeth.
Saqué el mapa revelando la nueva ubicación.
—Bueno, no podemos quejarnos —dijo Grover mirando cómplicemente a Ly.
—¡Iremos a la Vegas! —exclamaron ambos felices.
Durante el camino, Ly trenzaba el cabello de la rubia mientras hablaban de cosas raras que no entendía. No podía apartar mi mirada de mi chica, sin dudas poder besarla era lo mejor de todo.
—Por fin lo hiciste —dijo Grover.
—Sí —contesté.
—Hiciste una buena elección, nuestra Ly es maravillosa —respondió el moreno —. Cuídala mucho, Percy.
Nuestra conversación fue interrumpida por la voz de Lynette.
—Amor —llamó la chica haciendo que la mirara —, falta poco para tener a tu madre contigo.
Asentí con una sonrisa y tomé su mano para dejar un casto beso en ella.
—Gro —dijo ahora llamando a nuestro amigo.
—¿Si, preciosa Ly? —preguntó sin quitar la vista de la carretera.
—A toda máquina —dijo la castaña haciendo que Grover haga un saludo militar y acelerara.
🔱
—Wow —exclamamos asombrados de la belleza de las Vegas.
A lo lejos vi nuestro destino.
—Ahí está, casino Lotus —dije haciendo que Grover fuera al lugar.
Bajábamos del coche con Annabeth regañando a Grover sobre no apostar.
—Permíteme —exclamé antes de tomar a Ly de la cintura y ayudarla a bajar.
—Gracias, noble caballero —agradeció para dejar un delicado y corto beso en mis labios.
Al entrar todos parecían estar divirtiéndose, el lugar estaba repleto.
—Okey, este es mi nuevo lugar favorito —dijo Grover.
Un botones se acercó a ofrecernos un libro de cupones, pero Annabeth los rechazó alegando que no nos quedaríamos.
—Que insistente —se burló Grover.
—Estamos aquí por una cosa, y solo una cosa —exclamé. —Esto es increíble.
El lugar era magnífico.
—¿Exactamente donde encontraremos esta perla? —cuestioné.
—Tal vez en una camarera o en una bailarina —dijo Grover para intentar ir tras una chica —. Hay que empezar por ahí.
En el camino unas camareras nos detuvieron.
—Prueben una flor de loto —ofreció —, es nuestra especialidad.
—Ella es alérgica —respondí al ver como le ofrecían una a Ly.
—Entonces para la bella dama tenemos esto —dijo una chica extendiéndole una galleta y una malteada de fresa que Ly aceptó con una enorme sonrisa.
—Muchas gracias, señorita —respondió la castaña.
Cuando comimos nuestros sentidos se relajaron y todos comenzamos a reír.
—¿Por qué no nos quedamos unos minutos? —preguntó la rubia haciendo que todos aceptáramos.
—Es una maravillosa idea —respondí.
—Pero, ahora tenemos una misión muy urgente aquí, ¿o no? —pregunté.
—No me acuerdo —respondió Grover mientras Ly acomodaba la ropa del moreno con una sonrisa.
La castaña nos miró con una sonrisa.
—Debemos divertirnos —exclamó Annabeth para luego irse feliz.
Ly tomó mi mano y la de Grover, nos llevó a la pista de baile. Ahora bailábamos como lo hacíamos cuando éramos pequeños, eso era algo que no olvidaría nunca.
—Los dejo —dijo después de un rato el moreno para irse.
La música se puso un poco más lenta y tomé a mi chica de la cintura acercándola más a mí, haciéndola reír. Todos mis sentidos estaban relajados y mi mente solo podía pensar en lo hermosa que se veía.
—Eres un hermoso diamante —susurré en su oído mientras nos balanceábamos.
—Y tu un hermoso zafiro —respondió para luego besarme.
Sin duda alguna, esta era la mejor sensación. Sus delicadas manos tras mi cuello, su cuerpo cerca del mío, sus dulces labios sobre los míos era todo lo que podía pedir. Era feliz, me sentía afortunado de tenerla entre mis brazos, poder besarla y llamarla mía, al igual que ella podría llamarme suyo.
Luego de separarnos, ella corrió hacia Grover, que estaba en el spa. Ella y él era un duo muy dinámico, pero como decía mi madre. Los tres juntos éramos una bomba llena de problemas, dulzura y belleza.
Lynette
Luego de que el spa terminara me encontraba mirando a Grover bailar. Percy estaba a mi lado animando a nuestro amigo que se robaba la pista de baile.
—Muy bien, Grover —le dijo Percy con una sonrisa.
Cuando iba a comer nuevamente mi galleta, la voz de mi padre sonó en mi cabeza.
—No, mi princesa, no comas la galleta, o dormirá tus sentidos. Te mantiene prisionera aquí.
—Ahora vuelvo —les dije para ir en busca de un baño.
Cuando encontré uno, me acerqué y lista para eliminar todo rastro de galleta de mis sistema, me puse a pensar en cosas realmente asquerosas.
—Expúlsalo todo, hermanita —dijo la voz de Eros mientras yo vomitaba hasta el agua que bebí hace dos semanas.
Listo, ahora debíamos salir de aquí.
Cuando iba de camino a ver a mis chicos y a Annie, me encontré con Percy huyendo de las chicas que le ofrecían otra flor, al parecer el también había recibido ayuda.
—Dejen a mi chico en paz o mi tacón quedará marcado en su bandeja de florecitas —las espanté.
Tomó mi mano y caminamos para buscar a los demás.
—Debemos salir de aquí —me dijo.
—Sí —concordé.
Al llegar vimos a Annie bailar con otra rubia.
—Deja de comer esto —dije quitándole la flor y tirándola al piso.
—Oye, yo estaba bailando con ella —se quejó la otra rubia mirándome furiosa.
—¿Tienes algún problema con que me la lleve? —espeté acercándome a ella —. Porque si lo tienes yo puedo resolverlo.
—Tranquila, fiera —me detuvo Percy.
—Da igual, no valías la pena como para despeinarme por tu culpa —le dije a la chica para luego ir con Annabeth.
—Nos estamos divirtiendo —se quejó la rubia al escuchar como Percy le decía que teníamos que irnos.
Caminamos hasta Gro, quien estaba rodeado de chicas.
—Tenemos que irnos —le dijo mi novio al moreno haciendo que este se quejara.
—Camina, nos vamos ahora —exclamé haciendo que el moreno asintiera y viniera con nosotros dejando a todas las chicas quejándose.
Percy les explicó todo y estos parecieron entrar en razón, yo solo podía tocar mi pulsera mientras observaba el lugar.
—Hay que buscar la perla, rápido —exclamó mi novio, para luego tomar mi mano y salir corriendo.
Unos guardias rodearon a Gro haciendo que este se defendiera. Todos comenzamos a pelear contra los guardias. Annabeth y yo luchamos juntas, nuestros movimientos eran coordinados y nos pasábamos a nuestros contrincantes mediante patadas y empujones, cuando cada quien tomó un rumbo para luchar, yo me subí una mesa del lugar y convertí mi pulsera en un látigo. Antes de seguir golpeando, la voz de mi hermano volvió a sonar en mi cabeza.
—Baila, Ly —me pedía Eros.
—¿Qué? —pregunté confundida.
¿Por qué bailaría?
—Tu poder también te permite hipnotizar a las personas cuando bailas, y eres una mejor guerrera si bailas mientras peleas —dijo ahora la voz de mi madre.
Okey, bailaría.
Moví mi cuerpo al ritmo de la música y parecía que todos movían su cabeza al compás, sentía como los movimientos para luchar, salían solos de mí. Mi látigo golpeó a algunos guardias dejándolos inconscientes.
—Vámonos, al auto —dijo Grover una vez que teníamos la perla.
Mi amigo me ayudó a bajar y corrimos lo más rápido que pudimos.
Subimos al auto negro que se encontraba dentro del casino, la rubia y yo íbamos en la parte trasera apurando a Grover para qué conducirá. Percy también presionaba a nuestro mejor amigo.
—¡Ahora! —exclamó Percy haciendo que Gro arrancara el auto y podamos huir.
—Así es como se sale de un casino —celebró el moreno.
—Así es como se conduce —celebré yo feliz.
—Ahora lo comprendo todo —dijo Annie.
—¿Qué? —preguntó Percy.
—Era la guarida de los Lotófagos, atraen a personas a sus trampas desde tiempos remotos —explicó la rubia.
—Miren eso —señaló Grover al reloj.
Mierda.
—Mañana es veintiuno de junio —dije.
—No, no puede ser —se quejó Percy, incrédulo —. Hoy es quince.
—No, mañana ya es veintiuno —exclamó la rubia —, estuvimos ahí cinco días.
—Maldición —refunfuño Grover.
—Mañana es el solsticio —dijo mi novio —. El límite es mañana a media noche.
—Sí, tenemos que movernos —expresó Grover —. ¿Dónde está Hades?
Percy sacó el mapa.
—Está en Hollywood —indicó el castaño.
—Muy bien, llegaremos en cuatro horas. Tal vez tres —exclamó Gro antes de acelerar.
¡Hola, mis corazones! Quería comentarle que solo faltan tres capítulos para acabar el primer acto, y que mejor manera de terminarlo que con un maratón para celebrar los 8k de vistas. Espero que les haya gustado el capítulo, nos leemos el viernes.
Con amor,
Ivy.
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