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𝟎𝟎𝟗

Maratón 3/3

Una pequeña Lynette de cinco años corría junto a su madre en busca de sus preciadas galletas con chispas de chocolate. Su padre se encontraba un poco más lejos comprando los boletos para entrar al museo.

—Apresúrate, mami —pedía la niña corriendo más rápido.

Su madre reía, pero corría a la par de su hija.

Al entrar había mucha fila, aunque Lori Roberts creyera que su hija se retractaría al ver la gran fila, se equivocó. La niña se colocó firmemente en la fila dispuesta a esperar su turno para conseguir sus preciadas galletas con chispas de chocolate.

—Tres galletas con chispas de chocolate, por favor —pidió la niña cuando al fin llegó su turno.

El hombre que atendía vio con cariño y ternura a la pequeña niña que lo miraba sonriente con un destello de felicidad en los ojos.

—Para tu suerte, son las últimas —dijo el hombre haciendo que la sonrisa de la castaña con colitas ensanchara su sonrisa.

—Muchas gracias, señor —agradeció la pequeña al ver a su madre pagar y despedirse del buen hombre —. Que tenga un lindo día.

Salieron del establecimiento con una sonrisa mientras la menor le daba su galleta a su madre esperando a encontrarse con su padre para que él tomara la suya.

—Lo lamento, Percy —escuchó a una mujer hablarle a un niño con los ojos tan azules que la pequeña podía recordar el mar —. Las galletas con chispas de chocolates se acabaron, pero podemos tomar un helado.

El niño secó sus lágrimas y aceptó la oferta de su madre, pero antes de que pudieran irse, Lynette arrastró su madre hasta donde estaban la madre y su hijo y le sonrió al niño.

—Ten —le ofreció la mitad de su galleta —, me llamo Lynette.

—Pero es tuya, cariño —expresó Sally.

—Podemos compartir —respondió sencillamente la niña haciendo sonreír a todos —. ¿Cómo se llama?

El niño miró el pedazo que la niña le extendía y con la aprobación de Sally Jackson, aceptó.

—Me llamo Percy Jackson, esta es mi madre, Sally Jackson —presentó el niño de seis años.

La señora Jackson entabló una conversación con la mujer que, al notar bien, supo que fue su compañera de clases y una amiga muy antigua.

—¿Qué sucedió? —preguntó Peter Roberts al llegar hasta las dos mujeres de su vida —. Mucho gusto —se presentó el hombre ante la mujer y el niño.

—Papi, te presento a Percy, es mi nuevo amigo —respondió feliz la niña a su padre.

El hombre se agachó hasta la altura del niño.

—Mucho gusto, Percy —saludó —. Yo soy Peter Roberts.

Percy extendió su mano para estrecharla con la del hombre.

—Vamos por un helado —dijo Sally Jackson invitando a la familia Roberts con ellos.

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—Tienes helado en la nariz —rió la menor limpiando el helado del rostro del niño castaño.

—Tú también —contestó riendo ahora el niño imitando su acción.

Esa tarde ambas familias se volvieron fieles amigas, podía ser porque antes se conocían y ambos eran muy amables, también podría ser por la manera en que ambos niños habían conectado tan rápido que ya se declaraban mejores amigos o porque ambos descubrieron la sangre divina que corría por las venas de los niños.

—Creo que debemos irnos —exclamó la señora Jackson —, tenemos una entrada al museo. Me dio mucho gusto verte de nuevo Lori, me encantó conocerlos Peter y Lynette. Ten mi número, mantengámonos en contacto.

—Nosotros también vamos al museo —comentó Lynette feliz haciendo que la sonrisa de Percy creciera al ver que no tendría que abandonar tan pronto a su nueva amiga, al decir la verdad el niño ya había caído bajo las redes de la linda y tierna niña.

—Pues vamos —dijo Peter extendiendo sus manos para invitar a ambas mujeres a tomar sus brazos como apoyo.

Percy, que vio la acción, imitó al hombre, haciendo que Lynette enganchara su brazo con el del niño con ojos de mar.

—Tus ojos son tan azules como el mar —dijo la niña mientras caminaban adelante de sus padres —. Me recuerdan a Poseidón.

—¿Poseidón? —cuestionó el niño.

—Ya sabes, el dios del mar —respondió la castaña —. Me encantan los dioses griegos.

El niño asintió y escuchó atentamente el vómito de información sobre los dioses griegos que la niña daba, claro que el pequeño Jackson no se quejó, al contrario, supo que podría escuchar a la niña durante toda su vida si eso haría que ese brillo de felicidad esté siempre en sus ojos.

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—Vaya, ese mamut sí que es gigante —exclamó Percy al ver el esqueleto del gran animal frente a ellos.

—Es cierto —apoyó la niña Roberts.

—Eso es porque ellos son familia de los elefantes, eso quiere decir que son tan grandes como ellos —explicó Lori haciendo que los niños miraran asombrados el esqueleto.

Los niños tomaron sus manos y siguieron el recorrido por el museo seguido de sus padres, quienes conversaban sobre los dioses.

—Percy nunca pudo conocer a Poseidón —contó Sally.

—Lynette tampoco pudo conocer a su progenitor divino —contestaron los esposos Roberts al unísono.

—¿Quién es su padre? —preguntó la mujer.

—Es complicado, no podemos decir nada, pero solo puedo decirte que Lynette posee más sangre divina de lo que debería —respondió Peter.

—Entiendo, los dioses no dejan que digan nada —dijo la mujer entendiendo todo. 

Sally Jackson podía entender lo raro que podían ser los dioses griegos, es por eso que no hizo más preguntas y solamente pensó en que sea quien sea padre o madre de la niña debía ser tan hermosa o hermoso como Afrodita. De ahí la idea de que la niña era hija de Afrodita o Eros.

—Se ven felices —exclamó Lori viendo a los pequeños reír.

—Sí —estuvo de acuerdo Sally —, nunca había visto a Percy tan feliz. Podría jurar que este día ha reído y sonreído tanto que su cara podría entumecerse, mi hijo nunca sonrió tanto.

Ambas familias miraron atentos a lo pequeños que hicieron que su corazón se llenara de alegría al ver como ambos niños dejaban de lado todos sus problemas y complicaciones, en ese momento los menores eran solo unos niños felices de pasar una tarde divertida junto a quien proclamaron su mejor amigo. Ahora la sangre divina que corría por sus venas no parecía influir en nada, ellos eran niños normales, unos niños normales y felices.

Así termina este maratón, quería agradecerles por leer la historia, votar y dejar sus lindos comentarios. En este capítulo pudimos ver como Ly y Percy se conocieron, no sé ustedes, pero ellos se me hacen la cosa más tierna. Espero que haya disfrutado de los capítulos. Nos vemos el viernes.

Con amor,

Ivy.


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