Lynette

Mi puño se estrelló contra el rostro del castaño, e iniciamos una batalla que se movía conforme intentaba llegar al lugar de escape junto a mis amigos. De pronto todos pelábamos contra los otros semidioses que trataban de atraparnos.

—Quédense quietos —hablé, pero los tapones en sus oídos le impedían escucharme, así que con una mirada hice que se los quitaran y ahora si pudieran obedecer mi orden.

Percy ahora peleaba con Luke, con unos últimos golpes lastimé a Chris. Luke estuvo frente a mí y al castaño, pero no hizo nada para detenerme cuando vio que arrastraba a su casi inconsciente hermano al borde del bote listo para ahogarlo.

—Dije que lo pagarías, no debiste meterte con mi familia.

A pesar de sus luchas por resistirse, el chico terminó con su cabeza en el mar, ahogándose lentamente.

—¡Tío Poseidón! —llamé al dios sabiendo muy bien que él sabría lo que quería.

En cuestión de segundos un tiburón se acercaba a los lejos.

Una mirada bastó para que Percy que ayudaba a los demás a subir a la barca usara su poder para mover las olas y que el animal llegara más rápido.

—Dile adiós a todo, Chris —exclamé haciendo uso de mi fuerza para levantarlo y lanzárselo al tiburón que no tardó en tomarlo en el aire y atacarlo.

Los gritos del chico eran desgarradores y el mar se tornaba rojo por la sangre, pero yo solo podía observar todo con una sonrisa. Mi venganza había llegado y mi lado fracturado salía a flote cada que usaba mis dones, no sentía remordimiento al verlo gritar y patalear.

—Te doy vida por vida —dije una vez que me giré para ver al rubio —. Me salvaste de los rebeldes y yo ahora te dejo vivir.

Mi chico se montó en una ola y se acercó para tomarme de la cintura y huir.

El rubio no dudó en treparse e iniciar una batalla de la que no salió victorioso porque Percy lo mandó de regreso a su bote.

—Buena idea —le dijo Percy a la rubia al ver como utilizaba el regalo de mi tío.

—Recuerda que soy la hija de la diosa de la sabiduría.

—Yo me acuerdo —habló Tyson haciéndome sonreír.

—Eres muy inteligente, Ty —respondí —. ¿Quieres ayudarme a arreglarme el peinado?

El chico asintió con una sonrisa.

El viaje siguió hasta que Tyson perdió el efecto del producto que lo hacía tener ambos ojos, Percy para animarlo lo dejó conducir. El cíclope contó una triste historia que hizo que lo tomara entre mis brazos tratando de reconfortarlo.

—No eres un monstruo, no tienes que ser tan duro contigo —habló Percy a su hermano.

—Pers tiene razón, eres hermoso tal y como eres.

—Gracias, hermano.

Miré a ambos chicos con una sonrisa.

—Si necesitas tener dos ojos un tiempo más para poder sentirte mejor contigo mismo, yo puedo ayudarte, pero no será algo eterno y debes recordar que vales mucho, eres hermoso tal y como eres, no debes de pensar lo contrario por las personas. Yo soy hija de la belleza y la guerra, pero te aseguro que mis ojos solo pueden verte como el ser hermoso y lleno de luz que eres.

Hice el hechizo y el dulce Tyson quedó feliz.

—Un cíclope asesinó a Thalia.

—Lo lamento tanto —dije abrazándola —. Pero Tyson es diferente, es nuestro amigo, nos ha ayudado mucho. Sé que el no nos lastimaría.

El cielo y sus nubes furiosas nos hicieron despegar nuestra atención de la conversación.

—¿Qué es eso? —preguntó mi novio.

—El mar de los monstruos —respondió Annie.

El bote se detuvo y la rubia preguntó qué sucedía, logrando que Tyson nos mostrara como se le había caído el termo.

Antes de seguir discutiendo, vimos algo que nos hizo detener cualquier disputa.

—Díganme que no son tiburones —pidió Annie.

—No son tiburones —contestó Percy al ver mejor la cosa —. ¡Remen!

Todos hicimos lo que nos pidió.

—Ojalá fueran tiburones —habló la rubia.

Una revelación sorprendente sobre el vigilante del mar de los monstruos nos hizo caer al interior de la cosa.

—¡Santos dioses! —gritaba aferrándome a la balsa mientras caíamos.

—¿Dónde estamos? —preguntó la rubia al momento que caímos.

—Parece que esa maldita cosa nos tragó como sushi recién preparado —contesté entrando en pánico.

—Cálmate, amor.

—No me pidas que me calme cuando estoy dentro de un feo monstruo y mis tacones están arruinados por toda el agua que les cayó, si llego a salir de esta, asesinaré a los dioses por dejar que todo esto nos pasara.

La rubia se alejó un poco al ver como la rabia me consumía.

—Mejor caminemos —dijo.

—Cuidado con donde pisa —habló mi novio extendiéndome la mano.

—¿Qué es esta baba? —preguntó Tyson.

—No creo que quieras saber —respondió An.

El chico cayó al suelo haciéndome reír para luego caer yo al intentar pararlo.

—Esta debe ser la peor forma de morir —expresó la rubia mientras yo reía como loca al estar en el piso.

Era eso o llorar por mi ropa cubierta de baba de monstruo.

Unos gritos hicieron que dejara de reír.

—Creo que es Clarisse —dijo Annabeth.

—no, no puede ser ella —contestó Percy ayudándome a parar.

—Insectos buenos para nada —se escuchó de fondo.

Esa era mi hermanita.

—Sí, sí es ella —respondimos todos.

Emprendimos camino hacia mi hermana.

—Idiota, más te vale que mi red eléctrica esté lista o conectaré tu cabeza.

—¡Clarisse! ¡Hola! —gritó Percy.

—¡RISE! —grité más fuerte, pero al no ser vistas lancé mi zapato al barco llamando la atención de mi hermana.

—¿Net? —preguntó con mi tacón en la mano —. ¿Qué están haciendo aquí?

—Lánzalo de vuelta o no podré subir —le dije a la castaña.

—Casi me sacas un ojo, jovencita —me reprochó lanzándolo de vuelta.

—Lo siento —me disculpé mientras me lo ponía y subía al barco.

—Nos tragaron a los cuatro al igual que ustedes —le contó Percy a mi hermana.

La castaña me envolvió en un suéter y buscó zapatos para mí.

—Lindo barco —dije.

—papá tiene muchos igual a este a lo largo de las guerras de la historia. Era esto, o un helicóptero de Vietnam, imaginé que un bote sería más práctico.

Todo se movió y mi hermana me sostuvo fuertemente para que no cayera.

—¿Qué ocurre?

—Lo que sucede en un estómago, Jackson.

—Tenías razón —le dijo Pers a Annie —, esta es la peor forma de morir.

Ver como nuestra balsa fue destrozada en segundos no nos daba mucha esperanza de vida.

Mi hermana comenzó a lanzar órdenes alguien.

¡Chris ha muerto! Ly al fin consiguió su venganza, pero de igual forma saldo su deuda con Luke al dejarlo vivir. Tyson es hermoso y quien diga lo contrario puede ir a bailar con los demás titanes al tártaro. Espero que le haya gustado el capítulo.

Con amor,

Ivy.