Hwang Eunbi
[Noticia de último momento: El nuevo lanzamiento de la solista SinB con su single "Eunbi" tiene locos a la población adolescente coreana, y las reproducciones en las plataformas de musica confirman que ha tenido repercusiones por todo el mundo haciendo de esta, su canción más exitosa.
Transmitimos desde su concierto en Seul donde cantara la canción en vivo por primera vez...]
Los oidos de Eunbi, o como la gente le decía por su nombre artistico, SinB; se llenaban de diferentes sonidos. Los gritos desaforados del público, los aplausos tan fuertes que hacían que las manos dolieran, algún que otro llanto y tantas risas provocados por la alegría de encontrarse debajo del escenario, en la general o vista platino, del estadio que estaba repleto de personas esperando que la solista mas exitosa del momento hiciera su aparición.
Ella nunca se había considerado la mejor artista pero admitía que cuando pisaba el escenario dejaba su alma y cuerpo, atrayendo al público por la pasión que tenía por su trabajo y por el talento desbordante que poseía.
Sus manos temblaban, antes de entrar al escenario, aferradas a la botella de agua que había estado bebiendo antes para lubricar sus cuerdas vocales. Nunca, desde que inició su carrera, dejó de sentirse nerviosa previó a un show, pero una vez comenzado éste olvidaba toda su ansiedad y nervios.
Su padre, y manager, se encontraba a su lado mientras que tres miembros del staff estaban sobre ella. Una chica joven terminaba de dar los últimos retoques al maquillaje, otra arreglaba el vestuario llamativo y un poco corto, lo suficiente para atraer a las masas jóvenes, y por último, un chico se ocupaba de su cabello centrándose en que el flequillo quedara perfecto.
Los demás organizadores se movían de aquí para allá, tal y como lo habían hecho en el ensayo de aquella mañana. La luz, las cámaras, el sonido, los micrófonos, las plataformas, todo estaba en orden.
Los bailarines de apoyó repasaban las coreografías aunque en la próxima canción no fueran a entrar.
La canción más exitosa de Hwang era lenta, de amor, tierna y sentimental, de aquellas que pueden tocar tu corazón y estrujarlo, pueden hacerte llorar y tener escalofríos; pero ocultaba una gran verdad.
Dejó la botella a un lado mientras que uno de los asistentes le indicaba que en dos minutos debía salir. Las personas que se ocupaban de su imagen le dieron espacio y ella se dirigió hasta detrás de la pantalla que se debía elevar para darle paso.
Tomó su micrófono con fuerza y respiró el aire frío de esa noche.
Otra vez el asistente..."un minuto".
Volvió a respirar y, de repente, el minuto ya habia pasado y la pantalla se estaba levantando. Los gritos, como si pudieran, se oían aún mas fuertes y la luz de los reflectores chocó contra su rostro.
Tal y como siempre, con seguridad camino a través de el escenario dejando una estela de carisma.
-¡Buenas noches! -exclamó emocionada al micrófono. -¿Cómo estan?
Los gritos en respuesta no se hicieron esperar. Ella mantuvo su sonrisa hasta llegar al extremo del escenario y sentarse en el banquillo frente a las millones de personas.
Detras de la solista se encontraban dos guitarristas sentados a pocos metros.
-¿Quieren escuchar la canción que sigue? -comenzó a hablar una vez los gritos se atenuaron un poco. El público respondió con un "SI" al unísono que provocó nuevamente la sonrisa en Hwang -Esta canción fue lanzada hace poco. Creo que muchos de ustedes ya saben a cuál me refiero.
Más y más gritos.
-Esta es una canción muy especial -hizo una pausa mirando el océano de rostros con una sonrisa melancolica. Aunque buscara y buscara forzando su vista, sabía que no había demasiadas esperanzas en que ella se encontrara allí -Así que quiero dedicarla a todas las personas que han perdido a alguien pero confían plenamente en que algún día se reencontraran.
Inmediatamente la melodía de ambas guitarras complementándose llenó el lugar y la historia que contaba la canción, es decir, la historia de Eunbi, se reprodujó en su mente.
Hace 1 mes...
-El Show de hoy fue excelente hija, estoy muy orgulloso de ti. Tu carrera va en ascenso tan rapido que no dudo que en poco tiempo seras una de las artistas más exitosas de Seúl.
-Gracias Papá. -respondió abrazando al hombre de traje que entraba a la habitación del hotel junto a ella. -Se que no podría haberlo hecho sin ti.
-El talento que tienes no puede ser oculto, se que de todas formas hubieras triunfado. -sonrío y dejó un beso en la frente de su primogenita terminando el abrazo. -Ahora me voy, debes descansar. Si me necesitas llámame, estaré afuera en una reunión organizando tu proxima presentación. Te amo.
-Esta bien, te amo papá.
La puerta se cerró y SinB suspiró largando, por fin, todo el aire que había estado reteniendo.
No dudaba en que cuando su papá volviera traería no una, sino cinco propuestas más, y aquello era tan agobiante como emocionante.
Realmente estaba cansada y su carrera había iniciado hace tan solo un año. Era muy cierto que su ascenso era sorprendentemente veloz; en cuestion de meses había pasado de cantar y bailar en bares, a pequeños y grandes teatros, y su último Show por primera vez había sido en un estadio, no en solitario, en conjunto con otros artistas pero ya resultaba ser un gran avance porque más personas conocerian su musica.
Aún así necesitaba descansar un poco, había comenzado a extrañar tener una vida normal, de bajo perfil donde no era nadie y podía hacer lo que quisiera sin restringirse ciertos comportamientos por ser una figura pública. Quería salir con sus amigas, beber libremente, hacer tonterias por la calle, en su casa, holgazanear o estudiar para la universidad, de cualquier forma tenia 19 años y sentía que su trabajo aprisionaba su juventud más allá de que lo amara.
Suspiró nuevamente y caminó sacandose el abrigo para tirarlo sobre la cama de la suite.
Sacó su celular del bolsillo y miró las notificaciones.
***
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¡ya me desbloqueaste!
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ESTOY ORGULLOSA
HOY DEBEMOS SALIR Y FES...
Para todos: Nos vemos en la fiesta
***
Sonrió con una idea en mente, la cuál había llegado de la nada pero sería su solución.
Por esa noche volveria a ser una chica normal.
Corrió a su guardarropas y buscó la ropa que más la haría pasar por desapercibido. Una gran chaqueta marrón, pantalones negros al igual que sus botas, una gorra negra y como si fuese posible ocultarse más, por precaución se colocó un tapabocas.
Esperó el tiempo necesario y cuando en su ventana pudo notar la progresiva desaparicion del sol decidió salir.
Bajó por el ascensor hasta el estacionamiento del hotel, tomó una llave al azar del llavero y corrió buscando el auto al que le pertenecia la llave.
Ella no tenía auto pero si sabía conducir.
Presionaba una y otra vez el sensor hasta que la suerte estuvo de su lado. Las luces de un Hyundai se encendieron e iluminaron la playa de estacionamiento junto con la única persona que se encontraba parada en aquel sector.
Con los nervios y la emoción a flor de piel, corrió con el deseo de ser libre una vez más hasta entrar en el vehículo.
Una vez encendido el motor, no solo vibró la camioneta, también su cuerpo. Sonrió al salir del aparcamiento y observar la brillante luna con su halo, todas las estrellas parecían bailar en el cielo despejado de aquella hermosa noche.
A medida que se alejaba de la locación donde debería encontrarse, la adrenalina hizo presencia. Esto solo la llevó a conducir hasta la carretera donde todas sus emociones se intensificaron el doble.
Pisó el acelerador sin remordimientos y condujo a toda velocidad por el desolado panorama. Bajó la ventanilla y dejó su gorra a un lado tan solo para poder purificarse con la brisa. Está golpeaba su rostro y bailaba con su cabello, por cada bocanada de aire puro su sistema se oxigenaba y dejaba que las risas escaparan de su cuerpo con todas sus exhalaciones llenas de preocupaciones.
Ya estaba todo tan lejos y no le importaban las consecuencias, nadie tenía porque enterarse si tan solo sería una travesura de una noche.
En todo su trayecto no miró su celular, mucho menos la hora, con suerte se aseguraba de no estar perdida pero de todas formas sería divertido mientras estuviera alejada del túmulo de gente que la reconocía a cada paso que daba.
Cuando por fin se detuvo, estacionó en un bar remoto a la suficiente distancia para asegurarse que no sería un furor al entrar allí.
Se colocó su gorra nuevamente y bajó del auto en busca de alguna aventura dentro de aquel lugar que pasaba tan inadvertido.
Lo único que delataba el lugar era un pequeño cartel de madera que decia "Bar", y aunque estuviera escondido y su apariencia fuera extraña no dudo en ingresar.
Por algo se camuflaba tan bien por la noche, y tal vez como ella, su objetivo era ocultarse de algo.
No sabía exactamente que ocultaba. Se dio una idea cuando abrió la puerta y una dulce melodía de guitarra, que no se apreciaba desde el exterior, chocó y estimuló su sistema auditivo a tal punto que la incentivó aún más a adentrarse al inhóspito lugar.
Caminó a través de un pasillo con luces bajas que señalizaban el camino hasta unas escaleras. Parecía que la música y la iluminación aumentaban a medida que descendía escalón a escalón.
Comenzando a visualizar la planta baja, veía cada vez a más personas en lo que parecia una cabaña subterranea. Todo era de madera, las mesas, las sillas, la barra, entre otras cosas.
Y allí, en el escenario, había una chica tocando la guitarra; la responsable de tan bella pieza de arte estaba frente a sus ojos sentada en un banquillo.
Eunbi buscó un asiento disponible hasta encontrarlo, y una vez se sento miró su celular. Al parecer ya comenzaban a preocuparse por ella.
***
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Yuju caiditas
¿¿DÓNDE ESTÁS?
20:19
El pulgarsote
¿AMIGA ESTÁS BIEN?
20:36
Se me quedo el auto
NO SE PREOCUPEN
20:37
***
Por algún motivo, cuándo Hwang alzó la mirada de su celular, sus ojos chocaron con los ojos de la chica de extraordinaria belleza que no solo tocaba, también cantaba, y al hacer contacto entre todas las personas de aquel lugar no evitaron sonreirse.
Entre tanta gente yo te vi llegar
A partir de aquella primera mirada, Eunbi quedó hipnotizada. Las dos se observaban sin verguenza, sin bajar el rostro, jugueteando con sus miradas y traviesas sonrisas que salian de vez en cuando.
Al terminar la canción, la desconocida bajó del pequeño escenario entregandole su guitarra a una de las personas encargadas del show, y no lo pensó dos veces antes de acercarse a la chica que se encontraba sola en la barra.
Algo en el destino me hizo saludar
-Hola, soy Yerin -se presentó con una sonrisa dulce sentándose en el asiento libre justo al lado de Hwang.
Correspondió la sonrisa centrando su atención en la extraña de nombre Yerin. Debía admitir que era aún más hermosa de cerca.
-Hola. -devolvió el saludo sintiendo sus brazos hacer contacto. Era dificil negar que la contemporánea no le atraía. Desde que apreció sus ojos color café que había surgido cierto interes. -Soy Eunbi.
Te dije mi nombre y no sé dónde
Como con un beso me respondes
Existía química entre las individuas, no podía ocultarse. Hablaban y reian con fluides conociendo los datos básico de ambas.
Eunbi fue sincera hasta la parte donde debía decirle que era una estrella en Seúl.
Evidentemente Rin no la conocía y que la mayor de 23 años se interesara en ella, no por la fama, aumentó la fascinación de la artista.
Solo te importó que te tratara bien
Tú de 19 y yo de 23
Su charla se detuvo por única vez cuando una chica joven se acercó y tocó el hombro de la menor llamando su atención.
-Hola, ¿Puedo pedirte una foto? -preguntó. Lucia emocionada al hacer su pedido.
SinB, con azas amabilidad y una sonrisa, aceptó.
La chica sacó su celular y extendió su brazo para una selfie. Mientras estas dos se tomaban la foto, quién miraba extrañada la escena era Jung bebiendo lo último que quedaba de alcohol en su vaso.
Cuando la joven se marchó, la mayor no dudo en preguntar por simple curiosidad.
-¿Por qué te pidió una foto? -preguntó con gracia.
-No lo se, tal vez fue alguna apuesta. -respondió restandole importancia como si de una tontería se tratara y sonrió.
Las sonrisas eran contagiosas y, entre los tragos y las risas, ambas sabían que se gustaban.
-No creo que haya sido una apuesta, yo también te pediría una foto con lo linda que eres.
Y empecé mis planes para vernos otra vez
El comentario hizo reír a ambas y continuaron bebiendo.
Y si pudiera mostrarte
Que estando juntos ya no hay nada que falte
Cuando el bar ya estaba bastante vacío, evidentemente ya habían pasado varias horas. Ambas, sin importarles el tiempo, subieron al escenario y Yerin tomó su guitarra. Mientras una tocaba el instrumento, SinB tomó un micrófono y comenzó a cantar impresionando a la mayor.
Y que a pesar de la distancia te voy a querer
Solo tienes que saber
Saltaban, giraban, cantaban, gritaban, bailaban y acercaban sus cuerpos para sentirse lo más que podían. Disfrutaban la una de la otra y de la mágica experiencia que ocurría en su interior.
Que yo quisiera quedarme
Y aunque no debo, solo quiero llamarte
Lastimosamente, ni el tiempo ni las obligaciones se podían ignorar por mucho tiempo, mucho menos Hwang. Ella sabía que debía irse si no queria generar un escándalo, por eso, se aseguró que volvería a ver a la chica que la volvía loca.
Tomó el celular de Rin y escribió su número en el.
Que repitamos las historias una y otra vez, no sé
Al devolverlo, intencionalmente las dos buscaron que sus rostros se acercaran y al hacerlo estuvieron a punto de besarse. Tal vez no lo hicieron porque no era el momento, descartando el hecho de que si eliminaran 5 milimetros, sus labios estarían rozandose. Más allá de probar esos labios tentadores que habia mirado toda la noche, ambas sonrienron y aquella fue la señal de despedida.
Rin mordió su labio observando como la menor subía la escalera y desaparecía detrás de la puerta.
¿Cómo te pido que te enamores?
Los días siguientes a esa noche, decidieron no desaprovecharon el tiempo y el flujo de mensajes era constante entre las dos. No era incómodo, ni aburrido ya que su conexión había sido instantánea.
A pesar de haber regresado a la rutina, tener una apretada agenda y que Eunbi volviera a ser SinB, una parte de su memoria la mantenia al pendiente de los mensajes que recibía de Jung.
Mientras que Yerin, si bien no estaba tan ocupada como la menor, tenía su propia agenda claramente, y al igual que Eunbi, su mente se encargaba de recordar cada segundo que habia pasado con ella. Su belleza, su voz, su pelo, sus labios, su risa; todo había quedado plasmado en su memoria y solo pensaba en cuando recibiria un mensaje suyo.
Cinco días después, mientras SinB finalizaba una sesión de fotos, luego de agradecer a los camarógrafos, tomó su celular encontrando el mensaje que tanto ansiaba recibir.
Cuando al final no voy a estar cuando tú llores
La mayor había reunido todo su valor junto la necesidad de ver a la menor y envió un mensaje.
Un "¿Te busco?" acompañado de una imagen de ella con un casco en su cabeza.
Eunbi no dudo en aceptar la invitación, mucho menos si venía acompañada de aquella foto tan adorable.
¿Cómo te pido que te ilusiones?
Le dio la dirección de un parque como punto de encuentro, y cuando Rin llegó, lo hizo sobre una motocicleta cosa que no le molesto a la menor con tal de ir abrazada a la cintura de la otra.
Ambas se sonrieron y lo primero que hicieron fue buscar entrar en contacto con un cálido abrazo.
Eran extrañas que sentían que se conocían de toda la vida. Claramente en su interior sentían mucho más que un sinple abrazo de reencuentro de una amiga que te haces en un bar, hace cinco días.
Tal vez algo más las conectaba...
Lo segundo que paso fue que Jung le extendió un casco y levantó sus cejas divertida.
-Te tengo una sorpresa.
Eunbi se subió al vehículo de dos ruedas de la mayor y está aceleró proporcionandole la misma sensación de libertad que la menor sintió cuando conducía por aquella carretera.
Estando con Yerin sentía que flotaba y no recordarba la última vez que había experimentado aquellas emociones.
Aunque la artista no fuera muy apegada a las motocicletas, se sentía segura abrazada al cuerpo de la conductora.
Hwang sacó su celular del bolsillo de su chaqueta y estiró su brazo grabando a ambas en medio de su viaje.
-¿Qué haces? -preguntó entre risas la mayor.
-No quiero olvidar este momento. -respondió acurrudando su cabeza en la espalda ajena.
En todo el trayecto no pararon de hablar, eran inquietas y compartían la misma vibra infantil.
Llegaron hasta una parte muy pintoresca de la ciudad, todas las casas en esa zona estaban pintadas de un color diferente y las calles estaban adornadas como si fuera un carnaval.
Estaba bastante vacío, tal vez por la hora, pero la tranquilidad era un obsequió.
Tan solo Yerin y Eunbi.
Estacionaron y si querían pisar tierra no tenían mas opción que separarse. Aunque no quisieran, debían hacerlo.
Yerin cargó su pequeña mochila al hombro y, al principió tan solo recorrían con una charla algo timida y sonrisas robadas, pero la timidez no iba a ser un impedimento.
Al caminar, se podía divisar a varios metros un cartel fuera de una tienda que la menor no dejó pasar. Se debía a una tentadora publicidad de la imagen de un helado.
-¡Rinnie! Hay helados. -exclamó cual niña pequeña. -Entremos, por favor.
La ternura llenó el corazón de la mayor estando frente al puchero irresitible de Eunbi y al ruego innecesario ya que ella también quería uno.
-Estaba por decirte lo mismo.
-Entonces...-hizo una pausa y luego salió corriendo.- ¡La última paga los helados!
A pesar de que ya estaba a mitad de camino, su velocidad disminuyó al comenzar a reirse a carcajadas de la expresión de incredulidad de Yerin. Esta vio la oportunidad y corrió como si su vida dependiera de ello.
SinB, quien continuaba riéndose, ahora era quien cambiaba su expresión a una de asombro al ver con la velocidad que se acercaba Jung, y entró en pánico. Al primer paso que intentó apresurarse fracaso ya que tropezó y estuvo a punto de caer si no fuera porque, aunque parezca increible, Yerin llegó justo a tiempo para tirar de su brazo y tomar su espalda inclinandola en el vacío, tal y como en una película, pendiendo de su mano.
Sus rostros no estaban demasiado lejos y la sonrisa de Jung, quien acababa de ser su heroína, podía conquistar hasta un objeto inanimado.
Sus miradas volvieron a chocar por escasos segundos hasta que los ojos de la mayor bajaron hasta los labios ajenos.
Pero antes de que estuviera a punto de tomar la iniciativa, Eunbi interrumpió interfiriendo hasta con su propio deseo.
-¿Eres biónica o qué?.
La mayor frunció el ceño y negó con la comisura de su labio elevada formando el inicio de lo que parecía ser una sonrisa.
-Creo que esperaba más un "Gracias por no dejarme caer"
-Solo me tropece, tampoco iba a caer. -refutó.
-Entonces ahora si vas a caerte. -sin previó aviso amenazó con sacar la mano que sostenía a SinB. Esta lanzó un gritó agudo y sostuvo los hombros de la mayor, convirtirtiendo aquello en un abrazó.
-Esta bien, gracias, gracias. -repitió aferrada al cuerpo de su Unnie.
-Eso esta mejor. -rompió el abrazó. -De todas formas...¡La carrera no termina!
Y se largo a correr intentando ser alcanzada por Hwang que aunque hizo su mejor esfuerzo, fue derrotada por el sucio juego de la de piel blanca.
Al final SinB tuvo que cumplir y compró ambos helados.
Luego de salir de la tienda, continuaron el recorrido sabiendo que aún faltaba algo por hacer. Mientras caminaban disfrutando de sus helados, la mano de Eunbi buscó con delicadeza la mano de Yerin.
Al principió fue un sutil roce hasta conocer la ubicación de la mano ajena, y cuando estuvo segura, comenzó a extender sus dedos tanteando suavemente la piel. Rin captó el mensaje y con gusto abrió su palma para darle lugar a la contraria.
Y recortar nuestra distancia con canciones.
Tiempo después de haber acabado sus helados, la mayor recordó lo que llevaba en su mochila.
-Te tengo otra una sorpresa. -se detuvo para sacarla de su espalda bajo la curiosa mirada de la otra.
Introdujo su mano y sacó una cámara de fotos. Esto provocó una amplia sonrisa en el rostro de Hwang.
-Lo recordaste. -dijo conmovida con el detalle que Yerin había tenido con ella.
-Imposible olvidar algo que de trate de ti. -respondió bajando su mirada sintiendose timida de repente, pero al instante la regreso a su lugar.
-Ademas, no solo la traje porque recuerdo cuando me hablaste de tu amor por la fotografía, sino porque también quiero cumplir algo que dije la noche en que te conocí.
No esperó a una respuesta por parte de la otra cuando la abrazó por cintura, colocando sus labios en la mejilla ajena y elevando su mano con la cámara para tomar la foto.
Aquella foto que dijo que desearia tomarse con la belleza del calibre de Eunbi.
A duras penas la menor llegó a sonreír e ignorar la sensación de hormigueo sobre su mejilla la cuál, posiblemente, se encontrara teñida de tono rosáceo.
¿Cómo te pido? Si al final no voy a estar
Cuando de ti me enamore
Cuando de ti me enamore, uh
Más allá de aquella sorpresiva acción, SinB, quien tenía su corazón exaltado, tomó la cámara y entre risitas colocó a la mayor contra una pared para tomarle una foto tan solo a ella.
Y entre foto y foto, en un abrir y cerrar de ojos, ni siquiera ellas sabían como habían acabado así; Eunbi recostada sobre un muro y Yerin con un brazo a un lado de ella, sin mencionar que sus bocas, con grandes sonrisas en ellas, se volvían a ver en la misma situación de cortos centímetros que suplicaban ser eliminados. Estaban tan absorbidas en los ojos de la contraría que hasta la intensidad de sus más profundos deseos era palpable, y uno de ellos por poco no estaba escrito en el cielo de la evidencia que emanaba.
Probar sus labios.
Y Yerin lo volvio a intentar. Se acercó con lentitud hasta la boca tentadora de la menor, pero esta volvió a evitar que sucediera. Salió caminando como si nada dejándola detrás, aún sobre la pared y muy confundida.
¿Por que Eunbi no dejaba que sucediera? Rin percibía deseo, no rechazo y por esa única razon no dejaría de intentar aunque no comprendíera las actitudes de SinB. A menos que estuviera intentando aumentar la tensión sexual entre ambas y luego explotar.
Era un buen plan.
Dejando pasar lo sucedido, volvieron con sus juegos. Continuaron tomandose fotos y a eso sumandole el jugueteo de dos niñas por las calles vacías de aquel pintoresco lugar.
Aunque tan vacío no estaba.
En el momento en que Yerin tomo la cámara para examinar las fotos, la menor se alejo de su lado, y aunque optó por no levantar su mirada podía escuchar voces exaltadas. Ya extrañada, decidió darle fin a su curiosidad y al mirar volvio a encontrarse con una singular escena.
Nuevamente, Eunbi se encontraba tomandose una selfies con lo que parecia una pareja.
Recuerdo todo lo que te gustaba
Y tu camisa que llega a los pies
Rin rascó su cabeza totalmente desentendida de la situación. Esperó hasta que la chica regresara y una sonrisa involuntaria se desprendió de sus labios mientras que la miraba acercarse. Luego procedió a preguntar.
-¿Otra foto?
-Si -asintió colocando una expresión de desconcierto. -Tal vez sea una tonta tendencia, no le des importancia.
Esa carita cuando te cantaba por primera vez
Me llevo todo y no me llevo nada.
-¿Y si dejamos este lugar? Puedo llevarte a uno donde seguro no te pedirán fotos.
Sin ti no hay nada, todo te dejé
Sé que es muy pronto para estas palabras, pero las tiré
Sin siquieta dudarlo, Hwang mostró una brillante sonrisa coqueta que acompañaba su asentimiento.
Corrieron hasta la motocicleta y Yerin se encargó de ponerle el casco a la contemporánea. Subieron al vehículo y la mayor comenzó a conducir hasta un destino aún desconocido para Eunbi.
Cada vez que ambas se encontraban así, con sus cuerpos unidos lanzando risas espontáneas al aire, eran capaces de sentir paz en su interior.
La moto se detuvo luego de algunos minutos de viaje. Se habían detenido en una estación de trenes aparentemente abandonada pero lo suficientemente decente para ser visitada por las personas.
Como tu mano y mi mano en la noche no sienten frío
Bajaron y al principio caminaron por fuera del lugar, tomadas de las manos con sus dedos entrelazados.
Recorrieron un sector lleno de contenedores gigantes repletos de grafitis y treparon los vagones de unos trenes llegando hasta el techo de estos.
Continuaron creando su propio mundo dentro de aquel lugar desolado que ofrecía la privacidad que tanto necesitaban.
El cuerpo y alma de Eunbi se hallaban allí, en ese micro universo que había creado con Yerin y no quería salir de el. Aún así, miro su celular por primera vez desde que se reunió con Yerin solo para controlar la hora, y se encontró miles de mensajes de su mánager, su padre.
Muchos solo le recordaban sus responsabilidades y el hecho que a día siguiente tendría un concierto, que debía ensayar y descansar.
Pero la mejor manera de descansar era estar con Yerin, con aquella chica desconocida se sentía más segura que en su propio entorno. Sonrió mientras bloqueaba su celular, olvidando nuevamente sus obligaciones que la perseguían, y comenzó a buscar a la chica de tez muy blanca.
Cuando la encontró, está estaba de espalda pintando con una lata de aerosol sobre una pared junto a otros grafitis.
-¿Qué estas haciendo?
-Encontre una lata de pintura. Ya verás.
La menor, intrigada por los trazos que dibujaba la contemporánea, se acercó hasta ella y atraída por la espalda a la que ya había abrazado dos veces sobre la moto; volvió a hacerlo pero de manera más sutil, tomando por sorpresa a Yerin al sentir el cuerpo completo de Hwang pegado al de ella con sus brazos al rededor de su cintura.
Poco tiempo después, en un cómodo y apacible silencio, Yerin anunció que había terminado su obra de arte. La chica que estaba detrás de ella, observó lo que estaba escrito y sonrió.
Había escrito la palabra "Eunbi" en una letra bonita dentro de un gran corazón, con otros corazones más pequeños rodeando su nombre.
-Es hermoso.
Comentó SinB cambiando su posición para poder mirar de frente a la mayor. Ambas con sus ojos fijos en la otra y respiraciones tranquilas pero intensas. De repente, la menor bajó su mirada tentanda a besar los labios de Jung y por poco lo hace, de no ser porque esta tomo su mano y comenzó a guiarla hacia otro sitio.
Sin ti las horas se pasan, pero con días vacíos
Como en Marbella las olas, tú estabas bella y a solas
Se adentraron a un lugar bastante oscuro y con las linternas de sus celulares comenzaron a explorar un poco del lugar.
Recorrieron varios vagones entre risas mientras Yerin cargaba en su espalda a SinB. Cantaban con pasión, se brindaban varias miradas que decían más que mil palabras y algunos roces ya comenzaban a quemar sus pieles.
Y yo te extraño y te extraño, pero te llamo y lo olvido
Se sentaron en los asientos internos del vagón y colocaron el celular entre medio para que alumbrara lo suficiente y así ver sus rostros.
De esta manera y en completo silencio, algo dentro de ellas perdió el control y como si hubiesen tenido la misma idea en el mismo momento, Yerin tomó a SinB de sus brazos ayudándola a colocarse a horcajadas sobre ella.
Se miraron brevemente y chocaron sus labios, sellando así, los sentimientos mutuos que existían.
Se movieron en un compás lento y dulce, pero en algún punto denotaba lo desesperadas que se encontraban por acabar con la distancia.
El beso acabó allí, no sucedió nada más a pesar de la situación y con aún más regocijo en su interior, continuaron con la aventura de aquel día.
Como te quiero y te quiero, pero este amor ya no es mío.
Subieron alegres a su vehículo proporcionador de tantos momentos mágicos y regresaron por la carretera para llegar a su próximo destino que ambas habían elegido.
La playa.
Aquel lugar pacifico, donde sus cuerpos eran golpeados por los rayos del sol y el calor era suavizado con la corriente de aire fresco proveniente del mar. El sonido de sus olas acompañado de los pájaros, deleitaba sus sentidos auditivos y las pieles de sus manos en contacto más la arena entre sus pies descalzos era una de las mejores sensaciones.
Subieron hacia unas rocas que creaban una especie de límite entre el agua y la arena para volver a mirarse como lo hicieron dentro del vagón del tren.
La menor posicionaba sus manos sobre los hombros ajenos y Jung tenia una de sus manos acercando la cintura de Hwang mientras que la otra acomodaba su sedoso cabello.
Se miraban con ternura, con chispas que salían de sus ojos al contemplarse la una a la otra y una sonrisa que decía, en silencio, sus más profundos anhelos.
Sus bocas se unieron con delicadeza, bailando entre ellas a un ritmo suave y cariñoso, desprendiendo la quimica en sus cuerpos cercanos.
Sé que tu boca y mi boca cuando se juntan hay lío
Perdieron la noción del tiempo allí, ni siquiera les preocupaba. Solo estaban juntas, caminando por la orilla del mar tomadas de las manos y eso era lo más importante.
Y para continuar su travesía, Eunbi fue quien decidió llevar a Rin hacia otra parte.
Como lo habían hecho varias veces en aquel día tan especial, subieron a su vehículo y la menor fue quien guió a la conductora hasta destino.
Cuando se detuvieron, estaban en plena ciudad siendo el lugar más concurrido en el que habían estado. Entraron a un estacionamiento, donde el nivel de personas había quedado considerablemente reducido.
Luego de estacionar, SinB tomó la mano de la contemporánea y la llevó hacia una puerta, lo único que podía encontrarse en ese espacio recondito de la ciudad.
No importaba el letrero de "Solo personal autorizado", Hwang tiro de la puerta y al asegurarse que estaba abierta, ambas ingresaron a lo que parecía un pasillo oscuro.
Caminaron por el hasta otra puerta y al ser abierta, llegaron por fin al destino.
-¿Un teatro? -preguntó Jung con una sonrisa divertida. -¿Como sabias que estaría abierta?
-Tengo amigos aquí.
Falso. Ese teatro era al que más había asistido al principio de su carrera.
Al conocer muy bien el lugar, corrió por unas escaleras hasta llegar al panel central y únicamente encendió las luces del escenario.
Lo iluminó con luces tenues dando un ambiente romántico. Paso siguiente, corrió hasta el escenario y subió a este.
Le extendió su mano a la chica que le gustaba, bajó su atenta mirada y esta acepto sin dudar, subiendo junto a ella.
SinB se acercó lo suficiente para dejar un corto beso sobre los labios ajenos, pero la duración se extendió una vez que la mayor la tomará por sus mejillas reteniendola en el lugar.
Acabaron con una sonrisa y Hwang corrió hasta detrás del escenario. Cuando regresó, lo hizo sonriente y con una guitarra en sus manos, la cuál, se la entregó a la mayor.
-¿Tienes algo en mente? -preguntó Eunbi
Cómo quisiera quedarme, pero ahora no estás conmigo
Yerin la miro a los ojos y luego observo la guitarra en sus manos para luego desprender una sonrisa de sus labios.
-Claro que si.
Y sin esperar un segundo más, comenzó a tocar los acordes de una canción que ella misma había estado componiendo. La letra y los acordes estaban completos, y todo estaba dirigido a la menor, quien había sido su inspiración.
Al principió, la protagonista de la canción se encontraba perpleja en su lugar escuchando las primeras estrofas, pero bastó que su mirada chocará contra la de Jung para que se dejara llevar con la dulce melodía.
Se movían por el espacio como dos almas en una sola, tal vez conociendo por primera vez la sensación de genuina felicidad.
Y continuaron así hasta que la cancion llegó a su final, cuando sus cuerpos solo eran separados por la guitarra colgando del cuello de Rin. Sus labios se volvieron encontrar ansiosos con un choque explosivo y fogoso.
-¿Podemos ir a otra parte? -preguntó Eunbi con su respiración agitada.
Yerin asintió sonriente.
Siempre la vida se pasa, pero no pasa contigo
Salieron corriendo de allí tomadas de las manos hasta la motocicleta.
El sol se estaba poniendo, contando las pocas horas que le quedaban al día. Su utopía se veía teñida por un suave color anaranjado y rosado difuminandose por el cielo, con las estrellas haciéndose visibles poco a poco.
¿Cómo te pido que te enamores?
Entraron al departamento de Yerin en un beso que pareciera no tener final. No se detenían por más difícil que fuera ingresar o caminar por el pequeño espacio hasta la cama, sin chocar con lo que estuviese a su paso. Pero aquella era la parte más fácil, lo más complejo definitivamente había sido abrir la puerta.
Tiraron sus pertenencias al piso mientras caminan a ciegas por el espacio.
Cada vez que chocaban con algún mueble, las risas se hacían presentes y comenzaron a ayudarse a eliminar las prendas molestas.
Yerin comenzó sacando su chaqueta para que luego, la menor, tomara del borde de su remera y tirara de esta hacia arriba dejándola en sostén.
La mayor tomó los muslos de Hwang y la impulso para que esta envolviera sus piernas en su cadera. Chocaron contra una pared y continuaron el beso que se tornaba más salvaje segundo a segundo, mientras la que era presionada por la pared llenaba sus dedos con el cabello de la contemporánea.
Salieron de allí y se aproximaron a la cama. Jung dejó en el piso a la menor y sacó su blusa antes de que esta cayera sentada sobre el colchón. Ni siquiera se habían molestado en encender la luz, una ventana con la iluminación lunar era suficiente para ellas que ya estaban posicionadas una sobre la otra.
El calor del lugar aumentaba velozmente mientras que sus cuerpos ya se quemaban entre sí. SinB se despidió de su short y la mayor la ayudó a deshacerse de él para luego continuar con sus propios Jeans.
Cuando al final no voy a estar cuando tú llores
Y entre la pasión, las caricias, besos y risas, pasaron toda la noche juntas, abrazadas bajó las sábanas, olvidando por completo el mundo exterior.
Al día siguiente, despertaron juntas y no se molestaron en separarse. Por cada minuto que pasaba era más difícil tomar la decisión de alejarse y continuar con sus rutinas, y solo se dejaron llevar por lo que más les daba felicidad.
Desayunaron juntas y luego salieron del departamento hacia el bar donde se conocieron por primera vez. Aquel lugar con el que Yerin tenía un pequeño contrato para tocar con su guitarra, mientras seguía su aspiración más grande. Ella deseaba convertirse en una verdadera y gran cantante.
Llegaron al lugar, se sentaron en una mesa y compartieron una charla amena tomadas de las manos. A veces tan solo se observaban en silencio pensando en cómo habían llegado hasta ese momento y sintiéndose las chicas más afortunadas del mundo.
¿Cómo te pido que te ilusiones?
-Voy a buscar unas bebidas. -avisó Rin saliendo de la mesa.
Mientras el chico amable de la barra tomaba su pedido, subió el volumen de la pequeña televisión que tenía a su lado lo que captó la atención de Jung.
En la pantalla estaba la cara de Eunbi. Debajo la palabra "desaparecida" y junto a ella la periodista hablando de la reciente desaparición de la artista "SinB".
"Su próximo concierto puede ser cancelado" decía la mujer en su escritorio.
Y recortar nuestra distancia con canciones
Yerin volteo a mirar a "SinB" incrédula, intentando entender lo que sucedía. Mientras tanto, la chica famosa solo expresaba preocupación. Pero se sentia aún peor por Rin.
Y en el instante que se colocó de pie comenzaron a escucharse muchas voces.
¿Cómo te pido? Si al final no voy a estar
-¡La vimos entrar aquí!
Se escucho el grito de un hombre para luego ver una horda de gente entrar al bar y rodearla. Todo pasó tan rápido que la menor no tuvo tiempo de hacer nada, solo podia intentar encontrar a Yerin entre la cantidad de gente que la avasallaba, en el centro.
Los periodistas y los fans alertaron de su posición. En poco tiempo ya estaban fuera del lugar su mánager, seguridad y aún más fanáticos.
Ese día, luego de recibir el regaño más grande de su vida por su padre, reprochandole que como su progenitor estaba sumamente preocupado por su bienestar, y como mánager, estaba en la obligación de decirle que debería darle vergüenza el desaparecer de la faz de la tierra, dejando su carrera por la que tanto había luchado, solo por una chica. Decidieron que el concierto iba a ser cancelado y pospuesto para el día siguiente.
Ese día volvió a su vida habitual pero con dos guardias detrás de ella, por si acaso, quería volver a escapar. Práctico por largas horas intentando olvidar que nunca había podido despedirse de Jung.
La extrañaba y necesitaba hablar con ella, pero cada vez que la llamaba está solo rechazaba la llamada.
El día siguiente, horas antes de su show, continuó enviando mensajes y llamando a la mayor desde su camerino.
Suspiró frente al espejo y observó su celular con un fondo de pantalla de Rin junto a ella. Y en su momento de melancolía, una idea genial llegó a su mente.
Cuando de ti me enamore (Tú de 19 y yo de 23)
Organizó todo para enviarle un regalo a Yerin al bar donde estaba segura que ella se encontraría, y luego solo le quedaba esperar a que funcionara.
Tenía esperanzas en que las entradas y el pase vip a su concierto, funcionará como incentivo y así volver a verse.
Las horas volaron y para cuando Eunbi se dio cuenta, el concierto estaba por comenzar, estaba a pocos segundos de subir al escenario.
1...2...3...
La música comenzó. Lss luces bajaron y se encendieron sorpresivamente cuando Eunbi subía en una plataforma con una gran sonrisa.
Dio inicio al show con una presentación inigualable, como cada performance suya.
Estaba a mitad de la coreografia de la cuarta canción de esa noche. Dejaba todo su esfuerzo, sudor y talento sobre el escenario, incluso todas las emociones que había vivido junto a Yerin.
Y en aquel instante, mientras bailaba con una sonrisa dirigida al público, su corazón dio un pálpito diferente al ritmo agitado que llevaba y su cabeza volteó hacia el detrás de escena encontrándose con ella.
Rin estaba allí, observandola desde un costado con una brillante y hermosa sonrisa, tal vez la más hermosa que alguna vez había visto.
Cuando de ti me enamore (Tú de 19 y yo de 23)
Sin detenerse un segundo como la profesional que era, le dedicó una sonrisa y continuó con su trabajo.
Cuando el concierto llegó a su fin, Eunbi salió por el mismo lado en el que había estado Yerin pero solo la estaban esperando allí seguridad y su mánager para dirigirse hacia la parte donde firmaría los autógrafos.
Y aunque yo esté en otra parte
La tranquilidad volvió a su cuerpo cuando, luego de caminar por un gran pasillo oscuro, Yerin estaba al final de el esperandola.
Soy más feliz porque yo pude encontrarte
Ni siquiera lo dudaron y unieron sus cuerpos en un fuerte abrazo. Era un reencuentro o la despedida que no habían logrado concretar el día anterior, pero solo sabían que estar juntas era lo que llenaría de paz sus corazones.
Al poco tiempo debieron separarse ya que las demás personas que tenían su pase Vip, comenzaron a llegar pidiendo autógrafos.
Y aunque no tenga la certeza de volverte a ver
Sus cuerpos se alejaron cada vez más hasta el punto de que Yerin quedara totalmente fuera de círculo.
La mayor sonrio aceptando que era su momento de irse y solo dio media vuelta comenzando a caminar.
Es tuya esta canción
Y mientras ella se iba, Eunbi la miraba alejarse sin poder dejar de firmaba autógrafos al mismo tiempo que la llevaban hacía otro sitió.
Recuérdame.
《●●●》
El camerino.
Otra vez allí, mientras se quitaba el vestuario y se preparaba para irse del lugar. Se sentó frente al espejo por unos segundos hasta que notó en la mesa, sobre los maquillajes, un papel doblado en dos.
Con intriga tomó ese papel y al abrirlo descubrió que era de Yerin. Se titulaba "Eunbi" y era una canción que Rin le habia compuesto, la misma que tocó en el teatro. Toda la letra estaba allí.
《●●●》
Días más tarde, la artista estaba en un estudio de grabación dentro de un cuarto a punto de grabar su nueva canción.
La canción que Yerin le había escrito...
Y una vez estuvo todo preparado, solo comenzó a cantar.
-Entre tanta gente yo te vi llegar, algo en el destino me hizo saludar. Te dije mi nombre y no se donde, como con un beso me respondes...
《Fin》
Buenas mis bombones asesinos.
F por el yatrini vieron, pero este one shot lo empece el año pasado y lo deje por la mitad. Hace unos días lo encontré y como estaba bueno dije "Chau, yo lo voy a terminar".
Entonces bueno, hasta el año pasado se me había ocurrido seguir con "Oye", pero como estos cortaron yo no se si sacaran tercera parte y bueno, este one shot quedará hasta aca.
Imaginen un lindo final ahre.
Si alguien leyó esto hasta acá, la verdad es que te felicito ah. Perdón si hay algún error, lo releí 20 veces pero siempre queda algo.
Bueno nada, nos vemos cuando me inspire para actualizar las otras historias.
Hasta la próxima.
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