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Estaba tranquilo ahora que había escuchado la puerta de la habitación a su lado ser cerrada, aquello le hacia saber que de quien se escondía ya estaba fuera de su rango.

Sintió su estomago rugír y lo sobó delicadamente, no había comido por los nervios.

Se levanto de su cama, se puso sus sandalias y camino a paso lento a la puerta de su habitación.

Salió sin hacer rudio para evitar alertar al hombre. Bajo con lentitud a la cocina encontrandose ahí a un JiMin agitado con una mano en su pecho.

—¿JiMin?, ¿Qué ocurre?

—El señor Jung estuvo aquí... pero tranquilo, no me hizo nada, no puede.

—¿Co-cómo esta eso de que no puede?

—Ha estado "enamorado" de mi hace años... me dijo que nunca me tocaría sin mi concentimiento, pero que no por profesarme amor se abstendría de tocar a otros. Por eso te dije que te encerraras y no salieras de la habitación.

—Ouh... pero y ¿entonces por qué estas así de agitado? ¿Qué te hizo?

—Lo... lo besé, me avergüenza admitirlo, pero, siempre he sentido cosas por él.

—¿Y por qué nunca lo han... intentado?

—Sabes a lo que se dedica el señor Jeon... si las cosas no saliesen bien, puedo terminar mal, y tengo una familia a la cual cuidar, no es tan facíl como renunciar e irme, el señor Jeon nos tiene siempre en la mira para que no hablemos sobre su doble vida.

—JiMin, si te gusta y le gustas que más da intentar algo, aparte si terminan no tiene porque mandarte a matar si no lo engañas.

—¿Cre-crees?

—Si, bueno, mi idea del amor es limitada puesto que ni siquiera mis padres me amaron... y estuve 6 años encerrado en un prostíbulo. Solo puedo decir, que, el que no arriesga no gana. Yo me arriesgare.

—¿Arriesgarte a qué?

—Digo, yo me arriesgaría. Oye JiMin... ¿no habrá algo que pueda comer?, tengo hambre.

—Te prepararé algo, dame tiempo, si quieres sube a tu habitación. Sería malo para ti si HoSeok te ve aquí.

TaeHyung asintió y salió para subir las escaleras, abrió la puerta de su cuarto y escucho y "Mgh", miro hacía su lado derecho viendo ahí parado frente a la puerta del otro cuarto al castaño.

—Así que eres tú a quien mi hermano le sedió el cuarto, quizá te aparto para mi... es tan considerado mi hermano mayor.

TaeHyung se adentro con rapidez al cuarto cerrando la puerta en el proceso, pero un pie obstruyó su intentó y siendo inútil su fuerza ante la contaria con brutalidad esta fue abierta empujandolo.

Aquel hombre de ojos cafés lo miraba deseoso, pues TaeHyung era una piedra preciosa que deseaba poseer esa noche.

Cerro la puerta tras de sí y con una sonrisa ladina se acercó al peligris quien retrocedía asustado, no quería ser tocado por alguien más que no sea el pelinegro.

—Discu...disculpe señor Jung... por favor, sal...salga de mi cuarto.

—Para ser honesto lo que tu me pidas no me importa en lo más mínimo.

Y sin decir más se lanzó a los labios del peligris tomandolo con fuerza de la cintura y buscando besarlo con impaciencia.

Mientras el menor usaba sus manos buscando alejarlo en un inútil intento, frustrado comenzó a mover su rostro buscando alejar los labios del contario de los propios.

Había sido entrenado para seguir ordenes, servir a los que lo compraban, complacerlos y darles todo lo que el podia ofrecer. Y su dueño ahora era JungKook por ende su deber era solo servirlo, obedecerlo y satisfacerlo a él y a nadie más.

Como pudo se libero del agarre que le era impuesto empujando con la poca fuerza que había conseguido.

—No me gusta cuando se ponen difíciles—Dijo molestó acercandose al menor ejerciendo presión en sus muñecas y llevandolo con brusquedad a la cama, donde comenzó a jalonear la pijama del contrario buscando quitarsela mientras TaeHyung se retorcia en su lugar buscando escapatoría consiguendo proporcionar un fuerte golpe en los genitales del mayor, quien adolorido y molesto lo empujo lejos de la cama ocacionando que el peligris se diese un brutal golpe con la esquina del buro.

Cayó al suelo y se arrodillo en quejas tocando su frente de la cual ya escurría un hilo de la escarlata sangre.

HoSeok se reincorporó bajando de la cama para sostener la mano de TaeHyung y arrastrarlo nuevamente a la cama.

—No me importa si me debo coger a un cadaver. De que te folló, te folló.

Un estruendo se escucho de tras de ambos, HoSeok volteó un tanto sorprendido, pues en la puerta yacía un sudoroso y agitado JungKook mirandolo de manera amenazante.

—Suelta a mi chico.

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