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Sus días habían comenzado con tranquilidad en esa casa. Casi no miraba a JungKook y era bien atendido por todos ahí.

Se sentía como el dueño, pues apenas pedía una cosa en menos de 1 minuto lo tenía.

Era agradable ello, no tener que mantener la incertidumbre de saber si esa noche será comprado, en cambio solo se debía dedicar a vivir, su nueva vida.

La puerta principal fue abierta y cerrada con rudeza, volteó su mirada rápidamente encontrandolo ahí, llegando furioso.

Camino al despacho y antes de cerrar la puerta escucho.

—Tráeme un vaso con whisky, ya.

TaeHyung sabiendo que se lo decía a él corrió a la cocina y tomó el whisky sirviendolo en el vaso.

Camino hacía el despacho y toco la puerta esperando ser atendido.

Al escuchar un, "entra" abrió la puerta y caminó hacía el interior.

El pelinegro yacía parado junto a la gran ventana, se acercó a él entregándole el vaso. El mayor lo tomó bebiendo de el.

—¿Esto que?—Preguntó en un tono despectivo volteando a ver a TaeHyung—¡¿Esto que?!

Se sobresalto al ver el vaso caer al suelo y romperse en pedazos para después ser tomado de la parte trasera de su cuello y ser obligado a arrodillarse.

—¿Dónde están los putos hielos?

—L-lo siento, l-los olvi-olvide.

—Recoge eso y largate de mi vista.

TaeHyung tenso comenzó a recoger cada trozo de vidrio con las manos templando ocasionando más de un pequeño corte en ellas.

Corrió a la cocina tirando estos en la basura y tomando un trapo para limpiar el líquido que había quedado exparcido en el piso.

Entro con miedo y comenzó a limpiar este para después salir y subir a su habitación en cerrándose en esta aún sintiéndose presa del miedo que le había causado.

Le costaba trabajo acostumbrarse a el cambio repentino de su vida.

Pues, las pocas veces que veía a JungKook, siempre estaba de malas y siempre se desquitaba con él, causandole un miedo inmenso.

—¡Maldita sea!, ¡Ven acá inútil!

Ese era su llamado. Bajo a paso apresurado buscando no hacerlo enojar por tardar y un fuerte golpe en su estomago fue lo que recibió al estar en la planta baja.

Cayó al suelo sin aliento.

—¡Ves esto!, ¡Lo ves!

Levantó la mirada viendo un pequeño pedazo de vidrio incrustado en la pantunfla del mayor, asintió temeroso.

—Casi me corta por tu culpa, ¿qué no sabes limpiar bien?

TaeHyung al recuperar el aire se paro realizando varias reverencias pidiendo perdón con lágrimas en los ojos.

—L-lo siento, JungKook, no volverá a pasar.

Su libertad de aquel lugar, se había convertido en una prisión más.

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Ahora estaba en su baño revisando el hematoma que se había creado en su abdomen.

Comenzó a aplicar la pomada que JiMin, uno de los sirvientes le había entregado para su golpe.

Se quejo con cada toque que se daba, pues el dolor que sentía era latente y el golpe había sido reciente.

Escucho la puerta de su cuarto abrirse y acomodó su playera saliendo del baño, viendo ahí al pelinegro, quien se acercó a él, besándolo con fuerza y comenzando a quitar su pantalón, fue tiradolo a la cama cayendo boca abajo.

TaeHyung cerró los ojos con fuerza y tomó una almohada para apretarla.

Sintió al pelinegro dentro suyo y moviéndose bruscamente, causandole dolor y un extraño placer.

Comenzó a gemir y quejarse, mientras el mayor apretaba sus caderas con rudeza y seguía moviéndose dentro de él.

Sintiéndose extraño llego a un orgasmo placentero, era la primera vez que tenia uno, y se sentía sucio por las condiciones en las que lo tenía.

Era abusado por un hombre que lo compro en un prostíbulo.

Sintió su interior ser llenado y se deslizó débil al suelo cayendo sentado mientras de su entrada escurría el semen.

Vio a JungKook acomodarse el pantalón y abrir la puerta.

—Báñate y baja a comer.

TaeHyung se levantó sintiéndo sus piernas como gelatina y caminó hacia el baño, entró a la regadera y dejo el agua caer por su cuerpo.

—¿Qué diablos fue eso?

Se cuestionó sintiéndose extraño por el abrumador placer que sintió.

Era la primera vez que había tenido un orgasmo, era la primera vez que había sentido placer, y le avergonzaba admitirlo, pues había sido tocado sin su consentimiento, pero la fuerza con la que lo tomó le había hecho sentir una extraña excitación.

Se comenzó a tallar y limpiar bien su entrada, miro sus caderas marcadas con las manos contrarias.

Se sentía extrañamente bien con ellas.

Se estaba volviendo loco, si, así era, estaba completamente desquiciado.

Salió del baño enredado en una toalla y caminó para vestirse rápidamente, y salir con dirección a el comedor.

Donde ya estaba JungKook sentado esperándolo.

—Tardaste.

—Perdón, me apresure lo más que pude.

—Escúchame, necesito un subas a cambiarte, saldremos a una reunión importante y debes comenzar a conocer tu nuevo mundo.

—Si...

—Entonces come, la reunión es en 2 horas.

Su nuevo mundo, ¿que no era actor?

Ahora creía que él aparte de socio del señor Oh, y actor. Andaba en un mundo muy distinto.

Y claro, no cualquiera tiene 300,000,000 dólares en la tarjeta.

¿Quién era realmente Jeon JungKook?

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