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El aire acariciaba su mano que yacía fuera de la ventana, la ciudad era grandísima tenía tanto tiempo que no la apreciaba, ahora era tan distinta, más moderna. 

El automóvil se paró justo en un enorme edificio, edificio que observo boquiabierto una vez que bajo de la limosina tomando de la mano a JungKook. 

—¿Dónde estamos?—Preguntó mientras avanzaba hacía el interior.

Miro un colorido texto que decia COEX Aquiarium, y miro a JungKook con una palpable emoción.

—Ahora lo ves.

—¿Es... es un acuario real?

—Por supuesto, y es el más grande de Corea, con más de 40,000 especies.

—Dios... ¡Pues que esperamos!—Dijo sin tardar un solo segundo en tomar la mano de su mayor y adentrarse con prisa al lugar.

JungKook rió y se dejó llevar por el peligris quien emocionado no jalaba.

Había una infinidad de especies marinas en ese lugar, pero el permanecía viendo aquellas medusas que cambiaban de color una y otra vez, alumbrando el pequeño cuarto oscuro con su brillante naturaleza.

Estaba encantado en aquel lugar, mientras JungKook lo miraba con una sonrisa satisfecha a lo lejos.

De las cosas buenas que había hecho en su vida, llevar a TaeHyung a ese acuario creía que era la mejor de todas.

Esa sonrisa pagaría millones por verla seguido, quien diría que se estaría enamorado de ese castaño.

Jeon JungKook quien solo buscaba diversión, consiguió a una persona que lo satisfasiera siempre que quisiera y ahora tocarlo le ponía nervioso.

Que cambio tan drástico, hasta para él mismo, que en su vida solo había amado a alguien, a su pequeño sobrino, y a su hermano.

Ahora se sentía completamente perdido por ese pequeño peligris al que se le alumbraban sus ojos en azul y violeta con forme las medusas nadaban y cambiaban su color.

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—Una agua, por favor—Dijo con una leve sonrisa y una voz dulce.

Aquella muchacha castaña asintió saliendo del camerino hacía.

Después de el bonito momento con TaeHyung en el acuario habían decidido ir a comer a un restaurante lujoso de comida Tailandesa.

A ese punto le era imposible olvidar el brillo en los ojos del peligris, aquel brillo que demostraba asombro y emoción al entrar al bello lugar.

—Señor Jeon, entrará a escena en 10 minutos.

JungKook asintió con una dulce sonrisa y miro el folleto en sus manos, leyendo de nueva cuenta sus diálogos.

Diálogos que no podía seguir claramente al tener aún presente al menor.

Se sentía totalmente perdido, eso no era algo normal en él.

Estaba claro que ante la gente de su trabajo como actor y ante él público guardaba una imagen adorable y amable, pero en su casa era una persona distinta, y ahora solo le daban ganas de sonreírle a todos sus empleados y darles el día libre para tener la casa sola con TaeHyung y disfrutar de una noche de películas acompañados de golosinas y palomitas.

Miro como le señalaban que era su turno y asintió dejando el folleto a un lado y acomodando su audicular de un tamaño casi imperceptible.

Ahora corría para tomar la mano se aquella castaña dramáticamente y le procesaba un amor de K-drama, cuando escucho las líneas de su compañera su mente se disipó.

—Te amo, MinSan, pero no puedo estar contigo, no puedo porque el mundo que te rodea me hace peligrar, no solo a mi, si no a ti. Prefiero vivir con tu recuerdo, a morir por tus adversarios.

En ese punto JungKook se preguntaba dos cosas.

1.- ¿Era conveniente interpretar el papel de un narcotraficante siendo uno en realidad?

2.- ¿Su vida secreta, era buena para TaeHyung?

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—Solo acéptame una salida, dame una oportunidad.

—HoSeok, muévete por favor, necesito salir.

—No, no me moveré hasta que me digas que aceptas una salida conmigo y... espera, ¿a dónde vas así vestido?

—Muévete, Jung, necesito salir.

—Te hice una pregunta, ¿a dónde vas así?

—Saldrá conmigo, ¿algún problema Jung?

HoSeok apretó sus puños al mirar a Min YoonGi nuevamente de pie en el marco de la entrada, vestido con un traje azul, mientras JiMin portaba un traje beige más femenino.

—¿Puedes soltar la muñeca de mi cita?

HoSeok soltó el agarré de JiMin y miro a YoonGi desafiante.

—No saldrás con él a ningún lado.

—Han pasado... 2 semanas desde que le pedí su número y han sido—Miro sus manos contando con sus dedos para que HoSeok mirara esto— 6 veces, en esas 2 semanas que hemos salido a una cita.

HoSeok lo miro ladino y con el señor fruncido, ¿tantas veces había salido JiMin con él?

—Sin contar que ya van 3 veces, que termino en su cama—Le dijo esta vez JiMin dándole un gran golpe a HoSeok en el pecho.

—Ah, HoSeok deja de interferir conmigo y mi pareja, pero tranquilo, pronto saldrá de esta casa.

YoonGi tomó la mano de JiMin y salieron de la cocina con una sonrisa.

—Es cierto que he terminado ya varias veces en tu cama, Yoonie, pero... no soy tu pareja, y con ello—Dijo mirándolo fijamente—Ya te estas tardando.

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