10
Minutos después de silencio dónde solo se oían los sollozos y el movimiento del agua, la tailandesa se dio cuenta del estado del bote y que al estar volteado no iba a resistir mucho.
—Oigan, les comento que esta cosa se hunde —habló Lisa— ¿Ahora qué hacemos?
Roseanne observó a su alrededor tratando de encontrar algo, cuando a lo lejos visualizó a su mejor amigo nadando hacia una de las lanchas salvavidas.
Todos lo observaron subir, sintiendo un enorme alivio al verlo hacerles señas de que enseguida iba hacia ellos.
—¡Eso Chan! —vitoreó Mina.
El jefe de estación se acercó a ellas en una de las lanchas para dividirse en dos y que unos se fueran en otra para así distribuir el peso e ir más rápido.
Jennie, Roseanne y Taeyang iban al frente asegurando al hombre mayor, mientras que en la otra lancha iban Lisa, Jisoo, Mina y Chan.
La hiperactiva del equipo ya estaba más calmada que antes, así que miró con curiosidad a su compañera pelirroja en un intento de hacerla sentir mejor.
Ya que entendía perfectamente lo que era perder a tu mejor amigo siendo devorado por un infeliz pez prehistórico.
—¿Qué le pasó a tu mejilla? —quiso bromear al ver que su mejilla estaba hinchada.
Pero la pelirroja no estaba de humor para chistes o sus intentos de animar al equipo. Sentía que no era el momento indicado para hacerlo a pesar de que sus intenciones fueran buenas.
—¿Qué les pasaron a las tuyas? —dijo refiriéndose a sus mejillas llenitas.
—Touché —bajó la mirada avergonzada.
Lisa soltó un pequeña risa y pasó su brazo por encima de los hombros de Jisoo mientras le extendía el cubo Rubik con solo un dos colores faltantes de completar.
—Ya casi lo armo, nena.
La pelirroja sonrió débilmente y solo recargó su cabeza sobre el hombro de la rubia. Le había resultado tierno que lo haya guardado para seguir intentando completarlo y así tener su momento a solas para conversar.
—¡Ahí viene! —avisó Chan matando todo tipo de aura romántica en el ambiente.
—No puede ser, fueron como 15km ¿Y aún nos sigue? —gruñó la rescatista.
—¡Esa cosa es el diablo! —gritó Mina sintiendo otro ataque de pánico.
Nuevamente el cubo Rubik fue arrebatado de las manos de Lisa por la hiperactiva del equipo que con todas sus fuerzas le lanzó el cubo al megalodón, el cual se tragó sin problema alguno.
—Vaya, en mi mente el meg se asfixiaba con el cubo —murmuró sintiéndose tonta.
—¡Noooooo! —Lisa se puso de rodillas maldiciendo al meg y a Mina.
Jisoo rodó los ojos y picoteó la espalda de Lisa para que volviera a sentarse y pudiera recargarse en ella.
Se estaba muriendo de frío y la única con la que quería acurrucarse era Lisa, quien desde que la salvó no ha querido separarse y la ha estado cuidado.
—¿Crees que el tiburón se detenga si lanzamos a Mina al agua? —susurró la tailandesa sacando una sutil y débil risita a Jisoo.
—Es probable que hasta termine huyendo —murmuró de vuelta.
—Las estoy oyendo malditas víboras insensibles —les gruñó Mina ofendida.
Pronto Lisa notó al helicóptero de su equipo llegando a las coordenadas que rastrearon desde su teléfono.
—¡Buenas noticias amigos! —sonrió viendo a su mejor asistente élite desde el helicóptero— ¡Llegaron los refuerzos!
Todos observando al helicóptero maniobrar a una distancia considerable del meg, para comenzar a dispararle.
El tirador principal le disparó un rastreador, después entre dos más le dispararon con una ametralladora balas de acero para aunque sea ahuyentarlo lejos de su jefa.
—¡Si! ¡Toma eso! —chilló emocionada Mina.
—¿De verdad creen que unas balas podrán acabar con él? —Jisoo los miró incrédula.
—Vamos Chu, no teníamos mucho tiempo, solo quería quitárnoslo de encima. Relájate un poco —le sonrió Lisa aliviada de no tener más al enorme animal prehistórico detrás de ellos.
Roseanne también suspiró aliviada al ver que el megalodón se sumergía huyendo y ahora eran escoltados por el helicóptero de la rubia de vuelta al centro de investigación.
—¡Bien hecho Manoban! —le gritó a la tailandesa.
—¡Siuuuuu! —alzó lo brazos en señal de victoria.
Los demás rieron por el entusiasmo de Lisa, excepto Jennie quien seguía preocupada por el bienestar de su padre.
El hombre volvió a toser sangre alertando a ambas mujeres que compartían el bote con él.
—Te debo... Una disculpa —habló de repente Taeyang débilmente.
Jennie negó asustada.
—¿De qué hablas papá? —sus lágrimas amenazaban a salir.
—Cuando eras pequeña... Siempre fui muy duro y estricto contigo —volvió a toser— Pero sabía que era porque eres especial.
La castaña sonrió a medias siendo incapaz de ocultar sus lágrimas de su tristeza.
De repente Jennie entendió a qué iba todo eso que le decía. Su padre se estaba despidiendo de ella, sabiendo que muy probablemente no lograría sobrevivir.
—Te equivocas, yo siempre quise ser como tú —sollozó— Y aún no lo he logrado, aún no puedes irte.
—Mi niña, claro que ya lo has hecho —tosió más sangre— Eres incluso mejor que yo.
—Papá por favor no-
—Mi sueño es que Somi sea como tú de grande... Para que pueda superarte y llenarte de orgullo... Como lo has hecho tú.
—Deja de hablar papá, necesitas descansar. Vas a lograrlo y ver a Somi cumpliendo tu sueño —limpió la sangre con un pañuelo.
—Roseanne —le habló a la rescatista— Por favor... Cuida de mi princesita como has hecho hasta ahora... Por favor cuida de ella y Somi.
La rubia asintió a cada palabra que le decía, después recibió una débil sonrisa del hombre, quien no soportó más y terminó cerrando sus ojos dando un último suspiro.
—¡Papá!, ¡No, por favor!, ¡Despierta! —suplicó moviendo el, ahora, inerte cuerpo de su padre.
La piloto miró a sus compañeros que se mantenía cabizbajos ante el llanto de la desgarrada castaña.
¿Cómo le diría a su pequeña niña que su abuelo no pudo sobrevivir?
[🦈]
Lo que restó de camino fue entre sollozos débiles de Jennie y de Jisoo, quienes habían perdido a amigos muy buenos y familia. Los demás trataban de mantenerse firmes y fuertes por si la situación lo requería.
Finalmente llegaron a la plataforma de Mana uno. Roseanne se bajó primero de la lancha salvavidas para ayudar a Jennie a bajar igual, ambas frente a frente con tristeza desbordando de sus ojos.
La bióloga marina se aferró a Roseanne con un abrazo el cual de inmediato fue correspondido, sintiendo en el momento consuelo y calor.
—¡Mami!, ¡Mami! —llegaba corriendo su entusiasmada hija— ¡Ya volviste! —se lanzó a sus brazos.
Pero ese entusiasmo y esa sonrisita se fueron borrando poco a poco por una expresión preocupada al ver el destrozado rostro de su madre.
Roseanne les dio su espacio con una mirada afligida. No quería imaginar lo mal que se sentía Jennie diciéndole a su pequeña que su abuelo ya no estaría más con ellas.
Los demás miembros del equipo que observaban la escena no pudieron evitar sentirse peor cuando vieron como el rostro de la niñita se rompía y comenzaba a llorar.
Jennie tuvo que ser fuerte y evitar llorar para no hacer sentir más mal a su hija. Tenía que verse fuerte para ella.
Sin poder evitarlo las piernas de Roseanne actuaron por si solas y de un momento a otro se encontraba abrazando ambas castañas.
No supo por qué o cómo, pero quería estar con ellas, quería ser su soporte en momentos difíciles, su escudo para llevarse todos sus cargas pesadas y su manta para abrigarlas cuando lo requerían.
Quería estar con Jennie y su pequeña niña.
Porque en menos de lo que esperaba, ya estaba enamorada de esa increíble mujer.
Somi también se aferró a Roseanne, sintiéndose un poco más reconfortada con el calor que sentía al estar entre ambas adultas.
Por su parte el resto del equipo terminó de bajar de la otra lancha salvavidas.
—Ahora más que nunca debemos a matar a esa cosa —murmuró Lisa caminando hacia el interior del centro de investigación.
—¿A dónde vas? —preguntó Chanyeol.
—Voy a hacer una llamada —gruñó.
Mina, Jisoo y Chan se miraron confundidos, pero no dijeron nada; cualquier plan en contra de ese pez gigante sería escuchada y tomada en cuenta.
[🦈]
Ya era de noche y el lugar estaba tranquilo. Jennie estaba en la oficina de su padre viendo todas esas fotografías de ella junto a él y Somi.
Le había hecho un pequeño centro con velas y su fotografía en el medio.
En ese momento Somi ya estaba durmiendo en su habitación como todos los demás. Sin embargo Jennie aún no podía conciliar el sueño por más que su rostro denotaba cansancio.
—¿Se puede? —preguntó una voz suave.
La castaña volteó encontrando a la rescatista en el margen de la puerta con una sonrisa cálida.
—Pasa —dijo inaudible.
Roseanne asintió caminando hacia ella.
—¿Cómo está Somi? —preguntó sutil.
—Está triste... Y confundida —murmuró limpiando sus lágrimas.
La rubia se acercó un poco más a ella y acarició sus mejillas, limpiando con sus pulgares las lágrimas que seguían cayendo del rostro de Jennie.
—¿Y tú?, ¿Cómo te encuentras? —su voz fue más suave y baja.
Sin querer Jennie volvió a llorar de nuevo, abrazándola en busca de consuelo y protección.
Se sentía débil, frágil e inepta.
—No quiero aceptarlo Roseanne —sollozó— No quiero.
Roseanne acarició sus espalda y empezó a mecerse con Jennie aún en brazos consolándola en silencio por unos largos minutos.
¿Estaba mal sentirse feliz de tener a Jennie entre sus brazos y por ser quien la estaba apoyando en es duro momento? ¿Estaba mal sentir su corazón saltar de alegría por el simple he hecho de tenerla cerca?
—Escucha Jen —habló sin dejar de acariciarla— Siempre van a pasar cosas que nos cambiaran la vida, mientras que el mundo sigue girando... Cuando ese cambio ocurre se siente como si se detuviera por un segundo, pero en realidad todo sigue andando.
—¿Cómo vives con eso?
—No lo hago... —suspiró triste— Dejé a dos grandes amigos allá abajo y lo revivo todo el tiempo preguntándome si puede haber hecho más al respecto.
Jennie alzó la mirada para conectarla con la de Roseanne. Puedo notar toda la culpa y dolor en los ojos de la rescatista y una parte de ella también quiso ser quien la consolara, hacer que dejara de atormentarse con la idea de haber abandonado a sus amigos
Quería apoyarla y escucharla también, igualmente quería ser su soporte.
—Sabes... No solo importan las personas que pierdes... También importan las que salvas —su voz salió algo raspada— Y tú, Park Roseanne, has salvado a muchos.
Amabas se miraron con un brillo, con su corazón a mil por hora y su pulso aumentando. La tensión en el ambiente era fuerte y su deseo por probar sus labios era brutal.
—Me alegra que estés aquí —murmuró Jennie.
—A mí solo me alegra una cosa de estar aquí —miró sus labios sin discreción— Pude conocerte.
Siguieron con la intensa mirada la una sobre la otra, hasta que Jennie literalmente la jaló del cuello de su playera y la besó.
La besó tanto como había deseado hacer desde el primer momento que la vio.
Roseanne se sorprendió un poco, pero fue capaz de corresponder el beso con la misma intensidad que la castaña.
Caminaron torpes hasta chocar con la pared en donde Roseanne la acorraló besándola con frenesí.
Estaba deseosa por ella y necesitaba más. Ambas se necesitaban y querían sentirse la una a la otra.
Toda esa tensión que se sentía en el ambiente no solo era atracción física, también era por el deseo de tenerse cerca la una a la otra.
Ambas habían ansiado que esto pasara, pero Roseanne se detuvo en cuanto las cosas comenzaron a irse de control entre ellas por varias razones.
Uno, si hacían ruido, las descubrirían; dos, no quería aprovecharse de la vulnerabilidad de Jennie en ese momento; y tres, aún debían encargarse del puto meg y si se metía de esa manera con Jennie no sería capaz de controlarse o pensar en otra cosa que no fuera ella.
—Espera —la detuvo con su respiración agitada— Necesitamos parar.
—¿Hice algo mal? —en su mirada no había más que deseo, tristeza y esperanza.
Realmente confuso para la rescatista y si para ella lo era, para Jennie seguramente lo era más.
Pero Roseanne negó apresurada por no hacer sentir mal a esa mujer frente suyo.
¡¿Mal?!, ¡Es decir, es fue el mejor beso de su vida!
Si no fuera por las cámaras y lo ligeras que eran las paredes del lugar, ya la habría hecho gritar su nombre mientras la embestía una y otra vez con sus largos dedos.
—No es eso, pero tal vez no sea el mejor momento —murmuró un poco más tranquila.
—Entiendo...
—De cualquier modo, si hay algo que pueda hacer por ti, yo... Haré lo que necesites —desvió la mirada en un intento de controlarse.
Jennie asintió algo decepcionada al ver que la piloto prácticamente huyó de ella y no supo el por qué.
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