Capitulo veinte:Tenemos que Hablar.

—Hice el ridículo —chille en el hombro de Ernie, una vez que vamos todos a la primera clase.

—Tranquila, así pasa cuando sucede.

—Tan solo si me hubieras dicho antes, habría entregado su horario yo misma —dice Susan para consolarme.

—Si lo pensé —pero la parte en mí llamada masoquista lo impidió —. Creo que aún no estaba preparada para enfrentarlo, al menos no el primer día de clases. 

—Nadie está preparado para enfrentar a alguien tan guapo —sorprendentemente ese comentario viene de Justin.

—Crei que no querías que te conociera.

—No... Bueno, si. Lo medite un poco y la verdad creo que es inevitable conocernos, somos compañeros de casa. Lo único que evitaré sera darle explicaciones y contarle el secreto.

—¿Y si los otros lo hacen?

—Me las arreglaré para negarlo.

Susan suspira cansada y los demás permanecen con el mismo humor.  

Cuando doblamos la esquina, en el siguiente pasillo puedo ver dos puntos pelirrojos acercándose cada vez más hacia mí.

—Hola primita —Son Fred y George —. Que coincidencia verte, justo pensábamos en tí.

—¿Ah, si?

—¡Por supuesto! ¿Por qué no lo haríamos? —dice George con cara de convencimiento y me asusta su cara de convencimiento, lo he visto de cerca con otras personas y siempre funciona.

Yo no sería la excepción.

—Eres nuestra prima Hufflepuff favorita —agrega Fred. Como si tuvieran otra —Ademas, necesitamos pedirte un favor.

Me cruzo de brazos escaneando  detenidamente, para nada era algo bueno...  Pero que digo, todo lo que hacen esos chicos no es bueno.

—Solo me buscan para eso.

—¡Por supuesto que no! 

—Nos preocupas mucho, eres nuestra hermanita castaña pequeña. Estamos pendientes de ti todo el tiempo.

—¡Si! Por si alguien te quiere hechizar o dar una poción de amor y caigas por cualquier papanatas.

—Aunque no pudimos evitarlo el año pasado. Nos tomo desprevenidos —bromeo Fred, sosteniendo la risa —. Mira, si nos haces el favor te pagaremos... Un galeon¿Que te parece?

Modo convencimiento: activado.

Ellos ganan.

—No se preocupen por eso —hice un gesto con la mano de desinterés hacia el dinero —¿Que necesitan?

Los gemelos se ven satisfechos antes de sacar un pequeño cartel de sus mochilas.

GALEONES DE GALEONES
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—Debes pegarlo en el tablero de anuncios de Hufflepuff —manda George con una sonrisa.

—Pero ten cuidado que algún Prefecto te vea —sugiere Fred —. Está mañana nos ha atrapado Hermione y se puso furiosa. No queremos que te metas en problemas.

Entrecierro los ojos unos segundos para captar más la esencia del retrato de ambos hecho a mano.

—Si, esos tontos andan por todas partes.

—Por cierto ¿A quienes les tocó tan destacable honor?

Saco mi varita del bolsillo y le corrijo el color para que llame más la atención.

En letras amarillas se ve mejor.

—Hannah Abbott y Ernie Macmillan —les contesto sin mirarlos.

—¿Y quiénes son esos aguafiestas?

Fred y George parecen tan despreocupados, pero borran esas sonrisas una vez que señaló a los dos rubios, ofendidos por tal insinuación sobre ser un aguafiestas.

Hannah me arrebata el cartel, pero no me preocupo tanto. La conozco para saber que no hará nada en contra de mis primos.

A menos que se haya despertado con un gran remordimiento emocional sobre la responsabilidad y sus tareas, lo que obviamente no va a pasar.

Hannah empieza a leer con concentración y mis primos solo se miran aturdidos.

—Humn... Con que dinero fácil ¿Eh?

—No es nada malo —se apresura Fred.

—Solo serán unas pequeñas encuestas...

—Pues yo le entro —hasta le brillan los ojos a mi amiga.

—¿Que? ¿Hablas en serio? —Fred y George están que no se la creen, tanto que la analizan un par de segundos para adivinar si es verdad o solo una trampa mortal para castigo.

—Muy enserio. Escuche mucho de ustedes entre los demás Prefectos y dicen que les encantan las bromas y esas cosas —explica Hannah y los pelirrojos asienten —. Creo que podemos hacer negocios, los cubrire pero a cambio quiero productos para bromas.

—¿Segura que eres Prefecta?

—¡Segura! ¿Ven aquí? ¡Mi insignia!

—¿Es lo que creo que es, hermano?

—Por supuesto, George, tenemos una gran oportunidad enfrente.

—¿Dices que te llamas Hannah? Eres la única Prefecta que me cae bien, después de mi hermano Bill.

—Si, Percy era un idiota y Ron tiene preferencia por Granger. 

—Vaya, creo que me he enamorado.

Los gemelos pronto la rodean con sus larguiruchos brazos y le explican un poco el tema sobre sus inventos y esas cosas.

Incluso creo que quieren cambiarme por ella como nueva prima favorita. Cielos, no lo habría visto venir.

Susan y Justin ruedan los ojos con desaprobación. En tanto Ernie y yo solo esperamos que se termine la junta especial de bromistas a bordo.

—Oh, el también lo hará —jala a Justin del brazo con mucha fuerza y los pelirrojos sonrien —. Voy a facturar muy bien contigo.

—Pero yo no...

—¡Muy bien! ¡Anotado!

—Nos vemos más tarde afuera de nuestra sala común, entonces.

—¡Trato hecho!

—Adios Hannah —se despiden de ella con un gesto en la mano y se devuelven a mi —Ellie te daremos otro cartel porque tienes amigos en Slytherin y necesitamos un par.

—Para nada se trata de pastillas vomitivas.

—Pero tenemos un par, por si quieres saltarte algunas clases —me ofrece Fred, guiñando el ojo, muy convencido de ofrecer su producto a un familiar —. O si quieres ayuda con los TIMOS.

Abro los ojos con sorpresa por escuchar esa palabra.

Ya la había escuchado el año pasado, por supuesto que no por parte de mis primos pero si por Cedric. Era algo así como una prueba difícil o un examen, pero nunca supe bien lo que significaba enfrentarse a ellos. Cedric decía que después de combatir contra un dragón, los exámenes eran lo de menos. Y bueno, después de casi perder la vida, ahora entiendo lo que quiso decir.

Mis otros amigos alargan un gemido de terror como si hubieran visto a Severus Snape desnudo y de tan solo pensarlo me estremezco igual.

Ewww.

—¿TIMOS?

—Si ¿No sabes lo que es eso?

—No.

—Cielos, Fred. Estos niños de ahora no saben nada —George está decepcionado de mi —. Título Indispensable de Magia Ordinaria. Son exámenes importantes, supongo que los maestros les explicarán en su momento. Pero les advierto que no son nada lindos.

—¡Terroríficos! Es la palabra exacta para describirlos, aunque no tanto como los ÉXTASIS. Eso ya será otra historia. Mientras, los chicos de Quinto y Sexto son los mejores compradores e impulsan las ventas. Es por eso que necesitamos experimentar un poco más. Y por eso tú tarea, querida primita, será pegar esto en las otras casas. Supongo que es un trato justo y recibirás mercancía en descuento.

¡Ah, que grosería! ¿Un descuento? Yo hubiera esperado algo gratis, estos chicos no pierden nada.

—Esto es una mala idea —dije doblando el cartel —Pero estoy segura que Hermione ya se los advirtió, así que más da.

—¡Por eso eres la favorita, Ellie!

—Siempre tan correcta pero no lo suficiente para echarnos de cabeza. En fin, nos tenemos que ir. Nos vemos luego.

—¡Te queremos!

Una vez que los chicos desaparecen por el pasillo, mis amigos y yo continuamos nuestro viaje hacia las primeras clases del día.

Historia de la magia con el fantasma más aburrido de todo Hogwarts.

El día estaba tan nublado como mis sentimientos, incluso dirías que ambos nos pusimos de acuerdo para tener un día fatal. Lluvia igual a tristeza, niebla igual a miedo. Miedo igual a... Cedric Diggory.

Las primeras dos clases de historia no pensé en nada que no fuera mi ex novio y aquel vergonzoso encuentro improvisado que tuvimos en la mañana. Lo que digo es que probablemente el se haya dicho a si mismo: “Que chica tan extraña ” y luego siguió con su vida mientras que yo, sigo mortificando a mi misma para repetirlo en mi mente una y otra vez.

Creo que Draco Malfoy tenía razón, si soy una idiota.

—¿Entonces Ellie? ¿Si audicionaras para Quidditch?

—No me presiones, Ernie. Apenas recordé que había prometido hacerlo.

Y era cierto, con tanta distracción sobre el torneo, Harry Potter, el Ministerio, La Orden y los demás temas que rodeaban mi vida últimamente. Las clases extracurriculares eran lo que menos me preocupaba, pero ahora que estoy libre de esas responsabilidades, supongo que si, estoy dispuesta.

—¡Tienes que intentarlo! Al menos uno de nosotros tiene que destacar en los deportes.

—Yo me postularé —se ofrece Justin orgulloso y su novia es la única que aplaude emocionada.

Los cinco vamos directo a los patios para esperar nuestra clase de Encantamientos.

—¿Quién tu? ¡Ja, no me haga reír! —carcajeo Hannah , dejando su mochila en una banca para sacar su recordadora y jugar con ella  —. Te caerás de boca mucho antes de subirte a la escoba.

—Lo dice la chica que casi pierde todos sus dientes en la clase de vuelo en primer año — defiende Justin cerrando los puños del puro coraje.

La rubia deja de lanzar la esfera y lo súper fulmina con la mirada. Tanto que Justin borra la sonrisa de orgullo, poniéndose igual de rojo que el cabello de Bones.

—Al menos no fui tan cobarde para intentarlo.

—Chicos, Chicos —interrumpe Susan, cansada de su actitud —. Ambos prometieron que dejarían las peleas este año, hemos crecido, madurado. Hannah eres Prefecta y tú Justin eres un chico caballeroso, demuéstralo.

—Pero cariño, ella fue la que inicio yo solo me defiendo —refunfuña el castaño.

Ay, a veces no superó el hecho que Justin la llamé cariño con tanta dulzura, cuando los conocí aún eran amigos y me alegra que hayan mantenido su relación estable desde entonces. 

Aunque a veces seamos un mal quinteto.

—Piri cariñi ella fue li qui inició —Hannah le hace una mueca graciosa —Tarado.

—¡Oye!

Entonces Hannah, quien obviamente tiene un gran plan para molestar a su contrincante Justin; Saca un renacuajo de la fuente que está en el centro del patio y lo comienza a perseguir. La disputa ha quedado atrás y ambos se ríen, jugando con el agua de la fuente también. Susan rueda los ojos fastidiada para comenzar a perseguir a Hannah y como Ernie está en su papel de ser un Prefecto responsable, igual los persigue para mantener el orden. Lo que no resulta, por supuesto, todo termina en caos.

Mientras tanto yo solo los observó de lejos, ver cómo disfrutan su vida sin ningún remordimiento, sin ninguna culpa, sin ningún trauma.

Nada más siendo lo que son, adolescentes.

Y aunque quisiera dejar atrás, todo lo pasado, el sentimiento aún se comprime en mi pecho, causando un dolor atroz, un dolor que pocas personas conocen, supongo.

Cedric la tuvo más fácil, olvidar todo, lo es.

Casualmente cuando me doy vuelta para evitar llorar. Veo al trío de Oro y a Leah Smith caminar por el jardín, seguramente para tomar el camino más corto hacia Transformación, el aula de la maestra Mcgonagall queda cerca de aquí.

—Hola chicos —les sonrió con las pocas ganas que me quedan.

—Hola —saluda Ron con una sonrisa y Hermione deja de fruncir el entrecejo.

—Ellie —el azabache se detiene en seco, mirándome como aquella vez en las escaleras de la casa de Sirius.

Cuando había pasado un largo tiempo de habernos visto, y ahora aunque no llevaba ni un día completo. Pareciera que me extrañaba, su mirada lo decía todo.

—¿Que tal sus primeras clases? —pregunto insegura y Harry se queda estático.

—Apenas vamos a dos clases y ya tenemos tarea hasta cuándo nos graduamos, ¿Puedes creerlo? —se queja Ron y Hermione le hace una mueca.

Ahora entiendo porque parecía enojada con él desde un principio.

—En realidad, han estado muy relajadas para ser un primer día —acepta Granger con orgullo —. Nada que pueda estropearlo, ni siquiera el clima.

Ja, pues dilo por ti misma. A mí esto me deprime más.

—Entiendo —asenti hacia Ron —En la mañana Fred y George me hablaron sobre los exámenes finales y no pareció ser buena idea porque me tienen nerviosa. ¿Ustedes ya lo sabían? ¿Sobre los TIMOS?

—Si, nos lo dijeron también —acepto Leah rodeando su brazo contra mis hombros.

—Espera ¿Los viste está mañana? —pregunta la castaña y yo afirmo con la cabeza. Parece que sospecha algo y si no planeo lo que diré, me tomara por sorpresa —. ¿De casualidad no te hablaron sobre sus inventos o algún trabajo?

—No que yo recuerde —menti como pude, sabía que esto se me daba fatal —. Aunque dudo que lo hagan, Ernie y Hannah están conmigo todo el tiempo y son Prefectos.

Ella asiente segura, dando una confianza plena hacia los rubios. Los cuales no debe conocer muy bien como para darles esa libertad de Prefectos responsables que tienen.

Aunque ya sabemos la cruda realidad.

Supongo que si se termina enterando le dará un patatus a la pobre.

—Bien en ese caso puedo estar tranquila, pero si escuchas algo sobre eso, dimelo a mi o a Ron. Estamos dispuestos a escuchar las inquietudes de los compañeros.

—Habla por ti...

—¡Ron!

—Es que yo no sé cuál es tu necesidad de tomartelo enserio, Hermione. Relájate.

Ambos comienzan una discusión.

Será mejor que me despida antes que suceda lo mismo que entre mis dos amigos que se siguen persiguiendo como los pequeños cachorros.

—Lo tendré en cuenta, nos vemos en DCAO.

La pareja peleonera sigue su camino, mientras que Leah baja su brazo y se acerca a mi oído discreta.

—Sentemonos juntas en esa clase, aún no te he contado lo que paso ayer durante el viaje.

Luego siento que planta un beso en mi mejilla y se va con los otros dos.

La chica Smith cada vez me agarra por sorpresa. Creo que ese beso se debe a su parte Latina que existe en ella. He leído que es muy común ese saludo en varias partes de América del Sur. En fin, sería raro si digo quee sonroje por un momento.

Cuando voy de regreso hacia mis amigos, puedo notar que Harry aún sigue plantado ahí, mirándome.

—Ellie —vuelve a llamarme con la misma expresión.

—Oh, Harry. Mmm ¿No te ibas?

—¿Que?

Señaló a sus amigos que llevan casi la mitad del camino y el azabache por fin reacciona.

—Ah, si... Yo, ya me iba —Potter comienza a avanzar hacia sus colegas, un poco torpe, pero a escasos centímetros, se detiene en seco y voltea —¡ Tenemosquehablar!

Lo miro confundida, esto de hablar rápido parece normal en el.

—¿Que dijiste?

—Quiero decir —el joven se toma una pausa, tranquilo —. Tenemos que hablar... Si quieres. Porque si tú quieres yo quiero.

Santo Merlin, es mucha rareza por un día. Me siento un poco acalorada ahora que lo pienso, hablar con Harry siempre significa malas noticias y no lo digo como algo negativo hacia el, pero es que, fuera de eso, no tenemos muchos temas de conversación ¿Verdad?

—Hum, por supuesto ¿De que se trata?

Harry ahora se pone tan rojo como el cabello de sus dos amigos que caminan enfrente.

—Te digo después.

—Vale, entonces nos vemos en la tarde.

—Espero tengas un horrible día —dice tropezando con las palabras y yo le miro asustada por puro instinto. Entonces Potter cae en cuenta de lo que acaba de decirme —¡No! Quise decir que espero no tengas un día horrible, osea que tengas un lindo día y te la pases genial. No que sea horrible, porque no te lo deseo y yo...

—Esta bien —dije tratando de calmarlo —Entiendo, no te preocupes.

Harry toma un poco de aire, sonriendo con tanta pena.

—Muy bien, Ellie. Adiós.

El chico se voltea rápidamente como yo lo hice con Cedric hace una horas. Entonces camina unos pasos, maldiciendo así mismo por ser tan tonto enfrente mío.

Ay, recordar que me pasó lo mismo en el desayuno.

¿Chistoso no es así?

Aún así me siento muy mal por el, porque hubiera querido que Cedric me dijera algo, pero no lo hizo y como ahora era mi turno, solo trataría de reconfortarlo un poco.

—¡Harry! —exclamo para llamar su atención, luego este voltea esperanzado, junto con los lentes empañados por el frío —Cuidate, escuché que tienes gente que te vigila.

Le sonrió cálidamente y el hace lo mismo. Por último se va, alcanzó a sus amigos.

Y de solo recordar su mirada esmeralda un poco torpe, mi corazón se acelera.

¡QUE RAYOS ESTA PASANDO!