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Cap.17-Draco Malfoy.


Capitulo diecisiete: Draco Malfoy.
 

Draco Malfoy. 

¿Quien era el y en quien se había convertido?

Ese chico de cabellera rubia y perfume costoso que camina como si fuera el propietario del mundo.

Ya no era un niño, para nada. Solo bastaron como tres meses para dejar de lado esa carita pequeña y cuerpo flacucho. Había crecido como la mayoria de nosotros. Pero su cambio fue diferente, seguía teniendo esa sonrisa ácida de costumbre con el mismo porte, las mismas energías. Sin embargo, al mirarle los ojos sentías algo oscuro dentro de él, que se tornaba cada vez más intenso.

—Prewett, ¿Cómo estuvo tu verano, Dulzura? —dijo alargando una sonrisa, desde que me vio a los ojos —. Me da gusto ver qué sigues... Ya sabes, viva.

Trague saliva con dificultad.

—Pues dudo mucho que te dé gusto —conteste, recordando la última vez que nos vimos, cuando le di su merecido.

Aún así también recordé la primera vez que nos conocimos y ahora que lo pienso ninguno de nuestros encuentros ha sido favorable, pese a los intentos de Wolf y Crackfford para reconciliarnos. Siempre fue imposible congeniar de todas formas.

—Mira en algo tenemos razón —se ríe, luego con uno de sus pulgares se soba lentamente el labio superior —¿Que tal tus primos? Sinceramente no creo que hayan hecho gran cosa, a lo único que aspiran es a chapotear en charcos sucios.

—Si tu lo dices —me alce de hombros para demostrar que no afectaba en nada sus insultos.

Pero claro que eso no iba a funcionar.

—¿Y Potter? A puesto que pasaste tiempo con el, los ví llegar juntos. ¿Los encerraron en el mismo manicomio o tuvieron una reunión de loquitos con Dumbledore de afintrion?

Escuchar el nombre de Potter me hizo querer defenderlo de inmediato, y no sé porque, pero me sobresalté enseguida.  

—Mira, no pienso discutir contigo, Draco. Así que muévete porque me estorbas.

Con el equipaje en una mano y la jaula de bigotes en la otra, trato de apartarlo pero su cuerpo entero es más grande que toda yo, así que fallo en el intento. Tanto que se me resbala la jaula y termina azotando contra el piso.

Draco vuelve a burlarse de mí torpeza.

—¿Por qué lo haría? Oh, ya. Vendrá el chico Diggory a golpearme para poder rescatar a su noviecita.

—Yo no... El ya no... —no existe mejor momento para que las palabras se me crucen entre si y me siento estúpida por estar ahí, parada enfrente de Malfoy sin completar una horacion. Todo gracias a que saco el tema de Diggory que sigue estrujando mi pecho por completo —. Ya no somos nada.

Ahora no solo me siento estúpida, me siento la persona menos cuerda en el planeta tierra. ¡No tengo que darle explicaciones! ¡No tengo que contar mis experiencias amorosas y mucho menos a un tonto como lo es Draco Malfoy!

Sin embargo le acabo de dar armas para atacarme todo lo que quiera.

El rubio me mira por unos segundos, tratando de adivinar su expresión, pero solo sonríe satisfecho de escuchar eso.

Eres una idiota Ellie Prewett.

—Ah, pobrecita. La prima desconocida de los pobretones se quedó sin su príncipe. Me lo imagine.

Trato de respirar profundo para calmarme, ya no le estaba prestando tanta atención por tratar de tranquilizar mis manos que temblaban de la ira. Podría haberlo golpeado, estaba segura que podría hacerlo y darle una buena golpiza cómo hace meses, pero no quería iniciar mi nuevo año con problemas, al menos no así.

Así que me volteo y sujeto la jaula de Bigotes, aunque con mis manos llenas de sudor y titiritantes, no lo consigo y se cae nuevamente.

—Que idiota eres Prewett, ni siquiera puedes sostenerte a ti misma —dice trotando para alcanzarme, luego aparece enfrente mío y toma la jaula de mi mascota hasta sus ojos para mirarla mejor —¿Que es esto? ¿Un conejo? ¡Mira, se parece a ti! Tan pequeño e indefenso.

—¡Bigotes! ¡Dame a mi conejo! ¡Maldito niño de papi!

El rubio se echa a reír, esquivando de una manera muy exitosa mis insistentes brincos para poder recuperar a Bigotes,pero como ya dije, Draco había crecido tanto estás vacaciones que, ahora me era casi imposible alcanzar su larguirucho brazo empinado hacia arriba. Con bigotes de por medio, colgando.

—Sabias que tenemos una serpiente real en nuestra sala común. Apuesto que estará hambrienta y da la casualidad que le gustan los roedores.

—¡Ya devuélveme a Bigotes!

Doy un último salto para ver si mi suerte ha cambiado, probablemente he crecido unos cuantos centímetros por haber saltado, aunque eso obviamente no pasa y mi pie se dobla hacia adelante. Entonces caigo dramáticamente hacia su cuerpo y como puedo, me sujeté de su carísimo traje de París.

Por un momento creo que me empujara lejos de él y en mi mente acepto que lo haga, porque esto no era más que una situación comprometedora.

Aunque no  lo termina haciendo de todas formas.

Solo se queda un rato estático sin saber que hacer.

Entonces ambos volteamos abruptamente por una voz que se escucha a escasos centímetros.

—Ya habiamos hablado de esto, Draco —Es Logan Crackfford y Mía Wolf atrás que caminan en nuestra dirección con un aire de superioridad, mucho más exagerado que el del año pasado —. Dijiste que la dejarías en paz.

El susodicho se inclina para adelante, luego arruga su cara en forma de mueca.

—Bien, si —accede Malfoy, caminando para quedar frente a frente de Logan —Lo que tú digas, hermanito.  

Esto ya era como una escena dramática, dónde los hijos se pelean la herencia del padre. Y más o menos lo digo porque se nota que aún existe esa hermandad en ambos, sin embargo parece existir un motivo de rivalidad. Aunque en este caso Logan es adoptado y no sabemos cuál sea el hueso por el que se peleen.

El dinero no creo, por lo que ví Lucius Malfoy está más que bien.

Draco finalmente se voltea para seguir la dirección de los demás, no sin antes parar en seco justo a mi lado.

—Más vale que tú y todo el cirquito que llamas familia se cuiden las espaldas, porque no saben lo que les espera—susurra cerca de mi oído, provocando en mí un cosquilleo, que estoy segura que lo notó, porque de inmediato me sujeta del hombro y me empuja con rudeza —. Nos vemos luego, dulzura. 

Cuando me desago de su agarre, puedo verlo alejarse con la jaula de mi mascota.

—¡Mi tejón de miel! —Mia por fin aparece y es la primera en saludarme formalmente, con eso viene un abrazo, por supuesto —. No le hagas caso, es un tonto pero eso ya lo sabías. 

Puedo sentir que la rubia alcanza uno de mis mechones y lo acomoda detrás de mi oreja sin soltarme. 

—Hola, Mía.

—Hace mucho que no escuchaba tu dulce y chillona voz, la comenzaba a extrañar —me dice en forma de halago y me suelta para sonreír victoriosa.

Ahora es Logan quien se acerca rápidamente y estruja contra sus brazos. Está vez, no temo por su altura, ya que ha sido el más alto de los tres, desde siempre.

Sin embargo, el hecho que un Crackfford me este abrazando con tanta emoción, mantiene confundida, incluso me alza por los aires unos segundos antes de soltarme.

—¡Hola Ellie! ¡Es un alivio verte de nuevo! —exclama tan radiante —Sera un gran año, estoy decidido a qué recuperemos el tiempo perdido. ¿Leíste mi última carta? No me respondiste por lo que me preocupe, pero ahora se que te ves muy bien. ¿Tuviste un buen verano?

Mi cara se torna en confusión y sorpresa.

—Si, estábamos muy preocupados por ti —dice Mia, al mismo tiempo que le mete un codazo justo en el estómago a su mejor amigo, luego le susurra: —Estas siendo muy evidente, genio.

La pareja recupera la compostura.

—Me la pasé genial —afirmó como si no hubiera escuchado nada.

—¡Perfecto! Debes contarnos todo mientras subimos a las carrozas. Vamos Logan.

Ella me sujeta del brazo para obligarme a caminar junto con ella, aunque me detengo abruptamente.

—¿Que sucede?

—Yo, eh... Draco se llevó mi conejo.

Mía rueda los ojos con fastidio y Logan se acomoda las mangas del traje, que por cierto se pare mucho al que trae Malfoy, aunque cambia el color.

—No te alteres por ello —me tranquiliza él —. No creo que haga algo malo, aún así me encargaré de que te lo de más tarde. Ahora, si me lo permites ¿Podemos escuchar tus anécdotas sobre tus aventuras en una casa de clase baja?  Estamos ansiosos por saber que hacen los pobres en su tiempo libre.

No sé si eso fue sarcasmo.

Aún así no permanezco muy segura y dudo antes de caminar otra vez.

—Ellie, te estuve buscando por todo el tren, que bien que te vi. No sabrás a quien nos encontramos Harry y yo... —Leah Smith aparece de repente, para mí buena suerte. Primero comienza contándome algo, sin embargo se queda callada una vez que se da cuenta de mi compañía —. Ah, no sabía que venías con ellos.

La pelirroja hace una mueca, Mía en cambio le regala una sonrisa.

—Miren quien tenemos aquí, la Leona Feroz que ahora resulta ser buena amiga de la Tejon de Miel —la rubia cruza los brazos —. Ha pasado tanto tiempo.

—Wolf.

—Smith. 

Ya es mucha incomodidad la que estoy viviendo ahora. Solo quiero esconder mi cabeza dentro de la cama y no salir de ahí hasta que se acabe el curso, si no es mucho pedir.

—H-Hola Smith. Buenas noches —habla Logan y todos nos volteamos a verlo, un poco extrañadas.

Parecía que también el había dado un cambio grande. Era un poco más abierto y ahora perdía toda con postura por nuestra precencia.

Leah le da una cara de odio, horrible, ni siquiera pudiera verla hacia cuando estaba enfrente de su hermano que trato de matarla. Pero con Logan definitivamente parecía otro asunto.

—Crackfford —dijo sin más. Para luego girarse conmigo —. En fin, ¿Vienes Ellie?

Abro la boca para contestarle, aunque siento un forcejeo de la rubia que me acomoda entre sus brazos y me apretuja con fuerza.

Ahora todos habían dando un estirón de repente y yo seguía más pequeña que los Elfos de Hogwarts.

—Ella tomara las carrozas con nosotros, la tomamos primero —le dice con un veinte por ciento de gentileza y un ochenta por ciento de dictadura —. Puedes acompañarnos, si quieres.

Al final ya no pusimos resistencia y acompañamos a Mia a dónde quisiera que nos llevará.

Era casi imposible decirle que no a esa mujer, en parte porque era mi amiga y en parte porque sabía bien como manejar sus cartas, aunque Leah también sabía cómo protestar, termino accediendo para acompañarnos.

Claro que todo el camino rueda los ojos con fastidio, pero Wolf no presta tanta importancia y más bien se muestra tan tranquila. Incluso demasiado que me parece raro.

—Pense que no tenías deseos de volver a entablar conversación con nosotros —escucho que le dice Logan a Leah.

—No, no tengo ningún deseo de hacerlo —escupe prepotente —. Es por ella que estoy aquí, no por ti.

—Del mismo modo estoy aquí, por ella. Aunque te cueste creerlo.

¿A quien se referían? ¿A mí?

—¡Nunca voy a perdonar lo que hicieron! A ninguno de ustedes. Así que supéralo, Crackfford.

—Es que se nota lucidamente quien es la que no lo ha superado. 

Leah para su marcha en seco, confrontando al Slytherin que la mira sin miedo alguno, conversando esa postura desinteresada, pero Smith ha sacado su varita y me es inevitable no voltear para querer apoyarla, ignorando el esfuerzo que hace Wolf para mantenerme distraída.

Varios compañeros se detienen, presenciando la pequeña posible pelea que está por iniciar.

Aunque Logan parece firme en no apuntarle la varita, como respetando su presencia de algún modo.

Es entonces cuando un chico sale de entre la multitud, mirando con compasión la escena y mi corazón late más rápido al ver de quién se trata.

—¿Ocurre algo aquí? —pregunta Cedric alzando las manos para demostrarse indefenso —. ¿Un problema?

—¡Es obvio que hay un problema niño bonito! —se queja Mía —. Aunque es más bien un berrinche por parte de la rojita. Déjalos, solitos se calman.

Diggory nos ve.

Por un momento pienso que me mirara y se acordará de nosotros, de todo lo que pasamos. Por otro lado mejor me escondo detrás de Mia, para evitarlo lo más posible. Sin encambio me pasa de largo y hace que me decepcione, a pesar de lo que ocurre. 

—Si de eso se trata, será mejor que bajes tu varita compañera —le sugiere el castaño a Leah, quien sigue firme contra Logan —No querrán que quite puntos a sus Casas. ¿Verdad?

Todos los demás detrás de él, protestan por el castigo que recibirá si hace algo, por lo que varios le gritan a Leah que se retracte y lo termina haciendo. Solo por pura presión social.

Si no, el pobre Crackfford ya habría terminado estampado en la pared como calcomanía.

Logan se ve cauteloso y se gira para ir con Mia quien le echa una mirada de frustración. 

Al final de cuentas. Los cuatro terminamos subidos en la misma carroza y Cedric es nombrado como el héroe del día.

Y yo, puedo observar como me olvida, por completo. 

—No te ataque porque estaba Cedric enfrente y se que a Ellie le importa —dijo Leah rompiendo el hielo después de varios minutos.

A lo que Logan enmarca la mandíbula y gira su cabeza directo a la venta. Ignorando su comentario por completo.

—Ay que romántico sonó eso, leona feroz, ya tendrás bastante competencia este año —Mia se cruza de piernas muy femenina y echa una risa ácida —. Menos uno, claro. Cedric Diggory no te presto atención, Ellie. Seguramente ya terminaron.

—Si —afirme con la cabeza.

Crackfford al escuchar eso, me mira sorprendido.

—Uy, te diría que lo siento mucho, pero que mejor. Al último resultó ser que debajo del lindo joven apuesto se asomaba un chico realmente aburrido.

—Cedric no era aburrido —conteste con tristeza y digo que era porque ya es otro chico diferente. 

—¡No estés triste! Hay opciones enfrente tuyo bastante buenas rondando en ese jardincito tuyo. Nada más te hace falta observar un poco.

El único hombre aquí, se remueve en su asiento un poco incómodo y nervioso.

—Estoy bien, gracias —dije sin interés.

—¿Tu que dices, Leah? ¿Tienes alguien para ti en mente? ¿Alguna opción?

—Guarda tus insinuaciones por un segundo, Mía —pide Logan ya molesto y no se porque sus gestos hacen acordarme de Draco —. Ya déja de molestarlas.

—Como quieras.

Y después de tanto, agradezco por primera vez, el silencio que nos inunda apartir de ahora.

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