Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Cap.14-Estamos De Vuelta.





Capitulo catorce: Estamos de vuelta.



¡Ginny esto es tuyo!

Le lanzó un suéter púrpura con rapidez y ella lo echó al baúl sin siquiera acomodarlo. Luego se pone un zapato y me lanza el peine que casi pisa.

—¡Y esto, tuyo!

Lo cacho en el aire y lo pongo encima de mi cama para no olvidarlo mientras guardo mis libros primero.

Ya se, debí acomodar mi baúl un día antes, para no andar a las prisas como cualquier niña irresponsable, pero los sucesos de ayer estuvieron demasiado turbios cómo pará no prestarles atención, además mi cuerpo sigue adolorido y eso no ayuda en absolutamente nada.

Además no soy la única, Ginny también olvidó acomodarlo y nos ves a ambas en la Habitación vueltas locas.

—¿Lista? —me pregunta mi prima desde el otro lado de la puerta con su equipaje.

—Si.

Por último guardo el peine, cierro la tapa y lo sujeto con fuerza para poder cargarlo hasta el living dónde la mayoría nos espera.

Muchos de la Orden están aquí desde hace horas esperando escoltar magistralmente a Harry Potter.

Que conste que solamente a él.

A los demás nos puede pasar lo que sea y la única persona que estará atenta es mi Tía Molly, porque así es ella. Mientras tanto, el pobre Harry tiene más vigilancia que el mismísimo Cornelius Fudge, pero no les culpo, es un hombrecito desagradable y mentiroso... Hablo del primer Ministro, no de Harry.

Al final me las ingenio para bajar mi equipaje pesadisimo desde tres pisos arriba y Ginny aunque lo hace con más facilidad porque es claramente más fuerte que yo, suelta un suspiro maldiciendo por lo bajo.

—¡Olvide mi caldero para pociones! —exclama chocando sus manos y subiendo hacia el cuarto de nuevo.

Hermione y Leah ya están ahí desde hace rato, parece que han desayunado bien y sus baúles hacen a la espera en una esquina del living. Lo que me llama más la atención es la enorme Guacamaya de Smith postrada en una pequeña jaula a comparación de todas esas plumas.

Cuando volteo a verla su cara parece aterrada, cansada e irritada.

—Hermione me hizo levantarme más temprano —me contesto, sin siquiera preguntarle.

Creo que esto es telepatía.

—No me culpes a mi —Hermione rueda los ojos —. Te fuiste a la cama más tarde, dormiste tres horas solamente.

—¡Y tú tenías que despertarte a las seis exactamente!

La castaña la ignora cruzando los brazos.

Aunque creo que ya deben estar más acostumbradas a la una con la otra. Es decir, duermen en la misma habitación desde hace cuatro años en Hogwarts. Yo apenas le sigo el ritmo a Leah quien está activa en todo momento y luego aparece Hermione que es todo lo contrario. 

Y cuando todas por fin nos callamos, un estruendo se escucha desde el tercer piso y cuando nos damos cuenta el cuerpo de Ginny se desploma por las escaleras, con ella noqueada.

La tía sale por entre las sombras gritando a quien sabe quién, mientras los otros miembros de La Orden empiezan a llegar y bueno, la señora Black grita como de costumbre cuando se cae la manta de su retrato.

—¡Oh Ginny! ¿Estás bien?

—¿Estoy en el cielo? ¿Harry Potter eres tú?

—Me parece que no está bien.

Leah suelta una risa y trata de levantarla junto con Tonks que se encuentra ahí para la escolta de Harry. Pero es imposible levantarla, aún sigue viendo pajaritos y magos famosos en el cielo.

—Hablando de Harry, ellos ni siquiera se han levantado —chilla Hermione un poco nerviosa y me extiende a su gato —. Sujeta  un segundo.

Yo tomo a Crookshanks entre los brazos y aunque al principio pienso que me puede arañar, solamente se acurruca cómodo, esperando que su dueña legítima regrese. La cual sube con apresuro hacia la habitación de Ron a seguramente despertarlos de un buen grito. 

Entre eso, los gemelos bajan preocupados.

—¿Ginny, hermanita estás bien?

—¡Ustedes dos dejen de usar la magia! ¡Mira lo que hicieron! ¡Noquearon a su propia hermana! 

—Lo sentimos tanto —se disculpa George acariciando ligeramente la cabeza de Ginny que pronto entra en conciencia y le da un manotazo.

—Par de idiotas.

Por supuesto, la situación es una escena de estrés completo, gritos por aquí, gritos por allá. Que bueno, entre más tarde mejor, así no tengo que enfrentar mis miedos una vez que crucemos la plataforma. 

Aunque eso no pasa de todas formas.

—¿Que estamos esperando? —gruñe la tía cuando termina de acomodar el equipaje de todos —. Se hace tarde.

—Aun no llega Sturgis Podmore y es la segunda vez en la semana que no asiste a su llamado —gruñe Ojo Loco alzando su varita —. Se está volviendo irresponsable y si no viene con nosotros la escolta no será eficaz.

—Bueno, pero perderemos el tren si lo seguimos esperando —objeta Leah con cada mano en su cadera —. La estación está a veinte minutos caminando de aquí.

—Seria más fácil si tuviéramos el auto del ministerio, pero Fudge no le ha prestado absolutamente nada, más que un tintero a Arthur y es difícil transportarse sin magia. ¿Cómo lo hacen los Muggles?

Un rato después Harry, Ron y Hermione bajan apresuradamente, dejando sus baúles a Moody, quien es el encargado de llevarlos a la estación.

Los chicos estamos formados en una especie de fila, ocupando la gran parte del living y aunque nos apretujamos unos a otros, nos las arreglamos para seguir las indicaciones de Ojo Loco que nos agrupan a los jóvenes con un miembro de la Orden.

Leah y yo compartimos a Lupin.

Harry, quien va rodeado de la mayoría de los adultos, también es agrupado con sus dos mejores amigos y Sirius que ahora es un perro negro casi gigante.

Mientras que George, Fred y Ginny, van con su padre.

Una vez, formados salimos uno a uno con apresuro.

Y como dijo Leah, después de veinte minutos caminando como en desfile de gente rara, nos encontrábamos en la estación King's Cross.

Cada vez estoy más cerca de ver a gente que quiero evitar... 

La estación es exactamente como la recuerdo, aunque han pasado menos de tres meses desde que estuve aquí con mis tíos que vinieron por nosotros para anunciar que viviríamos con Sirius Black por un tiempo y menuda sorpresa nos llevamos al saber que dormiríamos bajo el mismo techo que un falso asesino que estuvo como más de una década en Azkaban, el peor lugar para un mago jamás visto. 

Así que estamos ahí, evitando Muggles a toda costa mientras la estación 9 ¾ nos espera para ser cruzada.

Que terror.

Primero va Harry y su grupo.

Cada vez más cerca.

Sigue el grupo del tío Arthur.

Por fin, casi regreso a Hogwarts...

Es nuestro turno.

Los tres tomamos pulso y corremos hacia la pared. Un segundo estamos en el mundo normal, al otro en la plataforma mágica.

Que nervios.

Una vez ahí todo parece diferente.

Ya hace un año que estuve aquí por primera vez, para tomar mi lugar en Hogwarts cómo me correspondía y en ese entonces no sabía absolutamente nada de lo que vendría.

Estoy emocionada, asustada, nostálgica, todo al mismo tiempo.

—Moody está ahí con el equipaje —grita la tía llamando nuestra atención.

Todos nos unimos finalmente.

Las familias se ven tranquilas despidiendo a sus hijos con felicidad. Otros que ya nos conocen voltean a ver curiosos.

La tía comienza a organizarnos para bajar el equipaje y meterlo al tren antes de que parta, lo cual es en unos veinticinco minutos, pero bueno, más vale llegar temprano.

—Ay, Ellie parece que vas a vomitar —dice Leah golpeando mi estómago levemente.

No parece... ¡Voy!

—Me siento terrible —digo haciendo muecas —. Ni siquiera me sentí así de nerviosa el año pasado. Parecía más fácil.

—Claro, fue tu primer año. Estás asustada ahora que sabes lo que realmente te enfrentas.

—¿También te paso en segundo año?

—Bueno, uno creería que los nervios se van desde el primer año. Después solo piensas en volver aunque sabes que puedes morir en cualquier momento estando allá. En ambas partes, eso se llama adrenalina. ¡Es glorioso!

—¡Para nada!

El sudor sale por mi frente, estoy aceptando con mi cuerpo que no quiero esa experiencia, no quiero volver ahí sabiendo que podrán matarme o peor, matar a los que quiero. No quiero regresar para ver cómo Cedric hace su vida sin mi, mientras yo miro hacerlo. Sobre todo no quiero regresar a lo que sea que me recuerde esa noche.

Inflo mis mejillas repetidas veces, agachó la cabeza y con mis manos golpeó levemente las rodillas. Esperando a que pase algo  catastrófico para irme de aquí. Tal vez la vida con Sirius sea más divertida.

Entonces, ese algo pasa, sin ser catastrófico.  Más bien es una mujer que se dirige a nosotros.

Sinceramente creo decir que la palabra mujer se queda corta.  Y que conste que a la única persona con la que he sentido lo mismo es con mi tía Molly.

Ella tiene el cabello abundante, ondulado, de un negro como la mismísima noche y aparte sedoso. Camina con tanta seguridad y elegancia que la hace ver fantabulosa, resaltando sus pronunciadas curvas las cuales portan un vestido negro hasta los tobillos, algo ajustado pero no lo suficiente como para caminar. Luego estaba su bello rostro armonioso y una linda sonrisa agradable. Sus ojos son de un color miel tan peculiar que solo habría visto dos veces en mi vida. Gracias a eso me doy cuenta quien es y no dudo en abrir mi boca por la impresión.

Es evidente el aura tan magnética que tiene, todos sin excepción voltean a verla, casi rompiendo sus cuellos para observar. Incluso por el rabillo del ojo veo a Remus acomodar su saco desgastado.

Sirius... Digo, Hocicos. Es el primero en acercarse a la mujer, meneando la cola tan pretencioso.

Por un segundo creo que lo va a ignorar. Pero ella alza las manos alegre y procede a rascar su panza.

—Vaya mujer —susurra uno de los miembros de La Orden.

—Leah, ¿Ella es tu madre? —pregunta George con interés a la pelirroja.

Ella se queda congelada pero contesta: —Aja.

—¿De casualidad sabes si le gustan los hombres de negocios? —dice está vez Fred —. Porque pronto seré uno.

—¿Te refieres a ser hombre o a lo de los negocios? —bromea Ginny y es la primera vez que todos salimos de ese especie de trance.

—Bueno Leah, si no nos quieres como tus padrastros supongo que Sirius no está nada mal —rie George junto con su hermano y ella se sacude exageradamente.

—¡Agg no me hagan esas imágenes mentales! ¡Es asqueroso! 

Si, es tan turbio ver cómo esa guapa mujer le rasca la panza a Sirius... Digo, Hocicos.

A no ser que...

Rápidamente me volteo a ver a Smith con los ojos como los de Hedwig. Así de grandes.sin siquiera parpadear y yo creo que Leah pensó lo mismo tanto que también se voltea a mi dirección. Intercambiamos miradas pero no decimos nada.

Solo se queda en el aire.

Pero ella sabe y yo sé a lo que ambas nos referimos.

Después de unos segundos, la madre de Leah se levanta y saluda a todos con una radiante sonrisa.

—¡Hija! —llama a la pelirroja y le da un abrazo, luego dice algo que nadie entiende, en otro idioma y Leah le da un beso en la mejilla.

Puedo escuchar a Ron soltar un suspiro mientras ve la escena. 

—¿Les puedo robar a mi hijita por unos segundos? —hasta su voz era preciosa tanto que nadie se opone en su contra.

Ambas desaparecen por un rato.

—Eso si ha sido un encuentro precioso —escucho decir a Hermione qué rueda los ojos refiriéndose a la mamá de Leah.

—¡Hermione por qué dices eso! —le reprocha Ron, en defensa de la señora Smith.

Todos volteamos a verle interesados.

—Dejo a Leah sola a su merced mientras se iba a Brasil de Vacaciones.

—¡Por supuesto que No! ¡Ella nos contó otra cosa! —exclama está vez Harry.

—A veces la gente miente —Hermione se cruza de brazos —¿Esperaban que ella les contará su vida a los insensibles que lo único que hacen es ignorarla?

—Yo jamás la he ignorado —Potter aprieta los puños y todos nos sorprendemos del enojo con el que le contesto.

Hermione se ruborisa pero sigue firme.

—¿Y que tal Ron?

—Bueno... Yo no... Es decir. ¡Tampoco soy tan malo con ella!

—Le dices Loca todo el tiempo.

—¿Así que ella se fue? —le pregunté directamente —¿No fue obliga a escapar?

—Eso hubiera sido coherente, una vez que supo que algo andaba mal, solo huyó. No peleó por llevarse a sus hijos ni nada, permitió que el señor Smith le metiera ideas sobre el señor oscuro a Zack. Y Leah, bueno, no sé preocupo por ella hasta que Sirius la contacto. Una verdadera madre se hubiera llevado a sus dos hijos con ella.

No podría negarse que eran familia, físicamente era imposible. La única diferencia entre ellas es que Leah era pelirroja y la señora Smith pelinegra.

Aún así la duda me entró hasta por los poros y el pensar que su madre la abandonó me pone triste.

—No lo sabía —Harry se acomodó los anteojos también triste.

Aún no han salido de los baños y me preocupa un poco. Al igual que Hocicos que anda rondando por ahí como si nada.

Miro el gran reloj colgado en la pared para asegurarme que hace falta quince minutos para partir, sin embargo aún no nos dejan subirnos hasta que estemos todos completos y la conversación entre las Smith se está prolongando.

—¡Ellie, Ellie! —alguien entre la multitud grita mi nombre y yo me giro frenéticamente para encontrar a la persona que llama por mi. Hasta que por fin doy con la razón exacta del porque estaba esperando regresar. La única razón buena para quedarme. Veo a un rubio correr hacia mi junto con una parejita de tras de el.

Yo imito su acción de correr a ellos y en menos de segundos. Los cuatro nos damos un gigante abrazo mientras saltamos alegres.

Mis mejores amigos: Ernie, Susan y el buen Justin.

—¡Pudiste mandarnos una carta! ¡Todo el verano sin saber de ti! —chilla Bones sujetando mis manos con fuerza —¡Estabamos preocupados! ¡Ay, Ellie!

—¿Que tal tus vacaciones? ¿Cómo estás? ¿Que paso? ¿Cómo está Cedric?

Tomo distancia entre nosotros cuando escucho ese nombre pero no borro la sonrisa.

—Lamento haberlos ignorado todo este tiempo. Sucedieron cosas en casa que será mejor les expliqué cuando estemos solos.

—Nosotros tenemos cosas que contarte igual —acepta Justin con una sonrisa, apoyando su mano en Susan —. Ha sido una locura.

—¡Lo nuestro son buenas noticias! ¿Adivina quienes son los nuevos prefectos de Hufflepuff? —Abro la boca emocionada para contestar pero Ernie lo hace por mi —. Hannah y yo, ¿Puedes creerlo? Y pensar que la parejita de aquí son más responsables.

Me abalanzó sobre él sin siquiera pensarlo para darle el abrazo más feliz del mundo mundial a forma de regalo por su gran título.

Estoy contenta de escuchar que mis dos amigos hayan ganado y las sonrisas de Susan y Justin también son genuinas.

Aunque yo igual aseguraba que ellos se llevarían la insignia a cambio. Supongo que Dumbledore no podía tolerar noviazgos entre los requisitos, aún aparte de eso, luces orgullosos de sus amigos.

—Hablando de Hannah ¿Dónde está ella?

—Ya sabes Abbott es Abbott, casi siempre llega tarde —Susan se alza de hombros despreocúpada y no evitamos darnos otro abrazo.

Mi corazón late a mil por hora cuando los veo enfrente mío y me hacen sentir que todo fue real. Que oficialmente estoy de regreso, aunque no deje de asustarme, me siento más tranquila. 

En eso, Hocicos se nos acerca alegre y da una caminata en círculos sobre nosotros.

—¡Oh, Hocicos! Ellos son mis amigos.

—Linda mascota —sonrie Susan tratando de acariciarla.

Justin le evitan un poco con una especie de mueca, mientras Ernie mira malicioso.

—¡Ven Justin, cortemosle la cola! —Ernie comienza a perseguirlo y Sirius corre para evitar que eso suceda, pero en vez de atacar al rubio, se va directamente con Justin quien parece mejor presa.

—¡No, alto perro! ¡Alejate de mi! ¡No me saques la lengua! ¡Sentado, Sentado!

Justin corre por toda la estación, evitan lo más posible a Hocicos y gracias a la escena todos se lanzan a reír. Ernie quien es un fiel amigo trata de perseguirlo, aunque se ríe de igual manera, pero al menos lo ayuda.

—Son un par de idiotas —niega Susan en su dirección. Luego voltea alegremente hacia mi —. Oh Ellie, en verdad estoy aliviada de verte bien, las cosas que pasaron en el último curso tiene a todos estresados. Incluso mi familia habla de ello y bueno Harry...

—Lo se —asenti de inmediato —Hablaremos de eso más tarde ¿Te parece? Puede ser peligroso.

Yo miro discretamente alrededor y ella entiende rápidamente, quedando estática en su lugar sin nada más que decir.

—Esta bien, buscaré un vagón en lo que esos bobos dejan de jugar con tu mascota —ella señala hacia su novio que sigue corriendo pero quita la sonrisa enseguida al ver que permanece exahusto —. O mejor dicho, iré a salvarle el pellejo antes que se los coma de un bocado ¿Vienes?

—Los alcanzó en un segundo, tengo cosas que hacer aún.

Ella asiente para irse, sin antes darme un último abrazo.

—Estamos de vuelta —me susurra en el oído.

Si, lo estamos.

Hey Honeys ist me 💙

En este capítulo originalmente quería poner a Cedric pero siento que habría Sido muy largo. En el próximo ya prometo que aparece vivito y coleando.

La chica del inicio es la madre de Leah, Monica bellucci una preciosa mujer.

¡Espero les haya gustado el encuentro de los amigos y los secretos que se vienen sobre la vida de Leah y otras personas en la orden!

Leo sus comentarios.

Lxs amooooooooooo.

Bye 💙.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro