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Cap.11-Puesto en Libertad.

Capitulo once: Puesto en Libertad.

¡Por Merlin, el cuerpo me duele!

Los brazos, las piernas, inclusive el torso. Cada milímetro de mi estaba agotado.

Pase los últimos tres días ayudando con limpiar cuartos, matar plagas y recoger desastres que seguramente los demás dejaban por la casa Black. 

Mi tía se había tomando enserio eso de renovar por completo la morada, que conste que el dueño no fue de mucha ayuda. Sin embargo el trabajo bien o mal te dejaba abolladuras y que suerte tuvieron los gemelos de poder utilizar la magia. No se veían tan estropeados como yo y eso que pasar el verano limpiando paredes se me hacía familiar.

Hago una mueca de dolor, cuando siento mis huesos estirarse. Si me pones atención podrás escuchar como varios de estos truenan al mismo tiempo.

Eso sí que me hace sentir mejor.

Segundos más tarde Ginny entra a nuestra habitación con Maya sobre su hombro, sonriendo satisfecha.

—¡Te has levantado por fin! —exclama dando palmaditas en mi hombro.

—¿Es tan tarde?

—Eres la última —asiente dejando a la ave sobre la ventana y tomando un pergamino del escritorio —. Te acompaño a desayunar si quieres.

Le sonrió aceptando su propuesta y me paro para cambiarme sin perder más tiempo.

Me parece increíble ser la última en despertase, casi siempre Ron es levantado de la cama en contra de su voluntad y si mi tía no le pide hacer nada, vuelve a juntar su cara contra la almohada como si fuera una profesión o su pasatiempo favorito. 

En lo que doblo mi pijama y tiendo la cama, mi prima sujeta su pluma comenzando a escribir en el pergamino, rápidamente y con la misma sonrisa rebosante de hace segundos. Pero se detiene.

Por un momento creo que a terminado, aunque no despega la pluma de su mano. Entonces se voltea levemente, dudando un poco antes de hablar, aún así lo hace.

—Ellie ¿Puedo hacerte una pregunta?

Sigo acomodando mi ropa que deje aventada en mi baúl aunque me las ingenio para mirarla y sonreír cálidamente.

—Por supuesto.

Después de un año y meses juntas, Ginny se había convertido en una hermana para mí. En una real, de las que se apoyan mutuamente aunque no estén de acuerdo en todo, de las que se tienen confianza sin dudarlo. 

Con Griselda era diferente, a pesar que legalmente tenía mi apellido, ella nunca fue cálida conmigo. Siempre me hizo sentir fuera de lugar. Cuando trataba de ser amable era para pedirme favores o que participará en sus experimentos raros. Lo que obviamente sucedía con frecuencia, incluso llegué a creer que ese tipo de relaciones era así para todos y hasta el día de hoy me di cuenta lo equivocada e ingenia que había estado. 

—Se que es difícil para ti platicar sobre el tema, pero... ¿Cómo supiste que estabas enamorada de Cedric?

Escuchar ese nombre me quita la sonrisa del rostro, en cambio a eso siento una punsada en el estómago que me hace querer vomitar de los nervios. Mi mente quiere expulsar los recuerdos de alguna manera y mi cuerpo lo capta.

—Cielos Ginny, me sorprende tu pregunta — digo con sinceridad, luchando internamente para no colapsar o algo parecido.

—Veras, no soy experta en el tema. Tengo curiosidad.

—Entiendo —sonreí triste —Sin embargo Cedric fue mi único novio.

—Y ¿Cómo supiste lo que sentías ?

Actúe como boba solo por recordar eso. La forma en la que se preocupo por mi sin siquiera conocerme, sabía que era un buen sujeto por eso.

Siempre dispuesto a ayudar a los demás...

—No lo sé, no es algo que se pueda explicar —dije con sinceridad —. Fue de la noche a la mañana. Un día solo me gustaba y al otro estaba completamente enamorada.

Ginny se alegro bastante como si escuchará la historia de amor de sus padres. 

—Que bello.

—Es decir, solo lo sientas y ya, no hay dudas ni confusiones. Está todo claro.

—¿Y cuando no?

—Entonces no te sentiras segura con la decisión —declare alzando mis hombros —. En el mundo hay tres tipos de personas. Las que lo encuentran al azar. Las que se pasan buscando su amor toda la vida y las que lo tienen justo enfrente pero no lo aceptan. 

—¿Y tú cuál eres? —pregunto Ginny. Le brillaban los ojos y me recuerda al yo de hace algunos meses cuando todo era nuevo y abrumador para mí.

Pero no le contesté, me quedé callada.

—Sera mejor que se apresuren —dice una voz desde el marco de la puerta. Cuando me volteo, veo a Leah comer una tostada de Galea —. La señora Weasley quiere que limpiemos las alfombras.

—Bajamos en un segundo —contesto y ella se va. Luego miro a Ginny para convercerla de irnos pronto —¿Nos vamos?

—¡Por supuesto! Nada más déjame hacer esto.

La pelirroja menor dobla el pergamino y le pone un elegante moño para enredarlo en la pata de la guacamaya y abre la venta para que está salga volando majestuosa hacia los montes.

No le quise preguntar nada, supongo que en su momento me querrá contar lo que tenga entre manos, aunque sin decir nada ya te podrías dar cuenta de lo que sucedía.

Las dos chicas me acompañaron a desayunar, después de eso cada quien empezó con sus tareas accionadas. Ginny fue hacia la chimenea con Fred y George para aullentar las arañas. A Leah, Hermione, Ron y a mi nos tocó las alfombras.

Con mis poderes de limpiadora profesional, comencé a tallar la tela con un cepillo de madera mientras las burbujas se dispiraban por todo el pasillo.

Creo que sería un buen momento para escaparme. 

—Ah, no sale la suciedad —se queja Ron desde el otro lado de la alfombra —. Esto es asqueroso.

—Ron —dije para llamar su atención, mirando la forma tan torpe en la que limpia. Pronto el pelirrojo me mira fastidiado —. Estas sujetando el cepillo al revés.

Mi primo frunce el ceño mira do hacia abajo para comprobar lo contrario pero se ruborisa cuando se da cuenta que en efecto tengo razón.

—¿Cómo sacas tanta espuma? —pregunta está vez Leah.

—Tienes que poner jabón y revolverlo en tu cuenco. Luego frotar.

—¡Uy! Ellie eres toda una prodigio en la limpieza, lastima que no sea una materia en Hogwarts arrazarias hasta con Hermione.

Por el rabillo del ojo veo a la castaña darle más duro a la alfombra.

—No es pociones —le resto importancia  —¿A caso ninguno de ustedes limpio antes?

Leah y Ron se quisieron reír como si fuera broma.

—Mi casa es pequeña y todo lo hace mamá con la varita —acepta Ron.

Hermione abre la boca para protestar.

—Yo tengo varios elfos domésticos —la interrumpe Leah y está vez Granger tiene más ganas de protestar.

Escucho unos segundos la reprimenda que les da a ambos y yo sigo con mi gran hazaña de limpiar cada parte sucia. Mi dedicación da frutos cuando por fin veo mi parte llena de jabón oscuro en señal de que la mugre se ha ido. Solo falta hechar agua y esperar a que seque.

—¡Por Godric Gryffindor mira el trabajo de Ellie! —Leah ignora olímpicamente a Hermione cuando se da cuenta de que he terminado —Wow es como un Don.

Claro que no era un don, era la práctica que tenia. Al fin y al cabo cinco años de ser la mucama de mi propia casa habrían válido la pena y por fin me siento útil aunque no sea una de mis tareas favoritas.

—Deberias continuar con lo demás para dejarlo parejo —dice Ron convincente.

—¡Si! —le apoyo Leah.

Y por primera vez están de acuerdo en algo.

—No. Es el momento perfecto para que ustedes se entrenen y si se esfuerzan el día de mañana podrán lograr esto —digo dando ánimos, aunque se que no les interesa. Lo menos que quieren es hacer trabajo duro.

—Seria más fácil si los demás nos ayudan.

Me saco el delantal y dejo los utensilios en el piso.

—A todo esto ¿Dónde está Potter? —cuestione asomando mi cabeza hacia los lados.

Hermione ya ha terminado su parte también, por lo que arremeda mi acción de dejar aún lado las cosas.

—¿No te acuerdas? Hoy es su audiencia.

—¿Enserio?

—Si, se fue desde la mañana con Papá hacia su trabajo en el ministerio. Yo estuve una vez allí antes y déjame decirte que es enorme. Tienen varios departamentos extraños, me dejaron exculcar los artefactos perdidos. Encontré una motocierra mágica y casi mato a Scrabbers con eso —Mi primo se estremece —. Tan solo de haberlo sabido, no hubiera dudado en matarlo.

Leah rueda los ojos.

—Pero cómo siempre no fuiste de mucha ayuda.

—¿Creen que salga absuelto? —cambio de tema antes que siga la discusión, ya habían roto el récord de tiempo sin pelear.

Hermione se muerde el labio nerviosa.

—No debemos dudarlo tanto —contesta Weasley en reacción a su amiga —. Es decir Dumbledore estará con el.

—Ya, pero recuerda que tampoco lo quieren en el Ministerio.

—Lo quieran o no, la justicia está de su lado. Harry y yo estudiamos antes de la audiencia y debo decir con seguridad que puede salir libre.

—Hermione, sinceramente tu estudiaste,  Harry actuó como si lo hiciera pero sabemos de antemano que ha ido a su suerte.

Hermione vuelve a enfadarse con Leah, de todas formas la pelirroja tenía razón. ¿Quien podría concentrarse cuando hay tantas cosas pasando al mismo tiempo? Harry estaba afligido y todos lo presionaban con que estaría bien.

¿Y si no lo estaba? ¿Que pasa cuando se estropea todo?

𓄃   𓄃   𓄃   𓄃  𓄃

—¡Libre!

Harry entra a la cocina como una auténtica celebridad. Los demás estamos amontonados sobre el, casi que pidiendo autógrafos y que se ponga a cantar alguna canción de las Spice Girls. 

Los aplausos se escuchan y los victeos también. En tanto, el azabache parece de mejor humor y el enfado se ha esfumado.

—¡Lo sabía! —celebra Ron —¡Siempre te sales con la tuya.

—Es que era obvio —le sigue su amiga —. No había ningún caso contra ti.

—Bueno, todos se ven aliviados después de decirme que me saldría con la mía de todas formas.

La tía Molly se seca las lágrimas dando unos cuantos golpes reconfortantes en el hombro a Harry.

En tanto George, Fred, Ginny y Leah inician una especie de baile llamado la conga por al rededor del comedor.

—¡Eso Harry! ¡Eso Harry!

—Calmence muchachos —pide amablemente el tío Arthur, tomando asiento a un lado de Sirius —. Escucha, vimos a Lucius Malfoy en el ministerio.

—¿Que?

—¡Oh, Harry! ¡Oh, Harry!

—¡Cállense! —grito el tío —Si, estaba en el noveno piso con Fudge, luego vimos que entraron a su oficina. Dumbledore debería saberlo.

—Leah, por favor guarda silencio y siéntate —dicta Sirius hacia el ruido de los cuatro pelirrojos obviamente liderado por Leah, luego se gira hacia Weasley —. Se lo diremos, no te preocupes.

—Muy bien. Me retiro, hay un problema con un retrete tapado en Bethnal Green. Molly por cierto llegaré tarde, cubrire a Tonks esta noche pero Kingsley vendrá para cenar.

—¡Vamos Harry! ¡Vamos Harry!

—¡Fred, George, Ginny, Leah! ¡Suficiente! —grita mi Tía despidiéndose de su amado esposo. Aún así los pelirrojos no pararon —. Te traeré algo de almorzar, apenas pudiste probar bocado en la mañana.

Me volteo rápidamente para mirarlo ahora que nadie le presta tanta atención y se concentran en el olor de la cocina.

—Me alegra que te dejaran regresar —comento dichosa —Tu perteneces a Hogwarts.

Con eso Potter se ruborisa sin decirme nada, solo inclina la cabeza y se voltea rápidamente hacia sus mejores amigos. 

Ahora a celebrar con pollo asado.

—¡Eh, Harry! ¡Eh, Harry!

—¡CÁLLENSE!

Hey Honeys ist me 💙

Espero les guste mucho, las leo en comentarios.

Las amoooooooooo

Bye💙

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