31 de marzo, 2019.

—¿Tanto te interesa? Ni lo he visto —habló Nina, ofuscada por mis constantes incógnitas. Rogers había desaparecido hace dos días, ni sus padres sabían donde estaba. Ellos llamaron a la policía, pero no tenían ningún rastro de él.

Fueron días muy complicados para mí porque realmente lo extrañaba y temía que algo le hubiera pasado. Después de todo, intenté remediar mi relación con él y, por el momento, iba bien, sin embargo, él desapareció sin más.

Según sus padres, era algo muy típico de él, como un mal hábito que no pudo dejar. Tengo mis dudas acerca de eso porque el otro día encontré recetas médicas entre las cosas de Ángel, me preocupa que tenga algo muy grave y no quiera decirlo. Las recetas tenían fechas antiguas, como de hace cinco meses. Coinciden cuando desapareció por primera vez, fueron un par de horas y, por eso, nadie le dio la importancia que, tal vez, mereciese. 

Mis padres me dijeron que podría haber sido secuestrado, otros decían que había huido de casa por culpa de sus padres. Aunque, yo creía que Rogers intentaba escaparse de todo el mundo porque sentía la necesidad de hacerlo. Y lo comprendí. Aunque eso no me ayudaba. 

Pasé toda la tarde en el puente, esperando por su regreso. Incluso decidí esperarlo mañana y pasado, y el día después de ese. Lo haría hasta que regresara. Regresa, por favor, Rogers.

Nota: Aquel día, sentí, por primera vez, miedo de perder a una persona cercana a mí.