Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

22 "Muro invencible"

El frío aire de un sábado por la mañana pega en mi rostro, haciéndome olvidar de donde estoy.
Aún sigo mirando para todos lados, sin prestar atención de lo que sale de la boca del hombre que dice predicar la palabra de Dios.

Te sigo buscando en mi perdición, Jisung. ¿Dónde diablos estás? ¿A caso no te acuerdas de tu promesa?

Fueron tres días sin tí. Donde lo que más quería era estar entre tus brazos. Qué estos rodearan mi cuerpo con tanta fuerza, así asegurarme de que no pasaría frío, por que es lo único que siento desde que mi padre se fue.

Personas que no conozco, pero conocían a mi padre, están llorando por su nombre, mientras dejan una rosa de color roja o blanca, sobre la madera marrón reluciente ante el sol.

No he derramado lágrimas, ni una sola, porque todas se fueron por tu culpa.

Hyunbae, que se supone que cuidaría de nosotros, ahora solo cuidará a Lisa, mientras yo me encargaré de tener todo listo para su futuro.
¿Cómo está ella? No lo sé. La he escuchado llorar pero no me atrevía a acercarme, ¿Porqué? Tampoco lo sé.

Estaré solo en casa por unos cuantos meses, será duro, pero también trataré de encargarme de las sesiones terapéuticas de mi hermana.

Esto es más difícil de lo que pensé. Estar alejado de ella, de esta manera, no me gusta, pero es por su bien.

¿Dónde estás? ¿Por qué no estás tomando de mi mano en este momento?

El hombre, quien tiene un pequeño libro en su mano, con un collar que finaliza con una cruz, nos mira, a mí y a Lisa, indicándonos que es nuestro turno.
Avanzo con mis manos en los hombros de mi hermana, para dejar sobre el cajón dos rosas de color amarilla, las favoritas de mamá y papá.

¿Aún sigues amándome?

Es esto absurdo. Aún sigo pensando en tí, cuando lo tendría que hacer en mi padre y su muerte.

Las personas pasan por mi lado, haciendo una leve reverencia y dándome sus condolencias. Hyunbae y su esposa los despiden con una gran sonrisa.

Aún sigo esperando, en este enorme lugar lleno de cesped y de árboles, a que tomes mi cintura y me abraces, así yo podría respirar.

¿Por qué me has hecho una promesa que no pudiste cumplir?

—Minho, ¿te encuentras bien? —Hyunbae posa su mano en mi hombro.

—Sí.

—¿Seguro estarás bien solo? Sabes que tengo una habitación extra, no es demasiado grande pero...—

—Lo voy a estar —Lisa se aferra a mí brazo.

—Si tienes problemas, sabes que puedes contar con nosotros, para lo que necesites.

—Estoy bien, solo cuiden de Lisa —mi mayor, quien me mira a los ojos, asiente lentamente y se va.

Lisa tira del saco de mi traje de vestir, haciendo que descienda mi mirada para posarla en ella. Flexiono un poco mis rodillas hasta quedar a su altura.

—Hyung Hyunbae te cuidara por un tiempo, ¿sí? No puedo dejarte sola mientras voy a la universidad y al trabajo.

—Entiendo, oppa, ¿vendrás a verme? —trata de sonreír. Mis dedos atrapan una lágrima que se estaba deslizando por su pómulo.

—Claro, iré lo más seguido que pueda, saldremos a...—

—¿Traerás a Jisung oppa? No lo he visto en mucho tiempo.

—No lo sé, tal vez lo pueda convencer ¿de acuerdo? —sus pequeños brazos me rodean.

—Te quiero —cierro fuertemente mis párpados.

—Y yo a tí, mucho —acaricio su cabello mientras siento que algo se desliza desde mis ojos deteniéndose en la comisura de mis labios—. Ve, Hyunbae está esperando —se suelta de mi y va corriendo hacia el hermano de mi padre y su esposa.

Ellos me saludan desde lejos y les devuelvo el saludo.
Miro hacia el césped y largo un pequeño suspiro. Me reincorporo, girando mi cuerpo hacia ambos lados.

—Aún sigo buscándote, que idiotez —tiro de mi cabello y salgo de ese lugar.

¿Por qué tienes que invadir mi mente de esta manera? ¿Por qué no sales un momento de mi cabeza?
¿Tanto me enamoré de tí? ¿ Tanto como para que tus besos me devuelvan el aire? ¿ Tanto para que te vuelvas mi lugar seguro? ¿Tanto como para que cada centímetro de mi cuerpo te extrañe?

Aún recuerdo todo lo que has dicho. Pero podría olvidarlo.

Busco la llave en los bolsillos de mi pantalón. La introduzco lentamente en la cerradura de la puerta, dandole dos vueltas para poder abrirla. Me adentro en la casa, inhalando el olor que mis fosas nasales jamás habían experimentado.

Soledad.

La risa de mi padre inundaba cada rincón de esta sala o su perfume, el cual le robaba en determinadas ocasiones porque me gustaba.
Hasta que conocí a Jisung y dejé de usarlo, porque su olor se volvió mi aroma favorito.

¿Por qué todo me lleva a tí?

La puerta que olvidé cerrar, es tocada dos veces. Mi cuerpo se gira lentamente y mi corazón comienza a latir al encontrarme con el brillo de sus pupilas, que tanto admiro.

—¿Qué haces aquí? —aparto la mirada y mi cuerpo comienza a temblar. Me recargo sobre el sofá, casi sentándome, apoyando mis manos a cada lado, hundiendo mis dedos en el cuero.

—Lo siento —su voz, diablos que la extrañé—. Siento tanto lo de tu padre.

Cruzo mis pies y hecho mi cabeza hacia atrás e inhaló fuertemente.

Él es lo que necesito, pero no puedo mirarlo a los ojos.

—¿Qué haces aquí? —suelto en un hilo de voz—. ¿Cómo lo supiste?

—Seungmin —dice, casi en un susurro—. No quiero que estés solo, no ahora.

—¿Por qué no has venido? ¿Por que no antes?

—Quería darte tu espacio, luego de lo imbécil que fuí aquel día.

—Tú me odias —me encojo de hombros, largando esas palabras con un tono de indiferencia, pero me aprieta el corazón al recordar lo sucedido.

—Eso no es cierto, Minho —trata de avanzar pero me enderezo rápidamente y elevo mi mano para detenerlo.

—¿Sabes? El corazón de mi padre se detuvo, así como el mío cuando escuché esas palabras salir de tu boca, pero mucho más cuando no estabas tomando mi mano en ese funeral —le doy la espalda, mirando nuevamente hacia el suelo.

—Estuve —elevo la mirada pero solo me encuentro a una pared con algunas fotografías—. Estuve allí, a lo lejos. Quería correr, abrazarte y decirte que todo estará bien, porque lo prometí, ¿lo recuerdas? En la azotea, mirando las estrellas. Minho, jamás rompería una promesa y menos si es contigo. Yo... Yo no se por qué dije aquello, no es lo que pienso ni mucho menos lo que creo de tí, Minho... Amor, por favor, perdóname, jamás sentiría lo que dije ese día. Te amo, en verdad lo hago, con una intensidad que no sé de donde sale, lo siento.

Mi corazón se detuvo una vez más por sus palabras. Mí respiración, que por un momento creí haber recuperado, también desapareció. Mis músculos aún siguen temblando y más lágrimas comienzan a caer.

—Tú me odias, Jisung, ¿qué haces aquí? ¿No te bastó con decirme niño pobre y que jamás te enamorarías de mí?

—¡Lo siento! Fuí un imbécil, me dejé llevar por Soobin... Minho, estoy aquí porque yo te necesito y tú me necesitas.

Largo una carcajada forzada, pero lo peor es que tiene razón.
Lo necesito para poder respirar.

—Yo no te necesito, solo vete.

¿Por qué diablos miento?

—Por favor, Minho.

Sigo mirando hacia aquella fotografía, Lisa cargando a nuestro primer gatito.
No quiero mirarlo, porque sé que perdería.

—¡Vete de una puta vez! —escucho un portazo y el silencio inunda la habitación por unos segundos.

—No lo haré.

El sonido de sus zapatos resuena en la sala, aproximandose a mí, me toma de la cintura, rodeandome por completo.

Mi corazón late a más no poder, mi respiración vuelve de una manera agitada y mas lágrimas se deslizan por mi rostro.
Mis piernas flaquean, dejándome a mí y a Jisung en el suelo.
Su brazo agarra firmemente mí abdomen y con el otro, sus dedos comienzan a acariciar mi cabello.

—Por favor deja que me quede, no quiero dejarte solo... No así.

Cierro los ojos con fuerza, dejando que el peso de mi cuerpo caiga sobre el suyo, dandole mi respuesta a su petición.

Me siento a salvo.

Mi cabeza duele y todos mis músculos se destensan cuando él deja un beso sobre mi mejilla.

¿Por qué, Jisung? ¿Por qué tienes que ser mi salvavidas?

Lentamente voy entrando en un profundo sueño, pero aún siento sus brazos posarse por debajo de mis rodillas y alrededor de mi espalda.
Entra en mi habitación y me acomoda en la cama. Quita mis zapatos y la parte de arriba del traje negro.

—Te prepararé algo de comer —gira su cuerpo para irse, pero alcanzo su dedo pulgar, así como la primera vez.

—No me dejes solo, no te vayas —asiente levemente, haciendo que algunos mechones de cabello rubio caigan sobre sus ojos.

Quita sus zapatos y me acomoda una vez más sobre su pecho. Deja un beso sobre mi cabeza y sus manos se encierran en mi cintura, mientras que yo escucho el latido de su tranquilo corazón.

Estoy jodidamente a salvo en sus brazos, ¿Por qué una persona tiene que ser mi lugar seguro? ¿Por qué puede devolverme la respiración tan rápido como me la quitó? ¿Por qué? ¿Por qué con su voz? ¿Por que con su sonrisa? ¿Por que con su tacto? ¿Por que tú?

Te necesito para respirar, ¿sabes lo absurdo que suena eso? Porque jamás necesite nada ni nadie para salir a delante y luego vienes tú y me robas, te atreves a romper el fuerte que construí desde la muerte de mamá como si no fuera nada.

¿Por que soy tan débil? ¿Por qué soy fuerte solamente cuando estas conmigo?

¿A caso eres la última pieza de mi fuerte? ¿Sin tí se destruye todo? ¿Pero cuando estás, se forma un muro invencible? ¿Por qué tienes que ser tú, mi última pieza para poder vivir?

—Minho —su voz ronca se hace presente—. No sé como ayudarte, no sé lo que se siente perder un padre, porque yo nunca lo tuve, pero si sé, lo que significa poder perderte y no quiero eso, yo... —deja de hablar por unos segundos—. Minho, yo te amo.

Ésto es todo lo que necesito y odio tener que depender de eso.

—Te amo, Hannie —mi corazón actúo antes que mi cerebro, porque no tenía planeado responder—. Pero aún no te perdono.

—Lo sé amor, solo olvida lo que dije, eso no fue en serio —me aferro un poco más a su cuerpo.

—Estuve más de dos horas llorando por tu culpa —ahora tiene que sufrir.

—No digas eso, me siento un idiota.

—¿Será por que lo eres? No todo el tiempo, pero tienes tus momentos, por ejemplo cuando me humillaste.

—Jamás quise humillarte, no se que fue lo que me pasó... Ese no era yo, me dejé llevar, yo...—

—Hannie —acaricia suavemente mi espalda—. Pensé que habías olvidado tu promesa —posa su mano en mi mentón haciendo que nuestros ojos se encuentren.

—Jamás lo haría, perdóname por no estar ahí, tomándote de la mano o abrazándote.

—Olvídalo —acomodo mi cabeza en su pecho—. Ya estás aquí.

—Te extrañé demasiado.

—Y yo a tí, mucho.

Mucho más de lo que quiero admitir.

Silencio. Uno para nada incómodo, solo disfrutando del uno y del otro.
Jodida sensación hermosa.

—Hannie.

—¿Mmmh?

—¿Me amas?

—Te amo, más de lo que quisiera —sonrío.

Enredo mis piernas con las suyas y desciendo mi brazo hasta su cintura. Su mano se posa en mis dedos y comienza a acariciarlos.

—¿Me has perdonado? —sonrío, tratando de que no lo note.

—No, aún no —muerdo mi labio inferior.

Claro que lo hice, desde que escuche tu voz cedí ante tí, pero mucho más cuando dijiste que no me dejarás solo.

—¿Por qué no duermes un rato?

—No puedo dormir.

—Necesitas hacerlo.

—¿Quién te dijo lo del funeral?

—No, no cambies el tema.

—Me lastimaste, Jisung, deberías hacer algo para que te perdone, ¿no crees? —largo una pequeña risa. Acerco un poco más mis pies hacia los suyos para acariciarlos mientras él larga un suspiro resignado.

—Fue Seungminnie —lo miro—. También me ha dicho que te contó lo de Soobin.

—¿Es loco o qué? Me avisó de que no te dijera nada.

—Soobin si está loco —golpeo suavemente su abdomen—. Auch, solo digo la verdad.

—¿Por qué no me lo habías dicho? Aquel día cuando pregunté más acerca de tí.

—No pensé en él, no le dí importancia, no creo que sea relevante en nuestra relación.

—Es muy relevante —me levanto, posicionando cada mano a los costados de su cuerpo, mirando sus ojos—. ¡Se volvio loco por tí! ¡Así como yo... —diablos.

Flexiona sus codos sobre el colchón, quedandose a centímetros de distancia y sonríe.

—¿Así como tú, qué? —sonrío nervioso.

—Nada, yo solo...—

—¿Te has vuelto loco por mí? Quiero que quede claro, que parte de Soobin me parece enfermizo, pero de tí, bebé, es una dulzura —miro sus labios al igual que él lo hace con los míos.

Quiero besarlos, necesito hacerlo.

—Amor, déjame decirte, que yo me he vuelto loco por tí.

Me siento a horcajadas sobre él. Lo agarro de las mejillas y comienzo a besar sus labios. Jisung posa sus manos en mi cintura, para luego acariciar mis muslos.

—Hannie —digo entre besos, largando algún que otro jadeo.

—¿Qué sucede? —eleva un poco su cuerpo para seguir besándome pero logro distanciarlo, para mirarlo a los ojos.

—No podrá ser tan fácil.

—Lo sé —deja un beso corto—. Pero lo voy a lograr —toma mi rostro para empujarme hacia él y atrapar mis labios, pero consigo separarlo.

—No va a ser tan fácil —articulo lentamente.

—No me hables así que te voy a dejar rojo de tanto extrañar tu boquita —sonríe.

—Entonces hazlo.

—¿No era que no iba a ser tan fácil? —su sonrisa se vuelve una ladina.

—¿Por qué no te callas y me besas, idiota? —agarro del cuello de su camisa y lo atraigo a mí, para atrapar su boca.

Tú eres el aire que yo respiro, ¿cómo es que dependo de tí? Me voy a contradecir a mí mismo y voy a decir que me encanta.

Solo por ahora, porque buscare la manera de sobrevivir, como lo hacía antes de conocerte.

Ahora mismo, besando tus labios, contigo entre tus brazos, mi muro invencible está completo y creo que te odio por eso, pero solo un poco.

Me enamoré de este capítulo.

Ya tengo algunas ideas para una historia ChangLix y HyunIn, incluso una con SKZ completo, pero no voy a decir nada al respecto hasta estar segura.

Gracias por apoyarme en mi primera historia.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro