Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

18 "Perfecto"【1/2】

Desde la muerte de mi madre, la depresión de mi padre y la ansiedad de Lisa, jamás volví a ser el mismo.
Nunca encontré a una persona con el cuál sentirme una persona completa. Claro, están mis amigos y ellos ayudaron cuando todo en mí se desmoronaba.

Pero luego apareció él.

Y fue como si en verdad me hubieran devuelto la vida.
Verlo con mi hermana, como de la nada preguntaba cuándo lo volvería a ver. Mi corazón empezaba a latir más rápido, mi sonrisa incrementaba.
Una parte de mí encajaba a la perfección.

Felicidad.

Es lo único que siento cuando estamos juntos. Cuando me abraza por la cintura o besa mi mejilla, o cuando acaricia mi cabello.
Me hace sentir a salvo, protegido en sus brazos, en sus besos, todo de él.

Él es perfecto.

Esto es perfecto.

Él me complementa.

Diablos, me hace sentir tan feliz. De la nada se convirtió en mí persona favorita con tan solo sonreir.
Nadie hizo esto por mí, que yo me sintiera feliz con tan solo mostrarme el brillo de sus pupilas.
O las veces que me dice "hermoso". Mi corazón late aún más cuando me llama de esa manera.
Me hace volar en un cielo repleto de mariposas.

Él es mi cielo.

Ahora soy yo el que lo mira dormir.
Delineo con cuidado, con las yemas de mis dedos, cada rincón de su bello rostro.

El día de ayer. Ese campo rodeado de flores, solos, en el mundo que él y yo creamos.
Dónde mi madre nos llevó por primera vez cuando Lisa nació.

Primera y última vez.

Los recuerdos con mi madre, se veían un poco borrosos en mí mente, al cruzar aquel camino de hermosas flores.
Y él hizo que todos esos momentos se hicieran visibles, creando nuevos recuerdos.
En dónde Jisung me acariciaba y me besaba, con sus suaves labios.

Él cambia completamente mi mundo, él lo hace perfecto.

—¿Sí sabes que soy adicto a tus caricias? —sonrío. Su rostro gira para mirarme y comienza a acercarse—. ¿Por qué estás tan lejos? —pasa su mano por mi cintura y apoya su cabeza en mi pecho—. Cómo me gusta escuchar el latido de tu corazón.

Encierro mi mano en su brazo y la otra acaricia su cabello.

—¿Qué vas a hacer con tu día de universidad de perdido?

—Recomponerlo con las clases de hoy —dejo un beso en su cabeza—. ¿Irás hoy a la universidad?

—Claro, aunque podría faltar y que Hyunjin me explique lo dado —besa mi pectoral—. En la cafetería, aunque ya quedé en ir esta tarde, he faltado bastante.

—¿Quieres pasar por mí cuando finalice mis clases?

—Claro.

—¿Luego me llevas a mi trabajo y te puedes quedar a...—

—¿Follarte en el baño? —me mira con una sonrisa y yo golpeo suavemente su cabeza.

—Jisung, eso no va a volver a pasar —me guiña el ojo y vuelve a acomodarse en mi pecho.

Puedo vivir así
Él y yo. Y dentro de poco, Lisa.

¿Por qué estoy yendo tan apresurado con mis pensamientos?
Estoy pensando en un futuro que quizás no lo tendré. Acabamos de comenzar ésto.

Ésta historia de amor.
¿Está mal soñar con algo que quieres?
Porque lo quiero a él. Solo a él, por el resto de mi vida.

—Jisung —mi dedo pulgar acaricia su pómulo—. ¿Estás dormido?

—Lo estaba, pero tu bella y excitante voz ronca me despertó —puedo sentir como mi rostro se vuelve rojo.

—Hay que irnos —se aferra más a mí

—No quiero, quedémonos, así por hoy.

—Ayer estuvimos todo el día juntos, Jisung, no puedo volver a faltar.

—¿Y si voy contigo a tus clases? —ambos reímos.

—¿Pero qué cosas dices?

En tan poco tiempo se volvió tanto para mí. Él es esa persona que me faltaba en la vida para completarla de una manera única y especial.
Una manera en la que puedo ser la persona más feliz del mundo con tan solo él estar abrazándome.

Es una sensación inexplicable, si se tratase con palabras.

—¿Te quedas ésta noche conmigo?

—Ya son dos noches seguidas, no lo sé.

—Solo por hoy, mañana te llevaré a casa —sus brillosos ojos se encuentran con los míos—. Por favor.

—Lo pensaré —dejo un beso en su frente.

—¿Es mucho que te pida que me hagas el desayuno? Necesito tu café —forma un puchero con sus labios.

Mi mano se posa en las suyas, las cuales agarran mi cintura con fuerza.

—Si me dejas ir, te haré el café, solo eso, llego tarde.

—¿Cómo sabes eso? —frunce su ceño.

—Lo presiento —suelta su agarre.

—Mi novio es tan inteligente —apoya ambas manos a los costados de mi cuerpo y me besa.

—Iré a cambiarme, no me extrañes —largo una carcajada.

Lo que tenemos es tan perfecto.
Cómo me trata.
Cómo trata a Lisa.
Cómo hace que mi estómago sienta millones de mariposas. Algo nuevo en mí, algo que me encanta sentir.
Solo el despierta esas cosas, con cada beso, caricia o...

Con tan solo existir.

Me levanto rápidamente de la cama, buscando mi uniforme que yace en el sofá.
Prendo botón por botón, mirándome en el espejo, sonriendo al recordar cuando me rodeó por la cintura y comenzó a besarme el cuello.

Sí, ese momento casi me excita.

Abro la puerta de la habitación y bajo las escaleras para adentrarme en la cocina, mientras Jisung aún sigue en el baño.

—Buenos días, Jisoo —hago una reverencia hacia ella, al encontrármela.

—Joven —se voltea y hace lo mismo hacia mí—. Buenos días —vuelve la vista hacia el pequeño desayuno que está sobre la mesada—. Disculpe, el desayuno todavía no está listo.

—No se preocupe, lo terminaré —me adentro un poco más.

—¿Está seguro? —se aparta de la mesa y yo asiento—. Si es así, iré a terminar otras cosas —se inclina nuevamente y se va por la puerta trasera.

—Jisoo prepara muy bien el desayuno, pero el café es amargo —Jisung aparece por sorpresa.

—¿Y qué tan dulce tiene que estar? —introduzco el café a la máquina.

Jisung se acerca más a mí, poniendo sus manos en los costados de mi cintura y su boca a la altura de mi oido, pegando su cuerpo con el mío y yo me quedo tieso.

—Cómo tus besos —sonrío.

Sus dedos se deslizan por mi cintura, aún con su respiración pegada a la piel de mi oreja.
El café tarda tanto en hacerse.
Mi corazón late cada vez más, con cada uno de sus movimientos y la sangre hierve debajo de mis mejillas.

Soy tan débil, solo cuando él me toca.

—¿Te puedo follar en la mesa? —empieza a besarme el cuello.

La luz de la cafetera nos interrumpe.

Aunque, me hubiera encantado.

Saco dos tazas y las lleno con el líquido negro. Pero Jisung no me deja, me pega aún más a él.

—¿En serio no quieres que te suba sobre el mármol frío y te folle? —susurra en mí oido.

Me giro sobre su cuerpo, dejándole un beso en sus labios.

—El desayuno está listo, trae las cosas a la mesa —sonrío para luego pasar sobre él para sentarme en una de las sillas de la isla.

—Sí, señor —dice bajo.

Pone las dos tazas en el centro, el recipiente con tostadas y la mantequilla, y dos vasos con jugo.

—Eres malo, ¿Lo sabes? —forma un puchero, pero se deshace cuando bebe un sorbo de café. Asiento, guiñándole el ojo.

—¿Cómo hago para remediar eso? —agarro una tostada, untando con un poco de mantequilla. Lo miro de reojo y él está sonriendo.

—Dejándome buscarte cuando finalices tus clases, para llevarte a tu trabajo —se lleva a la boca una uva—. Y quedándote esta noche, solo por hoy, mañana cumpliré al pie de la letra la promesa que te hice —sonrío.

—¿Promesa? —bebo un poco del juego, mirándolo fijamente.

—¿No recuerdas? Esa vez que te llevé a casa y dije que iba a recogerte, todos los días, bueno, me enamoré y técnicamente, te estoy secuestrando, así que, te devolveré, solo por unos días.

—Entonces, ¿Admites que me secuestras? —arqueo una ceja, dándole un mordisco a la tostada.

—Puede ser —eleva sus hombros, con una sonrisa.

—Me quedaré —sus ojos se agrandan—. Solo por hoy.

—Entonces, disfrutaremos la noche —sonríe ladino—. ¿Te llevo a tus clases? —dejo de repente la taza de café sobre la mesa, derramando algunas gotas.

—Sí, vamos —me levanto se la silla.

Me dirijo hacia la sala, tomando mi mochila del sofá. Me arreglo un poco más la camisa dentro de mí pantalón y paso mis dedos por mi cabello, tratando de peinarlo.

Jisung toma sus llaves que estaban arriba de un pequeño mueble y se apoya en la madera de la puerta principal.

—¿Qué? ¿Me veo mal? —lo miro fijamente y comienza a caminar hacia mí.

Toma de mi cintura, pegándome a su cuerpo, presionando sus labios con los míos.

—Te ves hermoso —acaricia mi cabello solo para desordenarlo.

—Jisung —trato de peinarlo nuevamente, mientras él solo ríe.

Salimos de la casa para adentrarnos en el vehículo.

Esto es tan perfecto que me aterra.
Me aterra la idea si esto termina algún día.
Me enamoré de él. De sus besos, sus caricias, de sus tontos piropos, hasta incluso de sus chistes.

Cómo hace que mi cuerpo reaccione ante el toque de su piel, o cómo el brillo de sus pupilas se volvió mi lugar favorito.

Cada vez que lo miro, ansío tanto besarlo o que me haga suyo.

Cómo aquel día, que me entregué a él y me cuidó con tanta delicadeza.

—No me extrañes —salgo del auto y me inclino por la ventanilla.

—¿Sí sabes que eso es imposible, amor? —se pone una mano en el corazón —. Y no me has besado —le tiro un beso y me voy hacia la universidad.

—¡Lee Minho, me debes un beso! —grita y mi rostro se torna un poco rojo al notar que las personas me miran.

Me volteo para verlo y lo saludo con la mano, aún avergonzado.

—Así que, ¿Enamorado? —Félix rodea mis hombros con su brazo, mientras veo el vehículo alejarse.

Golpeo levemente su pecho y lo miro a los ojos.

—Muy —sonrío.

Nos dirigimos hacia los pasillos hasta entrar en el salón.
Gracias a Dios ya me queda poco por terminar. Lo único que hago es hundirme en libros que a veces no entiendo.

Pero lo hago para salir a delante.
Porque dentro de poco seremos yo y Lisa.
Y Jisung.
Él no me dejará, ¿Cierto?
No, él estará conmigo.

Jodido primer amor.

A veces siento que quererlo es poco, es tan confuso.
Esas mariposas, esa jodida sensación.

—¿Vas a prestar atención o vas a pensar en Jisung? —Félix me saca de mis pensamientos.

—¿Cómo sabes que pienso en...—me mira arqueando ambas cejas—. En los apuntes de ayer, sí ... Eh... ¿Me los pasas? —le saco el cuaderno de las manos para empezar a buscar en las hojas.

Mierda, ¿Tanto se nota?
Creo que tendré que dejar de pensar en él.

Han Jisung.

Te metiste tanto en mí, que ahora no me dejas concentrarme en mis clases.

Perfecto.

Es tan perfecto que duele. Cada vez que su voz dulce inunda mi mente, cada vez que mis labios extrañan los suyo. Jodida mierda tan perfecta.

—Minho, han pasado dos clases y sigues con la cabeza apoyada en la mano y con la otra sosteniendo el lápiz, que no veo moverse, ¿Estás bien? —cuestiona nuevamente.

—No, claro que no —vuelve a mirarme—. No puedo concentrarme.

—Me dí cuenta —regresa, escribiendo en su hoja—. ¿Qué tienes en mente?

—Han Jisung —digo en un susurro, estirando mi cuerpo.

—¿Qué?

—Nada.

Diablos, Jisung, ni siquiera estas, pero lo haces de alguna forma.

¿Cómo hago para dejar de pensarte? Tan solo por una hora.
¿Cómo pudiste cambiar mi vida de esta manera? Solo era mi padre, Lisa y pensar el poco dinero que me quedaba y estudiar.

Ahora tan solo es tú, tú y... Tú.

¿Estarás pensando en la misma forma sobre mí?
¿Es raro decir que extraño tus labios recorrer todo mi cuello? ¿O sus manos recorriendo cada centímetro de mi cuerpo?

Él es tan perfecto, que debería ser ilegal.
Pero no me arrepentiría de correr el riesgo.

—Trata de venir más despejado mañana —guarda algunas lapiceras en su estuche y me pasa nuevamente su cuaderno—. Y trata de que no se vuelva dueño de tu mente, porque me sucedió y no es lindo —cuelga su mochila y se levanta de su asiento, encontrándose a Changbin.

—¿Quién se volvió dueño de tu mente? —está con el ceño fruncido y con sus brazos cruzados. Félix sonríe nervioso.

Comienzo a guardar mis cosas, disfrutando de la situación.

—Tú, Changbinnie, ¿Quién más? —posa su mano en su mejilla.

Mi celular vibra entre mis manos.

No me extrañes más, que ya estoy aquí.

¿No serás tú el que me extraña? Voy enseguida.

tú ganas.

Sonrío.

—¿Viste eso? Sonrie como un tonto —dice Changbin con un tono de burla.

—Los veo en la cafetería —paso a través de ellos hacía los pasillos.

Esta estúpida sonrisa solo aparece por su culpa.

Bajo las escaleras de la entrada, apresurado.
Me acerco al vehículo y me adentro en él. Dejo la mochila en el asiento trasero y me tiro a sus labios.

Sí, su boca es perfecta.

—Entonces, ¿Sí me extrañaste? —sonríe.

Me acomodo en el asiento, colocándome el cinturón—. Todo el día —pretendía ser un susurro pero no sucedió. Cubro mi rostro enrojecido con mis manos.

Se acerca a mí, apartando las manos y clavando sus dedos en mi cuello, susurrando en mis labios.

—¿Y si te digo que tú no has dejado que me concentre en mis clases? —lo beso.

—¿Y si te digo que estoy llegando tarde al trabajo? —sonríe, alejándose para poner el auto en marcha.

Y las mariposas comienzan a volar, muy descontroladamente.
¿Cómo puede enamorarme tanto una persona?
Es el momento en el que sonríe y mi mundo se detiene. Mi cuerpo no se mueve, mi corazón deja de bombear y mi respiración se corta.
Es como un rompecabezas que no puedo armar, solo porque me falta una pieza.

El control.


Avisos;

•Estaré subiendo la otra parte dentro de unas horas, muy largas.

•El 25/10, como es el cumpleaños de Minho, voy a subir un especial que espero lo disfruten♡.

•¡Ya somos más de 3k vistas, muchas gracias!♡

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro