
12 " Boy With Luv"
Seungmin saca casi a patadas a Minho de la habitación.
No sé si está enojado o enojado.
Cierra la puerta y me mira directamente frunciendo su ceño.
—¿Qué es lo que estas tratando de hacer?—. Empieza a caminar hacia mí, sentándose en la cama.
¿Y ahora que le digo?
Estoy utilizando a tu amigo, ¿Me dejas?
—¿Qué estás haciendo con Minho?—. Vuelve a repetir.— tú y yo sabemos que no te gustan estas clases de personas.
Tienes razón, pero es todo por una apuesta, Seungmin.
Pero él me hace sentir diferente.
Sacudo mi cabeza, borrando toda clase de pensamiento absurdo y me vuelvo a sentar en la cama.
—Me interesa—. Me rasco la nuca. Debí ponerle llave a esa puerta, de lo contrario, no estaría en esta situación.
—Te interesa ahora, ¿Pero luego qué?—. Aparto la mirada hacia el suelo, apoyando mis manos en cada una de mis rodillas.
Tiene razón.
Lo voy a dejar.
—Él es una persona grande, sabe tomar sus propias decisiones, Seungmin.
—Y tú eres solo un niño que juega con los demás—. Habla rápido, pero dejándomelo en claro.
Ya no se oye la música, y mucho menos a las personas, supongo que ya se acabó la fiesta.
Solo espero que Minho no se haya ido.
—Sé que no es de mi importancia, los dos son mis amigos, pero lo defiendo a él—. Largo una risa nerviosa.— No sabes nada de él, ni por lo que está pasando—
—¿Con su padre?—. Me mira.— Si lo sé—. Seungmin asiente, devolviendo la mirada al frente.
—Solo, no lo lastimes, Minho es demasiado para ti—. Se va sin dejarme responder.
Tiene razón, es demasiado para mí.
Pero solo estoy jugando con él.
Y lo voy a hacer. Seungmin me perdonará, sé que lo hará.
—¿Qué haces esta tarde?—. Pregunta Wooyoung.
Cierro mi casillero con un poco de fuerza y miro a mi único amigo dentro de este curso.
Y Hyunjin, pero hoy no se presentó a clases.
Ni tampoco Jeongin.
No quiero ni pensar el motivo de su ausencia repentina.
—No lo sé—. En realidad, si sé lo que voy a hacer.— pero estaré ocupado.
— Está bien, entonces le hablaré a San—. Dice con una notoria sonrisa.
—¿Quién es San?
— Nadie, solo un amigo—. Tiene la misma expresión que tengo cuando me miro al espejo pensando en Minho.
Mierda.
— Sí, como tú digas—. Muevo mi mano en forma de saludo.
Salgo de la universidad, pensando una y otra vez lo que estoy por hacer.
Es absurdo.
Pero tengo ganas de verlo.
Arranco mi auto para ir a la universidad de Abogacía.
Prendo la radio y la canción que suena es "Boy With Luv".
Jamás presté atención a la letra, siempre bailo mientras conduzco.
Mis oidos y mi mente están concentrados en lo que quiere decir la letra.
Y no se qué pensar al respecto.
Llego, dejando el auto en la entrada.
Busco mi celular para mandarle un mensaje a Minho.
—"Estoy afuera"—.
Tarda un poco en responder.
—"¿Afuera? ¿Dónde?".
—"En la entrada de tu universidad".
—"¿Qué haces aquí?".
—"Te explico cuando subas".
—"De acuerdo".
Apago mi celular devolviéndolo a mí bolsillo.
No sé lo que puede llegar a pasar.
Le rogué a Seungmin que me diga sus horarios para poder sorprenderlo hoy.
Dudé en hacer esto al principio porque no sabía como iba a reaccionar.
El sábado se fue de la fiesta y no pude despedirme de él.
Todo fue por culpa de Seungmin.
Si no hubiera entrado, lo hubiera follado y acabado con toda esta farsa.
¿Cómo le voy a decir?
¿No me importas, solo eres un juguete?
Si creo que eso estaría bien, pero con menos crueldad.
Se abre la puerta y la sonrisa de Minho me devuelve a la realidad.
Jamás le diré.
—¿Qué haces aquí?—. Deja su mochila en sus pies.
—Dame eso—.
Me acerco a él, dejando nuestros rostros cerca, solo para alcanzar su bolso y dejarlo en el asiento trasero, junto con la comida que preparé.
Está bien, el término "preparé" no es adecuado. Junto con la comida que compré.
Me acerco nuevamente a él, apoyando mi mano en una esquina del respaldo de su asiento y la otra roza su cuello hasta llegar en dónde se encuentra el cinturón de seguridad.
Puedo notar sus ojos rojos por el cansancio.
Nuestras bocas están tan cerca, que nuestra respiración se vuelve una sola.
—Te falta esto—. Saco el cinturón de su lugar trabando dónde corresponde.
No me alejo, ni él tampoco.
Su boca me provoca.
—¿Qué pasa si pruebo tus labios en este instante?—. Lo miro directo a los ojos.
—Hazlo y verás—.
No bastó ni un segundo, que mis labios ya están encima de los suyos.
Sentir su boca moverse sobre la mía debe ser la octava maravilla del mundo.
Esta es la primera vez que beso a alguien sin querer que sea algo más, aunque no me niego si Minho quiere.
Todo es una apuesta.
Recuerda, tienes que acostarte con él para liberarte de Soobin, a demás del dinero que prometió darme.
No te enamores, es solo un juego.
Sus manos acarician mi cuello y mis mejillas.
El cosquilleo.
Mientras que las mías están en su cintura y en su muslo, agarrando con suavidad.
Nos separamos por falta de aire.
—Me voy a acostumbrar si sigues haciendo esto—. Dice, mirándome directo.
Yo también.
—Pues, hazlo—. Sonrió.
—¿A dónde vamos?—. Pregunta curioso.
—No lo sé, nos perderemos por ahí—. Me mira sorprendido.— ya verás cuando lleguemos—. Me giro para prender el motor, colocándome el cinturón.
Posa su brazo en la puerta y en su mano apoya su cabeza y me mira sonriente.
No lo miro. Temo que pueda ocasionar un accidente si me le quedo mirando.
—Regresaremos a tiempo para tu trabajo—. Paro en un semáforo, perfecto para mirarlo. No se ha movido de su posición, jodidamente sexy.— Lo prometo—. Apoyo una mano en su pierna y aprieto levemente.
Se reincorpora, tomando mi mano, asintiendo ante lo que dije.
Contacto visual, uno que te estremece todo el cuerpo.
¿Por qué?
Hasta que una bocina que viene de afuera nos saca de este trance.
Y aparto mi mano de su pierna para volver a conducir.
La estúpida sonrisa no se va de mi cara.
Y "Boy With Luv" comienza a sonar en la radio. De nuevo.
¿Tan buena es esta canción?
Minho comienza a cantar el estribillo y yo lo acompaño.
Que bien canta.
Jamás había cantado con alguien de esta manera. O no me había animado.
Apago el motor, retirándome el cinturón, al igual que Minho.
—¿A dónde vamos, Hannie?—. Dice observando la vista.
¿Cómo me llamó?
Trato que no note mi rostro sorpresivo o más bien, sonriente, saliendo del auto.
Abro la puerta trasera, sacando unas bolsas y una manta para sentarnos en ella.
Corroboro que el auto esté bajo llave y me dirijo hacia Minho, recostándose sobre la puerta del copiloto, admirando la vista del lugar.
Jodidamente sexy.
—Ven, acompañame—. Pongo las cosas en un solo brazo y el otro lo extiendo para que Minho tome mi mano.
El cosquilleo aparece en la parte baja de mi vientre.
Caminamos por la acera, no hay muchas personas, gracias a Dios.
A nuestra izquierda, se encuentra un gran río, un poco de cesped, muchos árboles alrededor y un día con mucho sol.
Pasamos por un rosedal. Minho observando las rosas de distintos colores y yo observándolo a él.
Encontramos el final, al ver nuevamente el río.
Coloco la manta sobre el cesped y las bolsas.
— Siéntate —. Palmeo el suelo y se coloca muy cerca mío.
—¿Por qué haces esto?—. Agarro las bolsas para sacar la comida y las bebidas.— Quiero decir, ¿Por qué me trajiste aquí?—. Sonríe nervioso.
Apoyo las cosas sobre la manta.
—No lo sé—. Lo miro.— simplemente lo pensé, y pensé que sería una linda sorpresa—. Le sonrío.
—Y lo fue—. Aparta la mirada hacia el río.
—Come—. Le tiendo un recipiente con un sándwich y una lata de gaseosa.
—¿Qué somos, Jisung?
Mi corazón empieza a latir rápido.
No somos nada, tú eres mi juguete.
Pero, ¿Por qué ya no lo siento así?
¿Esto significa que el plan va mal?
—Yo—. Empecé a tartamudear.— no... No lo sé—. Doy un mordisco a mi sandwich.
Él trata de sonreir ante mi respuesta.
—Lo único de lo que estoy seguro es que me gustas y mucho—. Vuelve a mirarme.—¿Tú quieres que seamos otra cosa?—.
No sé como explicar la sensación que me produce en el cuerpo.
Creo que tengo que hablar con Hyunjin, acerca de darse cuenta de los sentimientos.
—Sí—. Me acerco más a él, viendo atentamente a su boca pero luego miro sus ojos.
—¿Quieres ser mi novio?—. Mi corazón late aún más que antes y siento como mis músculos se tensan esperando su respuesta. Aparta la mirada por unos segundos y vuelve a mirarme a los ojos.
Sonríe.
—¿Me lo dices en serio?
—Sí—. ¿Se lo digo de verdad o sigue siendo parte del papel?
—Entonces, sí, acepto—. Mi corazón se detuvo un momento, mis músculos empezaron a ablandarse y a temblar.
Sonríe y vuelve a apartar la mirada hacia el río, apoyando el peso de su cuerpo en sus dos brazos, estirando las piernas.
Mi mano pasa por su espalda hasta llegar a su nuca y lo atraigo hacia mi, besándolo.
Sus labios son suaves.
Ahora me pertenecen.
Su lengua inspecciona cada rincón de mi boca.
Mis manos bajan hacia su cintura y las suyas se colocan en mi cuello.
Trato de acomodarme, pasando una pierna por detrás de su espalda y la otra por arriba de sus piernas.
Mientras que él, ahora acaricia mi muslo.
Jodidamente excitante.
Nos separamos por falta de aire.
Lo miro, inspeccionando cada rincón de su rostro, pasando mis dedos para apartar los mechones de su linda cara.
—Tengo un novio hermoso—. Juro que se me escapó.
Su rostro se torna un poco rojo y larga una risa nerviosa.
Lindo y sexy.
—Hannie—. Dice, sacando su celular y fijándose en la hora, bebiendo un sorbo de su bebida.
Que bien suena mi nombre así.
— Vamos, llego tarde—. Empieza a juntar las cosas nuevamente dentro de la bolsa y yo solo lo observo.
Tardé menos de lo que pensaba.
—Mmmh, sí, vamos—. Digo, corroborando la hora en mi reloj.
Me levanto agarrando la bolsa y la manta en un solo brazo, con el otro le tomo de la mano a Minho y con el dedo pulgar acaricio su suave piel.
Creo que me gusta realmente.
Caminamos, nuevamente por la acera, disfrutando de la vista.
Minho mirando las rosas del lugar y yo mirándolo a él.
Llegamos al auto y a unos metros visualizo un tacho de basura, aprevechando para tirar los residuos de comida.
Minho se quedó afuera del vehículo, con su hombro pegado en la ventana, cruzado de brazos, viendo detenidamente acercarme a él.
No puedo esperar a quitarle la ropa con los dientes.
—¿Te hice esperar?—.
Paro a unos centímetros de su rostro y el se reincorpora con una media sonrisa que hace latir mi corazón y volar mis pensamientos.
¿Por qué produce todas estas sensaciones en mí, desde que lo ví?
— Tú sabes qué no—. Se pone más colorado.
Mi mano busca la manija para abrir la puerta y que pueda entrar, pero antes, dejo un beso en sus labios.
Doy la vuelta rápidamente para poner el motor en marcha, no quiero quedar mal como novio si llega tarde por mí culpa.
No hasta que le diga que todo es un juego.
—¿Cómo ha estado tu hermana?—. ¿Por qué pregunté eso?
—Lisa... Lisa te ha extrañado—. No puedo finjir un rostro sorpresivo como el que tengo ahora.—Sí, así reaccioné yo cuando dijo que te quiere volver a ver.
—Eso es, ¿Una buena señal?—. Creo que estoy nervioso.
—Claro que lo es—. Posa su mano en mi hombro, acariciando mi cabello.
—Llegamos—. Digo, formando un puchero con mi boca.
—Gracias por lo de hoy—. Se saca el cinturón de seguridad, volteando su cuerpo a mí dirección.
—Fue un placer, hacerte mi novio, claramente—. Ríe ante mi comentario.
Y vaya que placer.
Y Félix golpeando la ventanilla con sus nudillos nos saca de nuestro trance.
Ambos saludamos dentro del auto.
—Me tengo que ir—. Abre la puerta, pero lo agarro de su camisa, volviendolo a sentar.
—Espera un segundo—. Paso mi brazo hacia el asiento trasero para buscar su mochila.— Te olvidas de esto y de... Esto—. Beso sus labios.— Ahora sí puedes ir, te recogeré en unas horas.
Sale con una sonrisa.
Mi vista se centra en como se mueve su trasero al caminar.
Jodido lindo y sexy novio que tengo.
Definitivamente tengo que hablar con Hyunjin.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro