𝑂𝑐ℎ𝑜.
Había transcurrido un mes completo desde el té que compartimos Jungkook y yo aquella tarde y él prácticamente se volvió mi sombra, sin exagerar, claro está.
No dejaba que me vaya sola camino a trabajo, así que él me llevaba y me traía de regreso para que nada me sucediera. Se convirtió en lo que él tanto había recalcado; mi chófer personal.
No estaba enojada con eso, la verdad me encantaba. Todo ha servido para conocerlo más y ver que teníamos tantas cosas el común me hacía sentir un calor en el corazón, una calidez extrema.
También cada tarde, tomábamos el té.
Ese día descubrí que Jungkook era tan amante al té como yo y era algo que me alegraba de sobremanera. Porque cuando compartes pequeños gustos con otra persona todo se hace mucho mas ameno de lo que ya es.
¿Quién diría que una persona podía hacer un espacio en tu corazón sin quererlo?
Que puedo decir, soy muy sentimental.
Pero no podía evitar sentir miedo.
Miedo a lo desconocido, miedo a atreverme a algo y luego arrepentirme. Sentía que estaba haciendo las cosas grandiosas con Kwan y todo terminó en un desastre.
Un tormentoso desastre.
Ya no había rastro del maltrato. Pero ahora quedaba una cicatriz; uno podía tocarla, y ya no dolía, pero estaba ahí. Es un dolor interno, que aunque no quisiera tenerlo, estaba totalmente presente. Había quedado con un leve trauma por lo sucedido. A pesar que Jungkook me acompañara y en el trabajo no estaba sola, el solo hecho de que sonara la puerta de la tienda lograba que mi corazón pegara un brinco del susto y daba alusión de que en cualquier momento aparecería Kwan y terminaría lo que dejó inconcluso.
No podía seguir viviendo con el terror pisando mis talones, así que había decidido ir a terapia. Terapia para entender todo, para comprender ciertas cosas que sola no me daría cuenta.
Y aquí estaba, sentada frente a mi terapeuta, con las emociones a flor de piel.
—Y no sé como aprender a vivir con esto la verdad. Me aterra no poder vivir mi día a día con total normalidad como antes, ya no quiero pensar que en cualquier momento aparecerá Kwan y me golpeé nuevamente, pero esta vez hasta morir — mi terapeuta escuchaba atentamente, mientras anotaba todo lo que estaba diciendo. Giró su silla para alcanzar los pañuelos y me los tendió — gracias — saqué algunos, di sorbetes, y con otro sequé mis lágrimas — ya no quiero vivir así, ya no quiero estar así. ¿Qué debo hacer para que vuelva la Iseul de antes?
Mi terapeuta juntó ambas manos mientras se afirmaba de la mesa y apoyaba su mentón.
—La Iseul de antes no volverá. — negó con la cabeza — Ahora está la nueva Iseul, la que la rompieron, pero que debido a eso, se transformó. Eres como una mariposa ahora, tuvo su transformación y se convirtió en una mujer mucho mas fuerte, una mujer que no aguantará futuras cosas si es que no está de acuerdo. Una Han Iseul con voz y voto, nadie volverá a tocarte un pelo Iseul y eso debe repetir la cabecita tuya. — me miró fijamente — repite conmigo; nadie volverá...
—Nadie volverá a hacerme daño — la interrumpí, respirando profundamente. — nadie volverá a tocarme un pelo — afirmé. Me sonrió de manera abierta.
—Esa es la convicción que quiero oír, eso es — aplaudió de manera alegre.
Le sonreí de vuelta, cuando siento vibrar mi celular. Lo busqué en el bolso y al tenerlo en mis manos, me pude fijar que era un mensaje.
Sonreí al leer.
—¿Qué es lo que veo? ¿A caso es una sonrisa genuina solo por ver el celular? — me molestó Jihee. Mi terapeuta era solo tres años mayor que yo y desde el minuto uno que me inspiró confianza. Es una gran chica y se notaba con creces, a parte era muy buena en lo que hacía.
Negué divertida, él mismo se había agendando y puesto el nombre con el corazón incluido, en definitiva ese hombre es un caso. No esperé más y le respondí.
—¿Es el chico que me hablaste la sesión pasada? — indagó. Levanté mi vista del celular y le asentí.
—Si, Jungkook. Ha sido sin duda un gran apoyo en todo este proceso — aseguré mordiendo mi labio. Un minuto había pasado y me respondió de vuelta.
Solté una risita al leer sus ocurrencias.
—Pues no te quiero quitar más tiempo mi querida Iseul — Jihee se levantó de la silla y caminó hacia mi dirección. Yo enseguida me levanté igual — te veo la próxima semana y repite lo último que hablamos, ¿si?
—Está bien, muchas gracias, de verdad que siempre que hablo contigo me despojo un poco de la presión latente que hay en mí — le confesé, mientras tomaba mis cosas.
—Entonces estoy haciendo bien mi trabajo.
—Sin duda alguna —moví mi mano en señal de despido — nos vemos la próxima semana, gracias.
Salí de su box en cual atendía sintiendo como el malestar constante que tenía en mi pecho desaparecía un poco. Hablar siempre es bueno. Bajé hasta el primer piso, despidiéndome de los recepcionistas de aquella gran consulta.
A lo lejos divisé el automóvil de Jungkook y también porque apenas me vio, comenzó a tocar la bocina. Rodé los ojos, siempre hacía lo mismo.
—Sabes que ya te había visto, ¿verdad? —expresé al momento de abrir la puerta de copiloto, y adentrarme en el auto — no es necesario que toques la bocina.
—Lo es, es muy necesario — me respondió dándome una mirada — ¿por qué eres tan guapa?
—¿Qué es esto? ¿Cambiemos el tema porque sí?
Soltó una risa nasal mientras lamía sus labios.
—Me retrasé y no te pude ir a buscar al trabajo — hizo un puchero. Ay estúpido, es tan adorable — discúlpame, ¿si? Surgió un problema en casa y...
—Ey — lo corté de inmediato — no es tu deber ni responsabilidad recogerme siempre, no te sientas comprometido, ¿bueno? — lo apunté con mi dedo índice. Jungkook de verdad que es una muy buena persona.
—Yo lo sé. Sólo... — tomó un respiró y miró hacia el frente — no quiero que te suceda nada malo, estoy un poco preocupado.
—¿Un poco? — bromeé colocando el cinturón de seguridad.
—¿Con quién tomaré el té si es que te pasa algo?
Lo golpee leve en el brazo mientras reía.
—Es lo que más te importa.
—Me importas tú — confesó. Y si, siempre decía cosas que nos hacían quedarnos en un silencio sepulcral. Porque yo no sabía como reaccionar ante sus coqueteos o simplemente no sabía si estaba hablando enserio.
—¿Vamos? — pregunté cambiando el tema, sintiendo como el nerviosismo se apoderaba de mí. Quisiera poder responderle de la misma manera sus palabras, quería saber si haciéndolo lograba colocarlo por lo menos un cuarto de lo nerviosa que me ponía a mí.
—Eres un experta. — me dijo poniendo en marcha el vehículo mientras negaba con su cabeza.
—¿En qué?
—En cambiar siempre el tema. ¿Tan nerviosa te coloco? — preguntó socarrón.
—¿Siempre eres así de presumido?
—¿Siempre eres así de tímida? — contra preguntó enarcando levemente su ceja perforada. Me quedé observándolo sin decir nada, él volvió a mirar al frente. Me gustaría poder demostrar mejor mis emociones, me gustaría poder decirle muchas cosas.
—N-no — odié titubear un poco. — no soy tímida, solo... Siempre me dejas sin reacción — le fui sincera y preferí reconocerlo.
El frenó repentinamente haciéndome sobresaltar.
—¿Es malo decir que me importas? — demandó, arrugando su frente.
—Lo dices así tan a la ligera, Jungkook. Llevamos un mes conociendo al otro, ¿en realidad te importo? — bajé mi mirada y comencé a jugar con mis dedos. Él tomó mi barbilla con delicadeza e hizo que lo mirara directo a sus ojos.
—¿Por qué eres tan insegura? — inquirió arrugando su entrecejo — Si lo digo es porque realmente lo siento, bonita. Me preocupo por ti, porque no me gustaría volver a verte por la situación en que estuviste... Tú hermoso rostro no puede volver a tener moretones y mientras ese enfermo esté prófugo, yo cuidaré de ti... y también Yoongi — admitió sonriendo, mis comisuras temblaron levemente y al final le devolví el gesto.
Jungkook y Yoongi son como mis guardaespaldas. Ellos congeniaron de una manera muy efectiva y se llevaron muy bien desde el comienzo. Aunque a veces si dudaba de la sexualidad de mi querido mejor amigo, ya que siempre se quedaba mirando a Jungkook y debía golpearlo para que volviera a la realidad.
—¿Siempre eres así de lindo? — le pregunté sin pensar y al instante me arrepentí. Ya estaba sintiendo como mis mejillas se volvían calientes. No, por favor.
—Siempre — guiñó un ojo. Idiota egocéntrico, detestaba que fuera tan guapo.
—No quería hacer que tú egocentrismo se elevara — le respondí cruzando mis brazos — gracias por todo lo que has hecho por mí hasta ahora. Tú no debías hacer nada de esto y aún así lo hiciste sin peros, creo que nunca podré agradecer lo suficiente.
—Creo que si puedes agradecer — dijo y comenzó a mover sus cejas de arriba hacia abajo.
—¡Eres un pervertido! — vociferé dándole un golpe. El me miró ofendido.
—Te iba a decir teniendo una cita, parece que la pervertida es otra — soltó una gran carcajada. — pero hablando en serio, ¿te gustaría tener una cita con este ser tan lindo?
—Lo pensaré — respondí tocando mi barbilla, luciendo pensativa. Nuevamente me gané una mirada de pocos amigos — ay, eres impaciente. Pero bueno, aceptaré ya que veo que tienes muchas ganas de salir conmigo — bromeé.
—Efectivamente tengo muchas ganas de salir contigo, bonita.
Si expresara todo el revoltijo de emociones que hay en este momento en mi cuerpo, no terminaría nunca. Jungkook ha sido el único que ha logrado cosas que nadie ha podido. Solo él con una frase hace que mi débil sistema nervioso colapsara de manera inmediata. Y odiaba eso, odiaba que cada maldita palabra tuviera ese efecto en mí, odiaba sentirme como una quinceañera con hormonas alborotadas.
—Bueno, en ese caso, acepto — no sé como mi voz no tembló al responder y me aplaudí mentalmente por eso — espero sea divertida.
—Uf bonita, ni te imaginas lo que haremos.
Si sentía sus comentarios con un doble sentido, pero no le iba a discutir nada. Ya debía acostumbrarme a Jungkook siendo... Jungkook.
—¿Te puedo dar un abrazo? — pregunté con algo de duda.
—Tú no debes ni preguntar eso, solo hazlo — replicó abriendo sus brazos. Sonreí sacándome el cinturón y sentir la calidez de su cuerpo. Mis vellos se erizaron de manera inmediata al sentir como al abrazarme, comenzó a a mover su dedo pulgar sobre mi espalda, haciendo que me estremeciera de sobremanera. Me separé un poco y lo miré. Sentía que tenía un imán, porque no quería estar lejos de él.
Sin querer miré sus labios, y comencé a acercarme lentamente. No sé si estaba haciendo lo correcto, pero al demonio, quería besarlo. Quería sentir sus labios sobre los míos. Él no dijo nada, tampoco se alejó. Unos centímetros más y por fin ya no tendría esa incesante necesidad de querer besarlo. Él no inmutó, pero tampoco se alejó y pude entender que él quería esto tanto como yo.
El fuerte ringtone de Justin Bieber nos hizo volver a Tierra. Jungkook cerró sus ojos con fuerza, ofuscado. Era su celular el que estaba sonando.
—Contesta, debe ser importante.
Le dije al percatarme que en la pantalla aparecía el nombre de Areum. Él de mala gana tomó su celular y contestó.
—Te había dicho que volvería luego — fue lo primero que dijo al contestar. Su semblante serio me indicó que no estaba muy feliz por el llamado de quien quiera que sea Areum. — nos vemos en la casa. Ya hablamos de esto Areum, no me controles, por favor.
Eso fue lo último que contestó, quedando bastante confundida.
—¿Quién es Areum? — junté mis labios. No pude evitar preguntar, yo y mi gran bocota.
—Oh... ella es... es mi hermana — rascó su cabeza y volvió a conducir. — mamá se preocupa, y siempre me está llamando, no me gusta que lo haga.
—Es lindo que se preocupen por ti. Deberías estar agradecido - lo reprendí, al volverme a colocar el cinturón. — tú te preocupas por mí, eso me dijiste y a mi no me molesta en lo absoluto. ¿Por qué a ti no te gusta que tu familia se preocupe?
—Es que... es un poco mas complicado.
Todo en él había cambiado luego de la llamada y no entendía porque le daba tanta importancia al llamado de su hermana.
—Bueno, si tú lo dices. — respondí para quedar en silencio el resto del camino.
Luego de quince minutos, llegamos a mi casa. No sabía el porqué la incomodidad, si minutos atrás casi nos besamos. No comprendía.
—Bueno, pondré a calentar agua para que tomemos nuestro té — dije oara alivianar el ambiente un poco tenso, dándole una leve sonrisa.
—Creo que por hoy pasaré de esta, bonita — no me miró al decir aquello y yo fruncí mi ceño en una clara señal de confusión.
—Mientras estaba en la consulta no dejabas de insinuar el té, ¿y ahora no puedes?
—Debo ver que todo esté bien en casa. No quiero preocupar a mamá.
Ablandé mi expresión al escuchar aquello y asentí.
—Está bien. ¿Nos vemos mañana?
—Nos vemos mañana, hermosa — sonrió. Pero esta vez su sonrisa no llegó a sus ojos.
Hizo partir el auto y yo me quedé con la intriga del porqué su cambio. Fue un cambio muy drástico. Quizás se llevaba mal con su hermana y por eso respondió de esa forma.
Me encogí de hombros.
No era de mi incumbencia lo que pasaba en la vida privada de Jungkook, pero no podía evitar preocuparme.
Caminé hasta la entrada e ingresé a la casa para prepararme el dichoso té, que por primera vez en un mes completo, lo tomaría sola.
Solo espero que Jungkook no tenga problemas.
¿Qué creen ustedes que sucedió? ¿Por qué el cambio del jk?
Espero les guste 🥺🥰.
Si tiene alguna falla ortográfica, pido perdón. La pastilla para dormir me hace efecto muy rápido, ya tengo un ojo cerrado y el otro abierto JAJAJAJ esop, las amo😋❤️.
≫≫≫≫≫≫
Wattpad me eliminó las imágenes de la conversación de Iseul y Jk #tristeza.
No pude volver a encontrarlas, lo siento 😔.
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Las volví a encontrar KAJAKSJSK
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