𝐸𝑥𝑡𝑟𝑎: ❝ 𝑢𝑛 𝑛𝑢𝑒𝑣𝑜 𝑐𝑜𝑚𝑖𝑒𝑛𝑧𝑜 ❞
—La princesa quiere ser rescatada, no quiere seguir en ese lugar, quiere volver a ver la luz del sol y respirar el aire a las fueras, ¿cómo podrá hacerlo si nadie sabe donde se encuentra?
—La bruja y el brujo le harán daño...
—Es lo que quieren, pero la princesa no se rendirá y tiene la fe intacta de que su príncipe azul la rescatará de tan horrendo lugar, ¿crees que el príncipe vaya?
—Estoy completamente segura que la rescatará — respondió la pequeña niña tapada con su colcha, escuchando atentamente el cuento, completamente ensimismada en el relato.
—Días pasaban y el príncipe no tenía noticia alguna de su bella doncella, el desespero era parte de él y las esperanzas que tenía poco a poco se iban desvaneciendo.
—No, no puede darse por vencido...
—De pronto, una corazonada lo hizo ir hacia un lugar. Montó su caballo y fue rumbo hacia el destino, hasta que encontró una horrible casona, en total abandono. Se preguntó: “¿estará aquí, mi bella doncella?”. Su corazonada seguía ahí, tan fuerte que sentía una horrible presión en el pecho...
—¡Que entre!
—Estuvo a punto a marcharse, pero se decidió a ingresar a tan espantoso lugar. Todo estaba sucio y apestaba a humedad. ¿Habrá sido una buena idea? Deseaba con todas sus ansias encontrar a su amada ahí, pero no veía nada por ningún lugar. De pronto, escuchó unos pasos — se detuvo y comenzó a caminar por la habitación, haciendo una imitación de lo que estaba saliendo por su boca — unos pasos tan fuertes, que llegó a hacer temblar todo. Sin dudarlo un segundo más, subió hasta la segunda planta, encontrando una habitación algo extraña...
—¿Por qué extraña? — preguntó con sus ojitos de ciervo. Cuando ponía sus ojos así le daba un aire del gato con botas, tan tierna.
—Estaba cubierta por tablas que contenían muchos clavos, para que nadie pudiera ingresar. Pero el valiente príncipe no le importó el peligro y entró, ¿y adivina que encontró? — el suspenso que colocaba en todas sus historias era tremendo.
—¿Qué?
—A su amada princesa dormida, bajo un malvado hechizo que la mantenía durmiendo. Debía besarla en ese mismo instante, si se demoraba, su amada podía morir...
—No... ella no puede morir — los ojos de la pequeña se pusieron tristes.
—La besó, el beso de amor verdadero. Poco a poco su doncella fue abriendo los ojos, y dando una pequeña sonrisa, le dijo: “sabía que eras tú, te amo” y así fue como pudo rescatarla para llevarla de vuelta al castillo, donde nunca los dos malvados tuvieron que sacarla.
—¿Y vivieron felices para siempre?
—Y vivieron felices para siempre — le respondió, dándole un beso en su pequeña frente — es hora de dormir, princesa.
—Me encantó esta historia papá. Me alegra que hayan sido felices — dio pequeños aplausos con sus pequeñas manos — ¿mañana me contarás otro cuento?
—¿Cuándo te he dicho que no? Todos los cuentos que quiera mi princesa — le respondió acariciando su mejilla. Su adorada niña.
—Eres el mejor papá del mundo entero.
Sintió el pecho inflarse de orgullo al oír esas palabras. No era el mejor, él lo tenía claro. Pero siempre se esforzaba para que a su hija no le falte amor, el cariño, las enseñanzas y aprendizajes, sabe que todo eso es mucho más importante que su hija tenga todo lo material.
El afecto siempre será lo primordial, porque la calidad superaba la cantidad.
Él estaba siendo lo que su padre no hizo.
—Te amo. Buenas noches, bebé — susurró con un nudo en la garganta. Siempre se ponía sentimental cuando su hija le dedicaba palabras tan lindas. Ella es igual a su madre, en todos los aspectos.
Luego de verificar que estuviera plácidamente dormida, salió con cautela de la habitación e ingresó a la suya, viendo como su esposa esparcia su crema hidratante por todo su cuerpo.
Una vista fenomenal, no iba a mentir.
—¿Eso es para mí? — preguntó divertido al ver la lencería negra que tanto le gustaba la tenía puesta esa noche.
—No preguntes lo obvio, Jeon — sonrió coqueta — ¿Yejun se durmió?
—Con los cuentos sabes que queda profundamente dormida. Le encantan — respondió quitándose el pantalón y la polera, quedando solamente en bóxers.
—Esa niña, ama tus relatos. Nunca fue igual a cuando yo le contaba — rió levemente — ama más a papá.
—Sabes que no es así. Nos ama a los dos por igual.
—Ya, pero te ama mas a ti — sonrió —y tranquilo, no lo hago como una competencia. Sé que me ama, y muchísimo, pero sabes que desde que nació ustedes tienen un vínculo especial, lo cual amo. Me encanta que puedan tener ese espacio padre e hija.
Es cierto. Jungkook y su pequeña Yejun siempre habían tenido ese lazo tan especial, desde la primera vez que la cargó y su llanto cesó, hasta ahora a sus seis años, nada ha cambiado, absolutamente nada.
Esa unión sigue intacta y más fuerte nunca.
—Siempre quise ser mejor persona y mejor padre de lo que fue él — expresó con melancolía. Iseul sabía perfectamente a lo se refería y por eso no dudó un segundo más en posar sus brazos alrededor de su cuello, atrayendolo hacia ella, en un cálido abrazo.
Siempre fueron un equipo y cuando se casaron venía todo incluido.
En las buenas y en las malas.
Y así ha sido hasta el día de hoy, apoyándose mutuamente en todo, absolutamente todo.
—Lo eres amor. Siempre fuiste más que él — quiso dejárselo claro una vez más. Y lo haría las veces que sea necesario — con solo ver la mirada que te dedica nuestra hija ya deberías saber que es así, que todo lo que repito siempre, es cierto — le sonrió, acariciando su mejilla.
Jungkook asintió, sonriendole de vuelta.
Amaba con locura a esa mujer y agradecía enormemente, cada día de su vida, que ella decidiera darle el sí y construir esta hermosa familia como la que tenían. Era el hombre mas dichoso de la vida, no tenía ninguna duda respecto a eso.
—Te amo, bonita — manifestó, tomando sus mejillas, dándole un suave beso — te amo mucho. Me haces muy feliz.
—Aw, me encanta cuando te colocas toda una masita linda y tierna.
—¿A caso no soy siempre así contigo? — inquirió levantando una ceja, ahora bajando las manos hacia la cintura de la castaña, quien sonrió divertida.
—No recuerdo que seas así — jugó colocando una mano en su mentón, como si estuviera pensando. De pronto las manos de Jungkook se posaron en su estómago — Oh no, Jeon Jungkook, no lo hagas...
Fue muy tarde. Las cosquillas comenzaron a hacerla reír dramáticamente, se revolvía tal cual un gusano y en este punto no sabía si reía o lloraba.
Odiaba las cosquillas.
—¡B-basta! Y-Yeyun está dormida, Jungkook juro por Dios que te golpearé si no te detienes — amenazó aun riendo.
—Mejor besame.
—No lo mereces.
—Claro que sí, hazlo, besame — estiró su boca de manera divertida, pero que Iseul no se pudo resistir. Los besó dulcemente al principio, pero luego fue totalmente intenso, vehemente, profundo. Cayó de espaldas a la cama e Iseul se subió encima de él, moviéndose de la manera mas tortuosa y sensual posible, haciendo que un bulto se formara en sus bóxers — podremos poner en práctica lo que quiere nuestra hija, ¿no?
—Oh, ¿también te dijo que plantaras una semilla y así tener un hermano? — consultó riendo levemente.
—Si. Quiere a toda costa un hermano. Debemos colocarle empeño, ¿no crees?
—Idiota — carcajeó — pero creo que no hay que colocarle tanto empeño... — Iseul de pronto borró su sonrisa y mordió su labio.
Jungkook no entendió, la miró totalmente confundido.
—¿Qué quieres decir? — preguntó, levantando su ceja. Y de pronto todo encajó. — la semilla ya está, ¿verdad? —La castaña asintió mientras sentía como sus ojos se le llenaban de lágrimas. — Mi amor, esto es... seremos padres nuevamente — la sonrisa que tenia el pelinegro en este mismo instante resplandecía por toda la habitación — nuestra familia crecerá, aún nos faltan otros cinco bebés más.
—Mmh paso, no soy una máquina de fabricar bebés, Jeon...
—Aburrida — la miró indignado — pero volviendo al tema, Yejun estará muy feliz, ¿por qué no me lo dijiste antes? Oh soy un pésimo esposo, no noté que estabas mal...
—Yo quise mantenerlo en secreto hasta estar segura. Ayer fui con el ginecólogo y me lo confirmó, tengo cinco semanas de gestación — explicó sonriendo. Estaba muy feliz de poder vivir nuevamente la experiencia de ser madre. Con Yejun lo disfrutó al máximo y no dudaría que sería igual con este bebé que estaba en el vientre.
—Eso es magnífico. Te amo, te amo, te amo, te amo — comenzó a darle besos por toda la cara. Se sentía como si hubiera ganado la lotería.
Siempre deseó construir una familia numerosa y eso se estaba cumpliendo, aunque Iseul se negara, Jungkook sabe que en el fondo también lo desea.
—Y yo te amo a ti — unió su nariz con la de él, dándole un beso esquimal y terminar besándolo en los labios — lo pienso ahora, y no sé que hubiera sido de mi vida si no hubiera tomado aquel taxi.
Jungkook sintió rebobinar todo en un segundo. Desde que se cruzó por primera vez en el taxi hasta ahora.
—Ni de la mía. Todo hubiera seguido aburrido, eres como una esperanza en mi vida, como un arcoiris, viniste a alegrarme luego de tanta tristeza — quiso explicarlo de la mejor manera posible y que entendiera lo que significaba en su vida.
—Me vas a hacer llorar — escondió el rostro en el pecho de su esposo. Ya era sensible, pero todo el tema del embarazo la tiene completamente hormonal.
—Tú lloras, yo lloro. Somos un equipo, ¿no?
—Tonto — rió negando con su cabeza.
—Y ahora, ¿me dejas comerte? Sabes que esa lencería es mi preferida, hay que celebrar todo esto. Esta noche será nuestra.
Iseul le dedicó una mirada llena de amor y lujuria.
—Soy toda tuya.
La noche fue larga y ambos disfrutaron de la compañía del otro, demostrandose cuánto era lo que se amaban en el acto carnal.
Iseul se durmió escuchando el corazón de Jungkook latir y él envolvió sus brazos por su la pequeña cintura de su esposa, acariciando su vientre.
Y era una sensación totalmente impagable.
Y aquí lo confirmaba... el destino puso a Iseul a su lado y sin duda fue lo mejor que le pudo haber pasado.
❝ Lo nuestro fue tan inesperado, que nos encontramos sin buscarnos ❞
Y aquí les traje el extra y punto final de esta tragicomica y linda historia 😅❤️🩹.
Fue corto, pero preciso y espero les guste mucho 💘.
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