𝐸𝑝í𝑙𝑜𝑔𝑜.
Dicen que las cosas vuelven a estar en su lugar sin que uno lo quiera.
Y así es, efectivamente es así.
Estaba en un momento de mi vida en donde todo estaba de cabeza, no veía la salida y sin quererlo, ni planearlo, todo volvió a la normalidad... y estaba infinitamente agradecida por eso.
Tras el regreso de Jungkook todo ha sido felicidad. Me ha contado toda su vida, desde que comenzó con la escuela hasta como fue su vida desde la muerte de su madre.
Si, también me había mentido en eso.
No puedo negar el shock que tuve cuando me dijo que por fin me presentaría a su madre y me llevó hasta el cementerio, vi su lápida en dónde también había una fotografía de ella... era preciosa, Jungkook había sacado muchos rasgos de ella y al estar ahí, no pude evitar llorar. Su muerte había sido hace dos años, hace dos años a causa de su padre, los celos enfermizos lo llevaron a cometer tal acto tan despreciable cuando Jungkook no se encontraba en casa y su hermana mayor había conseguido una oportunidad de trabajo en el extranjero.
Él había tenido que lidiar con todo esto solo, con el apoyo a medias que Areum le brindaba, pero no era suficiente para poder sanar toda la tristeza que abundaba en su corazón. Es por eso que cuando Areum se suicidó, él retrocedió, su mente se inundó de pensamientos negativos y tuvo que irse para poder estar realmente bien consigo mismo.
Su papá cumple condena en una penitenciaria de Busan y ya definitivamente perdió el contacto con su hermana. Su familia había sido destruida a causa de un verdadero monstruo.
Jungkook no quiso decirme la verdad porque esa vez que conversamos del tema, se percató de lo afligida que yo estaba por mi madre, que no quiso preocuparme más. Y le reproché... le reproché por el simple hecho que él merecía palabras de aliento, el merecía tener a una persona que le dijera que todo estaría bien y no todo estaba perdido. Jungkook es una persona tan buena y linda que solo merece felicidad en su vida, nada más que eso.
Estos tres meses que he podido convivir con él me ha demostrado su espontaneidad, lo gracioso que es y también su cálido corazón. Es algo de lo que no estaba acostumbrada. Jungkook es toda una persona sacada de los tiempos antiguos, en donde los detalles no se hacían esperar, siempre que me visitaba llegaba con una flor, carta o incluso chocolates, el maldito hacia que cada día me enamorara un poco más de él y me encantaba estar así... con una felicidad genuina, a causa de personas buenas que hay en tu vida.
Ahora me encontraba riendo a carcajadas por las cosas que contaba Yoongi de nuestro pasado y también contando algunas anécdotas, el ambiente era muy grato. Estábamos en una cita triple, junto a la parejita que se había formado no hace más de un mes, Dahyun y Hoseok, ¿pueden creerlo?
—Y así fue como Eungi me pidió ser su novio — concluyó dándole un tierno beso en los labios de mi mejor amiga, quien le sonrió embobada. No pude evitar dar pequeños aplausos emocionada y es que sí, me encantaban.
—Yo se lo pedí en el cine, viendo su película favorita, ¿verdad? — Hoseok le preguntó sonriéndole abiertamente y mi mejor amiga le devolvió la sonrisa, para también besar sus labios.
—Los Min han caído en las garras del amor, ¿Dahyun alguna vez fue tierna con alguien más que no sea Hoseok? ¿Qué sigue? ¿Nadar con vagabundos? — Jungkook se cruzó de brazos en un fingido enojo y no pude evitar soltar una carcajada al entender su referencia. Tantas series y películas que hemos visto ya estaban haciendo estragos.
—Y señor Jungkook, ¿como le pediste a Iseul ser su novia? — Yoongi quiso preguntar burlonamente y yo lo miré mal, queriendo lanzarle el pedazo de pollo que aún quedaba en mi plato.
—Oh, si, a mi me gustaría saber su historia — Hobi aplaudía de manera rápida demasiado emocionado.
Jungkook me brindó una mirada de pena y negó con su cabeza.
—Bueno... aún no se lo he pedido — respondió por fin, mirando hacia su plato — es solo que... no sé, el tiempo ha pasado volando, muchas cosas sucedieron, y... no sé... — se oía algo nervioso y lo estaba, ya que tan pronto como comenzó a hablar, comenzó a tocar sus orejas, indicio de que estaba muy nervioso o incómodo.
—No es algo tan importante aún para nosotros, un título no define el amor que sentimos el uno al otro, ¿verdad, bebé? — salí a su rescate. Y me dio la mirada más encantadora de la vida, de cierta manera se "derretía" cuando lo trataba con aquellos apodos que tanto le gustaban.
—Es cierto. Siempre le demuestro cuanto la amo —respondió aún mirándome, para finalmente darme un gran beso y terminar rozando su nariz con la mía. Si me dijeran que aquel chico que conocí en el taxi aquella mañana seria una masita cuando estuviera enamorado, sin dudas no me lo hubiera creído.
—Y tiene la decencia de molestar a Dahyun... no tienes vergüenza Jeon — Yoongi lo apuntó con sus palillos riendo.
Al final toda la conversación se centró en molestarnos, al parecer disfrutaban vernos en esta situación. Con estos amigos para que uno quería enemigos. Pero no había dudas que eran los mejores ue podíamos tener, siempre han estado ahí para nosotros y nosotros para ellos, un vínculo hermoso donde la reciprocidad lo es todo.
—Oh, a todo esto, ¿cuándo se irán? — Eungi preguntó cuando ya estábamos todos tomando nuestras pertenencias para ir a nuestras respectivas casas.
Con Jungkook nos miramos.
—Mañana...
Habíamos decidido ir nuevamente a Busan porque Jungkook quería visitar a su madre con mi compañía y necesitaba hacer algo sumamente importante, palabras de él, no mías. Y como estaba con mis vacaciones vigentes, obviamente acepté sin rechistar. Me gustaba visitar a su madre y dejarle muchas flores, estoy segura que de haber estado viva, nos hubieramos llevado muy bien.
—Genial, nos están avisando que tal todo — Yoongi le dio un apretón de manos a Jungkook y me dio un en la frente, como es habitual, despidiéndose. Los demás chicos lo imitaron.
—Sí. Nos estamos viendo mis niños — molesté apretandole los cachetes a Dahyun mientras le daba un fuerte abrazo. Me gustaba molestarla. Ella se alejó de manera rápida, haciendo que todos rieran.
Luego de despedirnos por tercera vez, fuimos hasta el taxi de Jungkook, así ir hasta mi casa en busca de mi bolso donde tenia todas mis cosas arregladas para nuestro viaje express, para luego ir a la casa del pelinegro.
Me quedaría allí esta noche.
Era así. Luego de lo que había sucedido a ninguno le gustaba estar solo por las noches, o yo iba a su casa o él se quedaba en la mía, mas nunca habíamos hablado de vivir definitivamente juntos. A lo mejor él no quería presionarme, pero lo que no sabía es que a su lado me siento la mujer mas segura del mundo entero.
—¿En qué piensas? — preguntó sacándome de mis fantasías. Lo miré mientras él manejaba y tomé una de sus manos que reposaba en su muslo, para darle caricias.
—De lo mucho que te amo y lo feliz que soy contigo — confesé sin más, sintiendo como mis mejillas se teñían de rojo, porque a pesar del tiempo, aún me colocaba nerviosa poder expresar todo lo que realmente sentía. Me dio una rápida mirada para volver su vista hacia la pista, sonriendo. Esa sonrisa tan linda que tiene que hace que sienta miles de emociones con solo verla.
—¿Por qué eres tan linda? con tus palabras haces que mi corazón se acelere con demasía. ¿Qué habré hecho en mi vida pasada para tener a la mujer perfecta a mi lado?
Tapé mi rostro mi mientras sonreía, de seguro estaba roja como un tomate. Él y sus palabras tan lindas. Esto era tan nuevo para mí, nunca me había sentido tan amada como ahora. Me siento bien, en paz, tranquila y es algo que Jungkook me produce.
Estoy toda una maldita cursi.
—No digas esas cosas tan repentinamente, sabes que me sonrojo con facilidad — bromee al quitarme las manos de mi cara. Él soltó una carcajada y acarició mi muslo.
—Pero no te sonrojas cuando te digo que tienes unos pechos especta...
—¡Cállate! — le pegué un manotazo. No podía creer que dijera esas cosas.
—O cuándo te digo todo tipo de cosas que tanto te gustan cuando estamos...
—¡Ya! no puedo contigo Jeon Jungkook, eres un maldito cerdo — podía jurar que mi cara estaba toda roja por culpa de sus dichos. Jungkook soltó una sonora carcajada tirando su cabeza hacia atrás. — mira hacia el frente — chillé cruzandome de brazos, haciendome la ofendida.
—Estaba bromeando mi bonita, sabes que me gusta molestarte — dijo para darme un fugaz beso en mi mejilla, pero de todas maneras siguió riendo. No pude aguantar mucho y me uní a su risa, golpeándolo nuevamente.
A su lado era feliz.
♡♡♡
¿Qué todo estaba en orden? Creo que me apresuré al relatar aquello. Recibí una llamada de mi madre pidiendo auxilio. ¿Qué se suponía que debía hacer cuando algunos kilómetros nos separaban? Entré en pánico, la llamada se cortó unos segundos después. Mi piel se erizó por completo y pensé lo peor.
Le dije de manera inmediata a Jungkook y él no esperó mas tiempo. Y aquí estábamos, camino a Daejeon.
Estaba totalmente impaciente y Jungkook solo me daba palabras de aliento, sonando positivo, indicando que mi madre estaría bien. Me repetía a todo momento lo mismo y es lo que más quería. Siempre temí que este día llegara y es que alguien tan inestable puede cometer una locura en cualquier momento. El alcohol transforma a las personas, les hace sacar su lado mas infernal. Si mi madre no quería ser salvada, debía salvarme a mi misma y es por eso decidí salir de aquel agujero que solo me estaba consumiendo y fue lo mas doloroso de mi vida, tener que dejar a mi madre con una bestia fue realmente duro para mí.
Luego de unas horas llegamos hasta la casa de mi niñez, viendo a muchos policías a las afueras. Mi corazón comenzó a latir ferozmente y me imaginé lo peor, el peor escenario pasó por mi mente de manera fugaz. Ya cuando vi a unos paramédicos llevando a alguien en una camilla tapado con una bolsa negra, paré en seco, haciendo que Jungkook chocara con mi espalda. Sentía que me estaba faltando el aire, todo pensamiento negativo se estaba haciendo presente, me apoyé en mis rodillas y respiré en reiteradas ocasiones.
—Tranquila amor, vamos — su voz logró calmarme solo un poco. Sentía que mis piernas me abandonaron y si caminaba, caería en cualquier momento. Es por eso que Jungkook avanzó hasta donde estaban las tiras amarillas indicando que no se podía ingresar al perímetro y le preguntó a un policía que se encontraba custodiando. Hablaron por varios minutos y por fin volvió hasta donde me encontraba. — cariño... es tú padre. Tú papá... murió.
Y quizás fue mala la reacción que tuve en ese mismo instante, pues apenas escuché esas palabras, comencé a respirar con normalidad y un suspiro de alivio salió desde lo más profundo de mí. Alivio porque por fin mi mamá se libraba de un maltratador recurrente y sí... no me apenaba decir que estaba feliz por eso.
Corri donde los policías preguntando por mamá y sin esperar más tiempo, ingresé al perímetro custodiado con los oficiales gritandome atrás. Pero no me importaba, solo quería ver a mi madre.
Ingresé al domicilio, vi a más oficiales y peritos que estaban sacando fotos a lo que parecía una escena del crimen. Un escalofrío recorrió mi cuerpo al notar una gran mancha de sangre en el living. Seguí mi camino hasta la cocina y por fin pude ver a mi mamá, con un gran chaleco cubriendo su espalda y también su cara empapada por las lágrimas. Corrí hasta ella y la abracé con fuerza, sorpendiendola. Lentamente sus manos fueron hasta mi espalda y me correspondió el abrazo.
—Todo terminó hija... — fueron sus palabras al separarse de mí — ya todo terminó. — su voz tembló y sus manos que acariciaban mi rostro también lo hacían — Por fin soy libre.
Y quizás no lo entendí en ese momento, pero al pasar las horas todo hizo un clic dentro de mí. Mi madre era presa del miedo, sentía que sí lo abandonaba, la encontraría en cualquier lugar y acabaría con su vida. Pude comprenderlo de mejor manera y agradecía infinitamente que todo haya tenido un final diferente.
Decidimos quedarnos en casa de mi madre una semana completa. Ella debía declarar que fue lo que realmente había sucedido, aunque el abogado que le otorgaron por parte del Estado decía que todo había sido en defensa propia y por eso no debía preocuparse, no tendría cargos por defender su propia vida.
Cuando las aguas se lograron calmar un poco, pude presentar a Jungkook y podía jurar que dentro de toda esta mierda, fue feliz por mí al notar como decidí salir de una relación tóxica que casi termina con mi vida también y ahora era la persona más feliz del universo junto a la persona correcta. Y si, no hacia falta recalcar nuevamente que mi madre odiaba a Kwan.
Y ahora me pregunto... ¿quién no lo hacía?
Era día sábado en la ciudad de Daejeon y ya iríamos a Busan para acompañar a Jungkook a hacer las cosas que tenia pendiente. No queríamos dejar a mi mamá sola así que fue un grato viaje lleno de risas y preguntas que mi madre le hacía a Jungkook para conocerlo de mejor manera. Y me agradaba que por fin mi mamá pudiera ser ella misma, sin miedo, ataduras... solo siendo ella misma, como la recordaba cuando tenía cinco años.
El viaje fue extenso y por fin habíamos llegado a nuestro destino; el cementerio donde yacía su madre.
—Hola mamá — Jungkook habló dejando flores en su lápida, limpiandola un poco — traje visitas nuevamente, sé que te agradan las visitas, siempre te ha gustado sentirte acompañada. Traje nuevamente a Iseul, ¿la recuerdas, verdad? — la voz que utilizaba daba a entender que estaba reprimiendo las lágrimas, pero yo no lo pude hacer y al mirar a mi mamá tampoco pudo hacerlo, comenzó a llorar desde que llegamos— me gustaría que estuvieras acá mamá, esta hubiera sido una reunión muy agradable, porque te presentaría oficialmente a tu nuera.
Abrí mis ojos con sorpresa al escuchar aquello y lo miré... sonriendo mientras sus ojos estaban inundados en lágrimas.
—Oh perdón, madre, que tonto soy — se golpeó suavemente su cabeza, volviendo su vista hacia la lápida —por eso estoy aquí, porque quería que una de las personas mas importantes de mi vida fuera testigo de este momento — ahora se dirigía a mí, tomando suavemente mi mano y acercándome a él — te has convertido en alguien importante, Han Iseul. Estaré siempre agradecido de aparecer en tu camino a propósito, de tu amistad, de todos los té que tomamos teniendo gratas charlas y por finalmente tener tu amor... y es que contigo aprendí algo importante, es que el tiempo es relativo — lamió sus labios, estaba nervioso — porque puedes estar con una persona cinco años y no sentir nada, como también estar con alguien seis meses y sentir de todo... y eso es exactamente lo que me sucedió contigo. Me siento profundamente enamorado de ti, te amo como no te imaginas bonita y quiero pasar el resto de mi vida junto a ti, y si estoy siendo un maldito cursi, no me importa, porque prefiero mil veces demostrar lo que siento y que nunca tengas dudas del amor que siento por ti... — sus palabras eran tan sinceras, que me derritieron completamente. Porque me sentía de la misma forma. — quizás no te pedí ser mi novia, pero quiero que seas algo más importante aún... por eso en compañía de tu madre y la mía, bonita...
Al notar como se agachaba para sacar algo de su bolsillo, tapé mi rostro. No podía ser cierto. Era un manojo de emociones en este mismo instante, pero reinaba entre ellas la felicidad. Escuchaba los aplausos eufóricos de mi madre y quizás me veía espantosa por llorar tanto en tan poco tiempo, pero sin dudas no me esperaba esto.
—¿Quieres casarte conmigo? quizás soy un simple taxista, pero te lo aseguro que serás muy feliz —extendió la pequeña caja que contenía un anillo con un pequeño diamante en él, sumamente hermoso. Reí por sus dichos — y creo que ya lo eres, si me dices que sí, lo serás el triple...
—Acepto. — lo interrumpí, sonriendole mientras aún caían lágrimas por mi rostro — claro que acepto casarme contigo, mi amor.
Jungkook soltó todo el aire que retuvo en sus pulmones y se puso de pie, para finalmente besarme. Un beso que transmitía toda clase de sentimientos, porque un beso vale más que mil palabras cuando había amor.
Mi madre se acercó rápidamente a felicitarnos, totalmente emocionada. Miré hacia la lápida donde estaba la fotografía de la madre de Jungkook y le sonreí, sabía que estaba feliz y siempre nos cuidaría.
No podía pedir nada más en este momento. El destino me unió con el amor de mi vida y siempre estaría agradecida de eso.
Y es que una cosa tenía claro, es que si el destino lo tenía planeado, echada estaba su suerte.
Y llegamos al final 😮💨🥲. De verdad que muchas gracias por la oportunidad que le dieron a esta historia y es que a pesar de ser corta, agradó 😭.
Quiero aclarar que la muerte de mamá de Jungkook siempre estuvo en mi mente y es por eso que Areum le recuerda cuando los tenía cautivos, que ella había sido la que había estado ahí para él cuando ocurrió lo de su madre, ¿que ocurrió? Bueno, esto. 😮💨💔.
Nuestra Iseul creció de sobremanera y ahora es amada como siempre tuvo que serlo, mi chiquita hermosa 🥺♥️.
Espero les haya gustado y claro que se viene un extra 🥰.
Mucho amor y muchas gracias 😭🥰.
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