𝐷𝑜𝑠.
Luego de abrir el local, me puse a ordenar todo lo que no estaba en su lugar en la tienda. Siempre me gustaba ayudar o alivianar la tarea a mis compañeros, éramos así. Si uno podía ayudar, lo hacía.
Compañerismo en todo su esplendor.
Pensaba que iba a llegar tarde debido a los acontecimientos tan repentinos —sin embargo, no malos—, pero no. Era la primera en llegar, como de costumbre.
Ya habían pasado quince minutos desde que me coloque a ordenar, cuando escucho que abren la puerta y pude distinguir a Dahyun entrar a la tienda, arrastrando sus pies y frotando sus ojos.
—Creo que te despeinaste en el camino — me burlé al ver su cabello todo desordenado. Me miró mal y siguió arrastrando sus pies hasta llegar al gran mesón donde atendiamos.
—No estoy de humor, Iseul — bramó. Y ahí me di cuenta que era mejor no molestarla. Dahyun de mal humor daba un miedo terrible.
De tal palo, tal astilla. Como dos gotas de agua con su hermano mayor.
—Está bien, lo siento — junté mis labios en una fina línea y fui hasta la oficina.
Pero yo ya tenía todo actualizado, me adelanté mucho al trabajo y ahora no sabía que hacer.
—Oh, llegaste antes Iseul — escuché a mi jefe decir cuando entró a la oficina — pude notar que tienes todo listo, todas las compras y ventas están en orden. Te felicito por tu trabajo.
Le hice una pequeña reverencia. Me esforzaba para hacerme notar, he escalado para poder obtener este puesto sin estudios universitarios, por lo cual era mas difícil, pero él me había dado la oportunidad por ser tan dedicada, solamente con los años de trabajo y sacrificio he ido aprendiendo como es el sistema aquí. Ahora recién mi jefe comenzó a notar mi desempeño y estaba agradecida por eso.
—Gracias, señor. Quise adelantar el trabajo para que después no se acumulen, estamos a mediados de final de mes, usted sabe que esos días son los más fuertes — le expliqué y el asintió, dándome la razón.
—Así es. ¿Qué tal si ayudas a tus compañeras en servicio?
—Si, eso iba a hacer. — le di una sonrisa y otra reverencia para salir de aquella oficina, soltando todo el aire acumulado.
Aún me pone nerviosa hablar con él, pienso que diré cualquier tontería a causa de los nervios.
—No se te acerques a Dahyun, Iseul. Está insoportable la muy idiota.
Fue lo primero que escuché al llegar al sector donde estaban los demás. Eungi es la que me estaba advirtiendo, pero ya era tarde.
—Ya lo sé, me la topé cuando llegó — reí y llegué al lado de ella —¿quién está de mal humor? ¿Quién? — comencé a pellizcar sus mejillas, ya veía que me pegaba un puñetazo por estar molestandola.
Dahyun era alguien fría, no demuestra mucho afecto y casi siempre está de mal humor, por lo menos cuatro días de los cinco que trabajamos. Pero ya nos acostumbramos, esta tienda sin ella no sería lo mismo.
—Eres igual a tu hermano, insoportable — le siguió recriminando Eungi — yo solo intento ser buena compañera y me manda a volar — terminó de decir para cruzarse de brazos.
—Ya deberías darte por vencida con Yoongi, sabes que no te tomará en cuenta — Dahyun respondió rodando los ojos.
Eungi abrió la boca para responderle, pero no dijo nada. Volteó y se fue a otro lugar.
La miré con algo de pena. Estaba totalmente enamorada del hermano de Dahyun, Min Yoongi. Cuando en una oportunidad salimos a beber y ella lo llevó, Eungi quedó fechada por él. Ahí hasta el día de hoy, no para de hablar de lo perfecto que es y queriendo que Dahyun la ayude para tener una cita con él.
—No seas tan dura — voltee a verla, frunciendo el ceño — sabes que uno no elige de quien enamorarse, solo suceden las cosas.
—Me desespera un poco. Ya estoy sintiendo que solo me habla para saber de Yoongi. Ya bastante tengo con aguantarlo en la casa, no quiero seguir escuchando su nombre en el trabajo.
Reí divertida. También era amiga de Yoongi, lo conocía hace años. Él fue el que me consiguió este empleo y luego yo pude reclutar también a Dahyun. Podría asegurar que yo era una de las pocas personas que le caía bien.
—Tú la conoces, sabes como es. Dile de buena manera que te molesta que toda la jornada hable de él, pero con buenas palabras — le pedí usando mi suave tono de voz.
—Detesto cuando colocas esa voz de niña buena — me apuntó con el dedo y resopló — está bien, me iré a disculpar con ella...
Comencé a dar rápidos aplausos emocionada. Me gustaba ser mediador en estos casos.
—Si. Ve, anda. Debe estar llorando por lo que le dijiste en algún pasillo. Tú sabes lo sensible que es.
—Cáncer, tan sensibles. Nada como un Aries, no hay otro signo como él. — dijo con aires de suficiencia.
También olvidé mencionar que le gustaba la astrología. Cuando la conocí lo primero que me dijo fue mi signo y todo lo que con él respecta.
—Yah, yo también soy cáncer y no soy sensible.
Me dio una mirada de "eres la mentirosa número uno" y fue en busca de nuestra amiga.
En esos minutos en donde las chicas no estaban, yo estuve atendiendo a los clientes. Esta tienda es muy concurrida y ellos solo sacan las cosas que quieren comer o llevar y las pagan. El trabajo es mas pesado cuando se llega ya que se debe reponer la tienda y a la salida cuando se debe limpiar.
—Que disfrute su comida — le dije a la señora dándole su vuelto. Ella me agradeció y fue hasta las mesas para comer. No sabía donde se habían metido estas dos. Ya estaba aburrida sin conversar con alguien.
Noté como Eungi traía abrazada a Dahyun por la fuerza, y le daba muchos besos en su mejilla. Sonreí al ver esa escena, de seguro se estaba aguantando para no mandarla al demonio.
Aunque trabajar no le gustaba a nadie, te lograbas distraer algunas veces.
✧✧✧
Quería llamar otro taxi al salir del trabajo, pero eso sería estúpido. ¿De verdad estaba buscando volver a encontrarme a ese conductor? Es imposible. Alejé esos pensamientos y fui a tomar el bus hasta mi casa.
Al llegar sabía que estaría sola. Era algo deprimente, quería volver a tener esa conexión que tenía en un comienzo con Kwan, quería intentar salvar lo nuestro.
Me descalcé al ingresar y fui a prepararme algo para comer. Estar sola no es malo, lo malo es cuando sabes que vives con otra persona y además es tú novio... eso para mí era pésimo.
Comí hablando con mi madre. Vivía en otra ciudad y solo nos veíamos cuando yo tenía vacaciones, ósea una vez al año.
Volvió a recalcar que debía patear el trasero de Kwan, que él no me merecía y que estaba completamente segura que tenía otra.
No quise seguir hablando, le dije que tenía que arreglar unas cosas y colgué. Suspiré cansada, mi mamá siempre decía esas cosas y la verdad nunca pasaba por mi mente que tuviera a otra mujer.
¿Y qué tal si es cierto?
Negué repetidamente mi cabeza. No. No puedo pensar que Kwan me engañe antes que me diga la verdad. Por los años que llevamos juntos es lo mínimo que merezco, ¿no? Merezco la verdad.
Me duché aún sin poder quitarme esas ideas de la mente. Eungi y Dahyun siempre me decían que él no era para mí, que esperaban que encontrara un hombre que realmente me hiciera feliz. Yoongi lo detesta. ¿A caso soy la única que lo ve de manera diferente?
Me dormí en medio de la soledad. Ya era media noche y mi novio aún no llegaba.
Esa astilla que estaba intentando incrustarse ya lo hizo. Y ahora tengo curiosidad.
¿Valdrá la pena todo el sacrificio en mi trabajo si estoy perdiendo algo que yo considero que es más valioso?
✧✧✧
—Buenos días, dormilona.
Escuché como una voz hizo que abriera los ojos. Para observar a mi novio frente a mí, aún con su camisa de la empresa donde trabajaba. Me fregué los ojos y me incorporé en la cama.
—Buenos días — le respondí, dándole una pequeña sonrisa — ¿Por qué no llegaste anoche?
Vi como su cara cambió y se puso de pie.
—Teníamos mucho trabajo — comenzó a explicar, rascando su nuca — yo no pensaría que serían tantas horas, pero nuestro jefe dijo que terminábamos lo que teníamos pendiente, nos daría el día libre. Así que lo hicimos, pero nos tomó mucho tiempo.
Sonaba tan convincente, de verdad que sí. No quería dudar de él, no quería hacerlo.
—Está bien, amor. Que bueno que puedas descansar — le dije al ponerme de pie y darle un beso en su mejilla. Y al estar a su lado, percibí un olor diferente en él, en su camisa.
Olía a perfume femenino. Un perfume que definitivamente no era el mío.
Me quedé de pie sin poder reaccionar.
—¿Pasa algo? — me preguntó preocupado. Le di una sonrisa falsa, como ya estaba acostumbrada.
—Ajá. Voy al baño, tengo que arreglarme para el trabajo.
—¿Quieres que te vaya a dejar?
Pasar tiempo con él es lo que quería, pero ahora no estaba tan segura. Antes de tener estos pensamientos y dudas hubiera aceptado sin rechistar.
—No, no es necesario. Tú descansa hoy, es tú día libre — le di un apretón en su mano — espero que me esperes con una rica cena.
Me sonrió para asentir y besarme en la frente.
—Está bien, amor.
Caminé hasta el baño y me apoyé en el lavamanos, dejando salir todo. ¿Por qué demonios está tan cariñoso ahora? ¿Quizás se arrepintió de estar con otra mujer? Que estúpida. Limpié con rabia mi cara, para proceder a lavarla.
Ya lista, salí en busca de un taxi. Hoy nuevamente no quise desayunar, no quería estar con Kwan.
Por primera vez no quería estar en un mismo lugar que él.
Hice que se detuviera uno. Me subí y comencé a buscar mi billetera en mi cartera, pero no la encontraba por ningún lado. No puede ser cierto, la vida me detesta.
—Buenos días, creo que me tendré que bajar. — le dije totalmente apenada, aun revisando mi cartera, esperando que la bendita billetera apareciera — al parecer se quedó la billetera en casa. Disculpe.
—Buenos días, bonita.
Me quedé estática, aún viendo mi cartera y lentamente levanté la vista asombrada al escuchar ese apodo.
—¿Tú...
—Al parecer el destino quiso que te volviera a ver — volteó su cuerpo y me dio una gran sonrisa.
No podía ser cierto.
Ahhhhh yo quiero que me pase eso malditasea #sueñosfrustrados.
El destino lo quiso así. #graciasdestino #simepasanomeenojo
Espero que disfruten del capítulo 💝.
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