𝐷𝑖𝑒𝑐𝑖𝑠𝑖𝑒𝑡𝑒.
—Lo bueno es que pudiste expresar lo que sentías.
Escuché como Taehyung sacaba conversación mientras caminábamos a mi casa, cabe mencionar lo cabizbajo que me encontraba.
Estar borracho no me ayudaba en mi pena.
—Sí, pero no sirvió de nada. Ella ya no quiere hablarme, no quiere verme, para ella ahora soy el ser mas despreciable del planeta tierra solo por un poco debajo de su ex, el cacas supremo — suspiré con desgano, mientras pateaba cada piedra que veía en el camino. A una le pegué tan fuerte que cayó en la pierna de Tae, quien comenzó a quejarse.
—¡Eso dolió! No te desquites conmigo, eh — me apuntó con el dedo mientras se sobaba con la otra mano la zona afectada.
—Lo siento, fue sin querer — me disculpé y seguí pateando las pequeñas piedras.
De solo pensar en la situación en la que me encontraba me hacía sentir deprimido. La extrañaba demasiado.
Quería estar con ella en este preciso momento y consentirla en todo lo que quisiera.
Amaba los waffles por las mañanas, el café expresso y frutas. Por las noches tenía pesadillas y yo estaba al pendiente de ella, la tranquilizaba y le daba cariño para que volviera a conciliar el sueño en total tranquilidad. Sin ella quererlo fue calando profundamente en mi ser al grado de llegar a amarla en poco tiempo.
Porque una vez leí que el valor de las cosas no está en el tiempo que duran, sino en la intensidad con que suceden. Por eso existen momentos inolvidables, cosas inexplicables y personas incomparables.
Y vaya que hace sentido eso ahora.
—Jungkook, no estés triste. Cometiste un error, sí. Pero tú no querías lastimarla, la amas y primera vez que estás amando a una persona realmente. Iseul verá todo eso, ya verás — expresó dándome un pequeña sonrisa y dándole un apretón a mi hombro.
Ojalá que pueda verlo.
—Pero, ¿y si no? ¿qué pasa si se cansó de idiotas y jamás me vuelve a hablar? — pregunté con algo de temor. Es que de solo pensar en eso un escalofrío recorría cada parte de mi cuerpo. — el solo pensar en perderla me pone mal...
—Si eso pasa, quédate con lo bueno y todo lo que esa persona te enseñó, que fue a amar realmente y de la forma mas pura.
Me sorprendí un poco al escucharlo y es que Taehyung nunca hablaba así. Siempre salía con puras idioteces para sacarte una sonrisa y escuchar todo eso, con su semblante serio, me hizo dudar.
—¿Estás enamorado? — levanté ambas cejas de manera inquisitiva. El me miró rápidamente y comenzó a negar rápidamente con su cabeza.
—¿Qué? N-no, no, eso es de idiotas. El amor es una peste, no sirve para nada. Definitivamente no, no.
Su estado de negación era graciosa y es que con solo esas palabras me confirmó que si lo estaba.
—No puedo creerlo Kim Taehyung. Te lo tenías bien guardado eh, ¿quién es la pobre chica que cayó en tus encantos esta vez?
Sólo guardó silencio y ahora él comenzó a patear cada piedrecilla que veía en su camino.
—Ese es el problema — refunfuñó golpeando una piedra muy fuerte dándole a un auto. Pero ni siquiera se inmutó por tal acción — no ha caído y no entiendo porque. Ósea mírame, ¿qué persona en su sano juicio no se fijaría en mí?
—Bueno, ella. — respondí jugando un poco con él. Solo me miró ofendido y decidió ignorarme — ¿puedo preguntar quién es?
—Es una compañera de la universidad — comenzó a explicar, dando un gran, gran, gran suspiro — es una come libros, la maldita es muy inteligente y le encanta hacerse notar. Pero es bellísima, somos muy diferentes, muy, muy diferentes. Ella ama el estudio, yo a duras penas paso cada examen. Ella es de leer libros y yo de los videojuegos. Ella ama la lluvia, el invierno y yo el verano. Ella es agua, yo soy fuego, ella es si y yo soy no. ¿Por qué tuve que fijarme justamente en esa chica? — dramatizó lloriqueando — todas las mujeres que han llamado mi atención siempre caen ante mí. Ella no me da ni la hora. Incluso me encuentra el chico más exasperante de la universidad, ¿puedes creerlo?
—Sí, puedo creerlo — respondí con simpleza, encogiendo mis hombros. Me dio una mirada furiosa — bueno, quizás deberías dejar de comportarte como un patán y comenzar a actuar de otra forma. No eres un mal chico, deberías dejar que conozca al verdadero Taehyung, al real. No al idiota que solo quiere ligar, sin ofender hermano — le di una palmadita en su hombro.
—Es que no sé si quiera atreverme a dar ese paso. Nunca había sentido esto, nunca. Puede que me haya gustado un poco mas de lo normal alguna chica, pero yo nunca... — calló, apretando sus labios.
—Nunca te habías enamorado — terminé la oración por él — ya está hermano, no es tan difícil.
—Te veo a ti y me dan ganas de arrancarme el maldito corazón para dejar de sentir.
—¡Oye! Eso si dolió.
—Lo siento hermano. Es que todo... todo es tan difícil. Maldita Jieun come libros, si no te hubiera conocido todo hubiera sido más fácil — comenzó a susurrar algo molesto. No quise hacerlo, pero me reí.
—Ay hermano. Estamos en la mierda — seguí riendo para cesar paulatinamente, hasta volverme serio.
Todo esto era una mierda.
Quisiera retroceder el tiempo y hacer las cosas bien. Deseaba encontrarme una lámpara, saliera un genio de ésta y me concediera deseos. Eso sería genial.
—¿Me puedo quedar en tu casa? — preguntó cambiando el tema. Lo cual agradecí internamente.
—Claro. Mi casa es tú casa, lo sabes...
Me dio una cálida sonrisa y continuamos hablando de cualquier cosa hasta llegar a nuestro destino.
Quizás hubiera terminado el día llorando el posición fetal de no haber sido por Taehyung.
♡♡♡
Mis ojos costaban que se acostumbrara a la luz que ingresaba a través de la ventana porque, obviamente, no cerré las persianas anoche.
Miré el piso y vi que Tae estaba ahí tirado durmiendo en una posición algo extraña, con su boca abierta. De pronto sentí unas manos que abrazaban mi cintura. Voltee algo asustado y me percaté que Areum estaba en mi cama.
¿Qué rayos?
Quité de manera cautelosa sus manos de mi alrededor y me incorporé, sentándome en la orilla de la cama.
—Areum... — susurré, en un fallido intento por despertarla, pues solo se removió como un gusano y siguió durmiendo — Areum... oye...
Comencé a presionar mi dedo sobre su hombro y así lograr que por fin abriera sus ojos.
—¿Mmh? ¿qué sucede?
—¿Qué sucede? — pregunté de manera sarcástica — ¿Qué haces aquí? ¿en mi cama?
—Oh, eso — se sentó y comenzó a peinar su cabello — me sentí mal durante la madrugada y vine hasta acá. Lo siento, no quería incomodar...
Me quedé en silencio, para luego asentir y levantarme de la cama sin decir palabra alguna. Taehyung ni aunque pasara un camión despertaría, su sueño es demasiado pesado.
Salí hasta la sala y di un fuerte suspiro. Definitivamente no me estaba gustando la cercanía de Areum hacia mí. Puede que hace meses atrás su proximidad me hubiese emocionado, pero ahora ya no es así.
Areum no es Iseul.
Desordené mi cabello de manera brusca a causa de la frustración y me fijé en la hora.
12:15 pm.
Ya era bastante tarde. Sería bueno despertar a este idiota para salir de aquí, pero Areum llegó a mi lado junto a mi celular en sus manos.
—No ha parado de sonar. Debe ser importante — me lo tendió y sin dudarlo lo tomé. Tenía cinco llamadas perdidas de Yoongi. Le di un asentimiento de cabeza como en modo de agradecimiento y me alejé para poder hablar mejor.
Le marqué a su número. Un, dos, tres pitidos y por fin contestó.
—Ey hermano, lo siento por no...
—¿Iseul está contigo? — me interrumpió y me callé de manera brusca.
—¿Q-qué? Ella... ella no ha querido verme Yoongi. ¿Qué pasa? — pregunté sin demostrar al cien mi preocupación.
—Jungkook... Iseul no llegó al trabajo, no contesta su celular, no hay nadie en su casa. Las chicas están desesperadas, Iseul nunca haría algo sin avisarle a Dahyun ni a Eungi... yo... yo no quiero pensar mal...
Mi corazón comenzó a bombear sangre demasiado rápido, latía con una velocidad descomunal.
—No juegues conmigo, Yoongi... — supliqué, deseando que fuera una broma de mal gusto. Deseando con todas mis fuerzas que Iseul estuviera en la tienda de conveniencia atendiendo con esa hermosa sonrisa que poseía.
—No es broma, Jungkook. Fuimos a la estación de policías para que hicieran algo, pero deben pasar veinticuatro horas para declarar una presunta desgracia y que comiencen los del cuerpo investigativo... y-yo tengo miedo, tengo miedo porque ese imbécil está suelto y temo por mi amiga — su voz salió temblorosa. Y sentí que me iba a morir acá mismo. Mi cuerpo comenzó a temblar ligeramente, a sudar frío y sentía un maldito nudo en la garganta.
—¿D-dónde están ustedes? yo... y-yo... puedo ir y... maldición — balbucee pero ni yo me entendía. Esto era una maldita pesadilla. Lo era.
—Estamos en casa de Iseul. No hemos parado de llamarla, pero nada. Su celular no está apagado, pero no para de sonar hasta que nos manda a buzón de voz.
—Voy para allá. y... muchas gracias por llamarme, voy de inmediato — le respondí para ir a mi habitación rápidamente y comenzar a vestirme. Le tiré unos calcetines a la cara de mi amigo para que despertara.
—Auch — se quejó, sobando su nariz — eso dolió.
—Debo salir... yo... debo ir a casa de Iseul...
—¿Qué? — su cuepo fue como un resorte — ¿Te perdonó? Eso es genial, debes comportarte de ahora en adelante y no volver a mentirle...
Al escuchar aquello, detuve todo movimiento, para caer sentado en mi cama. Apoyé los codos en mis rodillas y me tapé el rostro para comenzar a llorar. Una sola vez había tenido este miedo de no volver a ver a una persona importante y ahora tener el mismo sentimiento, solo lograba que quisiera gritar por todo lo que tenía acumulado.
—Ey, ¿qué sucede? — preguntó de manera sutil, acercándose lentamente a mí — me preocupas hermano, ¿qué pasa?
—Iseul... ella... ella está desaparecida y sospechan que su ex novio tiene algo que ver. Taehyung, debe tener tanto miedo... — de tan solo pensar en que ella estaba sufriendo, hacia que mi corazón se encogiera de sobremanera. — ¿Qué hago si le llega a pasar algo? Debo avisarle a su madre, ella siempre llama a Iseul por las mañanas... ella... ella debe estar preguntándose porque su hija no contesta el celular y...
—Tranquilo. Respira Jungkook, estás llegando a hiperventilar, respira...
Lo seguí en sus ejercicios de respiración porque me estaba faltando el aire y mi pecho me apretaba tanto que dolía.
—No hay que pensar negativamente. Ella está bien, solo quiso tomarse un tiempo para ella y llegará pronto. Vamos, te acompaño...
Asentí levemente y continúe vistiéndome para salir pronto, deseando llegar y que estuviera ahí, en su casa, sentada en la mesa tomándose una gran tasa de té y que me mirara con odio, ya no importaba, porque ella estaría ahí.
Sana y salva.
u.u a pensar positivo 😫.
Quedan tres capítulos más el final uuuuuuu muchísimas gracias por todo<3
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