𝐷𝑖𝑒𝑐𝑖𝑛𝑢𝑒𝑣𝑒.
—¿Qué se supone que estás haciendo? — pregunté indignado al presenciar todo esto. Areum soltó una risa nasal y tiró a Yoongi hasta mi lado.
Le pregunté si se encontraba bien en un susurro y él solo asintió con su cabeza.
—Ay Jungkook. Pudiste haber hecho las cosas bien, correctas — comenzó a decir admirando su arma — pero no. Me la hiciste muy difícil eh...
—¿De qué demonios estás hablando?
—Te dije que no te involucraras aún más con esta estúpida, pero no me escuchaste. Quisiste hacer oídos sordos y aquí está el resultado — río sarcásticamente echando su cabeza hacia atrás — pude contactarme con Kwan mucho antes que la policía. Soy mas eficiente que ellos, al parecer.
—¿Por qué haces esto? Tú... tú no eres así, nunca has sido así...
—Creí que siempre te tendría a mi lado — se encogió de hombros — me gustaba recibir tu atención, siempre supe que estabas enamorado de mí.
—¿Qué?
—Siempre lo supe. Pero no te veía de otra manera, quizás tantos años juntos solo me limitó a verte como mi hermano, pero eso cambió y me asusté — confesó bajando la mirada — tuve novios, pero nunca llegué a amarlos. Pero a ti... a ti, diablos, sí. Y saber que ya no tendría esa atención, ese amor de tu parte me hizo sentir miedo. ¿Perdería a Jungkookie por otra mujer? Claro que no, debía hacer algo — sus ojos se llenaron de lágrimas — pensé que al tener esta maldita enfermedad haría que te quedaras a mi lado, que volvieras a amarme como alguna vez lo hiciste... pero nada de eso sucedió y tuve que actuar...
—Estás completamente loca — escupí con rabia. Volteé a ver a Iseul, que ahora tenía los ojos cerrados — eh, bonita... — la comencé a mover, no quería que se durmiera. En su situación podría suceder algo peor. Inanición o deshidratación podía ser alguna de ellas. — no cierres tus ojos. Iseul...
—Vamos Iseul, abre los ojos — Yoongi golpeaba levemente su mejilla, pero no había respuesta alguna — necesita un hospital, puede morir.
—Para mí eso es aún mejor — rió Areum caminando a nuestra dirección — tan débil, no sé que le viste.
—¡Cállate! — grité. La decepción que sentía en este mismo instante era demasiada. Esas dos personas que estaban frente a mí eran los seres mas despreciables que pudieran existir. De Kwan me podría esperar cualquier cosa, pero de ella no y ver su verdadera faceta es espeluznante y demente.
Kwan caminó a paso rápido hasta donde estaba y me golpeó la mejilla y el pómulo tan fuerte que logró que me mareara. Si a mí me había golpeado así, no quería imaginar como lo hizo con Iseul.
Escupí hacia un costado al sentir el sabor metálico y limpié los rastros de sangre que tenía en mi boca.
Las manos de Yoongi formaban puños, lo conocía, sabía que quería matarlo con sus propias manos y solo se estaba conteniendo por su amiga.
En estos momentos no necesitábamos más problemas. Nosotros solo teníamos nuestros puños, ellos estaban armados.
Teníamos todas las de perder.
Volví a mirar a Iseul y ella luchaba por mantenerse despierta. La impotencia que sentía por no poder hacer nada por ella, por protegerla, por sacarla de acá me estaba matando. Tomé su mano para acariciarla y se la besé repetidas veces.
Aguanta un poco más, te sacaré de aquí.
—¿Qué pretendes? ¿Qué muera acá? Cargarás con todo ese peso en tu conciencia. El tiempo que te queda de vida solo arrancarás de los policías, ¿eso quieres? ¿eso es vida para ti? — pregunté tomándome la cabeza por la frustración que sentía.
—Quiero que recapacites. Que entiendas que con ella no serás feliz...
—Si ella no está conmigo, de todas formas seré feliz si ella lo es. Porque la amo y el amor consiste en eso, no en obsesionarse y provocar daño... eso Areum — la apunté — no es amor y tú lo sabes.
—No esperaba que vinieras — cambió el tema drásticamente , volviendo a admirar su arma — Creo que Kwan no se pudo resistir. Pero sabe que no puede hacerte daño.
Mi cara ya no tenía expresión. Cada cosa que salía de sus labios, cada palabra la hacía lucir como una completa loca, como si no estuviera en sus cinco sentidos.
No le respondí absolutamente nada. Me dediqué a observar el lugar.
Era como una habitación, pero no tenía cama, tampoco suelo, solo tierra. La única ventana que había, estaba con muchas tablas que impedían ver o salir. De pronto escuché como Yoongi siseó de manera disimulada. Lo observé y noté como con su barbilla apuntaba en dirección hacia Kwan. Estaba de espaldas hablando por celular y en su bolsillo trasero tenía la pistola.
Quizás no todo estaba perdido.
Le asentí y volví a tomarle la mano a Iseul, para besarsela aunque sea la última vez que lo hiciera.
—Te amo mucho, mucho.
Fue último que le dije antes de acercarme a paso rápido hasta Kwan, tomarlo por el cuello y de manera veloz quitarle el arma, para apuntarle su sien.
—¿Qué demonios? — espetó. Areum recién se percató de todo y me apuntó con su arma, pero sabía que no haría nada en mi contra.
No sería capaz de dispararme.
—Yoongi, toma a Iseul y llévala hasta el auto. Debes sacarla de acá, corre...
Me hizo caso, pero me percaté como Areum ya no me estaba apuntando, sino que los apuntaba a ellos. Volví la presión de mi brazo aún más fuerte escuchando el crujido de un hueso quebrarse y el fuerte grito de Kwan. Ahí aproveché de apuntar a Areum.
—La bajas o te disparo — le dije ganándome su mirada. Apretó sus labios y lentamente bajó su arma. Me acerqué hasta ella sin soltar a este imbécil y la seguí apuntando. — ve Yoongi, no pierdas tiempo — expresé sin mirarlo, no quería que por un descuido todo se fuera a la mierda.
—Pero... pero, ¿y tú?
—No te preocupes por mí. Ve por favor, lleva a Iseul a un hospital y llama a la policía — el nudo que sentía en mi garganta era abrumador. Solo quería que estuvieran a salvo.
Cuando escuché los pasos salir, fue que recién pude respirar con normalidad.
—¿Qué haces, Jungkook? ¿Por qué mierda haces esto?
Solté una risa burlesca. Esto era increíble.
—¿Por qué mierda hago esto? ¿Enserio tienes el valor de preguntar eso? — sí, estaba exaltado y me importada un comino — ¿Puedes, por favor, dejar de preguntar idioteces?
—¿Qué ha hecho ella por ti? ¿Crees que aún te ama? No seas iluso, yo conozco todo de ti. Cuando sucedió lo de tu madre, ¿quién estuvo para ti?
—¡Cállate! ¡No te atrevas a hablar de mi madre! — grité enfurecido, mis ojos llenándose de lágrimas, pero no derramaría ninguna.
Maldita, como se atrevía.
Mi vista estaba nublada a causa de las lágrimas acumuladas y con eso bastó para que Kwan me propinara un golpe en mi estómago, dejándome sin aire.
Luego sentí otro golpe en el mismo lugar, logrando que cayera al piso y comenzara a toser. Un golpe tras otro, quería incorporarme y defenderme, pero no tenía fuerzas. Este hijo de puta aún con la fractura que tenía en uno de sus hombros, lograba golpearme como si nada.
—¡Déjalo! ¡Lo vas a matar!
—Quizás eso tuve que hacer desde el comienzo y nos hubiéramos evitado todos estos tropiezos — respondió para volver a pegarme una patada. Apoyé mi espalda en el suelo y respiré agitadamente. Mis costillas dolían demasiado y sentía mi rostro hinchado.
Escuché como cargaba su arma y me apuntó.
—Que tengas una bonita vida en el más allá — manifestó sonriendo triunfal. Cerré mis ojos para recibir el impacto y rogué porque Yoongi ya estuviera a salvo con Iseul, es lo único que quería.
Lo que mas me importaba.
Y cuando por fin lo escuché, no sentí nada. No quise abrirlos, sin querer mi cuerpo estaba temblando.
—¿Qué... qué hiciste?
Abrí mis ojos de manera abrupta. Kwan me daba la espalda y volví a escuchar otro disparo, luego otro y al último, mi rostro ya estaba manchado con sangre de él, quien cayó de rodillas, luego su torso fue el que cayó quedando inerte tendido en el suelo y una gran cantidad de sangre salía de su abdomen.
Mi estado de shock al presenciar esto era sublime. Miré hacia un costado y vomité por la presión que sentí.
—L-lo siento, l-lo siento...
Me limpié mi boca, agarrando mi costilla, que dolía de sobremanera.
—No... no me... no me pidas disculpas — le dije con dificultad — hiciste las cosas... terriblemente mal...
Muchas sirenas comenzaron a sonar cercano a este lugar y un suspiro de alivio salió de mis labios.
Yoongi lo hizo.
—Espero... E-espero me puedas perdonar...
—¡Ya sabemos que están ahí! ¡No intenten nada! — la voz de un policía se escuchó a causa del eco del galpón. Se estaban acercando hasta esta habitación.
—Perdón... por todo...
Fueron sus últimas palabras antes de dispararse en su cabeza y caer al suelo.
Estaba muerta.
Areum se había suicidado.
El aire me estaba faltando y sin yo quererlo lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas. Mis sollozos se escuchaban por todos lados y rápidamente cinco policías entraron con grandes armas, inspeccionando el lugar dando con el cuerpo de Kwan y Areum.
—Todo está bien, todo terminó Jungkook — me dijo un agente dándole palmadas a mi hombro, pero aun así mis lágrimas no cesaban.
Todo había terminado, toda esta pesadilla terminó.
Gran trauma, ¿no creen? 😓.
Iseul, Jungkook arriesgó su vida por ti chiquibeibi 😭.
Espero les guste ♥️.
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