Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝐶𝑢𝑎𝑡𝑟𝑜.

Había sido una jornada movida en el trabajo. Mucha gente había ido a la tienda y más el trabajo en la oficina fue muy agotador, solo quería llegar a casa y lanzarme al sofá. Además había llegado tarde por culpa de la terapia de taxi que tuve esta mañana.

Iba realmente cansada y sabía que debía tomar el autobús, de solo pensarlo me agotaba aún más.

Llegué hasta la parada de buses y luego de unos minutos me subí a uno que iba medianamente vacío, podía estar tranquila. Durante todo el camino fui pensando que decirle a Kwan.

¿Lo enfrento?

¿O lo dejo pasar hasta descubrir algo más?

Esto me tenía realmente mal. Nunca pensé que fuera capaz de engañarme, además yo le dije que se fuera a vivir conmigo. ¿Y cómo me pagan? Siendo infiel.

Las chicas en el trabajo me dieron ánimo y apoyo. Eungi trató todo momento hacerme reír, contaba chistes malisimos, todo para que no estuviera triste y Dahyun me daba apoyo como ella sabía hacerlo.

Me leyó el tarot.

Reí al recordar eso. Las cartas decían que muchas cosas sucederían en mi vida, muchos cambios y yo debía ser firme con esos hechos, porque obviamente me iban a afectar. También conocería otro mundo, viviría nuevas experiencias y que eso me haría realmente bien.

Ojalá sea verdad y pueda estar bien.

Llegué a la parada y comencé a caminar hasta mi casa. En sí no es mía, pago alquiler así que momentáneamente lo es. No quería entrar, no quería hacerlo.

Me di ánimo a mi misma y respirando profundo, ingresé. Estaba todo apagado, no se veía nada.

—¿Kwan? — llamé al dejar las llaves en la mesita que estaba al lado de la puerta y sacarme los zapatos.

Risas. Escucho risas.

Mi estómago se contrae y comienza a doler mientras camino a la habitación. Sentía que mis piernas temblaban y caería el cualquier momento.

Giré lentamente el pomo de la puerta e ingresé, pero no vi a nadie. Otra risa se escucha del baño. De forma cautelosa me acerco y apego mi oído a la puerta, para así lograr escuchar algo.

—No, mañana no podré ir — pude escuchar como Kwan le decía a la otra persona al parecer por celular — ya sabes, no puede ser todos los días...

Sentía náuseas. Esta sensación no se las doy a nadie, es de la peor forma que te puedes sentir.

—Entiéndeme tú a mí, no puedo mañana... eres tan insistente, bueno, iré mañana. En el mismo lugar, ¿si? — nuevamente lo escuché reír — Bien, nos vemos.

Abrí mis ojos asustada y corrí fuera. Que estúpida, lo tuve que haber increpado ahí mismo, soy una maldita cobarde.

Llegué hasta la puerta y aparenté como si recién hubiera llegado del trabajo y pude ver que Kwan salía con una sonrisa de la habitación.

—Oh, amor. No te sentí llegar —me dijo mientras se acercaba a darme un beso en la frente. Hice una mueca de disgusto sin que lo notara.

—Hola, llegué recién — le respondí y caminé hasta la cocina, viendo como habían muchos platillos preparados encima de la mesa. Por lo menos cumplió con la cena.

—Te estaba esperando para cenar. ¿Tienes hambre?

La verdad con lo que acabo de escuchar me dieron hasta náuseas, hambre es lo que menos tenía. Pero esa no fue mi respuesta, claro que no.

—Si. Muero de hambre — le dije colocando mi mejor sonrisa falsa. Como si no tuviera el corazón roto en mil pedazos.

—Excelente. Hice bibimbap y también hice tteokbokki, sé que te fascina esa comida — dijo con una gran sonrisa.

Estaba totalmente descolocada ante la actitud que estaba teniendo. ¿Que le pasaba? ¿Por qué estaba siendo tan atento?

—Gracias, no debiste molestarte y preparar todo esto.

—Oh, nada de eso. La última vez no pude salir a cenar contigo y anoche no llegué por mi trabajo. Así que mereces una rica cena — respondió tomándome de los hombros y los masajeo levemente — además, a ti te gusta que cocine, ¿no?

Es verdad, cocina muy bien. Tenía unos dotes culinarios muy buenos y eso siempre se lo dije.

—Si. Gracias. Comamos entonces — me senté rápidamente en la mesa para dejar de sentir su tacto. Tomé los palillos y comencé a comer de manera paulatina. Pude notar que Kwan me miraba extrañado.

—¿Te sientes bien? — su voz detonaba una preocupación, pero no podía deducir si era genuina o no. Estaba desconfiando de toda acción que viniera de su parte.

—Mhm sí, ¿me debería sentir mal?

—Luces extraña, ¿segura que no pasa nada?

Dile, no seas cobarde, di lo que te atormenta.

Dejé los palillos a un lado, sintiendo como mis manos temblaban. Cerré mis ojos fuertemente y en mi mente estaba la disputa de si decirle o no. Mi mente maquinaba a toda velocidad y de pronto tuve cortocircuito. Comencé a respirar de manera agitada y sentía me que me estaba faltando el aire; que no podía respirar. Mi corazón latía fuertemente en mi pecho y zumbidos constantes tenía en mi cabeza.

Estaba teniendo un ataque de pánico.

Me iba a morir aquí, me iba a morir.

—Ey Iseul, mírame — la voz de Kwan se oía lejana. Esto era desesperante, lágrimas inundaban mi cara y no había tenido noción de que estaba llorando — amor, mírame. Vamos cariño, respira.

Iba a morir. Aquí mismo iba a morir.

—Amor, respira, debes enfocarte en algo que te haga feliz, pero debes respirar...

Intenté hacer lo que me decía, respirar paulatinamente. Inhalar y exhalar. Mis latidos estaban volviendo a la normalidad y el hormigueo que estaba por todo mi cuerpo poco a poco iba desapareciendo.

—¿Qué pasa Iseul? ¿Quieres hablar de algo? No es normal que te estén sucediendo estas cosas — me dijo con el ceño fruncido, agachado frente a mí.

Lo observé. Kwan es guapo, siempre pensé que tenía aires al actor Park Seo-Joon, si, muy guapo.

Pero ya no podía verlo de la misma manera. Es como si toda percepción buena que tenía de él se hubiera esfumado.

—No lo sé, creo que tendré que ir a médico. Estos últimos días no me he sentido bien, quizás estoy durmiendo mal o el estrés del trabajo me está pasando la cuenta — intenté explicar pasando una mano por mi cabello y por mi frente para quitarme el sudor por lo que me acaba de pasar y limpié mis lágrimas con mis manos temblorosas.

—¿Quieres que te acompañe? — preguntó dándome caricias en mis piernas. Lo pensé y esta es la oportunidad perfecta para saber una cosa.

—Mañana. ¿Me puedes acompañar mañana?

Noto que mira hacia el lado y comienza a balbucear algo que en definitiva no entendí.

—¿Puedes mañana? — volví a insistir. Teniendo una leve esperanza que me diga que sí, que me prefiere a mí antes que cualquier cosa que tenga que hacer mañana. Que se preocupa por mí, por mi bienestar.

—Amor, verás... — se rascó su nuca con nerviosismo — no puedo mañana, pero no te enojes, ¿si? No puedo mañana. ¿Qué te parece ir pasado?

Me quedé en silencio, sintiendo como una rabia comenzaba a crecer dentro de mí. Me sentía decepcionada y eso me poducía enojo, rabia, todo un cúmulo de sentimientos negativos.

—¿Qué es tan importante que debes hacer mañana? ¿Qué es mas importante que mi salud? — indagué molesta. Estaba cansada de esta mierda.

—Tengo trabajo. Sabes que no puedo faltar al trabajo...

Conté hasta diez mentalmente, pero ya era demasiado tarde.

—¿Trabajo? — pregunté seria — ¿con quien hablabas en el baño?

Abrió sus ojos y su rostro palideció.

—C-con nadie...

—¿Nadie? ¿A nadie le decías que mañana la verías en el mismo lugar de siempre?

Estaba harta. Ya no quería que me vieran la cara de estúpida cuando siempre fui una buena persona con él, nunca le fallé, siempre estuve ahí en sus momentos malos. ¿Por qué no podía ser recíproco? ¿Por qué no pude ser amada de la misma manera?

—No es lo que piensas... — habló rápidamente — estaba hablando con Hyori. Tenemos un proyecto que hacer para la empresa, por eso en el mismo lugar, la sala de reuniones...

Enarqué una ceja, mientras lamia mis labios. Es la peor excusa, al parecer es verdad que los hombres bajo presión piensan menos.

—¿Tú crees que yo creeré eso? Deja de querer verme la cara de estúpida, Kwan. Merezco la verdad — me levanté de la silla y el también lo hizo. Lo apunté con un dedo — si ya no me amabas tuviste que tener el valor de decírmelo, si ya no sentías lo mismo tuviste que ser sincero. Esto duele Kwan. Espero que nunca te rompan el corazón como tú lo hiciste conmigo — le dije con rabia, pegandole en su pecho mientras las lágrimas corrían por mi cara.

Él no habló más, solo dejó que lo golpeara... no lo iba a negar.

—Fue con Jiyeon... — dijo en un susurro. Detuve mis movimientos y me quedé estática. Levanté la mirada de forma lenta y pude ver como su mentón temblaba lentamente. — y-yo no sé en lo que estaba pensando Iseul, te lo juro que no siento absolutamente nada por ella, porque a la que amo es a ti.

Reí mientras seguía llorando.

—Tú no sabes una mierda de como amar, Kwan — le espeté con rabia, mientras secaba mis lágrimas con el dorso mi de mano. — una persona que ama no engaña, una persona que ama no lastima.

—Te juro que te amo Iseul. Perdóname, por favor perdóname...

Se abalanzó hacia mí y tomó mis manos con desespero y ya no pude aguantar ningún segundo más, lo saqué de forma inmediata, no quería tocarlo, no quería sentirlo. Su tacto quemaba.

—Mañana iré a trabajar y espero que cuando regrese no estés aquí — sostuve. No iba a decaer, no me ablandaria.

—Iseul, por favor... No me hagas esto — su mirada era de desesperación y su voz de súplica — Te amo...

—Yo no hice nada Kwan, esto lo hiciste tú — respondí mientras caminaba hacia la habitación. —sacaré dos almohadas y una manta, dormirás en el sofá — declaré con calma. El llanto había cesado, pero el dolor interno no. — y recuerda, mañana no quiero ver nada tuyo acá. No quiero volver a verte.

Cerré con fuerza la puerta y dejé caer por ella, cayendo al piso. Estas últimas semanas solo han sido de sufrimiento, no he estado en ningún momento feliz.

¿Y el conductor qué?

En medio de mi llanto, no pude evitar pensar en Jungkook.

¿Por qué quiere ayudarme? ¿Por qué quiere hacerlo?

✧✧✧

No tenía ánimo de levantarme.

No quería hacer nada hoy, solo quería estar acostada y no pensar en nada, ni nadie. Sé que es malo, sé que debería darme el ánimo y salir de acá... pero es tan difícil cuando te duele todo por dentro. Estoy con el corazón roto, decepcionada y con miles de complejos que ya tenía y ahora se intensificaron el doble.

¿Por qué tuvo que buscarse otra persona? ¿No era suficiente?

Basta Iseul, levántate y ponte bonita, Kwan se arrepentirá de lo que perdió.

Una parte de mí subconsciente siempre me daba ánimo y la otra solo quería estar en la cama llorando, viendo películas y comiendo helado.

Di un suspiro ahogado y me levanté de la cama con pereza. Debía bañarme para ir a trabajar, sabía que las chicas podían hacer que olvidara un poco las penas, eran expertas en eso.

Luego de media hora, ya me estaba colocando el labial viéndome en el espejo. Tuve que usar corrector para las ojeras bastante pronunciadas que tenía y creo que pude opacar un poco mi cara de trasnochada.

Salí de la habitación con cautela viendo hacia todos lados. Kwan ya no se encontraba acá y eso me dejó un poco mas tranquila. Tomé las llaves y salí de la casa, esperando que cuando llegara ya no hubiera nada en esta casa que tuviera que ver con él.

Estaba nerviosa esperando algún taxi, pero no podía ver ninguno. Levanté mi muñeca para ver la hora; 7:45 am.

Cuando estaba a punto de darme por vencida y caminar hacia otro sector para tomar un auto, noté que uno doblo la esquina, cuando estaba lo bastante cerca lo hice detener.

Sonreí al notar el chófer. Cuando se detuvo me subí y como siempre, volteó dándome una sonrisa abierta.

—Buenos días, bonita. ¿A cuál cafetería quieres ir?

Me había olvidado por completo de eso. Ya estaba empezando a dudar que fuera simple casualidad.

—¿A caso eres un acosador? — inquirí divertida. No es normal todo esto, nunca me he topado con el mismo conductor dos veces, mucho menos tres.

—Como crees. Acabo de completar una carrera y justo era por estos lados, ¿ves? El destino existe y definitivamente quiere que sea tu conductor.

Entrecerré los ojos y me crucé de brazos.

—Okey, entonces, ¿vamos a la cafetería? Tú dijiste que conocías una muy buena.

Asintió sin dejar de sonreír.

—Si. Te encantará, así podremos hablar y conocernos más...

Conocernos más.

Tragué seco. Sin duda Jungkook me intrigaba mucho... quería conocerlo más.

—Me parece perfecto, ¿vamos?

Me quedó mirando fijamente y estaba logrando que me pusiera nerviosa. Carraspee levemente y sostuve la mirada, con la misma intensidad que él lo estaba haciendo.

Dio una sonrisa nasal y lamió sus labios, volteó y puso en marcha el vehículo. Sólo ahí pude soltar el aire que inconscientemente esraba reteniendo.

—Me llamas mucho la atención, Iseul. Espero que podamos ser muy buenos amigos. habló viéndome a través del espejo retrovisor.


—Espero lo mismo, Jungkook.

Sí, también llama mi atención y puedo decir que Jungkook ha traído consigo un poco de alegría.

Podríamos ser muy buenos amigos.

Que viva la amistad gente 👀.

Feliz día del amorsh y la amistad mi gente bonita 🥰.

Por fin publico un capítulo porque puras trabas he tenido 😡.

También quiero tener una amistad así... #IseulPresentaATuAmigo eh jajaj esop, las amo 💝.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro