Después de su misión exitosa de traer a Sasuke Uchiha, se dirige a la torre de su hokage favorita para que le den el dinero por su misión de rango A-S ¿Qué pasó con Sasuke? Le levantaron todos sus crímenes y ahora está yendo al psicólogo para una mejor recuperación. ¿Por qué Naruto no está preocupado o emocionado de que él volviera? Porque ya nada fue como antes, Naruto asistió al psicólogo también, recuperándose de la obsesión que sentía hacia el menor de los Uchiha, dando se cuenta que ni siquiera lo amaba, solo se aferraba a este dado que era la única persona que entendía su soledad en ese entonces, desarrollando una dependencia tóxica, pero logró recuperarse y ya no le importa lo que haga esa persona, acepto la misión porque la paga era buena. Con el tiempo Naruto fue desarrollando mejor sus habilidades, al no tener en mente a Sasuke logró mejorar y superarse.

Era respetado, amado, y admirado por su Aldea, tenía amigos y unos hasta los consideraba hermanos, Hinata era como la pequeña hermana a la que debía proteger, Neji como el hermano al que se le debe enseñar a vivir la vida y no siempre ser apegado a las reglas y Shikamaru era el hermano mayor del cual deseaba aprender.

Llego a la Torre Hokage y toco la puerta antes de entrar, recibiendo una respuesta afirmativa procedió a entrar en la oficina, un mal presentimiento vino a su pecho, Kurama también lo sentía.

-¡Abuela Tsunade! Cuánto tiempo sin verla, ¿Cómo está?- decidió no alterarse y ser precavido, la cara de Tsunade no era del todo tranquila, si se notaba feliz de verlo, pero en sus ojos florecía la preocupación.

-Naru, me alegro que estés bien. Me encuentro algo preocupada la verdad, hay algo importante que debo decirte, pero antes ten; es tu paga por la misión-habla un poco ansiosa pero sin entrar en pánico, poniendo una bolsa llena de dinero en la mesa.

Naruto preocupado, toma la bolsa y manda a un clon que la deje en casa. Decide sentarse, pone su rostro serio y sin decir nada, Tsunade suspira para comentarle lo que sucede.

-Tú sabes que el consejo de Konoha está corrupto, e intentado varias veces desarme de ellos pero sin la aprobación del señor feudal no tengo mucho poder. El tema es justo ese, ayer en la tarde se decidió que sería exiliado-su voz al inicio sonaba firme, pero cuando dijo las últimas palabras su voz se quebró, quería a Naruto como un hijo, alguien de su familia, no podía soportar que le hagan eso a su pequeño- dijeron que ya no eras de utilidad en esta Aldea, que tu propósito se había cumplido y ahora solo eras estorbo. Lo peor de todo Naruto, fueron los que votaron esto. Tus amigos estuvieron de acuerdo en esto, los únicos que nos negamos a esto fueron, Hinata, Shikamaru, Neji y yo. Naruto no quiero que te vayas- Su voz se quebró, empezó a llorar pidiendo que no se fuera, Naruto la abrazo, y lloró en silencio. Debía marcharse, debía dejar su hogar, a sus hermanos, a su madre adoptiva. No podía soportarlo.

-Te prometo que volveré-dijo con voz quebradiza- se que para ese entonces tu habrás quitado a esas personas y podre volver tranquilamente a mi hogar-consoló con palabras de aliento a la mujer, quien ya más calmada, le dedico una sonrisa suave, y cargada de cariño-debo despedirme de mis hermanos-susurró, no quería despedirse de ellos, los amaba como verdaderos hermanos de sangre.

-Puedes irte mañana, logre que no te exigieran irte inmediatamente, tienes hasta mañana en la noche hijo- lágrimas seguían rodando por sus rojos pómulos, y decidió aprovechar el tiempo corto que quedaba-podemos invitar a los chicos a una última salida, para que puedas irte más tranquilo.—

-Me gustaría pasar un último momento con ustedes-ambos se tranquilizaron y se sonrieron con los ojos rojos y humedos.

Salieron de la oficina y fueron a buscar a Hinata, Neji y Shikamaru. Estos estaban afuera de la torre preocupados, al ver salir a Naruto con la Hokage supieron que él lo sabía; se abrazaron y lloraron nuevamente todos juntos. Aceptaron tener un último pase por la Aldea, decidieron que disfrutaran ese momento y lo guardaran en sus memorias por mucho tiempo.

Fueron a comer ramen en Ichiraku, y le comentaron al señor Teuchi la situación, este triste por lo sucedido les ofreció ramen gratis, Naruto intentó negarse y dijo que iba a pagar, pero el viejo no aceptó y Naruto cedió. Pero sin que nadie se de cuenta antes de partir del Ichiraku, luego de abrazar fuerte a Teuchi, dejo un poco de dinero en sus bolsillos, eran un buen ninja así que el señor no se dio cuenta. Ya satisfecho, fue con su familia y siguieron el paseo, compraron unas pulseras lindas que se colocó cada uno, así aún que este lejos, siempre se recordarán. La noche ya caía y ninguno quería separse del rubio. Acordaron verse en la entrada de Konoha en la tarde, al medio día, para poder tener un último almuerzo juntos. Naruto regresó a su hogar, lloró todo lo que pudo llorar, y luego de desahogarse, arregló sus cosas, cansado de todo al solo tocar su cama, cayo rendido.

Un nuevo día se asomaba por la tranquila Aldea, Naruto se levantó y desayuno, termino de ordenar sus cosas y salió directo a la entrada de Konoha, con ayuda de dos clones logró llevar sin mucho esfuerzo su equipaje. Diviso a lo lejos a los demás, Tsunade lo abrazó, y los chicos siguiendo el ejemplo también lo abrazaron, fueron a comer por última vez.

-Naruto, cuídate mucho, ten cuidado con quien andas por favor. Se que debi decirlo antes pero tu condición de doncel te hace delicado, aún que se que no lo eres.-dijo Tsunade.

-Naru, cuando regreses te haré todo tipo de comida que quieras, así que debes regresar.-habló tímidamente Hinata, dándole un poco de comida para el camino.

-Naruto, cuando llegues a la Aldea del Arroz infórmate de las reglas para que no tengas problemas.-pronunció Neji preocupado, Naruto solo río.

-Solamente no te desvíes del camino, o te vas a perder, puede que te visitemos si llegamos que saber tu localización.-Le informó Shikamaru abrazando fuertemente al rubio.

-Gracias, en serio. No sé que haría sin ustedes, prometo regresar y traeré regalos y sorpresas para ustedes. Solo esperen mi regreso-les dedico una sonrisa calidad, llena de amor y cariño.

Y con un último adiós, un fuerte abrazo y otro mar de lágrimas, Naruto salió de Konoha, de su hogar.