Como una dádiva de la vida me confiero al calor de tus brazos mi hermoso y amado Alfa. En la intimidad de nuestro hogar y rodeado de nuestro pequeño mientras disfrutamos de una cinta supuestamente familiar, si no fuera por los momentos en donde una sombra reaparece en la televisión y junto a tu hijo pegan el aullido, que de feroz tiene poco. Y solo me resta reírme de la situación, de un gran Alfa que se asusta con tan poco.

—Tú, te ríes porque no tienes sangre cariño, ¿cómo puede ser que no te provoque aunque sea un poco de resquemor semejantes escenas? —articula el padre de mi hijo mientras se tapa los ojos con el bol de las palomitas.

—¿Pero cómo me va a dar miedo si sé de ante mano que es ficticio todo lo que sucede en la cinta? A parte fue idea de ustedes mirar este tipo de género —le suelto a lo que ambos me observan entre tiernos mohines sin poder creer que yo esté como si nada en el medio de tanto grito de terror —. Y ya me veo durmiendo solito esta noche, o a lo sumo con mi pequeña princesa, porque a los lobos miedosos no los quiero conmigo, desde ya se los digo —los señalo con firmeza.

—¡Siempre dices eso api! Pero luego terminamos los tres enredados entre tus piernas en otras tantas noches como esta —articula mi enano, seguro de que conserva un lugar a mi costado.

—Eso, es abuso del poder del amor que les tengo mis amores, porque bien debería hacerlos dormir a la intemperie por hacerme perder la mitad de la película, al fin y al cabo la eligen y luego se la pasan lloriqueando.

—¡Eso sí que no cariño! —anuncia mi Alfa expidiendo sus típicas feromonas de cachorro perdido bajo una intensa nevada y su tierna mirada de niño — Miedosos si, pero sin ninguna lágrima, hechos todos unos hombrecitos ¿Verdad pequeño?

Lo observo de costado y no puedo ocultar mi adoración al ver a mi imponente marido convertirse en un sufrido cachorrito, y todo por acompañar a nuestro mini gruñón en sus gustos peculiares de películas.

Porque estoy más que seguro, de que el único que se impresiona con este tipo de film es él, porque Dong-yul se aprovecha de la situación para recibir algún que otro mimo pero él, se queda en completa conmoción y por varias horas seguidas.

Cuando nuestro hijo pausa la cinta y avisa que procede en retirada a "cambiar las aguas" a parte de reírme y luego decirle todo serio que por favor las cambie adentro del inodoro o las limpiará con la lengua, me viro y lo encaro todo juguetón a mi impresionado marido.

—¿Mi lobito feroz está con miedito? — cuestiono repartiendo inocentes roces por su mandíbula mientras apoyo mis manos sobre su muslo y pecho. Percibiendo de inmediato la tensión ante mi toque y el efímero cambio en la fluidez del aroma que expiden sus feromonas.

—Con miedito y si continúas así, muy pronto también durito y bastante calentito, mi provocativo Omega —me suelta ronco y profundo.

Entonces, percibo su intensa mirada recayendo sobre mi acalorado rostro y elevando mi visión, me encuentro directo con sus infinitos y oscuros orbes que me absorben hasta el alma con tan solo una simple ojeada.

—¿Acaso el lobito está juguetón? —resuelto le digo inclinándome un poco hacia su cuerpo y a escasos centímetros de mi devoción.

Y aprovechando que sostiene inerte el bol repleto de palomitas, extraigo una de ellas para llevarla todo malintencionado hacia mi boca, sin perder detalle del recorrido de su ambicionada mirada hacia mi soma, y sobre todo, a mi intranquila lengua que se pasea por las afueras de mi boca —. ¿Te gusta lo que observas? —cuestiono en un susurro provocador.

—No me gusta, me fascina —dictamina afianzando el agarre sobre mi nuca para arrimarme de un jalón al dulce néctar de sus labios mientras me trago uno a uno mis gemidos que no pueden resguardarse dentro mío.

Su otra mano, abandonada del bol de palomitas, se sitúa en la zona de mi baja cadera realizando una intensa presión sobre su toma. Y me dedico a recrearme en la dicha de volar hacia la Luna sin un maldito cohete de partida, solo en la entrega mutua compartida y la acrecentada vehemencia que reclama que nuestras pieles se coexistan y fundan en una. Dejando así disfrutar a dos amantes enlazados que se acarician mediante el lazo cada vez que nuestras bocas conectan y ellos se perciben, repentinamente, más cercanos.

—¡¿Pero será posible?! —retumba una ofuscada voz conocida a mis espaldas seguida de un "apapa" balbuceado de una pequeña algo dormida —Hermanita querida, vas a tener que armarte de paciencia para la mema porque tus papis se están tragando la boca como lo hacen durante toooodooo en día. 

—¡Eso es mentira¡ ¡Si tu api trabaja gran parte del día! —dice mi Alfa indignado.

A lo que me giro y le digo: —Menos mal Alfa, porque en el trabajo creen que me muerde los labios un animal rabioso o que me ataca un vampiro por las noches, en todo caso —y riéndome le comento entre sensuales susurros, las textuales palabras que me obsequió con antelación el otro día —. Salvado por la campana, amor mío —para luego darme la vuelta y estirar mis brazos hacia la pequeña más dulce y hermosa de este planeta... Pequeña que últimamente solo tiene ojos para su amado "apapa" pero no me importa, porque si yo lo amo de semejante manera, no puedo esperar lo contrario de nuestras extensiones que son el fruto de esta magnánima afección que nos quema hasta dejarnos sin respiración.

—Tú, quédate con ella cariño, deja que yo le preparo el biberón —comenta mi aguerrido esposo y orgulloso lo observo incorporarse con algo de dificultad mientras el peque acude enseguida preguntando si necesita las muletas.

Él, solo le pide que le alcance una porque tiene algo dormida las piernas, aunque según mi ángulo de observación, la tercera está de más despierta.

Entonces, me sonrío al verlo acomodarse velozmente entre gruñidos mientras el peque rebusca lo pedido.

—Sí, ríe nomás, vamos a ver si más tarde te ríes o me pides entre lloros por más —me susurra ronco y bajo erizando cada fragmento de mi piel ante su impronta.

Y asegurándome de no perder la maldita conciencia mientras nuestra pequeña me agarra mis cabellos entre babas, le digo: —Recuerda dejar piernas para mañana amor, ya que tienes una entrevista en el estudio.

Él, se frena repentinamente, llamando la atención de Dong-yul que venía de camino con la muleta, preguntándole si se encuentran bien o si le sucede algo.

Yo, solo me hago el desentendido, mientras simulo jugar con la princesa ante la conmocionada cara de mi marido al que le flaquean las piernas.

—Será mejor que te sientes papi... ¿Se puede saber que sucede api? —cuestiona todo nervioso nuestro gran peque en cuerpo de niño.

—Pasa que tu padre, mañana tiene una entrevista en el estudio y están muy felices por conocer -al fin- al portador de la angelical voz que llevé en una grabación que les mostré hace un largo tiempo.

_¡No jodas api! —grita nuestro peque mientras se tapa los labios con ambas manitos.

—¡La boca pequeño! Y no, no jodo, es una completa realidad y una verdadera oportunidad para tu padre... —me acerco más al cuerpo de mi conmocionado y maravilloso Alfa que la vida o el destino puso en mi camino _. Oportunidad solo si tú quieres, amor mío —tomo su mano entre la mía —,  no quiero que te sientas presionado ni nada por el estilo y sabes de lleno que la plata no nos hace falta, pero me gustaría poder darte la oportunidad de ser feliz; o "aún más feliz" con algo que amas y en lo que realmente eres bueno.

Él, eleva su aguada visión y me pierdo en el paraíso de sus ojos que me transmiten tanto pero tanto amor, que creo morir si no respiro una bocanada de oxígeno para poder seguir morando al lado suyo y tener la dicha de que me mire de esta manera nuevamente.

—¿P-por qué? —me sueltas sorprendido o ¿enojado? Y siento temblar el mundo bajo mis pies. Es que nunca imaginé siquiera la posibilidad de que no estuvieras de acuerdo.

—Lo siento... —digo. Y mi semblante cambia de inmediato ante su anterior cuestionamiento.

Luego, escucho un refunfuño de parte de mi Alfa o de mi hijo. Es que no distingo bien quién habla por perderme en los rincones de mi mente hasta que una conocida mano sostiene mi mentón, haciendo elevar mi rostro para obligarme a observarlo directo a sus resplandecientes ojos.

—Cariño ¿Qué te he dicho a lo largo de estos años? Que trates de no suponer antes de tiempo, ¿lo recuerdas?

Él, me observa con su cuadrada sonrisa que ilumina toda la habitación, calentando mi corazón en segundos y dejando caer todo por el peso de la dicha.

—Espero que estén preparados para escucharme sonar en la radio —comenta con aire indiferente, a lo que el peque pega el grito haciendo llorar a la princesa de "Siii, mi papi: el ídolo"

—Eres un tarado Alfa, creí que te habías enojado conmigo —emito entre morritos tratando de calmar a mi princesa.

—Jeon Dong-yul, ve y calienta la mamadera en el microondas, tal cual te enseñé el otro día —suelta firme y seguro mi Alfa.

A lo que nuestro mini gruñón lo observa risueño y comenta: —Papi, no es aquí cuando debes usar mi nombre completo, eso se usa solo cuando tienes que retarme, pero aprovechen e intercambien gérmenes nomás que yo, el hermano mayor, me encargo de la mema.

Dicho eso se retira a la cocina mientras ambos lo observamos y sonreímos enamorados del hijo y futuro hombre que estamos criando.

—Soy un afortunado de la vida amor mío —me mira acariciando mi mejilla—. Gracias por siempre pensar en mí felicidad, aunque sé que tus celos estarán a flor de piel si sale esto. Aún así y todo, dejas tu escaso egoísmo de lado y me empujas a por ello...

Sus palabras resuenan como ecos del más perfecto sentimiento acumulado aquí en mi pecho, que es más grande que cualquier otro oscuro sentimiento de posesividad o celos que me quieran arraigar desde lo más profundo de mi centro.

—Es que es tanto pero tanto lo que te amo Alfa, que solo me importa verte feliz... Has pasado por tanta mierda y resucitado desde entre los muertos que no puedo ser tan egoísta queriéndote solo para mí, si cuando cantas, transmites cuanto nos amas al mundo sobre que las palabras fluyen como una dulce poesía desde tus labios.

—Poesía hecha solo por y para ti, mi hermoso Omega. Eres mi musa en cada amanecer y aquel por el cual lucho contra lo que sea, con tal de verte feliz...

—Entonces, demuestra al mundo cuánto me amas y recibe aún más amor todavía. Prometo entender esos pantalones de cuero que marcan tu fornidas piernas y ese tremendo culo de infarto, y sobre todo, las continuas babas de todos aquellos que me rodeen.

—¿Y por qué supones que usaré cuero? —se aproxima saboreando mis labios dulcemente.

—Porque te queda hermoso y es parte de tu personalidad. Y así como yo me enamoré de ti así, ahora te toca enamorar al mundo entero —le suelto susurrando entre sus dulces besos.

—Me parece que esta noche no te voy a follar duro hasta que supliques por más, cachorro... Esta noche te voy a estremecer al borde de las lágrimas, amándote en cuerpo y alma...

Y nos fundimos en un dulce y tierno beso mientras nuestra pequeña sentada en mis piernas abraza el pecho de su fornido "apapa". 

Haw me muero de amor.... Bastaaaa🥺😭😍

Gracias por leer, votar y comentar🥰

A nada del final🥺🥰

Los amito mucho❤️