Capítulo 58
Después de haber pasado toda la tarde en el parque de diversiones y de haber recorrido casi todas las atracciones, su sonrisa no podía ser más grande.
Esa salida fue lo mejor que le había pasado en meses. El parque, la comida y los juegos mecánicos fueron divertidos, pero podía asegurar que la compañía de Taehyung era lo que le permitió disfrutar todo eso. Debía de darle las gracias y hablarle con la verdad y ya sabía cómo iba a hacerlo.
— Taetae, subamos a la rueda de la fortuna.
El mayor asintió con una sonrisa enorme en su cara y esta se transformó rápidamente en una tímida cuando él lo tomó de la mano y lo dirigió a la fila. No lo soltó en ningún segundo, la conversación que habían mantenido toda la tarde ya no estaba durante los minutos que tardaron en subir, pero el silencio no era incómodo y la mano de largos y delgados dedos se sentía muy bien entrelazada con la suya.
Cuando finalmente la rueda empezó a moverse y ellos ascendieron, fue cuando fijó su mirada en el perfil perfecto del rostro del pelirrojo.
Su mano libre se posó en la mejilla derecha del mayor y lo giró lentamente hasta que ambos se miraban a los ojos directamente.
Dejó una suave caricia en el rostro ajeno y cuando los ojos enmarcados con gruesas pestañas se cerraron fue cuando por fin unió ambos pares de labios.
El beso duró apenas unos segundos, solo movió mínimamente los labios en un toque gentil antes de separarse y dejar las frentes unidas.
Podía sentir bajo la palma de su mano el ligero temblor que tenía el cuerpo del mayor, podía oler el aroma dulce del caramelo que emanaba la suave piel y podía saborear los labios contrarios como si aún estuvieran unidos con los suyos, tuvo que cerrar los ojos durante un corto momento para poder tranquilizarse y no volver a abalanzarse en busca de otro beso.
— Taetae… —Pasaron varios latidos de su acelerado corazón antes de que reuniera la fuerza suficiente para separarse un poco. — Necesito decirte algo.
Su sonrojado beta asintió mientras aprisionaba el labio inferior entre sus dientes. El gesto era nervioso, lo sabía, pero no pudo evitar la necesidad de succionarlo y morderlo ligeramente él mismo. Presionó sus dientes con la suficiente fuerza como para sacar un gemido bajo del contrario y solo entonces esa loca necesidad en su mente cesó un poco y le permitió separarse.
La respiración del mayor estaba un poco entrecortada, el labio estaba hinchado y los ojos un poco desenfocados, se sentía tan bien saber que estaba así por su causa, pero también lo asustó tener esos pensamientos nuevamente.
— De esto es de lo que quiero hablar. — Dejó una caricia en los rojos cabellos y se detuvo en la curva del cuello largo y delgado. — Taetae, lo que me pasa contigo es demasiado confuso y algunas veces me da miedo del rumbo que toman mis pensamientos. — Esperaba la confusión que vio en la cara del beta. — Cuando nos conocimos me quedó claro con una sola vista que eras hermoso, cuando empecé a conocerte y ver tu personalidad supe que no solo lo eras en apariencia sino también en tu corazón, pero seguía viendo cierta tristeza en tus ojos que me intrigaba. Nunca antes me había sentido tan protector con alguien, ni siquiera con mi familia o Jimin, pero cada vez que te veía quería agárrate y abrazarte y no soltarte hasta que la tristeza se fuera de tus ojos, porque mi lobo insistía que eras mío. En varias ocasiones me sorprendí a mí mismo pensando en besarte, lo hice una vez cuando te quedaste dormido en mi auto, antes de la fiesta de Namjoon-hyung y Kookie.
Los ojos del mayor se abrieron bastante por la sorpresa.
— Cre-Creí que lo había soñado. — Nuevamente comenzó a morder un poco el labio inferior con un sonrojo más que evidente aún con la luz tenue. — Y-Yo... no se cuando empezó, pero sí sé que me ena-enamore de ti, me hacías sentir feliz, me sentía seguro y cada vez que hablábamos por teléfono me gustabas más. En todo momento me repetía que estabas en una relación con Jimin, me hacía sentirme culpable pero no quería dejar de tener ese sentimiento. Tenía y aun tengo miedo de lo que significa tener una relación amorosa con alguien, me asusta todo lo que implica. Pero... quie-quiero intentar una contigo.
Soltó un suspiro, a su lobo le encantaba la idea, ya estaba brincando en su interior, pero aún había algo que se lo impedía.
— Tae, no puedo negar que me gustas, eres asombroso en todos los sentidos, pero no quiero lastimarte. No se exactamente que es, pero aun siento algo por Jimin. No quiero usarte para olvidar por completo a Jimin, no quiero empezar nada contigo sin aclarar antes mis sentimientos por completo. No sé si lo amo o no. Hay algo que me impide avanzar y quiero estar seguro que lo que siento por ti no solo es posesividad, quiero tener sentimientos claros, es lo que tu te mereces.
Los ojos que lo miraban atentamente se llenaron de lágrimas y ahí estaba de nuevo su lobo reclamando que lo atrajera contra su cuerpo y no lo soltara.
— N-No... yo... no me importa, es-esta bien que me uses-
— No. — Dejó que sus manos acunaran el rostro de bellas facciones. — No, Taetae. Nunca vuelvas a decir algo así, ni a mi ni a nadie. Tu eres alguien hermoso, por dentro y por fuera te mereces lo mejor del mundo, nunca más permitas que alguien trate de usarte, nunca.
— Pero dijiste que te gusto, yo... yo puedo intentar gustarte mas… — La voz rota y el temblor en el cuerpo delgado del mayor se podía notar incluso aunque él no lo estuviera tocando. Lo jaló aún más contra sí y por fin cedió al impulso de rodearlo con sus brazos. — Yo lo intentaré…
— Shhh... — Empezó a dejar besos en los suaves cabellos. — Taetae, tú no tienes que intentar absolutamente nada, eres perfecto como eres. Lo que me da miedo no ser diferente de las personas con las que trato en el trabajo, a veces me siento tan posesivo contigo, no quiero que nadie te toque o esté cerca y cuando entré en celo no pude evitar querer marcarte con mi aroma. Eso no está bien Taetae, es confuso para mi que en momentos tenga la necesidad cuidarte y protegerte como lo haría con mi hermano o mis amigos pero al siguiente ser a quien no le importaría encerrarte en un cuarto en el que solo yo tenga acceso si así puedo evitar que alguien te haga daño. — Sintió el escalofrío que recorrió por el cuerpo del mayor. — Eso es lo que es confuso y me da miedo el alcance de mis pensamientos. No quiero ser alguien que añada una cicatriz a tu corazón. Quiero poder aclarar mis sentimientos por ti y por Jimin, después quiero obtener por lo menos un poco de control en mis emociones cuando pienso en ti, solo entonces, si aun lo quieres, me encantaría tener otra cita igual de increíble que esta, pero esta vez al finalizar la noche te estaré pidiendo que seas mi novio.
Se quedaron en silencio algunos segundos. Ambos miraban por el vidrio de la cabina donde estaban. Al parecer se encontraban en algún lugar cerca de la cima, podían apreciarse todas las luces de los altos edificios creando un bello y tranquilo paisaje nocturno.
— ¿Cómo... Cómo terminará la noche en esta cita?
La voz un poco ronca del mayor se escuchó algo dudosa y con un toque infantil. Cuando lo separó un poco de su cuerpo pudo ver, que efectivamente, tenía un puchero en los delgados labios.
Una sonrisa se extendió por su rostro. Detuvo firmemente la cara del mayor con sus dos manos y empezó con el tercer beso de esa noche.
Ese toque era el último, por el momento. Estaba seguro de que pronto tendría a su corazón, su mente y a su lobo, lo suficientemente preparados para poder avanzar, por ahora solo necesitaba sentir el sabor adictivo de esos labios una vez más
Actualizacion 1/2 💜
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