Capítulo 56
El beso que empezó de manera suave y tranquila había tomado fuerza cada minuto que pasaba.
Jimin ya había entregado el control al omega dentro de él y su lobo no tardó en responder al llamado de su pareja en celo. Sin saber cómo lo logró, los trasladó a ambos a su dormitorio y se encargó de colocar con delicadeza el cuerpo de su pequeño sobre la blanda superficie del colchón.
Besó esos dulces labios abultados con adoración, atrapando en su propia boca cada uno de los soniditos bajos que escapaban de la garganta contraria. El aroma a jazmines, agua de rosas y algodón de azúcar lo tenía completamente hipnotizado y ya solo podía albergar un pensamiento en su mente.
Mi Jimin, mío.
Su lobo ahora sabía que por fin estaría unido a su pareja y por ello la anticipación y ansiedad por la unión se sentía en cada uno de sus poros, hacia cosquillas debajo de su piel, ansioso e impaciente por el momento en que finalmente uniría su alma a la de su pequeño.
Durante su juventud declaró ante su grupo de amigos lo racional que él era, proclamó que siempre se mantendría con la suficiente calma para cortejar apropiadamente a su pareja, que nunca perdería el control de sí mismo. Nunca le había costado ningún tipo de trabajo, aunque actuara de manera infantil, ser calmado y observador siempre estuvo en él. Pero en su pasado no tenía a su Jimin.
Ese pequeño omega de mejillas abultadas lo había sacado de su zona de confort desde el primer instante, lo ponía tenso cuando lo veía de la mano con su propio hermano y hacía que su instinto posesivo estuviera demasiado presente.
Pero aun cuando todas sus emociones se descontrolaban a causa de su omega, no deseaba que fuera de otra forma porque con eso también llegaba ese sentimiento único que hacía palpitar su corazón de manera rápida y que le hacía saber que estaba totalmente completo cuando tenía a su Jimin entre sus brazos.
— Alfa~
Los ojos pequeños del menor estaban vidriosos y los labios estaban hinchados y entreabiertos, soltando suspiros bajos y dulces que mandaban un escalofrío por su columna vertebral.
Con manos temblorosas, empezó a retirar las ropas del cuerpo debajo de él. Cada roce donde sus dedos tocaban la suave y blanca piel, recibía como respuesta un espasmo del contrario y súplicas bajitas que mantenían a su lobo agitado en su interior.
Cuando terminó de deslizar el pantalón por las piernas definidas y firmes, su poco control ya estaba totalmente acabado, se despojó él mismo de las prendas que lo cubrían con fuerza innecesaria, probablemente rompiendo la tela, pero eso no importó cuando por fin pudo pegar las pieles de ambos mientras volvía a juntar sus labios en otro beso.
— Te necesito alfa... por favor, por favor~
— Mi hermoso cachorro.
Comenzó a bajar por la hermosa y definida barbilla, dejando besos bruscos por el delgado cuello para marcarlo, le dio un poco de atención a los pezones de un suave color rosa y finalmente bajo hasta que sus labios y lengua pudieron saborear la humedad que cubría la cara interna de los gruesos muslos blancos.
El sabor dulce del lubricante llenó sus papilas gustativas, se tomó su tiempo en lamer la esencia, subir por la piel suave hasta que pudo probarlo directamente de la entrada que se estaba preparando para recibirlo. Uno de sus dedos acompañó el movimiento y comenzó con un lento vaivén que hizo que su omega arqueara su espalda baja.
Cada una de las reacciones del cuerpo más pequeño le pertenecían, ahora Jimin le pertenecía por completo.
Con todos sus instintos peleando en contra, se retiró lo suficiente para tomar un preservativo y acomodarlo sobre su erección. Su pequeño se aferró a él cuando se encorvo encima y lo cubrió con su cuerpo.
Ayudándose con una de sus manos, se adentro en el calor de su omega. Ingresó tan lentamente como le era posible cuando tenía el interior de su menor recibiéndolo tan bien, provocándolo para que se desatará en él.
Se dedicó un momento a repartir besos por el rostro de su tierno omega que lo miraba con una hermosa sonrisa, cuando sintió las inquietas caderas moverse, él respondió iniciando con las lentas penetraciones que les sacaron suspiros a ambos.
Sus acciones ya no eran controladas por su mente, su lobo era el que ahora lo guiaba y lo hacía que buscara el placer de su omega, sus caderas se movieron buscando el ángulo que causó que un fuerte grito de placer escapara de los dulces labios que besaba. El movimiento de las embestidas fue en aumento, cada vez más necesitadas pero parecía que nunca iba a tener suficiente de su Jimin.
Quería decirle tantas cosas, pero todas parecían insuficientes para expresar todo lo que estaba sintiendo, solo siguió embistiendo dejando que sus besos transmitieran al menos una parte de lo mucho que ya lo amaba.
La sensación de cosquilleo en su abdomen bajo ya era demasiado insistente y con su instinto dirigiéndolo, hundió la nariz en la curva del cuello del menor para comenzar a besar y lamer la zona donde el olor era más fuerte. Las paredes internas de su Jimin se aferraron a su miembro, la cálida esencia del menor pintó su abdomen bajo y él enterró sus dientes en la suave carne cuando su propio clímax lo golpeó en el orgasmo más intenso que había tenido nunca.
Sintió el lazo formarse, imágenes de la vida de Jimin se recreaban en su mente de manera fugaz ayudando a que comprendiera un poco más de la vida del omega al en ese momento se unía de por vida.
— Ya eres completamente mío, eres mi Jimin. — Con su aliento aun entrecortado buscó los labios de su pequeño para dejar un suave roce.
— Te amo, Jin.
Sus ojos se humedecieron al sentir por medio de su unión todo ese amor que su omega le proclamaba y ahora también podría transmitirle de la misma manera todo lo que sentía con solo cruzar una mirada.
— Yo también te amo... te amo tanto mi Jimin.
Selló sus palabras con un beso, pues su amor ya había sido sellado con su lazo.
Ahora ya era alguien completo con Jimin.
Su Omega.
Actualización 1/2 💜
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro