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Capítulo 5

Hace 11 años

Hoseok descansaba su cabeza en el hombro derecho de Namjoon, el omega había caído completamente dormido después de llorar durante dos horas.

Durante todo el funeral de su madre, el omega no derramó ni una sola lágrima enfrente de los pocos parientes que se encontraban reunidos en la casa.

Pero Namjoon conocía a su amigo desde hace siete años y observó como sus dedos se retorcía entre sí, y como parpadeaba más de lo normal para espantar las lágrimas, así que cuando todo terminó y el último de sus familiares le dio nuevamente sus condolencias, el beta lo rodeó con sus brazos lo dirigió al sofá.

— Hobi-hyung, sabes que conmigo no tienes que hacerte el fuerte. Por favor no detengas tus lágrimas. No puedo decir que entiendo tu dolor porque no he pasado por lo mismo, no puedo decirte que todo estará bien, porque ni yo ni nadie puede decir que pasará en el futuro. Lo único que puedo hacer ahora es prometerte que estaré a tu lado limpiando las lágrimas que salgan de tus ojos, y cuando ya no llores mas, daré todo de mi por hacer que tus bonitas sonrisas vuelvan.

Namjoon mantuvo su mirada fija en los ojos contrarios hasta que terminó de hablar y fue testigo de como la primera lágrima salía, para ser seguida por muchas más.

El beta solo atrajo el pequeño cuerpo del omega contra si mismo, hasta que el espacio fue inexistente y dejó a Hoseok desahogar su dolor en forma de llanto, hasta que su cuerpo colapsó por el cansancio y cayó dormido, cobijado por el calor que él le brindaba.

Todo este tiempo Namjoon pudo admirar el hermoso y pacífico rostro que mostraba su amigo cuando dormía. Aún con los ojos hinchados por el llanto y sus mejillas con rastros de lagrimas, su hyung era muy hermoso ante sus ojos.

— Namie~.

Al parecer, Namjoon estaba absorto en sus pensamientos, porque no se dio cuenta de que Hoseok estaba despertando y luchaba por abrir sus ojos para mirar a su amigo.

— ¿Qué pasa hyung? ¿Quieres que te lleve a tu cuarto para descansar? ¿Te traigo algo de comer?

— No, solo quiero quedarme así.

Ambos se quedaron en un cómodo silencio, mientras el omega refugiaba su rostro en el cuello de su amigo.

— Namie, estoy muy triste por perder a mamá, pero me alegra saber que ella ya está con papá y podrán seguir siendo muy felices.

La voz salía amortiguada por encontrarse escondido en su cuello, pero Namjoon pudo notar lo tranquila y sincera que se escuchaba.

— Claro que si hyung. Tus padres tenían un amor muy bonito, siempre actuando como recién enamorados y cuando se miraban sus ojos brillaban de amor por el otro, todos quisieran tener un amor como el de tus padres.

— Si, es verdad. Sabes, la última vez que hablé con mamá, ella me dijo que papá era su amor destinado, que por eso su amor era tan grande. También me dijo que quería que yo encontrará a la misma felicidad que ella. Así que viviré felizmente como ella me dijo y cuando encuentre a mi alfa destinado, viviré un amor tan grande como el de mis padres.

Hoseok finalizó con una enorme sonrisa y una gran ilusión en sus pequeños ojos, sin darse cuenta de que el corazón de Namjoon se estrujaba fuertemente.

— "Supongo que así deben ser las cosas" — pensó el beta con mucha tristeza — "Hobi-hyung, no tuve el valor de confesarte mis sentimientos, y creo que ahora ya es tarde, así que aunque me duela, prometo que te apoyaré con este nuevo sueño siendo el mejor de tus amigos y cuando llegue el momento de que te encuentres con tu destinado, seré feliz, porque tu felicidad se ha convertido en mi todo".

Tiempo actual

— ¡Si!, Tae, ¿tu también lo viste cuando llegaste?

— Emm algo así. En realidad yo llegué con el. Es mi amigo, Jungkook.

Esas palabras hicieron que Namjoon levantara por fin la mirada que había mantenido fija en la mesa, recordando el pasado y el momento exacto cuando mentalmente le hizo la promesa a su amigo.

— Eso es genial Hobi-hyung, ahora le podrás decir a Taehyung que te lo presente — sintió las miradas llenas de lástima de Seokjin y Yoongi, pero las ignoro y se dirigió a un emocionado Taehyung que asentía con la idea —. ¿Qué opinas Taehyung, deberíamos presentarlos hoy mismo?

— ¡Claro que si Namjoon-hyung! ¡Quiero ver la cara de Kookie cuando le presente a su destinado!

— ¡No! — Hoseok soltó aquel grito sin pensarlo y asustando a los presentes pero aunque creía haber aclarado su mente y sentimientos, la verdad era que el escuchar a Namjoon prácticamente planeando su futuro le dolió —. Es que... yo aún no me siento listo... y ahora estoy muy cansado... así que tal vez en otro momento sería mejor.

— ¡Oh! Entonces los presentaré el día del evento, así Hoseok-hyung y Jungkookie pueden ir a cenar o a dar un paseo para que hablen y se conozcan. — El pelirrojo no tenía razones para negarse ante el entusiasta beta peliazul que lo miraba con emoción. Pero su mente seguía siendo ocupada por un solo nombre.

— Emm si eso estaría bien.

Después de eso Taehyung recibió un mensaje de su amigo diciendo que ya lo estaba esperando, así que se retiró despidiéndose de todos.

A los pocos minutos, Seokjin se ofreció a llevar a Jimin y Yoongi dijo que se adelantaría ya que traía su carro, así Namjoon podría llevar a Hoseok.

El camino fue silencioso porque Hoseok se quedo dormido en el asiento del copiloto y el beta no podía estar más agradecido por ello.

Aunque en el pasado hubiera afirmado que la felicidad del omega era la suya, ahora se sentía realmente miserable. Quería estar feliz por su hyung con toda su alma, pero su corazón y su mente estaban llenos de tristeza en estos momentos.

Él sólo quería abrazar fuertemente al omega y confesarle sus sentimientos, decirle que daría todo de sí, para hacerlo vivir felizmente y lleno del amor que él estaba dispuesto a ofrecerle.

En esos momentos quería ser la persona egoísta que jamás fue y gritarle a aquel alfa que el no le entregaría a su primer y único amor.

Pero la felicidad de su lindo omega estaba de por medio, así que solo le quedaba resignarse a cumplir su promesa y no perturbar la armonía de su amistad con Hoseok.

Soltó un largo suspiro al estacionar el coche y se giró con la intención de despertar a su hyung, pero al posar la mano en la mejilla contraria noto la elevada temperatura que presentaba, así que prosiguió a tocar su frente y cuello dándose cuenta de que estaban en las mismas condiciones.

Rápidamente bajo del auto y se dirigió al asiento donde descansaba Hosoek, buscó las llaves de la casa entre la ropa del contrario para poder ir a abrir la puerta y volvió para levantar en sus brazos al omega y cargarlo hasta su habitación.

En todo el trayecto el pequeño omega solo soltó pequeños ruiditos sin despertarse, aún cuando fue despojado de su playera y sus zapatos.

Namjoon lo acomodó en el centro de la amplia cama y cuando se aseguró de que seguía dormido, se dirigió al baño de la habitación para buscar medicamento y mojar algunas toallas.

Hoseok abrió lentamente los ojos cuando ya no sintió aquel placentero calor tocándole, su cabeza se encontraba en medio de una bruma que no lo dejaba pensar claramente.

Noto que se encontraba recostado en su cama, pero no recordaba cómo había llegado ahí, también vio su camiseta a un lado de él, pero no supo en qué momento se la quitó.

Sintió todo su cuerpo caliente, con punzadas en el vientre y una humedad saliendo de su entrada.

Su celo.

No podía ser, el jamás descuido sus celos, porque sabía que su lobo lo dominaba y no quería cometer ninguna tontería enfrente de Namjoon, por eso siempre tomaba los supresores con la debida anticipación para que no se nublara su juicio.

Escucho un ruido en el baño de su habitación, sacándolo de sus pensamientos y enseguida volteo para ver como salía su amigo cargando algo en sus manos.

Empezó a entrar en pánico, esto no le podía estar pasando, el beta no podía verlo en esa situación, no podía enterarse de sus sentimientos.

—Hyung, ¿cómo te sientes? — se podía notar su preocupación en la voz, cuando acercó su calidad mano a mi frente y mejilla.

—Namie~. — No podía dejar de frotarse con la mano se su amigo, el aroma de nueces y té que tanto le encantaba inundó sus fosas nasales haciendo que su miembro apriete en sus pantalones y que su entrada soltará más lubricante, sabiendo que ahora su lobo tenía el control de su cuerpo. — Namie~

Namjoon se encontraba paralizado.


Desde que salió del baño pudo oler toda la esencia del omega en la habitación, lo cual le parecía extraño pues como beta, solo percibía el olor de su hyung tenuemente, pero ahora entendía porque, su hyung estaba en celo.

Y él no sabía que hacer. Su mente se desconectó por completo después de escuchar a Hoseok llamarlo de esa manera tan anhelante y de verlo frotar su mejilla en la palma de su mano de forma tan insistente.

— Namie~ me duele~.. ayúdame~.

Supresores.

Su mente pareció volver a trabajar pero su cuerpo era el que no le respondía ahora.

Logro alejar la mano que el omega tomaba fuertemente y se levantó para buscar los supresores, aunque su lobo le dijera que tenía que volver a la cama y tomarlo de todas las maneras posibles, hasta saciarse y dejar grabado en la piel del omega cuanto lo amaba.

Escuchaba ruido a su espalda pero no quería voltear y ceder ante tan tentadora imagen, así que se concentró en su tarea abriendo los cajones en los que el pensaba que estaban dichas pastillas.

— Namie~ estoy listo~ hazme el amor por favor~.

El beta se dio la media vuelta al escuchar esas palabras y pudo apreciar delgado cuerpo del omega totalmente desnudo e hincado en el suelo, mirándolo con sus labios entre abiertos, sus mejillas de un furioso tono rojo y sus ojos anhelantes.

Y su cuerpo tembló ante la idea de todo lo que podía hacerle.

El castaño en serio quería voltearse nuevamente y continuar con su búsqueda, pero aquellos que habían dicho que los betas son seres racionales que no se dejan dominar por sus instintos primarios, claramente no había estado en la situación de Namjoon, que tenía al omega del que estaba enamorado enfrente de él dispuesto a entregarse por completo.

Así que dejando que su instinto lo dominara por un momento, se acercó al omega y lo cargó hasta situarlo nuevamente en la cama, sintiendo la firmeza y suavidad que poseía el cuerpo de su hyung.

— Hobi-hyung eres tan hermoso.

Sus grandes manos se situaron en la formada cintura, sintiendo el temblor del cuerpo del omega.

— Ahhh... sí... más... tocame mas Namjoonie... ah~

Su respiración se volvió pesada y una dolorosa erección se presionaba contra las costuras de su short, haciendo que apretar más su agarre en la cintura ajena.

— N-no hyung, por favor quédate quieto, buscaré tus supresores.

— ¡No! Joonie~ te quiero a ti... ah... por favor.. no me rechaces... me duele... seré un buen omeg-ahhh, ¡Namjooon!


Hoseok dirigió sus manos a su erección para tomarla e iniciar un vaivén desesperado mientras se retorcía ante su hambrienta mirada.

En un movimiento rápido, Namjoon tomo ambas manos del omega y las sostuvo por encima de su cabeza con una mano, mientras dirigía la otra a la entrepierna del mayor, con su juicio totalmente nublado por la lujuria.

Tomo el pene del pelirrojo notando la cabeza rosa y totalmente hinchada, con gotas de pre-semen saliendo y yendo a descansar en su vientre.

Su mano hizo presión en la erección y la movió lentamente mientras se dedicaba a ver las expresiones tan lasivas que le mostraba su hyung.

— Mmm... ahh.. más, por favor... te necesito dentro Namjoonie~.

— Mierda.

Namjoon subió a la cama abriendo las piernas de Hoseok y situándose entre ellas, quedando fascinado por la vista de su entrada contrayéndose y soltando lubricante que le empataba sus torneados muslos.

Su mano derecha presionó su dedo índice en la entrada, mientras la otra fijaba el pequeño cuerpo a la cama, para evitar que huyera.

Delineó varias veces los músculos en círculos apreciando como en medio de espasmos más del lubricante natural era expulsado.

Pudo sentir lo cálido y apretado que estaba cuando su dedo atravesó el primer anillo de músculos y sin poder esperar más inicio el empuje de manera constante, lenta y profunda.

— ¡Ahh!... n-no... quiero tu pene... p-por favor Nam~ ahhh.

Namjoon sabía que lo que estaba haciendo estaba mal, prácticamente se estaba aprovechando de su hyung y no estaba haciendo nada para evitarlo. En esos momentos se consideraba un idiota por dejarse llevar por sus instintos y se estaba odiando con todo su ser.

Su mente le gritó todas las razones por las que debería detenerse justo ahora, pero las ignoró e introdujo otro dedo hasta los nudillos, aumentando la velocidad un poco, buscando saciar el cuerpo del omega.

— ¡Ah! ¡No!... Nam detente.. no quiero-ah.. correrme así... mmm... n-no... mmmm...

Yo tampoco quiero que te corras así.

Hoseok empezó a temblar y el beta supo que estaba cerca, así que tomó el pene del omega y lo masturbó al mismo tiempo que introducía un tercer y último dedo.

Aumento una vez más la velocidad de las embestidas pero esta vez curvando los dedos y buscando ese punto que sabía, le ayudaría a que el mayor tuviera su orgasmo aunque esté se estuviera conteniendo.

Cuando la presión alrededor de sus dedos aumentó y un delicioso gemido retumbó en sus oídos supo que lo encontró. Continuo los empujes constantes hasta que vio las hebras perladas de semen salir de la erección de su hyung.

— ¡Ahhhhh! ¡Namjoon!

El pelirrojo formó un perfecto arco con su espalda cuando se corrió fuertemente sobre su abdomen, su cuerpo se sacudía violentamente y su entrada empezó a boquear después de que Namjoon sacó sus dedos cuidadosamente.

Namjoon se inclinó a besar dulcemente la frente de su amigo y se permitió admirar unos segundos el cuerpo perlado de sudor, sus despeinados cabellos, el plano y levemente marcado abdomen manchado de semen y el interior de sus muslos brillando por el lubricante.

Cargó y situó a su hyung debajo de las sábanas, después de utilizar las toallas húmedas para limpiarlo, y continuó con su búsqueda de los supresores, todo esto ante la atenta mirada del omega.

Cuando se aseguró que su amigo se tomó las pastillas y se acomodó en la gran cama, él emprendió camino hacia su casa con su cabeza hecha un lío de pensamientos y reproches.

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