Capítulo 44
Al igual que el día anterior nuevamente se encontraba tocando la puerta principal de la casa de la familia Park.
Su novio había insistido en acompañar a Jimin a casa de sus padres una vez que el supresor empezó a hacer efecto y al llegar el menor no quiso que su pelirrojo lo soltara en ningún momento, por ello decidieron que lo mejor era que Hoseok se quedará esos días haciéndole compañía.
Él se encargó de llevarle ropa y lo que le hacía falta el día anterior y también se encargó de avisarle lo sucedido a Jin. Su amigo se alteró un poco al otro lado de la línea y él siguió tranquilizándolo durante casi una hora de llamada.
Fue difícil lograr que el alfa no agarrara su maleta y se regresara a Seúl, pero finalmente Yoongi y él le aseguraron que se encargaría de avisarle como se encontraban tanto Jimin como Minjae.
Él mantendría su promesa tanto como pudiera, sin embargo le iba a costar trabajo tratar con el hermano menor de su amigo, pues solo ese día pudo hablar con el menor y lograr que le dijera un poco de su sentir. Minjae solo salia al trabajo y después prácticamente se encerraba en el departamento mientras seguía insistiendo en que estaba bien pero que no quería hablar con nadie.
Soltó un suspiro con sus pensamientos ocupados en cómo conseguir que el alfa abriera un poco su corazón y sabiendo que tal vez necesitaría de la ayuda de Jungkook para lograrlo.
El sonriente padre de Jimin fue quien lo recibió una vez que la puerta fue abierta y enseguida se encontraba siendo dirigido al que suponía que era el cuarto del menor.
— ¿Esta bien que pase? No quisiera alterar a Jimin.
— Tu olor no es fuerte y además Minie se ha estado tomando los supresores, no te preocupes. — Con una última sonrisa el omega se retiró dejándolo solo a él frente a la puerta.
Toco un par de veces y se adentro después de que un "pasa" de parte de su novio se escuchó al otro lado. Lo poco que observo de la habitación parecía agradable, sin embargo justo en ese momento lo que sin duda atraía la atención era la cama llena de cobijas y ropa de donde sobresalía, apenas, la plateada cabellera de Jimin y aun lado, abrazando parte del bulto, su pelirrojo estaba recostado regalandole una sonrisa pero con la piel notablemente más pálida.
— Namjoon-hyung, eres justo a quien necesitaba. — Un Jimin con mejillas abultadas y un puchero en sus labios lo miraba con ojos molestos. — Por favor dile a Hobi que no sea tan obstinado y me haga caso.
— Estoy bien Jimin, Tu eres quien importa en estos momentos — le resto importancia a su novio.
— Es obvio que no estas bien, apenas entre y note lo pálido que estas, ¿que sucede?
— No te preocupes Nam-
— Ayer Hobi tomó uno de los dulces de Jengibre que papá hizo y ha estado vomitando porque olvida tomarse las pastillas que mi papá le trajo de la farmacia, le dije que vaya al médico pero no me hace caso — termino de explicar el menor con notable molestia y preocupación en el rostro. — ¿Es verdad que no le gusta el jengibre? ¿No es alérgico o algo así?
Un suspiro de alivio salió de entre sus labios cuando supo que nada grave le sucedía a su omega.
— Es verdad Jiminie, desde pequeño le disgusta tanto el sabor que siempre que lo come por error termina vomitando. Y nunca recuerda tomar las pastillas a su hora, es algo con lo que la señora Jung siempre tenía que lidiar.
Regresó su mirada a su pelirrojo y sonrió junto a él recordando las incontables llamadas que recibía de su madre cuando tenía que tomar algún medicamento a cierta hora.
— Es que odio tomar pastillas, siempre siento que quedan a mitad de mi garganta. — Se defendió el mayor de los tres.
Durante algunos minutos más se quedó conversando con ellos antes de tener que dirigirse al trabajo, observando que el menor se encontraba en mejor estado y con un buen humor. O al menos eso aparentaba el corto tiempo que estuvo ahí y eso es lo que él esperaba aunque las cosas no estarían bien hasta que esos tres se sentaran a hablar y era probable que eso terminara en una fea pelea.
Después de dos días aún no podía dejar de preocuparse por Jimin, pero tampoco había tenido el valor de ir él mismo a verlo.
Lo que sabía sobre el estado de su novio era solo lo que su hyung Namjoon le había dicho, pero el beta no conocía a Jimin lo suficiente como para saber lo que sus múltiples gestos y acciones expresaban.
No lo conoce como yo.
Un pesado suspiro salió de entre sus labios recordando la cara de miedo, tristeza y vergüenza que Jimin le dirigió en cuanto él lo tomó del brazo con cuidado para llevarlo a la habitación y no entendía.
Mierda, en verdad no lo hacía.
Su novio no podía ocultar que algo estaba pasando, desde hace bastante tiempo. Su comportamiento cambió drásticamente tres celos atrás, y si, pudo notar que era específicamente durante el celo que su comportamiento era raro. En un principio solo lo atribuyo a que su omega estaba más a flote por encima de su persona, pero no era eso, estaba seguro. Lo pudo ver en cuanto lo rechazó y comenzó a gritar de tal manera.
Al principio se sintió herido, se preguntaba si en serio su novio lo creía capaz de hacerle daño de alguna manera cuando vio el miedo en sus ojos. Pero en los días que habían pasado, y en los que pudo analizar la mirada del mayor, se dio cuenta de la tristeza y vergüenza.
Pero ahora se preguntaba ¿de qué?
¿Qué era lo que le ocultaba?
Necesitaba saber si había pasado algo que altera de esa manera a Jimin y si había alguna forma de que él pudiera ayudarlo, pero esperaría a que el celo terminara y a que el mayor aclarara un poco la mente, no iba ayudar en nada que él fuera y quisiera obtener respuestas de manera rápida, podía esperar un poco y tal vez hablar con Jin por teléfono para que pudiera darle algún consejo.
— Minjae, ¿no vas a irte ahora?
Los grandes ojos de Jungkook lo miraban desde el escritorio frente al suyo y era evidente que ya se encontraba con todas sus cosas listas para retirarse. Con un toque en la pantalla de su celular pudo ver lo tarde que era y se dio un golpe mental por no haber cubierto el pedido que le había dado su sargento.
— Espera un poco Kook, necesito hablar contigo en la sala de juntas. Perdón por no haberte dicho antes lo había olvidado por completo. Lamento si interfiere en tus planes, pero prometo ser rápido.
— No te preocupes, solo deja le aviso a Taetae que llegaré un poco más tarde.
— Claro te espero en la sala y salúdalo de mi parte.
Tomó los archivos que iba a necesitar y el USB con toda la información que le pasaría al menor. No tuvo que esperar mucho pues él apenas había terminado de acomodar todo cuando la alta figura del pelinegro se adentro en la habitación rectangular, llenando el lugar cerrado de su fuerte aroma a playa y que siempre crispaba un poco a su lobo por la evidente intimidación que sentía por el lobo del contrario.
— ¿Para que me necesitas?
— Primero quiero felicitarte porque pasaste tu periodo de prueba y supervisión jodidamente rápido. — Una sonrisa se extendió por su rostro cuando la mirada sorprendida del menor estuvo sobre él. — No te sorprendas así, no me digas que no sabes lo bueno que eres, y puede que también haya influido un poco mi insistencia por tenerte formando parte de mi equipo lo antes posible.
— Creí que por lo menos estaría otro medio año a prueba antes de que me mandaran a un equipo, gracias Jae.
— Realmente no tienes nada que agradecer. Eres el mejor en rendimiento y pruebas físicas, pero también eres inteligente y todo un estratega, sin duda me siento seguro de que seas el compañero que tiene que cuidar mi espalda. — Cambiando a una expresión más seria acercó los documentos al alfa frente a él. — Ahora debo decirte que estarás dentro de este caso. — Espero a que el menor abriera la carpeta y leyera la primera hoja antes de seguir hablando. — Sé que estuviste incluyendo algunos datos dentro de los informes pendientes, pero los datos completos están todos aquí en este USB, necesito que por favor los revises en estos días para que puedas estar al tanto antes de nuestro siguiente movimiento.
— Creí que no se habían conseguido las pruebas contra Dong Sung-wook en Daegu.
Pudo notar lo fuerte que estaba apretada la mandíbula de Jungkook conforme avanzaba su lectura. — No conseguí pruebas concretas, pero sin duda no soltaré las pocas pistas que tengo. Quien lo denunció ya quiere dar marcha atrás y si lo hace se tendrá que detener la investigación, por eso quiero darme prisa. El maldito tiene con qué cubrir sus huellas y cada vez que nos acercamos él encuentra una forma de tomar otro camino, pero esta vez cometió un error y voy a aprovecharlo.
— ¿Qué error?
— Siguió al equipo aquí a Seúl. Después de que lo enfrentamos y lo negara todo le insinué que tenía todas las pruebas conmigo. Si no tuviera nada que temer se hubiera quedado tranquilo, sin embargo vino en el vuelo que le siguió al mío y puedo asegurarte que no tiene ningún negocio pendiente en este lugar como para que viajará de manera tan apresurada, así que por lo menos ahora lo tengo fuera de su zona de confort y necesito a los mejores a mi lado, eso te incluye. — La postura tensa en el cuerpo del pelinegro era muy notable haciendo que en su interior su alfa tomará una igual, pero también podía ver que estaba absorbiendo tanta información como podía y analizándola.
— Sé que la investigación tendría que terminar en cuanto quien lo haya denunciado retire la demanda, si ya se está acobardando no sería bueno buscar más gente que haya sufrido a manos de él.
— Lo intente, pero como te dije es malditamente bueno cubriendo sus huellas, solo sabemos de tres víctimas, pero dos lo negaron todo.
— El ha cubierto todo lo que lo delate en Daegu porque piensa que solo ahí están a quienes ha lastimado, pero que tal si hay otra persona que salió de esa ciudad, alguien más que esté aquí en Seúl y que sepa que estará protegido por nosotros.
— Eso sería grandioso. Si pudiéramos convencer a esa persona de denunciarlo tendríamos tal vez más pruebas y testigos. Pero, ¿por qué lo mencionas?
— Porque realmente conozco a alguien que me mencionó su nombre, pero realmente no puedo estar seguro de si se atrevería o no a presentar cargos.
Su lobo se puso alerta en seguida. — Pues más vale que hablemos con esa persona enseguida, primero porque me gustaría avisarle que Dong Sung-wook está aquí y que puede contar con nuestra protección y segundo porque realmente sería genial que pudiera presentar cargos.
— ¿Podrías confiar en mí y dejar que le informe esto a solas? No estoy seguro de cómo se lo tomaría, pero también me gustaría que denunciara. Te prometo avisarte en cuanto tenga una respuesta.
Analizo un poco el rostro del menor y se dio cuenta de la decisión en esos ojos oscuros. Su lobo tenía el pelaje del lomo erizado como todas las veces que presentía algo malo. Esperaba equivocarse esta vez.
— Está bien.
Siento que han pasado años desde que dejé un mensajito pero el Domingo pasé por una situación familiar algo triste y solo publiqué el capítulo así como lo tenía.
Espero que les haya gustado de igual manera, el anterior y espero que también hayan disfrutado la lectura de este.
I PURPLE YOU 💜
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